Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

domingo, 4 de octubre de 2009

Domingo 27° Durante el año, « Que el hombre no separe lo que Dios ha unido.»

Lecturas del 4/10/09 Ciclo B

Domingo 27° Durante el año

« Que el hombre no separe lo que Dios ha unido.»

Lectura del libro del Génesis 2, 18-24

Dijo el Señor Dios:«No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.» Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre para ver qué nombre les pondría. Porque cada ser viviente debía tener el nombre que le pusiera el hombre.

El hombre puso un nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no encontró la ayuda adecuada.
Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño, y cuando este se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar vacío. Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre. El hombre exclamó: «¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre.» Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne. Palabra de Dios
.


SALMO 127

R. Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo,
serás feliz y todo te irá bien.
R.

Tu esposa será como una vid fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa. R.

¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor! ¡Que el Señor te bendiga desde Sión
todos los días de tu vida: que contemples la paz de Jerusalén
R.

Y veas a los hijos de tus hijos! ¡Paz a Israel! R.


Lectura de la carta a los Hebreos 2, 9-11

Hermanos: A aquel que fue puesto por poco tiempo debajo de los ángeles, a Jesús, ahora lo vemos coronado de gloria y esplendor, a causa de la muerte que padeció. Así, por la gracia de Dios, él experimentó la muerte en favor de todos. Convenía, en efecto, que aquel por quien y para quien existen todas las cosas, a fin de llevar a la gloria a un gran número de hijos, perfeccionara, por medio del sufrimiento, al jefe que los conduciría a la salvación. Porque el que santifica y los que son santificados, tienen todos, un mismo origen. Por eso, él no se avergüenza de llamarlos hermanos.

Palabra de Dios.


Santo Evangelio según San Marcos 10, 2-16

Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: « ¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?»
El les respondió: « ¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?» Ellos dijeron: «Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella.» Entonces Jesús les respondió: «Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido.» Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto. El les dijo: «El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio.»

Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.» Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos. Palabra del Señor.


Reflexión:

En los textos de este domingo descubrimos el auténtico sentido del matrimonio de acuerdo al proyecto de Dios.

En el evangelio de entrada se percibe el objetivo de los fariseos que se acercan a Jesús: “ponerle una trampa”. No les interesa conocer la verdad. No les importa las enseñanzas del Maestro sino poder sorprenderlo en alguna afirmación en contra del Antiguo Testamento para poder acusarlo de blasfemo o de negar las tradiciones de los antepasados.

Además la pregunta no es amplia. Es más bien restrictiva: “¿El hombre puede divorciarse de su esposa?”. La ley permitía la decisión de divorciarse o no, solamente al varón. La mujer no era libre, no podía “elegir” dejar a su esposo. La mujer era discriminada a tal punto que era considerada por algunos casi como un “objeto” o una “propiedad” del varón que, podía tenerla o “descartarla” si había un motivo mínimo para ello. De hecho esta es la gran discusión que está detrás de la pregunta que le hacen a Jesús. En el fondo, además de tenderle una trampa, quieren averiguar que piensa el Señor con respecto a los “motivos” de divorcio que argumenta Jesús para que el varón pueda despedir a la mujer. Los “maestros” de la época de Jesús discutían distintas posturas con respecto a estos temas que, obviamente no son el centro de la cuestión…

Jesús no va a entrar en la “trampa legalista” y los va a ir llevando al meollo del problema para hacer una enseñanza más amplia y universal. Primero va a la misma Escritura y les pregunta qué es lo mandado por Moisés.

Jesús va a situar esta “prescripción” de Moisés en su justo lugar. Esto fue dado en el pasado porque “ustedes” son muy tercos, es decir “muy duros de corazón”, poco abiertos a la verdad de Dios. A partir de aquí Jesús describe y sintetiza el plan de Dios para la vida del hombre, para la mujer y el varón…

¿Cómo se puede describir este designio original a la luz de estos versículos que hoy el Señor nos enseña? Se podrían marcar algunos puntos:

· Dios crea al varón y a la mujer para que estén juntos. La unidad y la comunión en la pareja, en el matrimonio, es el designio primigenio de Dios.· Por eso la enseñanza del libro del Génesis dirá que el varón deje su casa paterna para ir a formar una nueva familia con su mujer.

· Está unidad entre el varón y la mujer es tan fuerte que los dos vivirán como si fueran una sola persona, serán “una sola carne”. Los que se casan ya no pueden vivir como dos personas separadas.

· La unión de los que se casan en Dios es tan fuerte que nadie los puede separar. Es claro que el hombre no puede separar lo que Dios ha unido. La enseñanza de Jesús fue más que clara. Sin embargo, en la intimidad, cuando está con sus discípulos más cercanos estos le vuelven a preguntar sobre el tema. Jesús continuará su enseñanza y dirá con claridad que el divorcio y la nueva unión no está de acuerdo con el designio original de Dios. Si los que están casados se separan de su cónyuge y se une a otra persona comete pecado dado que contradice la unidad que Dios ha dado a los esposos. Lo interesante de la reflexión de Jesús es que equipara en igualdad la situación del varón con la mujer. Hasta ese momento el varón podía hacer lo que quisiera. Las palabras de Jesús son “revolucionarias” con respecto al papel de igualdad y de no discriminación que le da a la mujer.


