Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

sábado, 14 de mayo de 2011

Cuarto Domingo de Pascua, “Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas”

Lecturas del 15-05-11– Ciclo A –

Hechos de los Apóstoles 2,14.36-4.
El día de Pentecostés, Pedro poniéndose de pie con los Once, levantó la voz y dijo: "Hombres de Judea y todos los que habitan en Jerusalén, presten atención, porque voy a explicarles lo que ha sucedido.
Por eso, todo el pueblo de Israel debe reconocer que a ese Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías".
Al oír estas cosas, todos se conmovieron profundamente, y dijeron a Pedro y a los otros Apóstoles: "Hermanos, ¿qué debemos hacer?".
Pedro les respondió: "Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo. Porque la promesa ha sido hecha a ustedes y a sus hijos, y a todos aquellos que están lejos: a cuantos el Señor, nuestro Dios, quiera llamar".
Y con muchos otros argumentos les daba testimonio y los exhortaba a que se pusieran a salvo de esta generación perversa.
Los que recibieron su palabra se hicieron bautizar; y ese día se unieron a ellos alrededor de tres mil. Palabra de Dios.

Salmo 23(22)

R. El señor es mi pastor, nada me puede faltar.

El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. El me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas. R
Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza. R
Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. R
Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo. R

Primera carta de San Pedro 2,20-25.
Queridos hermanos: En efecto, ¿qué gloria habría en soportar el castigo por una falta que se ha cometido? Pero si a pesar de hacer el bien, ustedes soportan el sufrimiento, esto sí es una gracia delante de Dios. A esto han sido llamados, porque también Cristo padeció por ustedes, y les dejó un ejemplo a fin de que sigan sus huellas.
El no cometió pecado y nadie pudo encontrar una mentira en su boca. Cuando era insultado, no devolvía el insulto, y mientras padecía no profería amenazas; al contrario, confiaba su causa al que juzga rectamente. El llevó sobre la cruz nuestros pecados, cargándolos en su cuerpo, a fin de que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Gracias a sus llagas, ustedes fueron curados.
Porque antes andaban como ovejas perdidas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de ustedes.
Palabra de Dios.

Evangelio según San Juan 10,1-10.
En aquel tiempo, Jesús dijo: "Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y las hace salir. Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz". Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. Entonces Jesús prosiguió: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado.
Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento.
El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia”.
Palabra del Señor

Reflexión:

“Les aseguro que yo soy la puerta
de las ovejas”

