Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

sábado, 18 de marzo de 2023

Cuarto domingo de cuaresma. Lecturas 19-3-23, Ciclo A

  

Tiempo de cuaresma, “Ascesis cuaresmal, un camino sinodal”.  

La ascesis cuaresmal es un compromiso, animado siempre por la gracia, para superar nuestras faltas de fe y nuestras resistencias a seguir a Jesús en el camino de la cruz. Papa Francisco, mensaje cuaresmal.   

” Ven Espíritu Santo”

Dios mío, envía ahora tu Espíritu sobre mí y que abra mis ojos y mis oídos a tu Palabra, que me guie y asista al meditar tus enseñanzas, para que pueda saborearla y comprenderla, para que tu Palabra penetre en mi corazón, y me conduzca a la Verdad completa. Amén  

“El ciego fue, se lavó y al regresar, veía ”  

Primer libro de Samuel 16, 1b. 5b-7. 10-13a

El Señor dijo a Samuel: «¡Llena tu frasco de aceite y parte! Yo te envío a Jesé, el de Belén, porque he visto entre sus hijos al que quiero como rey.» Samuel fue, purificó a Jesé y a sus hijos y los invitó al sacrificio. Cuando ellos se presentaron, Samuel vio a Eliab y pensó: «Seguro que el Señor tiene ante él a su ungido.» Pero el Señor dijo a Samuel: «No te fijes en su aspecto ni en lo elevado de su estatura, porque yo lo he descartado. Dios no mira como mira el hombre; porque el hombre ve las apariencias, pero Dios ve el corazón.» Así Jesé hizo pasar ante Samuel a siete de sus hijos, pero Samuel dijo a Jesé: «El Señor no ha elegido a ninguno de estos.» Entonces Samuel preguntó a Jesé: «¿Están aquí todos los muchachos?» El respondió: «Queda todavía el más joven, que ahora está apacentando el rebaño.» Samuel dijo a Jesé: «Manda a buscarlos, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que llegue aquí.» Jesé lo hizo venir: era de tez clara, de hermosos ojos y buena presencia. Entonces el Señor dijo a Samuel: «Levántate y úngelo, porque es este.» Samuel tomó el frasco de óleo y lo ungió en presencia de sus hermanos. Y desde aquel día, el espíritu del Señor descendió sobre David. Palabra de Dios.   

Salmo 22, R. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.

El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. El me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas.  R.

Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza.  R. 

Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. R

Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo.  R.         

Carta de Pablo a los cristianos de Éfeso 5, 8-14

Hermanos: Antes, ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de la luz. Ahora bien, el fruto de la luz es la bondad, la justicia y la verdad. Sepan discernir lo que agrada al Señor, y no participen de las obras estériles de las tinieblas; al contrario, pónganlas en evidencia. Es verdad que resulta vergonzoso aun mencionar las cosas que esa gente hace ocultamente. Pero cuando se las pone de manifiesto, aparecen iluminadas por la luz, porque todo lo que se pone de manifiesto es luz. Por eso se dice: Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará.  Palabra de Dios.   

Evangelio según san Juan 9, 1-41

Jesús, al pasar, vio a un hombre ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: «Maestro, ¿quién ha pecado, él o sus padres, para que haya nacido ciego?»  «Ni él ni sus padres han pecado, respondió Jesús; nació así para que se manifiesten en él las obras de Dios. Debemos trabajar en las obras de aquel que me envió, mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.» Después que dijo esto, escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y lo puso sobre los ojos del ciego, diciéndole: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé», que significa «Enviado.» El ciego fue, se lavó y, al regresar, ya veía.

Los vecinos y los que antes lo habían visto mendigar, se preguntaban: «¿No es este el que se sentaba a pedir limosna?» Unos opinaban: «Es el mismo.» «No, respondían otros, es uno que se le parece.» El decía: «Soy realmente yo.»  Ellos le dijeron: «¿Cómo se te han abierto los ojos?» El respondió: «Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, lo puso sobre mis ojos y me dijo: "Ve a lavarte a Siloé". Yo fui, me lavé y vi.» Ellos le preguntaron: «¿Dónde está?»  El respondió: «No lo sé.» El que había sido ciego fue llevado ante los fariseos. Era sábado cuando Jesús hizo barro y le abrió los ojos. Los fariseos, a su vez, le preguntaron cómo había llegado a ver.

