Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

sábado, 3 de julio de 2010

14º Domingo durante el año- Ciclo C-, “El Reino de Dios está Cerca de ustedes”

Lecturas del 4-7-10

Libro de Isaías 66,10-14.
¡Alégrense con Jerusalén y regocíjense a causa de ella, todos los que la aman! ¡Compartan su mismo gozo los que estaban de duelo por ella, para ser amamantados y saciarse en sus pechos consoladores, para gustar las delicias de sus senos gloriosos!
Porque así habla el Señor: Yo haré correr hacia ella la prosperidad como un río, y la riqueza de las naciones como un torrente que se desborda.
Sus niños de pecho serán llevados en brazos y acariciados sobre las rodillas.
Como un hombre es consolado por su madre, así yo los consolaré a ustedes, y ustedes serán consolados en Jerusalén.
Al ver esto, se llenarán de gozo, y sus huesos florecerán como la hierba.
La mano del Señor se manifestará a sus servidores, y a sus enemigos, su indignación.
Palabra de Dios.

Salmo 65

R: ¡Aclame al Señor toda la tierra!
¡Aclame al Señor toda la tierra!
¡Canten la gloria de su Nombre! Tribútenle una alabanza gloriosa, digan al Señor: "¡Qué admirables son tus obras!". R
Toda la tierra se postra ante ti, y canta en tu honor, en honor de tu Nombre. Vengan a ver las obras del Señor, las cosas admirables que hizo por los hombres: R

Él convirtió el Mar en tierra firme, a pie atravesaron el Río. Por eso, alegrémonos en él, que gobierna eternamente con su fuerza; R

Los que temen al Señor, vengan a escuchar, yo les contaré lo que hizo por mí:
Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración ni apartó de mí su misericordia. R

Carta de San Pablo a los gálatas 6,14-18.
Hermanos: Yo sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo. Estar circuncidado o no estarlo, no tiene ninguna importancia: lo que importa es ser una nueva criatura.
Que todos los que practican esta norma tengan paz y misericordia, lo mismo que el Israel de Dios. Que nadie me moleste en adelante: yo llevo en mi cuerpo las cicatrices de Jesús.
Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo permanezca con ustedes. Amén. Palabra de Dios.
Evangelio según San Lucas 10,1-12.17-20.
Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'.
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'.
Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan:
'¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca'.
Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad.
Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre".
El les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos.
No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo".
Palabra del Señor.

Reflexión:

“El Reino de Dios está cerca de ustedes”
Esta vez comentamos el Evangelio con la ayuda del libro del Papa Benedicto XVI sobre Jesús. Antes, sin embargo, desearía hacer una observación de carácter general. La crítica hecha al libro del Papa desde algunos sectores es que se atenga a lo que dicen los evangelios sin tener en cuenta los resultados de la investigación histórica moderna, la cual llevaría, según aquellos, a conclusiones muy distintas. Se trata de una idea muy difundida que está alimentando toda una literatura del tipo El código Da Vinci de Dan Brown y obras de divulgación histórica basadas en el mismo presupuesto.
A menudo se apela a los nuevos datos y a los descubrimientos recientes que por fin habrían situado la investigación histórica en una posición de ventaja respecto al pasado. Pero lo abiertas que son las consecuencias derivadas de estas nuevas fuentes históricas se desprende del hecho de que éstas han dado lugar a dos imágenes de Cristo opuestas e inconciliables entre sí, aún presentes en este contexto. Por un lado, un Jesús «judío de pies a cabeza»; por otro, un Jesús hijo de la Galilea helenizada de su tiempo, impregnado de “filosofía cínica”. A la luz de este dato de hecho, me pregunto: ¿qué debería haber hecho el Papa? ¿Escribir la enésima reconstrucción histórica para debatir y rebatir todas las objeciones contrarias? Lo que el Papa ha optado por hacer ha sido presentar en positivo la figura y la enseñanza de Jesús como es entendido por la Iglesia, partiendo de la convicción de que el Cristo de los evangelios es, también desde el punto de vista histórico, la figura más creíble y segura.
Tras esta aclaración, pasemos al Evangelio de este Domingo. Se trata del episodio del envío en misión de los setenta y dos discípulos. Después de haberles dicho cómo deben ir (de dos en dos, como corderos, sin llevar dinero...), Jesús les explica también qué deben anunciar: «Decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros..."». Se sabe que la frase "Ha llegado a vosotros el Reino de Dios» es el corazón de la predicación de Jesús y la premisa implícita de toda su enseñanza. El Reino de Dios ha llegado entre vosotros, por eso amad a vuestros enemigos; «el Reino de Dios ha llegado entre vosotros», por eso si tu mano te escandaliza córtala: es mejor entrar manco en el Reino de Dios que con las dos manos quedarse fuera... Todo toma sentido del Reino. Siempre se ha discutido sobre qué entendía precisamente Jesús con la expresión «Reino de Dios». Para algunos sería un reino puramente interior que consiste en una vida conforme a la ley de Dios; para otros sería, al contrario, un reino social y político que debe realizar el hombre, si es necesario también con la lucha y la revolución.
El Papa pasa revista a estas interpretaciones del pasado y observa lo que tienen en común: el centro del interés se traslada de Dios al hombre; ya no se trata de un Reino de Dios, sino de un reino del hombre, del que el hombre es el artífice principal. Ésta es una idea de reino compatible, en última instancia, también con el ateísmo.
En la predicación de Jesús la venida del Reino de Dios indica que, enviando en el mundo a Su Hijo, Dios ha decidido –por así decirlo- tomar personalmente en su mano la suerte del mundo, comprometerse con él, actuar desde su interior. Es más fácil intuir qué significa Reino de Dios que explicarlo, porque es una realidad que sobrepasa toda explicación. Sigue aún muy difundida la idea de que Jesús esperara un inminente fin del mundo y de que, por lo tanto, el Reino de Dios por Él predicado no se realizara en este mundo, sino en lo que nosotros llamamos «el más allá». Los evangelios contienen, en efecto, algunas afirmaciones que se prestan a esta interpretación. En otras palabras: Jesús no ha anunciado el fin del mundo, sino el fin de un mundo, y en ello los hechos no le han desmentido.
Pero también Juan Bautista predicaba este cambio, hablando de un inminente juicio de Dios. ¿Entonces dónde está la novedad de Cristo? La novedad se contiene del todo en un adverbio de tiempo: «ahora», «ya». Con Jesús el Reino de Dios ya no es algo sólo «inminente», sino presente. «El aspecto nuevo y exclusivo del mensaje de Jesús –escribe el Papa- consiste en el hecho de que Él nos dice: Dios actúa ahora –es ésta la hora en la que Dios, de una forma que va más allá de cualquier otra modalidad precedente, se revela en la historia como su mismo Señor, como el Dios viviente». De aquí surge ese sentido de urgencia que se trasluce en todas las parábolas de Jesús, especialmente en las llamadas «parábolas del Reino». Ha sonado la hora decisiva de la historia, ahora es el momento de tomar la decisión que salva; el banquete está preparado: rechazar entrar porque se acaba de tomar esposa o se acaba de comprar un par de bueyes o por otro motivo, significa estar excluidos para siempre y ver el propio lugar ocupado por otros.
Partamos de esta última reflexión para una aplicación práctica y actual del mensaje escuchado. Lo que Jesús decía a sus contemporáneos sirve también para nosotros hoy. Ese «ahora» y «hoy» permanecerán invariables hasta el fin del mundo (Hb 3,13). Esto significa que la persona que escucha hoy, tal vez por casualidad, la palabra de Cristo: «El tiempo de Dios se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en el Evangelio» (Mc. 1,15), se encuentra ante la misma elección que aquellos que la escuchaban hace dos mil años en una aldea de
Galilea: o creer y entrar en el Reino, o rechazar creer y quedarse fuera. Lamentablemente, la de creer parece en cambio la última de las preocupaciones para muchos que leen hoy el Evangelio o escriben libros sobre él. En lugar de someterse al juicio de Cristo, muchos se erigen en sus jueces. Jesús está más que nunca bajo proceso. Se trata de una especie de «juicio universal» al revés. Sobre todo los estudiosos corren este peligro. El estudioso debe «dominar» el objeto de la ciencia que cultiva y permanecer neutral ante él; ¿pero cómo «dominar» o ser neutrales ante el objeto, cuando se trata de Jesucristo? En este caso, más que «dominar» cuenta «dejarse dominar». El Reino de Dios era tan importante para Jesús que nos enseñó a orar cada día por su venida. Nos dirigimos a Dios diciendo: «Venga tu Reino»; pero también Dios se dirige a nosotros y dice por boca de Jesús: «El Reino de Dios ha venido entre vosotros; no esperéis, ¡entrad en él!».