Nuestro Santo Padre ha escrito un libro titulado Jesús de Nazaret. En la introducción del libro el Papa nos dice qu es una expresión de su búsqueda personal “del rostro del Señor” y por eso el camino interior que lo ha llevado al libro ha sido largo.
En uno de los capítulos habla de las grandes imágenes del Evangelio: el agua, la vid y el vino, el pan y el pastor.
En su análisis de la figura del pastor nos dice que esta imagen ha marcado en forma profunda la piedad del pueblo de Israel, sobre todo en los tiempos de calamidad. El Salmo 23: “El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar” transmiten consuelo y confianza. Ezequiel 34-37 desarrolla aún más la imagen de Dios pastor.
Los evangelios presentan varias parábolas sobre el tema del pastor y las ovejas. En San Juan 10 se escucha la voz directa de Jesús cuando dice: “Yo soy el Buen Pastor.” Benedicto XVI nos dice en su libro que sorprendentemente este discurso no empieza con estas palabras, sino con otra imagen: la imagen de la puerta: “Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas” (Juan 10,7). Dice esto después de afirmar: “Les aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas” (10,1.)
La explicación es que para ser buen pastor hay que entrar a través de Jesús, entendido como la puerta. De esta forma, Jesús sigue siendo el pastor, y por tanto el rebaño le pertenece sólo a Él.
El ladrón viene “para robar, matar y hacer estragos” (10,11). Ve las ovejas como algo de su propiedad, que las puede poseer y aprovechar para su uso. El verdadero pastor no quita la vida, sino que la da: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (10,10). El verdadero pastor conoce sus ovejas, él las llama y estas lo siguen porque lo conocen a él. La palabra conocer y pertenecer están entrelazadas, porque en el texto griego, son básicamente lo mismo. El verdadero pastor no “posee” las ovejas como un objeto cualquiera que se usa y se consume; ellas le “pertenecen” precisamente en ese conocerse mutuamente. Este conocimiento lleva a un pertenecer interior mucho más profundo que el poseer de las cosas.
Para entender esto mejor, el Papa nos da un ejemplo tomado de nuestra vida. Los hijos no son “propiedad” de los padres; los esposos no son “propiedad” uno del otro. Pero se “pertenecen” de un modo más profundo. Cada uno es una criatura libre de Dios, no se pertenecen como una posesión, sino en la responsabilidad. Se pertenecen precisamente porque aceptan la libertad del otro y se sostienen el uno al otro en el conocerse y amarse. Para el ladrón, para los dictadores, las personas son cosas que poseen. Para el verdadero pastor, las personas son seres libres, y porque las conoce y las ama, quiere que vivan en la libertad de la verdad.
En Ezequiel 34, 14 se lee la promesa del pastor: “Las apacentaré en pastizales escogidos…” Frente a esta promesa, Benedicto XVI afirma y pregunta: “Ya sabemos de qué viven las ovejas, pero, ¿de qué vive el hombre?” Él nos responde que el hombre vive de la verdad y de ser amado por la Verdad. Es cierto que el hombre necesita alimentar su cuerpo, pero en lo más profundo necesita sobre todo la Palabra, el Amor de Dios. Aquí hace una relación entre el sermón sobre el pan de vida del capítulo 6 de San Juan y el capítulo del pastor. Nos explica que Jesús, como palabra de Dios hecha carne, no es sólo el pastor, sino también el alimento, el verdadero “pasto”; se entrega a sí mismo para darnos la vida.

Finalmente, el pastor sale en busca de la oveja perdida, la carga sobre sus hombros y la trae de vuelta a casa. Se encarna como ser humano para cargar la oveja, la humanidad, sobre sus hombros. En su encarnación y en su cruz conduce a la oveja perdida.
Benedicto XVI termina su reflexión sobre la figura del pastor diciendo:

“El Verbo hecho hombre es el verdadero portador de la oveja, el Pastor que nos sigue por las zarzas y los desiertos de nuestra vida. Llevados en sus hombros llegamos a casa. Ha dado la vida por nosotros. Él mismo es la vida.” (1)

“Yo Soy el Buen Pastor”
P. Raniero Cantalamessa, ofmcap: 13/4/2008

Este es el domingo del Buen Pastor, pero por una vez no es en Él en quien vamos a concentrar la atención, sino más bien en su antagonista.
¿Quién es el personaje definido «ladrón» y «extraño»? Jesús piensa, en primer lugar, en los falsos profetas y en los pseudomesías de su tiempo que se hacían pasar por enviados de Dios y liberadores del pueblo, mientras que en realidad no hacían más que mandar a la gente a morir por ellos. Hoy estos «extraños» que no entran por la puerta, sino que se introducen en el redil a hurtadillas, que «roban» las ovejas y las «matan», son visionarios fanáticos o astutos aprovechados que especulan con la buena fe y la ingenuidad de la gente. Me refiero a fundadores o jefes de sectas religiosas que pululan por el mundo.

Cuando hablamos de sectas, sin embargo, debemos prestar atención para no poner todo en el mismo plano. Los evangélicos y los pentecostales protestantes, por ejemplo, aparte de grupos aislados, no son sectas. La Iglesia católica desde hace años mantiene con ellos un diálogo ecuménico a nivel oficial, cosa que jamás haría con las sectas.

