Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

sábado, 28 de abril de 2012

Cuarto Domingo de Pascua, "Yo soy el buen Pastor"


Lecturas del 29-04-12
 Cuarto Domingo de Pascua
Jornada mundial por las vocaciones
”– Ciclo B –
 
« Yo soy el buen Pastor:
conozco a mis ovejas, y mis ovejas
 me conocen a mí.»    
 
 
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 4, 8-12
Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos, ya que hoy se nos pide cuenta del bien que hicimos a un enfermo y de cómo fue curado, sepan ustedes y todo el pueblo de Israel: este hombre está aquí sano delante de ustedes por el nombre de nuestro Señor Jesucristo de Nazaret, al que ustedes crucificaron y Dios resucitó de entre los muertos.    
El es la piedra que ustedes, los constructores, han rechazado, y ha llegado a ser la piedra angular. Porque no existe bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual podamos alcanzar la salvación.»   Palabra de Dios.
 
Salmo 117
 R. La piedra que desecharon los constructores  es ahora la piedra angular.

¡Den gracias al Señor, porque es bueno,  porque es eterno su amor! 
Es mejor refugiarse en el Señor  que fiarse de los hombres;  es mejor refugiarse en el Señor
 que fiarse de los poderosos.  R.
 
Yte doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular.
Esto ha sido hecho por el Señor  y es admirable a nuestros ojos.  R.
 
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
 Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor:
Tú eres mi Dios, y yo te doy gracias; Dios mío, yo te glorifico.  ¡Den gracias al Señor, porque es bueno,  porque es eterno su amor!  R.
 
Primera carta del apóstol san Juan 3, 1-2
Queridos hermanos: ¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente.
Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a él.  
Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y lo que seremos no se ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Palabra de Dios.

Santo Evangelio según san Juan 10, 11-18
En aquel tiempo, Jesús dijo: «Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas. El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas. 
Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí -como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre- y doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo Rebaño y un solo Pastor.
El Padre me ama porque yo doy mi vida para recobrarla. Nadie me la quita, sino que la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: este es el mandato que recibí de mi Padre.»
Palabra del Señor.
 
Reflexión   
 
EL BUEN PASTOR
 
Hablar hoy de pastores y ovejas crea confusión y malestar, debido a la ambigüedad de dichos términos y a su contenido cultural actual.  Ningún grupo humano quiere sentirse identificado con un rebaño de ovejas, por mucho que lo idealicemos.  Los grupos humanos son libres y creativos, se constituyen voluntariamente, se marcan a sí mismos las metas, se señalan los objetivos, se dan normas, medios y condiciones que creen convenientes. Son grupos democráticos.  Hoy más que nunca nos revelamos contra todos los que manipulan a las personas o intentan aprovecharse de ellas y las tratan como ovejas.  Nos angustia la masificación.  Y, sin embargo, bíblicamente, el rebaño es un símbolo usado frecuente para designar al pueblo de Dios, que anda como “ovejas sin pastor”. 
Lo peligroso es pensar que bajo la imagen del rebaño/ovejas se está hablando de manipulación, dependencia y falta de libertad.  Más bien en él se recalca por una parte, la libertad de las ovejas que siguen a uno y huyen de otro, según conozcan o no su voz; que no hacen caso a ladrones y bandidos que pretenden entrar, no por la puerta sino por cualquier otro lugar. Y, por otra, se señala la diferencia entre el buen pastor y el asalariado, entre el buen líder que está al servicio de la comunidad, del grupo, y el que sólo busca beneficio y provecho propio.
 
Esperamos siempre la llegada de gobernantes justos, de políticos honestos, de líderes que arrastran… los cristianos deseamos tener en la Iglesia responsables que sean evangélicos.  Pero en la comunidad cristiana no hay simplemente dirigentes y dirigidos, pastores y ovejas. ¡Todos somos hermanos y  a todos nos incumbe la responsabilidad! Este pasaje no se refiere al obispo, al párroco o al catequista, sino que nos habla del Buen Pastor que es Jesús, y del pueblo de Dios, en el que todos somos responsables aunque de distinta manera.
 
