Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

sábado, 14 de octubre de 2023

Vigésimo octavo domingo. Lecturas 15-10-23, Ciclo A.

  
” Ven Espíritu Santo” 
Dios mío: Abre mi espíritu y dame inteligencia, en vano leeré o escucharé tu Palabra si Tú no haces que penetre en mi corazón. Concédeme ardor para buscarla, docilidad para aceptarla y fidelidad para cumplirla. Amén 

“El banquete está preparado, vengan”

Libro del profeta Isaías 25, 6-10ª

El Señor de los ejércitos ofrecerá a todos los pueblos sobre esta montaña un banquete de manjares suculentos, un banquete de vinos añejados, de manjares suculentos, medulosos, de vinos añejados, decantados. El arrancará sobre esta montaña el velo que cubre a todos los pueblos, el paño tendido sobre todas las naciones. Destruirá la Muerte para siempre; el Señor enjugará las lágrimas de todos los rostros, y borrará sobre toda la tierra el oprobio de su pueblo, porque lo ha dicho él, el Señor. Y se dirá en aquel día: «Ahí está nuestro Dios, de quien esperábamos la salvación: es el Señor, en quien nosotros esperábamos; ¡alegrémonos y regocijémonos de su salvación!» Porque la mano del Señor se posará sobre esta montaña. Palabra de Dios. 

Salmo 22: R. El Señor nos prepara una mesa.

El señor es mi pastor, nada me puede faltar. El me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas.  R.

Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo:  tu vara y tu bastón me infunden confianza.  R.

Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa.  R.

Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo.  R.

Pablo a los Filipenses 4, 12-14. 19-20

Hermanos: Yo sé vivir tanto en las privaciones como en la abundancia; estoy hecho absolutamente a todo, a la saciedad como al hambre, a tener de sobra como a no tener nada. Yo lo puedo todo en aquel que me conforta. Sin embargo, ustedes hicieron bien en interesarse por mis necesidades. Dios colmará con magnificencia todas las necesidades de ustedes, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús. A Dios, nuestro Padre, sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios.

Evangelio según san Mateo 22, 1-14

Jesús habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los fariseos, diciendo: «El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir. De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: "Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas." Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron. Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad. Luego dijo a sus servidores: "El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él. Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren." Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados. Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta. "Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?” El otro permaneció en silencio. Entonces el rey dijo a los guardias: "Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes." Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos.» Palabra del Señor.

  
Reflexión: La universalidad de la llamada de Dios 

Esta es la tercera parábola sucesiva que Jesús pronuncia estando en el Templo de Jerusalén frente a los líderes del pueblo judío, los sacerdotes y los ancianos: la “de los dos hijos” (21,28-32), la “de los viñadores homicidas” (21,33-46) y la “del banquete del rey” (22,1-14), tienen un mensaje parecido, Jesús quiere abrirles los ojos sobre su relación con Dios: hay que “escucharlo” y aceptar su llamado por medio del Hijo. Hoy también nosotros estamos llamados a reflexionar y analizar nuestra situación personal como cristianos y nuestros comportamientos.

También tienen en común una interpelación. Ésta siempre se hace sobre la libre voluntad del que es llamado. El mensaje es que Dios no nos obliga, más bien interpela nuestra libre decisión y espera nuestra respuesta. La libertad humana: una inmensa responsabilidad. Hay que notar que ninguno es obligado a un comportamiento determinado. Todos pueden responder con un “sí” o con un “no”, esto es, pueden acoger o rechazar la voluntad de Dios.

A través de sus parábolas Jesús va descubriendo a sus seguidores cómo experimenta a Dios, cómo interpreta la vida desde sus raíces más profundas y cómo responde a los enigmas de la condición humana. Quien entra en contacto vivo con sus parábolas comienza a cambiar. Algo "sucede" en nosotros. Dios no es como lo imaginamos. La vida es más grande y misteriosa que nuestra rutina convencional de cada día. Es posible vivir con un horizonte nuevo. 

Jesús dedica su vida entera a difundir la gran invitación de Dios: «El banquete está preparado. Vengan». Este mensaje configura su modo de anunciar a Dios. Jesús no predica doctrina, despierta el deseo de Dios. No impone ni presiona. Invita y llama. Libera de miedos y enciende la confianza en Dios. En su nombre, acoge a su mesa a pecadores e indeseables. A todos ha de llegar su invitación.

