Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

domingo, 18 de julio de 2010

16º Domingo durante el año- Ciclo C-, “A la Escucha del Maestro:

Lecturas del 18-7-10

Lectura del libro del Génesis 18, 1-10ª

El Señor se apareció a Abraham junto al encinar de Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora de más calor. Alzando los ojos, divisó a tres hombres que estaban parados cerca de él. Apenas los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la carpa y se inclinó hasta el suelo, diciendo: «Señor mío, si quieres hacerme un favor, te ruego que no pases de largo delante de tu servidor. Yo haré que les traigan un poco de agua. Lávense los pies y descansen a la sombra del árbol. Mientras tanto, iré a buscar un trozo de pan, para que ustedes reparen sus fuerzas antes de seguir adelante. ¡Por algo han pasado junto a su servidor!» Ellos respondieron: «Está bien. Puedes hacer lo que dijiste.»
Abraham fue rápidamente a la carpa donde estaba Sara y le dijo: «¡Pronto! Toma tres medidas de la mejor harina, amásalas y prepara unas tortas.»
Después fue corriendo hasta el corral, eligió un ternero tierno y bien cebado, y lo entregó a su sirviente, que de inmediato se puso a prepararlo. Luego tomó cuajada, leche y el ternero ya preparado, y se los sirvió. Mientras comían, él se quedó de pie al lado de ellos, debajo del árbol. Ellos le preguntaron: «¿Dónde está Sara, tu mujer?» «Ahí en la carpa», les respondió. Entonces uno de ellos le dijo: «Volveré a verte sin falta en el año entrante, y para ese entonces Sara habrá tenido un hijo.» Palabra de Dios.

Salmo 14
R: Señor, ¿quién se hospedará en tu Carpa?

El que procede rectamente y practica la justicia; el que dice la verdad de corazón
y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo ni agravia a su vecino, el que no estima a quien Dios reprueba y honra a los que temen al Señor. R.
El que no presta su dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que procede así, nunca vacilará. R.

San Pablo a los cristianos de Colosas 1, 24-28

Hermanos: Ahora me alegro de poder sufrir por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia. En efecto, yo fui constituido ministro de la Iglesia, porque de acuerdo con el plan divino, he sido encargado de llevar a su plenitud entre ustedes la Palabra de Dios, el misterio que estuvo oculto desde toda la eternidad y que ahora Dios quiso manifestar a sus santos. A ellos les ha revelado cuánta riqueza y gloria contiene para los paganos este misterio, que es Cristo entre ustedes, la esperanza de la gloria.
Nosotros anunciamos a Cristo, exhortando a todos los hombres e instruyéndolos en la verdadera sabiduría, a fin de que todos alcancen su madurez en Cristo. Palabra de Dios.

Santo Evangelio según san Lucas 10, 38-42

Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.
Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude.»
Pero el Señor le respondió: «Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada.» Palabra del Señor.

Reflexión:

A la escucha del Maestro:
Como discípulos sentados a sus pies

Nos preocupamos por muchas cosas, nos quejamos de que hay poco tiempo, pero no nos damos cuenta de que sólo una cosa es necesaria, escuchar al Señor en nuestro interior.
El evangelio de hoy nos presenta a una mujer atareada en los quehaceres de la casa y de anfitriona, dejando en segundo término quién está dentro de ella. Se pierde la dicha de vivir unos momentos increíbles al lado del Maestro, pero no se da cuenta de la importancia que tiene el escuchar. Cristo nos pone en guardia ante el mucho hacer y el poco meditar.

La imagen central del evangelio es diciente: “María, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra”. La confrontación con su hermana Marta, quien “atareada con todo el servicio de la casa”, hace ver en contraluz el valor de la enseñanza final de Jesús: “María ha elegido la mejor parte, y nadie se la quitará”, el valor que le da al gesto de María, pone en primer plano la pregunta: ¿Qué es lo verdaderamente importante para Jesús? Esto equivale a reflexionar: ¿Dónde es que un discípulo y servidor de Jesús debe colocar sus mejores energías y por qué? ¿Cómo se ordena en la vida del discípulo el doble movimiento de escucha y servicio, o mejor, de oración y acción?

1. El contexto: Jesús aparece al principio del relato como un peregrino que sube a Jerusalén, como un viajero que necesita de hospitalidad en medio de un largo viaje. No sólo Él, también sus discípulos. “Una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa”. Su nombre (que proviene del arameo “mar”) significa “señora” (de la casa) o “ama de casa”, e indica por tanto una mujer cabeza de hogar, quien tiene la autoridad en la casa. Marta le ofrece a Jesús la acogida propia de un huésped.