El les respondió: «Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo.» Algunos fariseos decían: «Ese hombre no viene de Dios, porque no observa el sábado.» Otros replicaban: «¿Cómo un pecador puede hacer semejantes signos?»  Y se produjo una división entre ellos. Entonces dijeron nuevamente al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos?» El hombre respondió: «Es un profeta.»

Sin embargo, los judíos no querían creer que ese hombre había sido ciego y que había llegado a ver, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: «¿Es este el hijo de ustedes, el que dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?»  
Sus padres respondieron: «Sabemos que es nuestro hijo y que nació ciego, pero cómo es que ahora ve y quién le abrió los ojos, no lo sabemos. Pregúntenle a él: tiene edad para responder por su cuenta.» Sus padres dijeron esto por temor a los judíos, que ya se habían puesto de acuerdo para excluir de la sinagoga al que reconociera a Jesús como Mesías. Por esta razón dijeron: «Tiene bastante edad, pregúntenle a él.» Los judíos llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: «Glorifica a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.» «Yo no sé si es un pecador, respondió; lo que sé es que antes yo era ciego y ahora veo.»  Ellos le preguntaron: «¿Qué te ha hecho? ¿Cómo te abrió los ojos?»                
El les respondió: «Ya se lo dije y ustedes no me han escuchado. ¿Por qué quieren oírlo de nuevo? ¿También ustedes quieren hacerse discípulos suyos?»                 
Ellos lo injuriaron y le dijeron: «¡Tú serás discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés! Sabemos que Dios habló a Moisés, pero no sabemos de donde es este.» El hombre les respondió: «Esto es lo asombroso: que ustedes no sepan de dónde es, a pesar de que me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero sí al que lo honra y cumple su voluntad. Nunca se oyó decir que alguien haya abierto los ojos a un ciego de nacimiento. Si este hombre no viniera de Dios, no podría hacer nada.»  
Ellos le respondieron: «Tú naciste lleno de pecado, y ¿quieres darnos lecciones?» Y lo echaron.

Jesús se enteró de que lo habían echado y, al encontrarlo, le preguntó: «¿Crees en el Hijo del hombre?» El respondió: «¿Quién es, Señor, para que crea en él?»  Jesús le dijo: «Tú lo has visto: es el que te está hablando.»  Entonces él exclamó: «Creo, Señor», y se postró ante él.
Después Jesús agregó: «He venido a este mundo para un juicio: Para que vean los que no ven y queden ciegos los que ven.» Los fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: «¿Acaso también nosotros somos ciegos?»          
Jesús les respondió: «Si ustedes fueran ciegos, no tendrían pecado, pero como dicen: "Vemos", su pecado permanece.»  Palabra del Señor 

 Reflexión:

Soy luz del mundo. El encuentro de Jesús con un ciego (de nacimiento)-mendigo nos permite vivir en forma progresiva un itinerario de “iluminación”.

Jesús es luz que orienta el sentido de la vida de todo hombre en la dirección del proyecto de Dios: “Yo soy la luz del mundo, el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8,12).

Hoy notamos cómo desde el principio del relato, Jesús dice: “Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo”. Esta “luz” vino al mundo y permanece en el mundo. Está en el mundo, pero no es evidente, como predicaba el Bautista: “En medio de vosotros está uno a quien no conocéis” (Mt 1,26). La “luz” se ha hecho presente en la encarnación de Jesús, por tanto, hay que descubrirla.  

Una experiencia personal de encuentro con Jesús. “Escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y lo puso sobre los ojos del ciego”. Al mezclar la tierra con su saliva está simbolizando la creación del hombre nuevo, compuesto por la tierra-carne y la saliva-Espíritu. El ciego es ahora un “ungido”, como Jesús.

El hombre carnal ha sido transformado por el Espíritu. La duda de la gente sobre la identidad del ciego refleja la novedad que produce el Espíritu. Siendo el mismo, es otro.

