Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

domingo, 30 de noviembre de 2014

Primer Domingo de Adviento, Ciclo B

 

 
Tengan cuidado y estén prevenidos”
Lecturas del 30-11-14 
 

 
Profeta Isaías 63, 16b-17. 19b; 64, 2-7
¡Tú, Señor, eres nuestro padre, «nuestro Redentor» es tu Nombre desde siempre! ¿Por qué, Señor, nos desvías de tus caminos y endureces nuestros corazones para que dejen de temerte? ¡Vuelve, por amor a tus servidores y a las tribus de tu herencia!             
¡Si rasgaras el cielo y descendieras, las montañas se disolverían delante de ti!
Cuando hiciste portentos inesperados, que nadie había escuchado jamás, ningún oído oyó, ningún ojo vio a otro Dios, fuera de ti, que hiciera tales cosas por los que esperan en él. Tú vas al encuentro de los que practican la justicia y se acuerdan de tus caminos.         Tú estás irritado, y nosotros hemos pecado, desde siempre fuimos rebeldes contra ti. Nos hemos convertido en una cosa impura, toda nuestra justicia es como un trapo sucio. Nos hemos marchitado como el follaje y nuestras culpas nos arrastran como el viento. No hay nadie que invoque tu Nombre, nadie que despierte para aferrarse a ti, porque tú nos ocultaste tu rostro y nos pusiste a merced de nuestras culpas. Pero tú, Señor, eres nuestro padre, nosotros somos la arcilla, y tú, nuestro alfarero: ¡todos somos la obra de tus manos! Palabra de Dios.
 
Salmo 79 
R. Restáuranos, Señor del universo, que brille tu rostro y seremos salvados.
Escucha, Pastor de Israel, tú que tienes el trono sobre los querubines, reafirma tu poder y ven a salvarnos.  R.
Vuélvete, Señor de los ejércitos, observa desde el cielo y mira: ven a visitar tu vid,  la cepa que plantó tu mano, el retoño que tú hiciste vigoroso.  R.
Que tu mano sostenga al que está a tu derecha, al hombre que tú fortaleciste, y nunca nos apartaremos de ti: devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre.  R.
 
 carta de san Pablo a los  Corintios 1-3-9
Hermanos: Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.  No dejo de dar gracias a Dios por ustedes, por la gracia que él les ha concedido en Cristo Jesús. En efecto, ustedes han sido colmados en él con toda clase de riquezas, las de la palabra y las del conocimiento, en la medida que el testimonio de Cristo se arraigó en ustedes. Por eso, mientras esperan la Revelación de nuestro Señor Jesucristo, no les falta ningún don de la gracia. El los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de la Venida de nuestro Señor Jesucristo. Porque Dios es fiel, y él los llamó a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.   Palabra de Dios.
 
Evangelio según San Marcos. 13, 33-37
En aquél tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento. Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela.         
Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos. Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!»  Palabra del Señor.
 
Reflexión:
Frente al presente, vigilancia
 
Hoy nos situamos en el capítulo 13 de Marcos que nos habla sobre el tiempo previo a la instauración definitiva del Reino de Dios.  Se suele llamar discurso escatológico, porque habla sobre los acontecimientos últimos y definitivos, sobre el final de la historia del mundo.  En él se nos dice que al“mundo viejo” le ha llegado a su fin, que se está destruyendo a sí mismo. Los falsos mesías, las guerras y el hambre, las persecuciones, la caducidad del templo (del centro religiosos) y la confusión absoluta son los dolores de partos previos a la llegada del Reino que Jesús viene anunciando.  Otras veces recibe el nombre de discurso sobre la parusía, ya que habla de la venida definitiva del Hijo del Hombre (“parusía” significa presencia y sirve para designar la venida y manifestación definitiva del Señor).  También, debido al lenguaje que usa, se le llama discurso apocalíptico (la apocalíptica es una corriente que surge en momentos de dificultad y opresión, y que proyecta ansiosamente la mirada hacia el futuro del que se espera la salvación).
 
Tres son las partes de este discurso con una invitación fundamental en cada una:
 
1) Frente a la conflictividad político-religiosa de la historia: DISCERNIMIENTO  (13, 5-23)
 
2) Frente a la venida del Hijo del Hombre: ESPERANZA (13, 24-32)
 
3) Frente al presente: VIGILANCIA (13, 33-37)
 
La secuencia que hoy leemos es la última parte del discurso.  En ella responde a la pregunta inicial de los discípulos –“¿Cuándo sucederá todo esto?” (13,4), aunque no en la forma que ellos y nosotros hubiéramos deseado. 
La respuesta comienza recurriendo a una comparación o parábola: la de la higuera y termina con otra: la del hombre que se ausenta.  Estas constituyen el núcleo de la respuesta.  La primera habla de la inmediatez y cercanía de estas cosas, y viene a ser la conclusión lógica de la parábola de la higuera.  La tercera habla de la ignorancia sobre el momento concreto, y puede considerarse como la introducción idónea a la parábola que le sigue, la del hombre que se ausentó y no sabemos cuándo volverá.  La sentencia central es la que se nos ofrece el mensaje más relevante: la certeza del hecho, basada en la palabra de Jesús que no pasa. Esta certeza de algo sobre lo que no cabe hacer previsiones y cálculos, pero que para el cristiano debe estar siempre cercano, origina la actitud de una vigilancia constante y responsable.
 