Ir a los cruces de los caminos. Jesús conocía muy bien la vida dura y monótona de los campesinos. Sabía cómo esperaban la llegada del sábado para «liberarse» del trabajo. Los veía disfrutar en las fiestas y en las bodas. ¿Qué experiencia podía haber más gozosa para aquellas gentes que ser invitados a un banquete y poder sentarse a la mesa con los vecinos a compartir una fiesta de bodas?

Movido por su experiencia de Dios, Jesús comenzó a hablarles de una manera sorprendente. Dios está preparando una fiesta final para todos sus hijos e hijas. A todos nos quiere ver sentados junto a él, en torno a una misma mesa, disfrutando para siempre de una vida plenamente dichosa.

No se contentaba solo con hablar así de Dios. Él mismo invitaba a todos a su mesa y comía incluso con pecadores e indeseables. Quería ser para todos la gran invitación de Dios a la fiesta final. Los quería ver recibiendo con gozo su llamada, y creando entre todos un clima más amistoso y fraterno que los preparara adecuadamente para la fiesta final.

¿Qué ha sido de esta invitación?, ¿quién la anuncia?, ¿quién la escucha?, ¿dónde se pueden tener noticias de esta fiesta? Satisfechos con nuestro bienestar, sordos a todo lo que no sea nuestro propio interés, no creemos necesitar de Dios. ¿No nos estamos acostumbrando poco a poco a vivir sin necesidad de una esperanza última?

En la parábola de Mateo, cuando los que tienen tierras y negocios rechazan la invitación, el rey dice a sus criados: «vayan ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encuentren, invítenlos a la boda». La orden es inaudita, pero refleja lo que siente Jesús. A pesar de tanto rechazo y menosprecio habrá fiesta. Dios no ha cambiado. Hay que seguir convidando. Pero ahora lo mejor es ir a «los cruces de los caminos» por donde transitan tantas gentes errantes, sin tierras ni negocios, a los que nadie ha invitado nunca a una fiesta. Ellos pueden entender mejor que nadie la invitación. Ellos pueden recordarnos la necesidad última que tenemos de Dios. Pueden enseñarnos la esperanza.

El vestido nupcial: el llamado es gracia y requiere algo más que ropa de fiesta: de un vestido nupcial. En lenguaje simbólico el vestido indica el estado completo de una persona, para participar en el banquete de bodas del rey se requiere un vestido adecuado para la ocasión, para compartir el Reino de Dios también, donde el vestido no representa algo externo sino la vida nueva del discípulo, que resulta del seguimiento de Jesús, y esto se adquiere por la escucha de las enseñanzas del Señor y de vivir de acuerdo con la voluntad del Padre. 

San Agustín, Sermón 90, 5.6. ¿Cuál será, entonces, el vestido nupcial? 

Busquemos, hermanos, quiénes son entre los fieles aquellos que tienen algo que los malos no tienen, y ése será el vestido nupcial. 

¿Serán los sacramentos? Pueden ver que son comunes a los buenos y a los malos. 

¿Será el Bautismo? Es verdad que nadie llega a Dios sin el Bautismo, pero no todo bautizado llega hasta Dios. Por eso no puedo entender que el vestido nupcial sea el Bautismo, el propio sacramento: es un vestido que veo en buenos y malos.          

¿Será el altar, o lo que en él se recibe? Pero nosotros vemos que muchos comen, y comen y beben su condenación.                  

¿Qué será entonces? ¿El ayuno? También ayunan los malos. ¿Ir a la Iglesia? También los malos corren para allá.     

Para terminar: ¿Será hacer milagros? No sólo los hacen los buenos y los malos, sino que a veces hasta ni los buenos ni los malos los hacen…    

¿Cuál será, entonces, el vestido nupcial? Aquí lo tienen: dice el Apóstol que el fin del mandamiento es la caridad que brota de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera (1 Timoteo 1,5). Ése es el vestido nupcial. No una caridad cualquiera, pues muchas veces vemos amarse a personas que comparten una mala conciencia… Pero esa no es la caridad que brota de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera”.  

¿Qué me dice La Palabra de hoy? ¿Qué me llevo de mi encuentro con Jesús, para meditar durante la semana? Algunas reflexiones:  

Movido por su experiencia de Dios, Jesús nos dice: Dios está preparando una fiesta final para todos sus hijos e hijas. A todos nos quiere ver sentados junto a él, en torno a una misma mesa, disfrutando para siempre de una vida plenamente dichosa. 

Jesús dedica su vida entera a difundir la gran invitación de Dios: «El banquete está preparado. Vengan». Este mensaje configura su modo de anunciar a Dios. Jesús no predica doctrina, despierta el deseo de Dios. No impone ni presiona. Invita y llama. Libera de miedos y enciende la confianza en Dios. En su nombre, acoge a su mesa a pecadores e indeseables. A todos ha de llegar su invitación. 