2. Dos maneras de atender al huésped: La llegada del huésped altera la casa. Sus dos habitantes despliegan energías para atenderlo bien. Veamos cómo el evangelista describe lo que las dos mujeres hacen mientras el huésped está en la casa:
María dedica su tiempo a la persona misma de Jesús, ella se sienta frente a él “a los pies del Señor…” El gesto de María frente a Jesús nos recuerda la posición de un discípulo con relación a su Maestro, la postura indica el interés por aprender recibiendo dócilmente la “Palabra”.
Es interesante que Jesús anime a una mujer a aprender. Esto tiene una gran significación, puesto que los maestros judíos generalmente se oponían a que la mujer fuera a la escuela; Jesús hizo todo lo contrario.
Marta por efecto de contraste, aparece entonces en el trasfondo de la escena haciendo oficios: “estaba atareada en muchos quehaceres”. La frase describe a Marta absorbida por los oficios de la casa, concentrada en su deber de ama de casa y anfitriona. El relato insinúa que Marta deseaba escuchar a Jesús pero las tareas (“muchas”) que se requieren para poder ofrecer una buena acogida se lo impedían.
Con la palabra “quehaceres” (en griego “diakonía”) se nos deja entender en qué consiste la tarea: todo lo que es propio del servicio de la casa. Incluye la preparación del cuarto del huésped, el ambiente de la casa, pero sobre todo el servicio de la mesa: preparar y llevar los alimentos a la mesa.

3. El diálogo de Marta y Jesús: Una pequeña crisis se genera en la casa. La hermana mayor que se ha dado al oficio pesado por la atención del huésped expresa su protesta por haberse quedado “sola en el trabajo”. Se abre así un dialogo entre Marta y Jesús que no sólo resuelve la crisis sino que saca a la luz la enseñanza central del acontecimiento. Marta acude a Jesús para pedirle que intervenga y mueva a la hermana perezosa, le habla reconociéndolo como Maestro (por eso aquí usa el título “Señor”): “¿No te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo?”. El “¿No te importa?” tiene el sabor amargo de quien reclama para sí una mejor consideración. Marta deja entender: “¿Es que yo no te importo?”. Una orden: “Dile, pues, que me ayude”. Marta le dice a Jesús lo que tiene que hacer, indicándole indirectamente en qué debe instruir a su hermana María.
Marta está al servicio de Jesús y quiere hacer todo lo posible por honrarlo, lo cual es altamente loable, sin embargo no parece comprender la verdadera dignidad de su invitado: él es Maestro y ha venido a su casa en esta condición. Como se ve, Marta no le deja ser su Maestro porque no está abierta a lo que trae Jesús para ella y porque se coloca en la posición de quien da las órdenes; ella cree saber qué es lo que Jesús debe hacer. Jesús se dirige a ella por su nombre propio. La repetición del nombre indica que habla con cariño, pero también con firmeza: “Marta, Marta”. Con esta manera de hablar, Jesús la interpela desde el fondo de su identidad.
Jesús va a corregir amablemente la buena voluntad de Marta y a poner sus energías en la dirección correcta. Le hace caer en cuenta de su situación: “Te preocupas y te agitas por muchas cosas”.
El primer término (“te preocupas”) describe un estado de “ansiedad”, de agitación interna que corta la respiración; El otro término (“te agitas”) refuerza el anterior: describe el nerviosismo externo causado por la presión que somete al estrés y lleva a la tribulación que se refleja finalmente en una actitud de fastidio.
La causa de todo: Marta tiene “muchas cosas”. Concretamente aquí se refiere al afán con que Marta ha asumido sus oficios, el cual al final hacer parecer que las tareas son excesivas.
Le da una lección: “Una sola cosa es necesaria…” Jesús no le quita la importancia a lo que Marta ha estado haciendo, pero eso sí, muestra que todo debe estar dentro de una jerarquía de valores.

¿Qué enseña Jesús?

