Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

domingo, 27 de junio de 2010

13º Domingo durante el año- Ciclo C-, "¡Te seguiré adonde vayas!"

Lecturas del 27-6-10



1º Libro de los Reyes 19,16b.19-21

El Señor dijo a Elías: “A Eliseo, hijo de Safat, de Abel Mejolá, lo ungirás profeta en lugar de ti”. Elías partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Delante de él había doce yuntas de bueyes, y él iba con la última. Elías pasó cerca de él y le echó encima su manto.

Eliseo dejó sus bueyes, corrió detrás de Elías y dijo: "Déjame besar a mi padre y a mi madre; luego te seguiré". Elías le respondió: "Sí, puedes ir. ¿Qué hice yo para impedírtelo?"
Eliseo dio media vuelta, tomó la yunta de bueyes y los inmoló. Luego, con los arneses de los bueyes, asó la carne y se la dio a su gente para que comieran. Después partió, fue detrás de Elías y se puso a su servicio.
Palabra de Dios .

Salmo 16
R: Señor, tú eres la parte de mi herencia

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti. Yo digo al Señor: "Señor, tú eres mi bien, no hay nada superior a ti". El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡tú decides mi suerte! R

Bendeciré al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche me instruye mi conciencia!
Tengo siempre presente al Señor: él está a mi lado, nunca vacilaré. R

Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro:
porque no me entregarás la Muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. R

Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha. R

Carta de San Pablo a los gálatas 5,1.13-18
Hermanos: Esta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud.
Ustedes, hermanos, han sido llamados para vivir en libertad, pero procuren que esta libertad no sea un pretexto para satisfacer los deseos carnales: háganse más bien servidores los unos de los otros, por medio del amor.
Porque toda la Ley está resumida plenamente en este precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Pero si ustedes se están mordiendo y devorando mutuamente, tengan cuidado porque terminarán destruyéndose los unos a los otros.

Yo los exhortos a que se dejen conducir por el Espíritu de Dios, y así no serán arrastrados por los deseos de la carne.
Porque la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Ambos luchan entre sí, y por eso, ustedes no pueden hacer todo el bien que quieren. Pero si están animados por el Espíritu, ya no están sometidos a la Ley.
Palabra de Dios

Evangelio según San Lucas 9,51-62
Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén.

Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: "Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?".
Pero él se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo.

Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!".
Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".
Y dijo a otro: "Sígueme". El respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre".
Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios".
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos".
Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios". Palabra del Señor.

Reflexión:

CONDICIONES PARA SEGUIR A JESUS
Quien lee atentamente los Evangelios descubre en las palabras y hechos de Jesús, un elemento reiterativo y sorprendente: la prisa, la urgencia. Los evangelistas nos lo presentan como alguien que espera la llegada inminente del Reino de Dios, que vive convencido de que la intervención definitiva de Dios a favor de los pobres está a punto de realizarse. Por eso, para Él, no hay tiempo que perder, muchas de sus decisiones, actuaciones y sentencias hay que situarlas en el contexto para poderlas entender. Este clima de urgencia es el marco en el que hay que leer los tres relatos de seguimiento que Lucas trae aquí.

Estamos en territorio samaritano. Como los Doce, discípulos judíos, le llevan la contraria y algunos samaritanos que han comprendido su actitud y mensaje, quieren incorporarse al grupo. Jesús hace una nueva llamada, ahora a samaritanos, precisando cuáles han de ser las actitudes del verdadero discípulo.

Hay dos ofrecimientos (“Te seguiré”), muy condicionados y una llamada directa de Jesús (“Sígueme”). El personaje central ha sido envidado por Jesús en vista de su disposición; los otros dos han tomado ellos mismos la iniciativa en vista del mensaje de Jesús. Lucas describe a través de estos tres personajes la constitución de un nuevo grupo de discípulos (tres indica totalidad). Hay una referencia implícita de la primera llamada de discípulos israelitas que también fueron tres: Pedro, Santiago y Juan.

Los tres casos al no tener nombres los personajes, todos podemos y debemos sentirnos reflejados e implicados.

Actitudes del verdadero discípulo
Al primero, que se ha ofrecido espontáneamente, le pide que no se identifique con ninguna institución (pues Él no tiene donde reclinar la cabeza). Y le descubre que si quiere seguirle ha de aceptar vivir en la inseguridad y renunciar a una vida cómoda y tranquila. Jesús nos quiere abiertos a todo y a todos, universales, no apegados a nuestros pequeños feudos.

Al segundo, lo invita Él mismo porque sabe que en Él se ha dado ya la ruptura con la tradición con el pasado (si el padre es figura de la tradición que nos vincula con el pasado, su muerte es signo de ruptura con ello). Pero le pide que esa ruptura sea total, que no viva en la indecisión, que no retrase su opción, que se olvide totalmente del pasado (hasta de enterrar) y que se disponga a anunciar la novedad del reino con urgencia y prontitud.