Un Dios sorprendente. Tanto en la encarnación como en la última aparición, el Dios que nos ama y esperamos es un Dios sorprendente.  Sorprendente porque el Dios que rasga los cielos y desciende no es un Dios ocasional, episódico; es el Dios con nosotros que quiere estar en medio de nosotros, en el centro de nuestra existencia, no en los márgenes.  Sorprendente, porque puede llegar “al anochecer, a medianoche, al canto del gallo o al amanecer” o sea, en cualquier momento: su presencia y venida no está ligada a momentos privilegiados y lugares especiales. 
Sorprendente, porque para acogerlo hay que vivir el hoy en plenitud; esto no significa preparar un espectáculo grandioso en su honor, sino vivir en su casa y ser responsable de ella, pues la ha dejado en nuestras manos y nos ha señalado a cada uno una tarea en ella. 
Sorprendente, porque nos invita a discernir los signos de los tiempos, a andar por caminos de justicia y familiarizarnos con el conflicto. Sorprendente, porque no viene ante todo a exigir, a pedir cuentas, sino a dar. “Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por elque espera en Él…”, nos dice el profeta Isaías.  Y Pablo habla de un Jesús porque hemos sido “enriquecidos en todo” como lo dice a los corintios.
 
No se puede ser fiel a un Dios sorprendente, que lleve la iniciativa e interviene en nuestras vicisitudes, si no es asumiendo una postura dinámica de discernir los signos de los tiempos y de toma de conciencia y responsabilidad.  Frente al presente, frente a lo que acontece en nuestro mundo y sociedad, no podemos ni dormirnos ni desentendemos.  
Hay que estar alerta, no podemos delegar en nadie el encargo de vigilar y trabajar.  “Lo que le digo a ustedes se los digo a todos: ¡Estén en vela!  Sólo así podremos descubrir y vivir cotidianamente su presencia e intromisión en nuestra vida y mundo.  Quien trate de escuchar con fidelidad el mensaje de Jesús es fácil que lo perciba, en el fondo de su ser, como una llamada a despertar y vivir con lucidez, y como una fuerza capaz de humanizar, personalizar y dar sentido y gozo insospechado a su vida.  Y es fácil también que, al dejarnos interpelar sinceramente por su palabra, vivamos uno de esos raros momentos en que nos sentimos “despiertos” en los más hondo de nuestro ser.
 
Muchas personas no aman su vida concreta. Tampoco saben vivirla.  La vida se les hace dura y penosa, excesivamente aburrida y vulgar.  Vienen atrapados por las cosas.  Demasiados agitados, llenos o vacios, para poderse detener y responder a su verdadera vocación de ser personas.
Cuando a esto se le suma un clima social conflictivo y un horizonte de inseguridad y crisis, es fácil la tentación de evadirse a un “mundo feliz” que nos consuele de la vida real y nos anestesie de los sinsabores da cada día.  Cada uno busca su “vía de escape” y consume su propia droga.  Sería una equivocación creernos libres de toda “drogadicción” por no ser esclavos de ninguna sustancia tóxica.  Pocas veces habrá tenido tanta actualidad la llamada de Jesús a la vigilancia, la lucidez y la libertad de espíritu.  ¡Se puede y se debe vivir sin droga”
 
Respecto a la segunda venida, al encuentro definitivo con Dios, también nosotros como los apóstoles tenemos curiosidad por saber “cuándo” o al menos querríamos ser avisados con una “señal” ¡Menos mal que Jesús no nos ha indicado la hora precisa, obligándonos a tener nuestro reloj puesto en el hoy!
 
La manifestación de un cristianismo relajado, irrelevante, banalmente repetitivo, no es evangélico ni interesa a nadie.  Solamente la aparición de unos cristianos “sorprendentes”, comprometidos en el presente con lucidez que sirvan positivamente, trabajado por una sociedad más justa y fraternal, puede ayudar a muchas personas a levantar la cabeza y ver los nuevos signos que aparecen en el horizonte, y probar otro estilo de vida abierto a la presencia y utopía de nuestro Dios.
¡Este el momento preciso!
 
Tiempo de Adviento.
Es un tiempo litúrgico que nos invita a detenernos en silencio para percibir una presencia.