Conclusión:
Por eso queridos hermanos no nos cansemos nunca de seguir con nuestro propio testimonio de vida, comprometido, construyendo el Reino de Dios con el respeto por la dignidad humana, la ética de vida y las buenas costumbres que algunas personas que se dicen famosos van minando de nuestra sociedad y de la educación de nuestros niños. Abrasémonos fuerte a Jesús que es nuestro único Señor y no a aquellos que falsamente subestiman el pueblo fiel de Dios. Pongamos alegría en toda obra buena y sepamos que es posible la conversión de nuestras vidas si hay verdadera humildad. Mi bendición y cariño.
P. Carlos Ontivero: onticarlo@gmail.com

Avisos parroquiales:

7 de julio 19 h.: Conmemoración mensual de San Cayetano, recordamos traer alimentos imperecederos para los más necesitados. Se repartirá el pan bendito.

13 de julio 18:30 h.: Convocatoria Nacional a favor del matrimonio entre varón y mujer. En el Congreso Nacional, “Queremos papá y mamá para nuestros hijos”.

Mi profesión de fe:

• Enseguida oí la voz de Dios que decía: ¿A quién voy a enviar? ¿Quién será mi mensajero?» Yo respondí:

Jesús: aquí estoy yo, envíame a mí”.

• "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos:

Jesús: aquí estoy yo, envíame a mí”.

Lecturas de la semana:

LUNES 5: Oseas 2, 16. 17b-18. 21-22; Salmo 144; Mateo 9, 18-26.
MARTES 6: Oseas 8, 4-7. 11-13; Salmo 113; 2Timoteo 4, 6-8- 17-18; Mateo 9, 32-38.
MIERCOLES 7: Oseas 10, 1-3. 7-8. 12; Salmo 104; Mateo 10, 1-7.
JUEVES 8: Oseas 11, 1-4. 8c-9; Salmo 79; Mateo 10, 7- 15.
VIERNES 9: Isaías 7, 10-14; Salmo Lc. 1, 46-55; Lucas 1, 39-47.
SABADO 10: Isaías 6, 1-8; Salmo 92; Mateo 10, 24-33.

Aclaración: Se han utilizado para la preparación del presente: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y Maria. Lectionautas

Impresión Librería “Del Rocío” Av. Mitre 6199 – Wilde – 4207-4785

Te esperamos los sábados 17:00 h.
Para Compartir la Palabra de Jesús,
en la Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Dominico.
Círculo Bíblico San José
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domingo, 27 de junio de 2010

13º Domingo durante el año- Ciclo C-, "¡Te seguiré adonde vayas!"

Lecturas del 27-6-10



1º Libro de los Reyes 19,16b.19-21

El Señor dijo a Elías: “A Eliseo, hijo de Safat, de Abel Mejolá, lo ungirás profeta en lugar de ti”. Elías partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Delante de él había doce yuntas de bueyes, y él iba con la última. Elías pasó cerca de él y le echó encima su manto.

Eliseo dejó sus bueyes, corrió detrás de Elías y dijo: "Déjame besar a mi padre y a mi madre; luego te seguiré". Elías le respondió: "Sí, puedes ir. ¿Qué hice yo para impedírtelo?"
Eliseo dio media vuelta, tomó la yunta de bueyes y los inmoló. Luego, con los arneses de los bueyes, asó la carne y se la dio a su gente para que comieran. Después partió, fue detrás de Elías y se puso a su servicio.
Palabra de Dios .

Salmo 16
R: Señor, tú eres la parte de mi herencia

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti. Yo digo al Señor: "Señor, tú eres mi bien, no hay nada superior a ti". El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡tú decides mi suerte! R

Bendeciré al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche me instruye mi conciencia!
Tengo siempre presente al Señor: él está a mi lado, nunca vacilaré. R

Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro:
porque no me entregarás la Muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. R

Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha. R

Carta de San Pablo a los gálatas 5,1.13-18
Hermanos: Esta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud.
Ustedes, hermanos, han sido llamados para vivir en libertad, pero procuren que esta libertad no sea un pretexto para satisfacer los deseos carnales: háganse más bien servidores los unos de los otros, por medio del amor.
Porque toda la Ley está resumida plenamente en este precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Pero si ustedes se están mordiendo y devorando mutuamente, tengan cuidado porque terminarán destruyéndose los unos a los otros.

Yo los exhortos a que se dejen conducir por el Espíritu de Dios, y así no serán arrastrados por los deseos de la carne.
Porque la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Ambos luchan entre sí, y por eso, ustedes no pueden hacer todo el bien que quieren. Pero si están animados por el Espíritu, ya no están sometidos a la Ley.
Palabra de Dios

Evangelio según San Lucas 9,51-62
Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén.

Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: "Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?".
Pero él se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo.

Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!".
Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".
Y dijo a otro: "Sígueme". El respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre".
Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios".
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos".
Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios". Palabra del Señor.