La respuesta que da el tercero revela que el seguimiento sólo es posible con decisión firme y constante: “Quien siga mirando para atrás no vale para el Reino de Dios.

El seguimiento es mucho más que un vago deseo de generosidad o de admiración. Quien busca seguridades y se conforma con identificarse con una institución o un particularismo, por sagrado que éste sea, se cierra a Jesús. Quien no rompe con el pasado (casa, familia y, sobre todo, padre como portador de la tradición), y no subordina todo al anuncio del Reino, no puede entender ni gozar la novedad que conlleva y que ofrece a Jesús. Quien no pone la mano en el arado y mira hacia atrás, o sea, quien no asume con radicalidad el seguimiento, no es apto para el Reino.

Las exigencias de Jesús pueden parecer inhumanas y hasta crueles a primera vista. Lo que intentan significar es que hay que dar prioridad al Reino de Dios por delante de cualquier otro interés o compromiso. Seguir a Jesús, ayer y hoy, exige adoptar una generosa actitud de renuncia personal y de fidelidad sin fisuras pro la causa del Reino de Dios. Y esto, en una sociedad como la nuestra, no se estila, ya que no es proclive a los compromisos estables y firmes.

Ser cristiano no es tener fe, sino irse haciendo creyente. Con frecuencia entendemos la vida cristiana de una manera muy estática y no lo vivimos como un proceso de crecimiento constante y seguimiento a Jesús. Y, sin embargo, en realidad se es cristiano en la medida que nos atrevemos a seguir a Jesús.

En momentos de crisis es grande la tentación de buscar seguridad, volver a posiciones fáciles y llamar de nuevo a las puertas de una religión que nos “proteja” de tantos problemas y conflictos. El creyente que lo quiera ser de verdad, ha de preguntarse ¿cómo ser cristiano hoy? Y la respuesta es la de siempre: hay que volver a Jesús.

Hay que volver a la espiritualidad de seguimiento. Se trata de configurar nuestra vida en el seguimiento de Jesús, sin caer en la tentación de seguir otros intereses u otras corrientes que aparentemente nos pueden ofrecer una seguridad religiosa, pero que nos alejan del espíritu del Evangelio.

Seguir a Jesús no significa seguir a un pasado ya muerto, sino tratar de vivir hoy en el espíritu que le animó a Él. Se trata de vivir hoy “con el aire de Jesús” y no “al aire que más sopla”. Cuando el creyente se esfuerza por seguir a Jesús, día a día, va experimentando de manera creciente que sin ese “seguir” a Jesús su vida sería menos vida, más inerte, más vacía y más sin sentido.

Reflexionemos…
· Identificarse con los personajes y contemplar a Jesús: sus palabras, sus gestos y sus actitudes.

· Creer que antes que yo me decida por Jesús, El se ha decidido por mí.

· Ver mis dificultades, mis obstáculos, mis miedos, mis componendas… que las hay.

· Tomar una decisión firme. Gratitud y alegría porque alguien se ha fijado en mí.

Pbro. Daniel Silva

EN BICICLETA CON DIOS
Al principio veía a Dios como el que me observaba, como un juez que llevaba cuenta de lo que hacía mal, como para ver si merecía el cielo o el infierno cuando muriera. Era como un presidente, reconocía su foto cuando la veía, pero realmente no lo conocía.
Pero luego reconocí a mi Salvador; parecía como si la vida fuera un viaje en bicicleta, pero era una bici de dos, y noté que Dios viajaba atrás y me ayudaba a pedalear.
No sé cuándo sucedió, no me di cuenta cuándo fue, que Él sugirió que cambiáramos lugares, lo que sí se es que mi vida no ha sido la misma desde entonces.
Mi vida con Dios es muy emocionante. Cuando yo tenía el control, yo sabía a donde iba. Era un tanto aburrido, pero predecible. Era la distancia más corta entre dos puntos. Pero cuando Él tomó el liderazgo, Él conocía otros caminos, caminos diferentes, hermosos, por las montañas, a través de lugares con paisajes, velocidades increíbles. Lo único que podía hacer era sostenerme; aunque pareciera una locura, Él sólo me decía: "¡Pedaleá!"

Me preocupaba y ansiosamente le preguntaba, "¿A dónde me llevas?" Él sólo sonreía y no me contestaba, así que comencé a confiar en Él. Me olvidé de mi aburrida vida y comencé una aventura, y cuando yo decía "estoy asustado", Él se inclinaba un poco para atrás y tocaba mi mano.

Él me llevó a conocer gente con dones, dones de compartir y aceptación, Ellos me dieron esos dones para llevarlos en mi viaje; nuestro viaje, de Dios y mío.
Y allá íbamos otra vez. Él me dijo: "Comparte estos dones, dalos a la gente, son sobrepeso, es mucho peso extra". Y así lo hice... a la gente que conocimos, encontré que en el dar yo recibía y mi carga era ligera.
No confié mucho en Él al principio, en darle el control de mi vida. Pensé que la echaría a perder, pero Él conocía cosas que yo no sabía acerca de andar en bici... secretos. Él sabía como doblar para dar vueltas cerradas, brincar para librar obstáculos llenos de piedras, inclusive volar para evitar horribles caminos.
Y ahora estoy aprendiendo a callar y pedalear por los más extraños lugares. Estoy aprendiendo a disfrutar de la vista y de la suave brisa en mi cara y sobre todo de la increíble y deliciosa compañía de mi Dios. Y cuando estoy seguro que ya no puedo más, Él sólo sonríe y me dice: "¡Pedaleá!"