Las verdaderas sectas se reconocen por algunas características. Ante todo, en cuanto al contenido de su credo, no comparten puntos esenciales de la fe cristiana, como la divinidad de Cristo y la Trinidad; o bien mezclan con doctrinas cristianas elementos ajenos incompatibles con ellas, como la reencarnación. En cuanto a los métodos, son literalmente «ladrones de ovejas», en el sentido de que intentan por todos los medios arrancar a fieles de su Iglesia de origen para hacer de ellos adeptos de su secta. Habitualmente son agresivos y polémicos. Más que proponer contenidos propios, pasan el tiempo acusando, polemizando contra la Iglesia, la Virgen y en general todo lo que es católico. Estamos, con ello, en las antípodas del Evangelio de Jesús que es amor, dulzura, respeto por la libertad de los demás.
El amor evangélico es el gran ausente de las sectas.
Jesús nos ha dado un criterio seguro de reconocimiento: «Guardaos de los falsos profetas --dijo--, que vienen con vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis» (Mt 7,15). Y los frutos más comunes del paso de las sectas son familias rotas, fanatismo, expectativas apocalípticas del fin del mundo, regularmente desmentido por los hechos.
Hay otro tipo de sectas religiosas, nacidas fuera del mundo cristiano, en general importadas de oriente. A diferencia de las primeras, no son agresivas; más bien se presentan «con disfraz de cordero», predicando el amor por todos, por la naturaleza, la búsqueda del yo profundo. Son formaciones a menudo sincretistas, o sea, que agrupan elementos de diversas procedencias religiosas, como es el caso del New Age.

El inmenso perjuicio espiritual para quien se deja convencer por este nuevo mesías es que pierde a Jesucristo y con Él esa «vida en abundancia» que ha venido a traer. Algunas de estas sectas son peligrosas también en el plano de la salud mental y del orden público. Los recurrentes sucesos de plagio y de suicidios colectivos nos advierten hasta dónde puede llevar el fanatismo de algún jefe sectario.

Cuando se habla de sectas, sin embargo, debemos recitar también un «mea culpa». Con frecuencia las personas acaban en alguna secta por la necesidad de sentir el calor y el apoyo humano de una comunidad que no encontraron en su parroquia.

P. Raniero Cantalamessa, ofmcap


Meditamos con el evangelio:

Jesús, el Cristo, el Buen Pastor continúa guiando nuestras vidas a través de su Palabra proclamada y creída en la Iglesia.
La imagen del Buen Pastor debe evocar en nosotros a esa persona que cuida y protege las ovejas encomendadas a su cuidado.
¿Tengo yo esa sensación de paz, seguridad y confianza que debe darme el sentirme en buenas manos, en las manos de Dios Padre que "pastorea mi alma"?

Jesús resucitado es nuestro Maestro y Pastor, que nos muestra el camino que nos lleva a la Vida. Pero, a pesar de las advertencias de Jesús, luego nos hemos echado encima muchos «pastores», que muchas veces sólo son asalariados, o funcionarios, cuando no ambiciosos y engreídos, que quieren suplanta al único Pastor y que "sólo se predican a sí mismos".
¿Estoy atento escuchando la voz de Jesús, mi único Buen Pastor?
¿Qué otras voces escucho yo normalmente?
¿Por qué me sucede esto?


Avisos Parroquiales


Horario de Misas Parroquia San José:
Sábados a las 18 hs.
Domingo: 10, 11:30 (niños) y 19 hs.


LECTURAS DE LA SEMANA

Lunes 16: Hch. 11, 1-8q; Sal. 41; Jn.10, 11-18.
Martes 17: Hch. 11, 19-26; Sal 86; Jn. 10, 22-30.
Miércoles 18: Hch. 12, 24—13,5; Sal 66; Jn. 12, 44-50.
Jueves 19: Hch. 13, 13-25; Sal. 88; Jn. 13, 16-20.
Viernes 20: Hch. 13, 26-33; Sal. 2; Jn. 14, 1-6.
Sábado 21: Hch. 13, 44-52; Sal. 97; Jn. 14, 7-14.

Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las lecturas: El libro del Pueblo de Dios. Lectionautas.com (1) Benedicto XVI explica la imagen del Pastor Autor: http://www.autorescatolicos.org/teresaros


Círculo Bíblico San José
Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Domínico.
Sábados 16 hs.
miencuentroconjesus@yahoo.com.ar

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