Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

sábado, 25 de octubre de 2008

Lecturas del Domingo 30 Durante el Año - Ciclo A -

Lecturas del 26/10/08 – Ciclo A -

Domingo 30 Durante el año

Lectura del libro del Éxodo 22, 20-26

No maltratarás al extranjero ni lo oprimirás, porque ustedes fueron extranjeros en Egipto. No harás daño a la viuda ni al huérfano. Si les haces daño y ellos me piden auxilio, yo escucharé su clamor. Entonces arderá mi ira, y yo los mataré a ustedes con la espada; sus mujeres quedarán viudas, y sus hijos huérfanos. Si prestas dinero a un miembro de mi pueblo, al pobre que vive a tu lado, no te comportarás con él como un usurero, no le exigirás interés. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, devuélveselo antes que se ponga el sol, porque ese es su único abrigo y el vestido de su cuerpo. De lo contrario, ¿con qué dormirá? Y si él me invoca, yo lo escucharé, porque soy compasivo. Palabra de Dios.

SALMO 17

R. Yo te amo, Señor, mi fortaleza.

Yo te amo, Señor, mi fuerza, Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador. R.

Mi Dios, el peñasco en que me refugio,
mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoqué al Señor, que es digno de alabanza
y quedé a salvo de mis enemigos. R.

¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca!
¡Glorificado sea el Dios de mi salvación. El concede grandes victorias a su rey y trata con fidelidad a su Ungido. R.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica 1, 5c-10

Hermanos: Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos allí al servicio de ustedes. Y ustedes, a su vez, imitaron nuestro ejemplo y el del Señor, recibiendo la Palabra en medio de muchas dificultades, con la alegría que da el Espíritu Santo. Así llegaron a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y Acaya. En efecto, de allí partió la Palabra del Señor, que no sólo resonó en Macedonia y Acaya: en todas partes se ha difundido la fe que ustedes tienen en Dios, de manera que no es necesario hablar de esto. Ellos mismos cuentan cómo ustedes me han recibido y cómo se convirtieron a Dios, abandonando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar a su Hijo, que vendrá desde el cielo: Jesús, a quien él resucitó y que nos libra de la ira venidera. Palabra de Dios.

Lectura S. Evangelio S. Mateo 22, 34-40

Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?»
Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.» Palabra del Señor.

Reflexión

El «código de la alianza» hacía énfasis, no sólo en las rúbricas litúrgicas o en las orientaciones religiosas, sino en la protección de los sectores más vulnerables de la sociedad: forasteros, viudas, huérfanos, jornaleros y pobres en general. Los forasteros porque, en la mayoría de los casos, eran exiliados de la guerra que habían sufrido el desplazamiento forzado y llegaban a las tierras de Israel sin otro recurso que sus propias manos. La legislación recuerda los beneficios del éxodo y el cambio de situación del pueblo hebreo que pasó de la servidumbre a la libertad. Las viudas y los huérfanos estaban a merced de los parientes varones que detentaban el monopolio jurídico de la tierra. Los jornaleros estaban a merced de los terratenientes que les pagaban cuando se les venía en gana y no al terminar el día, como lo determinaba la Ley. El clamor de estas personas se convertía en una preocupación del Dios liberador que no podía dejar impune a los opresores, explotadores y usureros.
Para ellos, los exagerados intereses de una deuda eran una auténtica vergüenza. La usura es, en la Biblia, un delito comparable sólo con el asesinato. La usura es la mayor amenaza para la gente pobre que se ve obligada a empeñar hasta la propia ropa para poder comer. La usura se origina en la injusta percepción de los valores sociales, pues la ambición y la acumulación se convierten en el objetivo de las relaciones sociales, quitándoles su carácter de gratuidad y solidaridad.
El evangelio apunta, precisamente, en la misma dirección al mostrarnos que para Jesús, el fundamento de la relación con Dios y el prójimo es el amor solidario. Jesús sintetiza el decálogo y casi toda la legislación en su principio de amor fraternal y recíproco.
Los juristas gustaban de probar los conocimientos que Jesús tenía sobre la Ley. Para ellos el mandamiento más importante era la observancia del sábado. Ese día debían dedicarse por completo al reposo y a escuchar la lectura de la Escritura. Con el tiempo convirtieron esta ley en una carga que a duras penas soportaban los pobres.
Cuando los juristas preguntan a Jesús por la ley más importante esperan que Él cometa un error y se pronuncie contra la Ley misma. Jesús se les adelanta y les hace ver que en la Ley lo más importante es el amor a Dios y el amor al prójimo. El amor es el espíritu mismo de la legislación divina.
Al colocar estos dos mandamientos como el eje de toda la Escritura, Jesús pone en primer lugar la actitud filial con respecto a Dios y la solidaridad interhumana como los fundamentos de toda la vida religiosa. Incluso, la adecuada interpretación de la Escritura.
Los Fariseos, muy apegados a la Ley de Moisés, contaban 613 preceptos que había que memorizar y practicar. (Eran 248 positivos y 365 prohibiciones que se clasificaban en graves o leves). Muchos querían establecer una jerarquía de valores de la cantidad de leyes que había. Era muy difícil aprender la letra de memoria… y Jesús normalmente critica el saberse la letra y practicar las cosas sin el espíritu sino por formalismos.
En su respuesta, Jesús unifica dos mandamientos separados, añadiendo que el segundo es en importancia igual que el primero. Para ello utiliza dos versículos bíblicos muy usados por los maestros de la Ley:
Deuteronomio 6,5 “Ama a tu Dios con todo lo que piensas, con todo lo que eres y con todo lo que vales.”
El primer mandamiento, lo más importante para creer y vivir está aquí. Hay un solo Dios verdadero (es decir, no existe más que uno solo y los demás son ídolos hechos por manos humanas), y a ese único Dios, hay que rendirle culto, es decir amarlo con todo el corazón.
Levítico 19, 18 “Recuerden que cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo.”
Jesús está mostrando aquí que el fundamento de la relación con Dios al igual que el fundamento de la relación con el prójimo es el amor solidario. La integración de los dos amores, a Dios y al prójimo, es su enseñanza fundamental. Y así, está enseñando claramente que el amor es la clave de toda la Escritura. El amor es lo que unifica todo. No se puede observar la Ley, si falta el amor. Como dirá después, de aquí dependen la Ley y los Profetas (o sea toda la síntesis del Antiguo Testamento).
El profeta Oseas nos dice en 6, 6 “Ustedes me traen ofrendas, pero eso no es lo que quiero.
Lo que quiero es que me amen y que me reconozcan como su Dios.”
Viendo una perspectiva cristiana, entendemos el texto en el que claramente se nos dice que sin amor al prójimo no puede haber amor a Dios. Cumplir la voluntad de Dios es no sólo amarlo a Él con todo el corazón y con toda la vida, sino al prójimo, como a uno mismo. El mismo Mateo, vuelve a recordarnos que no es por el cumplimiento de la Ley, sino por el amor, que nos haremos diferentes.
Inmediatamente después del famoso sermón de las bienaventuranzas pone en labios de Jesús: “Yo les aseguro que si ustedes no son más obedientes que los fariseos y los maestros de la Ley, nunca entrarán en el reino de Dios.”
¿Cuál es la obediencia que nos pide? Muy sencillo: El amor en dos dimensiones A Dios y al prójimo como a uno mismo.
El Apóstol Juan en su primera carta (4,19- 21) nos dice:
“Nosotros amamos a nuestros hermanos porque Dios nos amó primero. Si decimos que amamos a Dios, y al mismo tiempo nos odiamos unos a otros, somos unos mentirosos. Porque si no amamos al hermano, a quien podemos ver, mucho menos podemos amar a Dios, a quien no podemos ver. Y Jesucristo nos dio este mandamiento: «¡Amen a Dios, y ámense unos a otros!»