Reflexión:

CONDICIONES PARA SEGUIR A JESUS
Quien lee atentamente los Evangelios descubre en las palabras y hechos de Jesús, un elemento reiterativo y sorprendente: la prisa, la urgencia. Los evangelistas nos lo presentan como alguien que espera la llegada inminente del Reino de Dios, que vive convencido de que la intervención definitiva de Dios a favor de los pobres está a punto de realizarse. Por eso, para Él, no hay tiempo que perder, muchas de sus decisiones, actuaciones y sentencias hay que situarlas en el contexto para poderlas entender. Este clima de urgencia es el marco en el que hay que leer los tres relatos de seguimiento que Lucas trae aquí.

Estamos en territorio samaritano. Como los Doce, discípulos judíos, le llevan la contraria y algunos samaritanos que han comprendido su actitud y mensaje, quieren incorporarse al grupo. Jesús hace una nueva llamada, ahora a samaritanos, precisando cuáles han de ser las actitudes del verdadero discípulo.

Hay dos ofrecimientos (“Te seguiré”), muy condicionados y una llamada directa de Jesús (“Sígueme”). El personaje central ha sido envidado por Jesús en vista de su disposición; los otros dos han tomado ellos mismos la iniciativa en vista del mensaje de Jesús. Lucas describe a través de estos tres personajes la constitución de un nuevo grupo de discípulos (tres indica totalidad). Hay una referencia implícita de la primera llamada de discípulos israelitas que también fueron tres: Pedro, Santiago y Juan.

Los tres casos al no tener nombres los personajes, todos podemos y debemos sentirnos reflejados e implicados.

Actitudes del verdadero discípulo
Al primero, que se ha ofrecido espontáneamente, le pide que no se identifique con ninguna institución (pues Él no tiene donde reclinar la cabeza). Y le descubre que si quiere seguirle ha de aceptar vivir en la inseguridad y renunciar a una vida cómoda y tranquila. Jesús nos quiere abiertos a todo y a todos, universales, no apegados a nuestros pequeños feudos.

Al segundo, lo invita Él mismo porque sabe que en Él se ha dado ya la ruptura con la tradición con el pasado (si el padre es figura de la tradición que nos vincula con el pasado, su muerte es signo de ruptura con ello). Pero le pide que esa ruptura sea total, que no viva en la indecisión, que no retrase su opción, que se olvide totalmente del pasado (hasta de enterrar) y que se disponga a anunciar la novedad del reino con urgencia y prontitud.

La respuesta que da el tercero revela que el seguimiento sólo es posible con decisión firme y constante: “Quien siga mirando para atrás no vale para el Reino de Dios.

El seguimiento es mucho más que un vago deseo de generosidad o de admiración. Quien busca seguridades y se conforma con identificarse con una institución o un particularismo, por sagrado que éste sea, se cierra a Jesús. Quien no rompe con el pasado (casa, familia y, sobre todo, padre como portador de la tradición), y no subordina todo al anuncio del Reino, no puede entender ni gozar la novedad que conlleva y que ofrece a Jesús. Quien no pone la mano en el arado y mira hacia atrás, o sea, quien no asume con radicalidad el seguimiento, no es apto para el Reino.

Las exigencias de Jesús pueden parecer inhumanas y hasta crueles a primera vista. Lo que intentan significar es que hay que dar prioridad al Reino de Dios por delante de cualquier otro interés o compromiso. Seguir a Jesús, ayer y hoy, exige adoptar una generosa actitud de renuncia personal y de fidelidad sin fisuras pro la causa del Reino de Dios. Y esto, en una sociedad como la nuestra, no se estila, ya que no es proclive a los compromisos estables y firmes.

Ser cristiano no es tener fe, sino irse haciendo creyente. Con frecuencia entendemos la vida cristiana de una manera muy estática y no lo vivimos como un proceso de crecimiento constante y seguimiento a Jesús. Y, sin embargo, en realidad se es cristiano en la medida que nos atrevemos a seguir a Jesús.

En momentos de crisis es grande la tentación de buscar seguridad, volver a posiciones fáciles y llamar de nuevo a las puertas de una religión que nos “proteja” de tantos problemas y conflictos. El creyente que lo quiera ser de verdad, ha de preguntarse ¿cómo ser cristiano hoy? Y la respuesta es la de siempre: hay que volver a Jesús.

Hay que volver a la espiritualidad de seguimiento. Se trata de configurar nuestra vida en el seguimiento de Jesús, sin caer en la tentación de seguir otros intereses u otras corrientes que aparentemente nos pueden ofrecer una seguridad religiosa, pero que nos alejan del espíritu del Evangelio.