El hombre ciego ya era libre pero no lo había descubierto todavía. De ahí que el ciego utilice las mismas palabras que tantas veces, en Juan, utiliza Jesús para identificarse: "Soy yo". Esta fórmula refleja la identidad del hombre transformado por el Espíritu. Descubre la transformación que se ha operado en su persona y quiere que los demás la vean. El ciego, que hasta entonces era solo carne, se dejó transformar por el Espíritu.     

Tres momentos para empezar a “ver”.

(1) Encontrar… El ciego-mendigo de nacimiento queda desvalido, sin el apoyo de su comunidad de fe. Jesús entonces, entra en acción: sale a su encuentro: “encontrándolo”. 

(2) Reconocer… 

Jesús se le revela como el “Hijo del hombre”. No lo afirma de una vez, lo lleva a descubrirlo mediante la didáctica de la pregunta: “¿Tú crees en el Hijo del hombre?”.

(3) AdorarEl sanado afirma que cree en Jesús –sellando así su reconocimiento- y se postra ante él, un gesto de respeto y entrega con el cual admite estar ante la divinidad de Jesús.  

¿Vamos a seguir sin vivir una experiencia personal de encuentro con Jesús que nos abra los ojos y el corazón?  

Hoy necesitamos testigos que contagien, aunque sea de manera humilde, su pequeña experiencia del evangelio. No necesitamos fanáticos que defiendan «verdades» de manera autoritaria y con lenguaje vacío y frases hechas. 

Necesitamos creyentes de verdad, atentos a la vida y sensibles a los problemas de la gente, buscadores de Dios capaces de escuchar y acompañar con respeto a tantos hombres y mujeres que sufren, buscan y no aciertan a vivir de manera más humana ni más creyente.  

El proceso del ciego de nacimiento: es una progresiva iluminación que fue recibiendo en lo relativo a la fe: pasó de ser un hombre común a ser un creyente, y en este sentido el signo que hizo Jesús con él de abrirle los ojos no es más que la exteriorización de un proceso mucho más hondo que se dio en el interior del hombre.

En todo este arco de la historia narrada, mediante la curación y en el saber conducirlo a la fe, Jesús ha sido para este hombre –que es nuestro modelo- luz y cada vez más luz.  El ciego recobró la vista inmediatamente, pero la luz de la fe fue gradual: “no se”; “es un profeta”, “viene de Dios”; “Creo, Señor”.  

De esta manera el ciego de nacimiento no sólo abrió los ojos, sino que también descubrió una ruta definida para su existencia: la persona de Jesús de Nazaret, el Verbo Encarnado que da su amor “hasta el fin” lo conduce hasta el Padre. En fin, siendo la luz del mundo, Jesús le concedió el don de la vista al ciego de nacimiento acompañado del don de la luz (iluminación) en orden a la contemplación de la realidad. 

Habiendo llegado a este punto, la lección de Jesús nos da luz y nos mira cara a cara y nos interpela: “¿En qué situación estás hoy?”, “¿Te sentís llamado a vivir un encuentro conmigo como lo hizo el ciego de nacimiento?”, “¿Tú crees en el Hijo del hombre?”  

Jesús ha venido de parte de Dios, al encuentro del hombre, para llevarlo a la comunión con él. Ese es el sentido de su “trabajar en las obras de Dios”.  

“Tú eres mi refugio y mi escudo, yo espero en tu Palabra” (Salmo 119, 114). 

  

19 de marzo: Solemnidad de San José  

San José, sostiene a quien se entrega por los necesitados: los voluntarios, los enfermeros, los médicos, que están en la primera línea del cuidado a los enfermos, también a costa de su propia seguridad”.

“Bendice, San José, a la Iglesia: a partir de sus ministros, hazla signo e instrumento de tu luz y de tu bondad. Acompaña, San José, a las familias: con tu silencio orante, construyes la armonía entre padres e hijos, de modo particular entre los más pequeños”.