En primer lugar, vemos cómo Jesús le da un vuelco al punto de vista de Marta. La tensión que está viviendo debe tener un nuevo enfoque:
¿Qué es lo necesario? ¿Cuál es la única cosa realmente necesaria?
¿Y esto por qué? Porque es por ella que ha venido el Maestro a su casa. Jesús no vino a un almuerzo, vino a ser Maestro, a prestar el servicio de la enseñanza y ella necesita de la “Palabra” del Maestro.
En segundo lugar, y en conexión con lo anterior, la cuestión de que Marta no se preguntó primero qué era lo que quería Jesús, cuestiona también nuestras relaciones interpersonales.
Muchas veces nos preocupamos por hacer “muchas cosas” pero pocas, nos preguntamos qué es lo que realmente los otros están necesitando: ¿Cuáles son sus necesidades más profundas, aún más allá de lo material? Veremos entonces que los otros necesitan no sólo que les demos cosas, sino que les prestemos atención, que les mostremos interés y les demos lo mejor de nuestro tiempo.
En tercer lugar, vemos que María no debe ser apartada de Jesús porque ella escogió la “buena porción” que no se puede arrebatar. Como dice el Salmo 16,5: “Señor, tú eres mi alegría y mi herencia, mi destino está en tus manos”.
En cuarto lugar, vemos que el servicio y la escucha no se contraponen. La escucha de la Palabra llevará a María a la “praxis” (“Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica”, Lc 11,28; ver 8,21 o la última frase del pasaje anterior: “Vete y haz tú lo mismo”, Lc 10,37). Y viceversa: el servicio de Marta no será lo que ella considere que debe hacer sino, ante todo, la respuesta obediente al lo que el Señor quiere que haga. La escucha de la Palabra libera de la rigidez de quien cree tener el control de todas las cosas. La Palabra libera el corazón de la ansiedad.
En quinto lugar, lo “único” se refiere también a la unificación de la vida en la cual quiere Jesús educar a sus discípulos. “Unidad” de vida es signo de madurez y de consistencia personal. Las acciones, las actividades, los compromisos por causa de Jesús brotan de una única fuente –la Palabra asumida en el Corazón- y ésta coloca totalmente nuestra vida en sintonía con la de Jesús y con su camino que conduce a la plenitud de la vida en el Reino del Padre.
La parábola del Buen Samaritano nos enseñó que amor se hace servicio a los hermanos; ¡qué importante es servir! Nuestra vocación es el servicio pero también es la comunión con Dios; de lo segundo proviene lo primero. Para decirlo con los términos del evangelio: la mejor manera de ser Marta es ser María, o mejor todavía, tener las manos de Marta y corazón de María. (1)

Para meditar:

“Una sola cosa es necesaria”, le dijo Jesús a Marta: ¿Cuál es?,
¿Y para mí qué es lo único necesario: el trabajo, el dinero, la salud, mi familia, Dios...?
¿Qué espacio de mi tiempo dedico para dialogar con Jesús, para escucharlo?
¿Será que el Señor me pide que cambie mi escala de valores?, ¿Cómo lo pongo en practica?

Aviso Parroquial:

Viernes 30 de julio a las 21 hs: Reunión de Hombres

Lecturas de la semana:

LUNES 19: Miqueas 6, 1-4. 6-8; Salmo 49; Mateo 12, 38—42.
MARTES 20: Miqueas 7, 14-15. 18-20; Salmo 84; Mateo 12, 46-50.
MIERCOLES 21: Jeremías 1, 1. 4-10; Salmo 70; Mateo 13, 1-9.
JUEVES 22: Cantar de los cantares 3, 1-4a; Salmo 62; Juan 20, 1-3. 11-18.
VIERNES 23: Jeremías 3, 14-17; Salmo Jer. 31, 10-12b. 13; Mateo 13, 18-23.
SABADO 24: Jeremías 7, 1-11 Salmo 83; Mateo 13, 24-30.

Aclaración: Se han utilizado para la preparación del presente: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y Maria. (1) Resumen P. Fidel Oñoro, cjm Centro Bíblico del CELAM

Impresión Librería “Del Rocío” Av. Mitre 6199 – Wilde – 4207-4785

Te esperamos los sábados 15:30 h.
Para Compartir la Palabra de Jesús,
en la Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Dominico.
Círculo Bíblico San José
miencuentroconjesus@yahoo.com.ar

http://miencuentroconjesus1.blogspot.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cualquiera de nosotros, en lugar de Jesús, se hubiera sentido más que halagado al ser recibido por aquellas hermanas, una arreglando todo para comer y descansar y la otra dedicando toda su atencióa a cada palabra y cada gesto, abstraida de tal manera que, en un momento Marta le pide a Jesús que la interpele para que deje su postura y la ayude con los trabajos domésticos.
Pero es el Maestro el que vino a servir y a darnos vida con su palabra.
Nada puede ser tan urgente como para dejar esperando a Jesús, que siempre tiene algo para decirnos, en cada lectura, en cada ratito frente al sagrario y para escucharnos en cada oración con la que lo respetemos.
SSHHH, hagamos silencio, el Señor nos habla.
Angel

agus dijo...

Una ves más en cada encuentro con el Señor, nada queda igual, a igual que Marta muchas veces estamos atareados en hacer un montón de cosas, pero ¿que es lo que quieree jesús de mi? Hoy cuando el pase por mi vida, ¿como me va a encontrar? Empiezo a preparar mi corazón a igual que María, para escucharlo y después mi cuerpo, mis pies y mis manos (Marta) para seguirlo....