Seguir a Jesús no significa seguir a un pasado ya muerto, sino tratar de vivir hoy en el espíritu que le animó a Él. Se trata de vivir hoy “con el aire de Jesús” y no “al aire que más sopla”. Cuando el creyente se esfuerza por seguir a Jesús, día a día, va experimentando de manera creciente que sin ese “seguir” a Jesús su vida sería menos vida, más inerte, más vacía y más sin sentido.

Reflexionemos…
· Identificarse con los personajes y contemplar a Jesús: sus palabras, sus gestos y sus actitudes.

· Creer que antes que yo me decida por Jesús, El se ha decidido por mí.

· Ver mis dificultades, mis obstáculos, mis miedos, mis componendas… que las hay.

· Tomar una decisión firme. Gratitud y alegría porque alguien se ha fijado en mí.

Pbro. Daniel Silva

EN BICICLETA CON DIOS
Al principio veía a Dios como el que me observaba, como un juez que llevaba cuenta de lo que hacía mal, como para ver si merecía el cielo o el infierno cuando muriera. Era como un presidente, reconocía su foto cuando la veía, pero realmente no lo conocía.
Pero luego reconocí a mi Salvador; parecía como si la vida fuera un viaje en bicicleta, pero era una bici de dos, y noté que Dios viajaba atrás y me ayudaba a pedalear.
No sé cuándo sucedió, no me di cuenta cuándo fue, que Él sugirió que cambiáramos lugares, lo que sí se es que mi vida no ha sido la misma desde entonces.
Mi vida con Dios es muy emocionante. Cuando yo tenía el control, yo sabía a donde iba. Era un tanto aburrido, pero predecible. Era la distancia más corta entre dos puntos. Pero cuando Él tomó el liderazgo, Él conocía otros caminos, caminos diferentes, hermosos, por las montañas, a través de lugares con paisajes, velocidades increíbles. Lo único que podía hacer era sostenerme; aunque pareciera una locura, Él sólo me decía: "¡Pedaleá!"

Me preocupaba y ansiosamente le preguntaba, "¿A dónde me llevas?" Él sólo sonreía y no me contestaba, así que comencé a confiar en Él. Me olvidé de mi aburrida vida y comencé una aventura, y cuando yo decía "estoy asustado", Él se inclinaba un poco para atrás y tocaba mi mano.

Él me llevó a conocer gente con dones, dones de compartir y aceptación, Ellos me dieron esos dones para llevarlos en mi viaje; nuestro viaje, de Dios y mío.
Y allá íbamos otra vez. Él me dijo: "Comparte estos dones, dalos a la gente, son sobrepeso, es mucho peso extra". Y así lo hice... a la gente que conocimos, encontré que en el dar yo recibía y mi carga era ligera.
No confié mucho en Él al principio, en darle el control de mi vida. Pensé que la echaría a perder, pero Él conocía cosas que yo no sabía acerca de andar en bici... secretos. Él sabía como doblar para dar vueltas cerradas, brincar para librar obstáculos llenos de piedras, inclusive volar para evitar horribles caminos.
Y ahora estoy aprendiendo a callar y pedalear por los más extraños lugares. Estoy aprendiendo a disfrutar de la vista y de la suave brisa en mi cara y sobre todo de la increíble y deliciosa compañía de mi Dios. Y cuando estoy seguro que ya no puedo más, Él sólo sonríe y me dice: "¡Pedaleá!"

Mi profesión de fe:

· Cuando las ataduras de este mundo me impiden seguirte te digo:

“Yo te glorifico, Señor, porque tú me libraste”

· Cuando el miedo llegue a la puerta de mi vida quiero decir con todas mis fuerzas:

“Yo te glorifico, Señor, porque tú me libraste”

· Cuando me vea tentado de tomar otros caminos distintos a los tuyos, voy a decir:

“Yo te glorifico, Señor, porque tú me libraste”

Jesús misericordioso, en vos confío.

Lecturas de la semana:
LUNES 28: Amós 2, 6-10. 13-16; Salmo 49; Mateo 8, 18-22.
MARTES 29: Hechos apóstoles 12, 1-11; Salmo 33; 2Timoteo 4, 6-8- 17-18; Mateo 16, 13-19.
MIERCOLES 30: Amós 5, 14-15. 21-24; Salmo 49; Mateo 8, 28-34.
JUEVES 1: Amós 7, 10-17; Salmo 18; Mateo 9, 1- 8.
VIERNES 2: Amós 8, 4-6. 9-12; Salmo 118; Mateo 9, 9-13.
SABADO 3: Efesios 2, 19-22; Salmo 116; Juan 20, 24-29.

Aclaración: Se han utilizado para la preparación del presente: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y Maria. www.corazones.org/arte

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