Preguntas para la meditación ¿Qué me dice?

¿Cómo demuestro verdaderamente mi amor a Dios? ¿En qué me diferencio yo de aquellos que no creen en Dios ni lo adoran?

¿A cuántos legalismos y formulismos estoy atado para demostrar que amo a Dios? ¿Soy totalmente libre en mi acto de amar?
¿Amar con toda la vida, con todo el corazón… qué significa esto?

Soy consciente que la medida para amar al prójimo es el amor que yo me tengo a mí mismo ¿Verdaderamente me amo? ¿He sabido perdonarme a mí mismo cuando cometo algún error? ¿Me valoro justamente, o no tengo un valor claro sobre mi persona? ¿Qué es lo que me impide amarme completamente? ¿Soy consciente que si no me amo, no podré amar nunca bien a mi prójimo?
En este mundo de tantas injusticias y diferencias ¿Cómo manifiesto mi amor a los más débiles y desprotegidos?

Oración

Señor te damos gracias por tu amor sin límites que tienes para con cada uno de nosotros. Muchas veces hasta ni nos damos cuenta todo ese amor con que nos has rodeado, con signos concretos. Muchas veces nuestros caprichos personales interiores, hacen que yo ponga un manto oscuro y no me dé cuenta todo el amor que tú tienes conmigo.
Señor abre mis ojos, sobre todo los ojos del corazón y del alma, para que pueda ver con claridad todo el amor. Sólo cuando entienda realmente todo el amor que recibo, seré capaz de dar amor yo también.
Te pido el entendimiento completo sobre el amor tuyo, para que pueda amarte también de la manera en que tú me amas a mí, Señor.
Y hay una forma en que yo pueda demostrarte el amor que te tengo y no son los formalismos religiosos, sino la caridad para con los demás.
Que aprenda en primer lugar a amarme como tú me amas, a aceptarme como tú me aceptas, para que también pueda aceptar y amar a todos aquellos que Tú Señor, me confías para que los ame en tu Nombre.
Dame la gracia de ser dócil a tu Palabra y de iniciar un camino de aprendizaje para amar, porque cada día podré dar un paso más en el amor hacia Ti, en la entrega como Tú lo haces y en la demostración con los demás, con los prójimos que quieres que atienda.

Lecturas de la semana:

LUNES 27: Éfeso 4, 32—5,8; Salmo 1; Lucas 13, 10-17.
MARTES 28: Éfeso 2, 19-22; Salmo 18; Lucas 6, 12-19.
MIERCOLES 29: Éfeso 6, 1-9; Salmo 144, Lucas 13, 22-30.
JUEVES 30: Éfeso 6, 10-20; Salmo 143; Lucas 13, 31-35.
VIERNES 31: Filipos 1, 1-11; Salmo 110, Lucas 14, 1-6.
SABADO 1: Apocalipsis 7, 2-4.9-14.; Salmo 23; Primera Juan 3, 1-3; Mateo 4, 25—5.12.

Nota: Basado en El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y Maria, Catholic.net, Servicio Bíblico Latinoamericano, Siervas de los Corazones de Jesús y Maria. “Claves para Lectio Divina para Jóvenes” Proyecto Lectionautas CEBIPAL/CELAM – SOCIEDADES BIBLICAS UNIDAS Hno. Ricardo Grzona, frp.

Impresión Librería “Del Rocío” Av. Mitre 6199 – Wilde – 4207-4785

Te esperamos los sábados a las 17 h.
para leer la Biblia en la Parroquia San José: Brandsen 4970 Villa Dominico
Círculo Bíblico San José

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