“Preserva a los ancianos de la soledad: haz que ninguno quede a merced de la desesperación del abandono y del desánimo. Consuela a los más frágiles, fortalece a quien duda, intercede por los pobres. Con la Virgen María, suplica al Señor para que libere al mundo de toda pandemia. Amén”.

Aciprensa 

Aclaración: Se han consultado para la preparación de las reflexiones: El libro del Pueblo de Dios. Centro Bíblico del CELAM.  J. A. Pagola. Fray Marcos. Hojitas anteriores.  

Círculo Bíblico San José

 “Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino” Sal 119  

Te esperamos todos los sábados a las 17 hs para compartir y reflexionar el evangelio de cada semana. 

Evangelio del día 18 marzo 2023. Lc 18, 9-14. "Dos hombres subieron al templo a orar"

 
¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida! 

[Lucas 18, 9-14] En aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás: «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”. El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”. Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido». Palabra del señor.

Evangelio del día 17 marzo 2023.Mt 12, 28b-34. ¿Qué mandamiento es el primero de todos?

 
¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida! 

[Marcos 12, 28b-34] 
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?». Respondió Jesús: «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos». El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra del Señor.

jueves, 16 de marzo de 2023

Jueves 16 de marzo 2023. evangelio según san Lucas (11, 14-23)

 

 

evangelio según san Lucas (11, 14-23)
En aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo. Sucedió que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: «Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios». Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan?

«Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros».

Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Palabra del Señor.

El Reino de Dios se manifiesta presente con la vivencia del amor, incluso cuando va contra las estructuras imperantes.

Hoy la Palabra me lleva a preguntarme, que signo necesito para creer realmente que Dios a través de su espíritu vive en mi, que me guía y asiste cada vez que se lo pido?


miércoles, 15 de marzo de 2023

Miércoles 15 de marzo de 2023. Muy 5, 17-19.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (5, 17-19)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.

«No he venido a abolir, sino a dar plenitud».

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos». Palabra de Dios.


Como recordó San Juan Pablo II, Dios desea acercarse al hombre, Dios quiere dirigirle sus palabras, mostrarle su rostro porque busca la intimidad con él.


Jesús, con su presencia lleva a cumplimiento el deseo de Dios de acercarse al hombre. Por esto, dice que «no piense que ha venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento» (Mt 5,17). Viene a enriquecerme, a iluminarme para que pueda conocer el verdadero rostro de Dios y pueda entrar en intimidad con Él. 

Gracias Dios mío por hacerte presente en mi vida y mostrarme el camino del hombre que busca ser pleno.

 

martes, 14 de marzo de 2023

Evangelio del día 14 marzo 2023. Mt 18, 21-35. ¿Cuántas veces tengo que perdonar?

 
¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida! 

[Mateo 18, 21-35] En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?». Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”. Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: “Págame lo que me debes”. El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”. Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano». Palabra del Señor.

¿Cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga?

La Palabra me lleva a reflexionar, que el Señor se acuerda del necesitado, no solo del pan material, sino del espiritual y tiene misericordia con aquellos que lo invocan. Entonces siento que ahora, es necesario corresponder al amor misericordioso del Padre.
Me pregunto ¿que sale de mi corazón, condena, odio, rencor…?
Jesús me enseña a transformar el daño recibido con el amor y el perdón y poder gozar de vivir ya en la certeza del Amor que todo lo sana. Experimentar que Dios habite en mi vida y sea quien me inspire. De esta forma me siento más libre.
Ayúdame a no reaccionar con el mismo rencor con que me hirieron, a no hacer a los otros lo que no quisiera que me hagan, y a amar mejor de como yo quisiera ser amado. Me llenaste de talentos, ayúdame a no desperdiciarlos más, y a hacerlos fructificar. Dame la fuerza, el valor y la compasión para ser hoy, Señor, tu corazón. (ref. donboco.org.ar)



lunes, 13 de marzo de 2023

Evangelio del día 13 marzo 2023. Lc 4, 24-30. "Ningún profeta es aceptado en su pueblo"

 
¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida! 

[Lucas 4, 24-30] Habiendo llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga: «En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio». Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino. Palabra del Señor.