Podemos tomar como punto de partida la palabra “Adviento”: este término no significa “espera” como podría suponerse, sino que es la traducción de la palabra griega parusía, que significa “presencia” o mejor dicho “llegada” es decir presencia comenzada. En la antigüedad se usaba para designar la presencia de un rey o señor o también del dios al que se rinde culto y regala a sus fieles el tiempo de su parusía.
 
Es decir que Adviento significa la presencia comenzada de Dios mismo. Por eso nos recuerda dos cosas: primero que la presencia de Dios acaba de comenzar, aún no es total, sino que está en proceso de crecimiento y maduración. Su presencia ya ha comenzado y somos nosotros los creyentes quienes por su voluntad hemos de hacerlo presente en el mundo. Es por medio de nuestra fe, esperanza y amor como él quiere hacer brillar la luz continuamente en la noche del mundo. De modo que las luces que encendemos en la noches oscuras de este tiempo serán a la vez consuelo y advertencia, certeza consoladora de que “la luz del mundo” se ha encendido ya en la noche oscura de Belén  y ha cambiado la noche del pecado humano en la noche santa del amor divino, por otra parte la conciencia de que esta luz solamente puede  -y solamente quiere- seguir brillando si es sostenida por aquellos que por ser cristianos continúan a través de los tiempos la obra de Cristo.
 
La Luz de Cristo quiere iluminar la noche del mundo a través de la luz que somos nosotros, su presencia ya iniciada ha de seguir creciendo por medio de nosotros. Cuando en la noche santa suene una y otra vez el himno Hodie Cristus natus est  debemos recordar que el inicio que se produjo en Belén ha de ser inicio permanente, que aquella noche santa es nuevamente un “hoy” cada vez que un hombre permite que la luz del bien haga desaparecer en él tinieblas del egoísmo (....) el niño Dios nace allí donde se obra por inspiración del amor del Señor, donde se hace algo más que intercambiar regalos
 
Adviento significa presencia de Dios ya comenzada, pero también tan solo comenzada. Esto implica que el cristianismo no mira solamente a lo que ha sido y ya ha pasado, sino también a lo que está por venir. En medio de todas las desgracias del mundo tiene la certeza de que la simiente de luz sigue creciendo oculta, hasta que un día el bien triunfara definitivamente y todo le estará sometido, el día que Cristo vuelva. Sabe que la presencia de Dios, que acaba de comenzar, será un día presencia total. Y esta certeza le hace libre, le presta un apoyo definitivo”
Cardenal Joseph Ratzinger

 
Francisco: En el Amor de Dios un mundo mejor es posible
 
Cuatro desafíos para la pastoral en las ciudades
 
''Es necesario el valor de conducir una pastoral evangelizadora audaz y sin miedos, porque el hombre, la mujer, las familias y los diferente grupos que habitan la ciudad lo esperan de nosotros, y necesitan en sus vidas, la Buena Nueva que es Jesús y su Evangelio''.
El segundo desafío es “el diálogo con la multiculturalidad” sin caer en un relativismo que negocia la propia identidad cristiana. Se debe llegar al corazón de los demás, incluso de aquellos que son diferentes a nosotros, y sembrar allí el Evangelio, afirmó.
El tercer punto es “la religiosidad del pueblo”. “En ella tenemos que apurar el auténtico sustrato religioso, que en muchos casos es cristiano y católico”. Francisco pidió no negar “ni despreciar esta experiencia de Dios que, aunque a veces dispersa o mezclada, pide ser descubierta y no construida. Allí se encuentran las semillas de la Palabra sembradas por el Espíritu del Señor”.
Finalmente el cuarto desafío son “los pobres urbanos”, excluidos y descartados cuyo grito no puede ser ignorado por la Iglesia, “ni entrar en el juego de los sistemas injustos, mezquinos e interesados que tratan de hacerlos invisibles”.
 
Francisco presentó dos propuestas para afrontar estos desafíos. Una es salir para encontrar a Dios que vive en la ciudad y en los pobres, facilitando a la gente el encuentro con el Señor; y trabajar por una Iglesia samaritana, “con un testimonio concreto de misericordia y dulzura presente en las periferias existenciales y pobres, actuando directamente sobre el imaginario social. Orientando y ofreciendo sentido a la vida de la ciudad”. 27/11/14
 
 
Retiro de adviento
 
 
Aclaración: Se han utilizado para la preparación de esta hoja: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y María. Pbro. Daniel Silva.
Rectángulo redondeado: Lectio Divina: los Sábados 16 hs. en:        Círculo Bíblico San JoséParroquia San José: Brandsen 4970 V. Domínico.http://miencuentroconjesus1.blogspot.comSi  querés recibir la hojita por e-mail pedila:miencuentroconjesus@yahoo.com.arwww.facebook.com/miencuentroconjesussanjose