Mi profesión de fe:

· Cuando las ataduras de este mundo me impiden seguirte te digo:

“Yo te glorifico, Señor, porque tú me libraste”

· Cuando el miedo llegue a la puerta de mi vida quiero decir con todas mis fuerzas:

“Yo te glorifico, Señor, porque tú me libraste”

· Cuando me vea tentado de tomar otros caminos distintos a los tuyos, voy a decir:

“Yo te glorifico, Señor, porque tú me libraste”

Jesús misericordioso, en vos confío.

Lecturas de la semana:
LUNES 28: Amós 2, 6-10. 13-16; Salmo 49; Mateo 8, 18-22.
MARTES 29: Hechos apóstoles 12, 1-11; Salmo 33; 2Timoteo 4, 6-8- 17-18; Mateo 16, 13-19.
MIERCOLES 30: Amós 5, 14-15. 21-24; Salmo 49; Mateo 8, 28-34.
JUEVES 1: Amós 7, 10-17; Salmo 18; Mateo 9, 1- 8.
VIERNES 2: Amós 8, 4-6. 9-12; Salmo 118; Mateo 9, 9-13.
SABADO 3: Efesios 2, 19-22; Salmo 116; Juan 20, 24-29.

Aclaración: Se han utilizado para la preparación del presente: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y Maria. www.corazones.org/arte

Impresión Librería “Del Rocío” Av. Mitre 6199 – Wilde – 4207-4785

Te esperamos los sábados 17:00 h.

Para Compartir la Palabra de Jesús,

en la Parroquia San José:

Brandsen 4970 Villa Dominico.

Círculo Bíblico San José

miencuentroconjesus@yahoo.com.ar

http://miencuentroconjesus1.blogspot.com

1 comentario:

Eclesalia dijo...

ecleSALia 23 de junio de 2010

13 Tiempo ordinario (C) Lucas, 9, 51-62
SIN INSTALARSE NI MIRAR ATRAS
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIA, 23/06/10.- Seguir a Jesús es el corazón de la vida cristiana. Lo esencial. Nada hay más importante o decisivo. Precisamente por eso, Lucas describe tres pequeñas escenas para que las comunidades que lean su evangelio, tomen conciencia de que, a los ojos de Jesús, nada puede haber más urgente e inaplazable.
Jesús emplea imágenes duras y escandalosas. Se ve que quiere sacudir las conciencias. No busca más seguidores, sino seguidores más comprometidos, que le sigan sin reservas, renunciando a falsas seguridades y asumiendo las rupturas necesarias. Sus palabras plantean en el fondo una sola cuestión: ¿qué relación queremos establecer con él quienes nos decimos seguidores suyos?
Primera escena. Uno de los que le acompañan se siente tan atraído por Jesús que, antes de que lo llame, él mismo toma la iniciativa: «Te seguiré adonde vayas». Jesús le hace tomar conciencia de lo que está diciendo: «Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros nido», pero él «no tiene dónde reclinar su cabeza».
Seguir a Jesús es toda una aventura. Él no ofrece a los suyos seguridad o bienestar. No ayuda a ganar dinero o adquirir poder. Seguir a Jesús es "vivir de camino", sin instalarnos en el bienestar y sin buscar un falso refugio en la religión. Una Iglesia menos poderosa y más vulnerable no es una desgracia. Es lo mejor que nos puede suceder para purificar nuestra fe y confiar más en Jesús.
Segunda escena. Otro está dispuesto a seguirle, pero le pide cumplir primero con la obligación sagrada de «enterrar a su padre». A ningún judío puede extrañar, pues se trata de una de las obligaciones religiosas más importantes. La respuesta de Jesús es desconcertante: «Deja que los muertos entierren a sus muertos: tú vete a anunciar el reino de Dios».
Abrir caminos al reino de Dios trabajando por una vida más humana es siempre la tarea más urgente. Nada ha de retrasar nuestra decisión. Nadie nos ha de retener o frenar. Los "muertos", que no viven al servicio del reino de la vida, ya se dedicarán a otras obligaciones religiosas menos apremiantes que el reino de Dios y su justicia.
Tercera escena. A un tercero que quiere despedir a su familia antes de seguirlo, Jesús le dice: «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios». No es posible seguir a Jesús mirando hacia atrás. No es posible abrir caminos al reino de Dios quedándonos en el pasado. Trabajar en el proyecto del Padre pide dedicación total, confianza en el futuro de Dios y audacia para caminar tras los pasos de Jesús.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).