“Jesús, continúo su camino”
Hoy la Palabra, en este tiempo de cuaresma, me lleva a revisar ¿Cómo está mi experiencia de seguimiento del Señor? ¿De qué maneras lo escucho y me relaciono con Él? Mi alma ¿tiene sed del Dios verdadero? ¿Busco conocerlo, compartir con Él mi día, y dejarme moldear por sus enseñanzas o me autoconvenzo de seguir a un dios hecho a mi medida y que confirma mis pensamientos? 

Seguir al Señor implica experimentar el rechazo, ir contra corriente, abrazar la cruz. Si esto no está, quizás sea porque no estoy siendo testimonio del Señor, sino que me adapto a lo que hay. Jesús, consciente de ello, nos enseña que “ningún profeta es bien recibido en su tierra”. Hoy, ¿Qué incomodidad, sufrimiento o cruz que me toca vivir puedo aceptar y ofrecer vivirla con amor? (ref. donboco.org.ar)

domingo, 12 de marzo de 2023

Tercer domingo de cuaresma Lecturas 12-3-23, Ciclo A

  
Tiempo de cuaresma

“Ascesis cuaresmal, un camino sinodal”.

 

La ascesis cuaresmal es un compromiso, animado siempre por la gracia, para superar nuestras faltas de fe y nuestras resistencias a seguir a Jesús en el camino de la cruz. Papa Francisco, mensaje cuaresmal.

” Ven Espíritu Santo”

Dios mío, envía ahora tu Espíritu sobre mí y que abra mis ojos y mis oídos a tu Palabra, que me guie y asista al meditar tus enseñanzas, para que pueda saborearla y comprenderla, para que tu Palabra penetre en mi corazón, y me conduzca a la Verdad completa. Amén  

“Señor dame de esa agua”  

Lectura del libro del Éxodo 17, 1-7

Toda la comunidad de los israelitas partió del desierto de Sin y siguió avanzando por etapas, conforme a la orden del Señor. Cuando acamparon en Refidím, el pueblo no tenía agua para beber. Entonces acusaron a Moisés y le dijeron: “Danos agua para que podamos beber”. Moisés les respondió: “¿Por qué me acusan? ¿Por qué provocan al Señor?”. El pueblo, torturado por la sed, protestó contra Moisés diciendo: «¿Para qué nos hiciste salir de Egipto? ¿Sólo para hacernos morir de sed, junto con nuestros hijos y nuestro ganado?» Moisés pidió auxilio al Señor, diciendo: «¿Cómo tengo que comportarme con este pueblo, si falta poco para que me maten a pedradas?»      El Señor respondió a Moisés: «Pasa delante del pueblo, acompañado de algunos ancianos de Israel, y lleva en tu mano el bastón con que golpeaste las aguas del Nilo. Ve, porque yo estaré delante de ti, allá sobre la roca, en Horeb. Tú golpearás la roca, y de ella brotará agua para que beba el pueblo.» Así lo hizo Moisés, a la vista de los ancianos de Israel. Aquel lugar recibió el nombre de Masá -que significa «Provocación»- y de Meribá -que significa «Querella»- a causa de la acusación de los israelitas, y porque ellos provocaron al Señor, diciendo: «¿El Señor está realmente entre nosotros, o no?» Palabra de Dios. 

 Salmo 94. R. Cuándo escuchen la voz del Señor «No endurezcan el corazón.»  

¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva! ¡Lleguemos hasta él dándole gracias, aclamemos con música al Señor!  R.

¡Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó!  Porque él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que él apacienta, las ovejas conducidas por su mano.  R.

Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: «No endurezcan su corazón como en Meribá, como en el día de Masá, en el desierto, cuando sus padres me tentaron y provocaron, aunque habían visto mis obras.»  R.  

Carta de S. Pablo a los Romanos 5, 1-2. 5,8      

Hermanos: Justificados, por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado En efecto, cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores. Difícilmente se encuentra alguien que dé su vida por un hombre justo; tal vez alguno sea capaz de morir por un bienhechor. Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Palabra de Dios. 