¿Cuál será el vestido nupcial? San Agustín.

Busquemos, hermanos, quiénes son entre los fieles aquellos que tienen algo que los malos no tienen, y ése será el vestido nupcial. 

¿Serán los sacramentos? ¿Será el Bautismo?
¿Será el altar, o lo que en él se recibe? ¿El ayuno? ¿Ir a la Iglesia? ¿Será hacer milagros? Aquí lo tienen: dice el Apóstol que el fin del mandamiento es la caridad que brota de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera (1 Timoteo 1,5).
 

 
Vigésimo segundo domingo, ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? 

 Vigésimo tercero domingo, «...el que ama al prójimo ya cumplió toda la Ley»

Vigésimo cuarto domingo, “Vivir perdonando” 

Vigésimo quinto domingo, “los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos” 

Vigésimo sexto domingo, «¿Cuál de los dos cumplió la voluntad del padre? 

Vigésimo séptimo domingo, ¡Dueños o servidores 

Aclaración: Se han consultado para la preparación de las reflexiones: El libro del Pueblo de Dios. Hojitas anteriores. Centro Bíblico del CELAM. Amigos de fe adulta. J.A: Pagola. 

Círculo Bíblico San José 

“Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino” Sal 119  

Te esperamos todos los sábados a las 17 hs para compartir y reflexionar el evangelio de cada semana. 


jueves, 12 de octubre de 2023

Jueves 12 de octubre. Lc 11, 5-13. “El que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá”

Lc 11, 5-13. Jesús agregó: «Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: "Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle", desde adentro él le responde: "No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos". Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario. También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Hay algún padre entre ustedes que dé a su hijo una serpiente cuando le pide un pescado? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!». Palabra del Señor.

“Hacernos Evangelio vivo”

Hoy la Palabra me lleva a reflexionar que escucharla, es dejarme guiar por la luminosidad de esta Palabra creadora, llena de amor, que acogerla me hace ser anuncio; es hacerme Evangelio vivo que ayuda quitar injusticias y egoísmos, es proclamar con la vida que es posible un nuevo modo de vivir más alegre, más dichoso.

La invitación de Jesús en el Evangelio es clara: que no me canse de rezar, a orar insistentemente, a poner toda mi confianza en Él.

Señor Jesús, ayúdame a rezar en todo momento sin desfallecer. Que no pierda la confianza en tus tiempos y en tu voluntad. Envíame el don de tu Espíritu para que me sostenga y anime. Amén.  (Ref.: donboco.org.ar, dominicos.org) 

miércoles, 11 de octubre de 2023

Miércoles 11 de octubre 2023. Lc 11, 1-4 “Señor, enséñanos a orar”

  

Evangelio según San Lucas 11,1-4.

Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos". El les dijo entonces: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino; danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación".

“Padre nuestro”

Hoy Jesús me comparte su oración, su forma de rezar, me ayuda a descubrir en lo más íntimo de mi ser a Dios como Padre y a hablarle como su hijo. Alabanza al Padre a la vez que hago mis peticiones. Donde tal vez la riqueza más grande sea, que de esta oración que hace Jesús a su Padre, todos nosotros participamos. No es solamente mi Padre, es nuestro Padre. Unirnos a la oración de Jesús es sumarnos al camino que sea invitación a los demás para rezar también. A revisar nuestro compromiso de crear fraternidad y sentirnos de verdad hermanos, para hacer posible su Reino, la Buena Noticia del Evangelio. (Ref.: donboco.org.ar, dominicos.org) 

martes, 10 de octubre de 2023

Martes 10 de octubre 2023. Lc 10, 38-42.


“Sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra” Lc 10, 38-42

Todos vivimos diariamente la experiencia de estar “dándole vueltas” a algunos temas. Algunos lo hacen con más serenidad, otros de forma más dramática, “dándose manija”. Hay preocupaciones legítimas, problemas reales que afrontar. Pero hoy Jesús pasa por mi casa, por mi vida y ¿Cuál es la única cosa realmente necesaria? ¿Qué tiempo le voy a dedicar?

Marta se limita, a pesar de todas sus buenas intenciones, a acoger a Jesús en su casa. María lo acoge “dentro de sí”. Le ofrece hospitalidad en aquel espacio interior, secreto, que ha sido dispuesto por él, y que está reservado para él. Marta ofrece a Jesús cosas, María se ofrece a sí misma.