Comentario del P. Raniero Cantalamessa,

“Es posible hacer que la crisis no gaste el matrimonio, sino que lo mejore” (Resumen)


… en nuestros días el mal del matrimonio es la separación y el divorcio, mientras que en tiempos de Jesús lo era el repudio. En cierto sentido, éste era un mal peor, porque implicaba también una injusticia respecto a la mujer que aún persiste, lamentablemente, en ciertas culturas. El hombre, de hecho, tenía el derecho de repudiar a la propia esposa, pero la mujer no tenía el derecho de repudiar a su propio marido.
Dos opiniones se contraponían, respecto al repudio, en el judaísmo. Según una de ellas, era lícito repudiar a la propia mujer por cualquier motivo, al arbitrio, por lo tanto, del marido; según la otra, en cambio se necesitaba un motivo grave, contemplado por la Ley. Un día sometieron esta cuestión a Jesús, esperando que adoptara una postura a favor de una u otra tesis. Pero recibieron una respuesta que no se esperaban: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón (Moisés) escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, Dios los hizo varón y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre».

Jesús no critica a Moisés por la concesión hecha; reconoce que en esta materia el legislador humano no puede dejar de tener en cuenta la realidad de hecho. Pero re-propone, a todos el ideal originario de la unión indisoluble entre el hombre y la mujer («una sola carne») que, al menos para sus discípulos, deberá ser ya la única forma posible de matrimonio.
Sin embargo Jesús no se limita a reafirmar la ley; le añade la gracia. Esto quiere decir que los esposos cristianos no tienen sólo el deber de mantenerse fieles hasta la muerte; tienen también la ayuda necesaria para hacerlo. De la muerte redentora de Cristo viene una fuerza –el Espíritu Santo- que permea todo aspecto de la vida del creyente, incluido el matrimonio. Éste incluso es elevado a la dignidad de sacramento y de imagen viva de su unión esponsalicia con la Iglesia en la cruz (Ef. 5, 31-32).

Decir que el matrimonio es un sacramento no significa sólo que en él está permitida, es lícita y buena, la unión de los sexos, que fuera de aquél sería desorden y pecado; significa –más todavía- decir que el matrimonio se convierte en un modo de unirse a Cristo a través del amor al otro, un verdadero camino de santificación….

No podría ser de otra manera, puesto que su promesa apunta a lo definitivo: el amor tiende a la eternidad.

Este ideal de fidelidad conyugal nunca ha sido fácil (¡adulterio es una palabra que resuena siniestramente hasta en la Biblia!); pero hoy la cultura permisiva y hedonista en la que vivimos lo ha hecho inmensamente más difícil. La alarmante crisis que atraviesa la institución del matrimonio en nuestra sociedad está a la vista de todos. Legislaciones civiles, que permiten iniciar los trámites de divorcio apenas pocos meses después de vida en común. Palabras como: «estoy harto de esta vida», «me marcho», «si es así, ¡cada uno por su lado!», ya se pronuncian entre cónyuges a la primera dificultad. El matrimonio sufre en ello la mentalidad común del «usar y tirar».

¿Qué se puede hacer para contener esta tendencia, que causa tanto mal para la sociedad y tanta tristeza a los hijos?

San Pablo daba óptimos consejos al respecto: «Si se enojan, no se dejen arrastrar al pecado ni permitan que la noche los sorprenda enojados, dando ocasión al demonio», «sopórtense los unos a los otros y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro», «Ayúdense mutuamente a llevar las cargas y así cumplirán la Ley de Cristo» (Ef. 4, 26-27; Col 3, 13; Ga 6, 2).

Lo importante que hay que entender es que en este proceso de crisis y superaciones, el matrimonio no se gasta, sino que se afina y mejora. Percibo una analogía entre el proceso que lleva hacia un matrimonio exitoso y el que lleva a la santidad. En su camino hacia la perfección, los santos atraviesan a menudo la llamada «noche oscura de los sentidos» en la que ya no experimenta ningún sentimiento, ningún impulso; tienen aridez, están vacíos, hacen todo a fuerza de voluntad y con fatiga. Después de ésta, llega la «noche oscura del espíritu» en la que no entra en crisis sólo el sentimiento, sino también la inteligencia y la voluntad. Se llega a dudar de que se esté en el camino adecuado, si es que acaso no ha sido todo un error; oscuridad completa, tentaciones sin fin. Se sigue adelante sólo por fe.

¿Entonces todo se acaba? ¡Al contrario! Todo esto no era sino purificación.

Si con buena voluntad y la ayuda de alguien se logran superar estas crisis, se percibe hasta qué punto el impulso y el entusiasmo de los primeros días era poca cosa, respecto al amor estable y la comunión madurados en los años. Si primero el esposo y la esposa se amaban por la satisfacción que ello les procuraba, hoy tal vez se aman un poco más con un amor de ternura, libre de egoísmo y capaz de compasión; se aman por las cosas que han pasado y sufrido juntos.


Lecturas de la semana:

LUNES 5: Jon. 1, 1-2, 1. 11; Sal. Jon. 2, 3-5.8; Lc. 10, 25-37.

MARTES 6: Jon. 3, 1-10; Sal. 129; Lc. 10, 38-42.

MIÉRCOLES 7: Hech. 1, 12-14; Sal. Lc. 1, 46-47. 48-49.50-51.52-53.54-55; Lc. 1, 26-38.

JUE VES 8: Mal. 3, 13-20a; Sal. 1; Lc. 11, 5-13.

VIERNES 9: .Jl. 1, 13-15; 2, 1-2; Sal. 9; Lc. 1, 15-26.

SABADO 10: Jl. 4, 12-21; Sal. 96; Lc. 11, 27-28.

Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las reflexiones que acompañan las lecturas, textos de distintos autores: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y Maria, Catholic.net,. “Claves de Lectio Divina” Proyecto Lectionautas CEBIPAL/CELAM –Impresión Librería “Del Rocío” Av. Mitre 6199 – Wilde – 4207-4785

Te esperamos los sábados 17:00 h.

para leer la Biblia en la Parroquia San José: Brandsen 4970 Villa Dominico.

Círculo Bíblico San José

miencuentroconjesus@yahoo.com.ar