Evangelio san Juan 4, 5-15. 19b-26. 39a. 40-42

Jesús llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. Era la hora del mediodía. Una mujer de Samaria fue a sacar agua, y Jesús le dijo: «Dame de beber.» Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos.             
La samaritana le respondió: «¡cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Los judíos, en efecto, no se trataban con los samaritanos. Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú misma se lo hubieras pedido, y él te habría dado agua viva.» 
«Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?»   Jesús le respondió: «El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna.»  «Señor, le dijo la mujer, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla.» Después agrego: «Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar.» Jesús le respondió: «Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén ustedes adorarán al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.»              La mujer le dijo: «Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando él venga, nos anunciará todo.» Jesús le respondió: «Soy yo, el que habla contigo.» Muchos samaritanos de esa ciudad habían creído en él. Por eso, cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos, y él permaneció allí dos días. Muchos más creyeron en él, a causa de su palabra. Y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es verdaderamente el Salvador del mundo.» Palabra del Señor.  

Reflexión: Descubriendo a Jesús 

El evangelio de este domingo nos retrata el camino de un encuentro con Jesús, se trata de un itinerario de descubrimiento de la persona de Jesús quien viene al mundo como Verbo para que lo comprendamos y lo acojamos en la fe, recibiendo así “el don de Dios”. Es un encuentro que va da del pozo físico al pozo del corazón: del corazón humano que por sí mismo no puede producir vida, al corazón de Dios de donde viene el don inagotable de la vida. Es un encuentro verdaderamente salvífico que conduce de la lejanía de Dios a la experiencia plenificante de la adoración de Dios.  

En el encuentro con el Verbo se da un proceso que quiebra dicotomías, reconciliando hombre-mujer (conflictos de género), judío-samaritano (enemigos políticos), verdadero-falso adorador de Dios (discriminaciones religiosas). Es un encuentro que integra lo personal y lo comunitario, la experiencia personal y la misión. La samaritana vive su experiencia personal de Jesús (y se convierte en apóstol) confesando su fe en su comunidad, donde el encuentro salvífico de Jesús con la samaritana es el punto de partida de la misión: de la samaritana misma y de los discípulos.  

La última frase –y momento culminante- de todo el pasaje es: “Sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del Mundo”.  El núcleo es una experiencia de conocimiento (ver Jn 1,10-13), un conocimiento en la fe que va más allá de la simple profesión de boca y se concreta en la acogida del Verbo en el mundo de los hombres: “Le rogaron que permaneciera con ellos… Y permaneció allí…”.  

Junto al manantial de Jacob. Llega Jesús a la pequeña aldea de Sicar. Está «cansado del camino». Su vida es un continuo caminar y recorrer los pueblos anunciando ese mundo mejor que Dios quiere para todos. Necesita descansar y se queda «sentado junto al manantial de Jacob». Pronto llega una mujer desconocida y sin nombre. Es samaritana y viene a apagar su sed en el pozo del manantial. Con toda espontaneidad Jesús inicia el diálogo: «Dame de beber».

¿Cómo se atreve a entrar en contacto con alguien que pertenece a un pueblo impuro y despreciable como el samaritano? ¿Cómo se rebaja a pedir agua a una mujer desconocida? Aquello va contra todo lo imaginable en Israel. Jesús se presenta como un ser necesitado. Necesita beber y busca ayuda y acogida en el corazón de aquella mujer.

Las necesidades básicas nos unen y nos invitan a ayudarnos, dejando a un lado nuestras diferencias. La mujer se sorprende porque Jesús no habla con la superioridad propia de los judíos frente a los samaritanos, ni con la arrogancia de los varones hacia las mujeres.

Entre Jesús y la mujer se ha creado un clima nuevo, más humano y real. Jesús le expresa su deseo íntimo: «Si conocieras el don de Dios», si supieras que Dios es un regalo, que se ofrece a todos como amor salvador... Pero la mujer no conoce nada gratuito. El agua la tiene que extraer del pozo con esfuerzo. El amor de sus maridos se ha ido apagando, uno después de otro.

Cuando oye hablar a Jesús de un «agua» que calma la sed para siempre, de un «manantial» interior, que «salta» con fuerza dando fecundidad y vida eterna, en la mujer se despierta el anhelo de vida plena que nos habita a todos: «Señor dame de beber».

Un camino progresivo hacia la fe en Jesús salvador. Ante el relato del encuentro de la samaritana con Jesús, se imponen algunas consideraciones. Jesús es quien toma la iniciativa. Él se anticipa a la mujer. Él comienza el diálogo y lo conduce. La mujer pone su parte: tiene sed, toma el cántaro, va al pozo donde está Jesús. Pero está cerrada a todo diálogo. Sin embargo, está abierta a la felicidad. Gracias al diálogo con Jesús, la mujer va cambiando progresivamente su imagen de Jesús, lo llama “judío”, luego “señor”, “profeta” y después “mesías”.  

Y mediante el anuncio que ella hace a sus compaisanos del encuentro con Jesús, estos profesan: “es verdaderamente el Salvador del mundo”.

La verdadera adoración. Es la que brota del conocimiento del rostro del Padre y de su actuar, revelados en la persona de Jesús.  

Adorar en espíritu y verdad.  Supone superación de templos y lugares sagrados, y de un culto y ritos vacíos. El nuevo templo es Jesús y él vive en quien cree.  Para adorar al Padre lo que importa es la actitud, no los lugares.  Actitud donde obra el Espíritu de Jesús, que nos da.  

Como Padre.  No se puede adorar a quien no se conoce. No se puede adorar a quien no descubrimos vivo y eficaz como Señor y Creador dentro de nuestra propia historia.  No se puede adorar cuando no se toma conciencia de su actuar creativo dentro de la propia vida.

Jesús es quien verdaderamente conoce al Padre y quien nos revela su rostro de manera nueva y definitiva (“A Dios nadie lo ha visto jamás). El Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado”, (Jn 1,18) en su propio rostro (“si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre”, (Jn 8,19). El problema, entonces, ya no es judío ni samaritano. La revelación de Dios ha dado un nuevo paso hacia delante. Por eso, en adelante, es decir, a partir del anuncio de Jesús, será posible conocer a Dios de una manera nueva y definitiva y reconocerlo mediante una forma de oración, también nueva, que exprese este conocimiento: el reconocimiento de Dios (=adoración) como Padre que vivifica a sus hijos.

Cuaresma, es solo cuestión de amar

Amar a Dios: Oración

Amarse uno mismo: Ayuno

Amar al prójimo: Limosna

Aclaración: Se han consultado para la preparación de las reflexiones: El libro del Pueblo de Dios. Centro Bíblico del CELAM.  J. A. Pagola. Hojitas anteriores. 

  

19 de marzo: Solemnidad de San José


San José: Esposo de la Virgen María, Custodio del Redentor: es venerado en toda la Iglesia por haber cuidado a la Virgen María y a Jesús, preciosos tesoros de Dios.

San José es el hombre del silencio, modelo de humildad y obediencia, colabora con María en la redención. San José era esposo legal de María: “José no temas tomar contigo a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús. Él salvará a su pueblo”. (Mt. 1,20-21)  

De boca del Ángel, José recibe la misión sublime de “Padre terreno” de Jesús. En todos sus pasos José es hombre de fe y depositario del misterio de Dios. Al nacer Jesús, José cumple el mandato del Ángel y con autoridad paterna le impone el nombre, San José sirve a la misión de Jesús ejercitando la paternidad. Hace uso de la paternidad legal y entrega todo lo suyo: vida, trabajo, techo para Jesús. El mesías creció en su casa bajo su techo. La vida privada de Jesús quedó confiada a su custodia.

Glorioso Patriarca San José, la Iglesia te honra con el título de “Patrono de la Iglesia Universal “. 

Hoy nosotros te pedimos: Sé modelo para nuestras familias en la obediencia, el trabajo y las virtudes evangélicas. Amén. (P. José Correia Cura Párroco)  

Círculo Bíblico San José

 “Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino” Sal 119  

Te esperamos todos los sábados a las 17 hs para compartir y reflexionar el evangelio de cada semana.