JESÚS ES EL BUEN PASTOR: Conoce a los suyos – los defiende de los peligros – da la vida por todos – reúne en la unidad a los dispersos- acompaña a los creyentes en su libertad de vivir y de comprometerse con la vida de los demás.
Para los primeros creyentes, Jesús no es sólo un pastor sino el buen pastor, el verdadero pastor. El único líder capaz de orientar verdadera vida a las personas.  Esta fe en Jesús como el buen pastor y guía adquiere relevancia en una sociedad masificada como la nuestra, donde la persona corre el riesgo de perder su propia identidad y quedar aturdida ante tantas voces y reclamos.  Es triste ver a personas esforzándose por vivir un estilo de vida impuesto desde fuera. 
Los cristianos creemos que sólo Jesús puede ser guía definitivo.  Sólo desde Él aprendemos a vivir. Precisamente ser cristiano es ir descubriendo desde Jesús, día a día, cuál es la manera más humana de vivir.  Seguir a Jesús como buen pastor es asumir las actitudes fundamentales que él vivió y vivirlas con generosidad, hoy, desde nuestra propia originalidad, prosiguiendo la tarea de construir el reino de Dios que él comenzó.
 
Son bastante los cristianos que ni siquiera llegan a sospechar que la fe sea precisamente fuente de vida, de vida sana y abundante.  Les falta descubrir por experiencia personal que Dios no es algo que, de todas maneras, debe existir y a quien conviene tener en cuenta por si acaso, sino que Dios es precisamente y antes que nada “alguien que hace vivir”.
A pesar de las dudas e incertidumbres, el creyente va descubriendo a Dios como alguien que sostiene (y defiende) la vida, incluso en los momentos más adversos, alguien que da fuerzas para comenzar siempre de nuevo, alguien que alimenta en nosotros una esperanza indestructible cuando la vida parece apagarse para siempre. 
Al escuchar las palabras de Jesús: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”,“doy la vida por los míos”, el creyente no necesita acudir a otros para que les expliquen su sentido.  Él sabe que son verdad.
 
El servicio, el estilo de autoridad y la responsabilidad es una de las líneas básicas que diferencia el proyecto comunitario de Jesús de otros.  Esto aparece claro en el Evangelio.  Jesús no quiso que en su comunidad se diera el tipo de relación que se daba en la religión judía, donde los dirigentes parecían asalariados y buscadores de su propio beneficio. Por eso, el juicio de Jesús, en este pasaje del buen pastor, para con los responsables que no ejercen su ministerio o servicio, o que se aprovechan de su situación, o que se creen dueños de las personas…es muy duro.  En realidad, en la Iglesia, en la comunidad alternativa que Jesús trae, los responsables son sólo “intendentes”,servidores, que deben aprender de Él y seguir su ejemplo hasta la entrega de la propia vida.
 
P. Daniel
 
Oración por las vocaciones Sacerdotales
 
Santísima Trinidad,
 haz que la sangre preciosa de Jesús
se derrame sobre los corazones juveniles,
y haga germinar muchas vocaciones,
de sacerdotes, religiosas y
consagrados santos,
para toda la Iglesia y particularmente
para nuestra Diócesis.
 
Virgen María, que sea eficaz, nuestra oración.
 
San José, protector de la Iglesia universal,
ruega por nosotros,
Amén
 
 
Estoy a la puerta
 
Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, un reconocido artista.  Llegado el momento, se tiró el paño que velaba el cuadro. Hubo un caluroso aplauso.
Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le  respondía. 
Todos admiraban aquella preciosa obra de arte. Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro. La puerta no tenía cerradura. Y fue a preguntar al artista:  “¡Su puerta no tiene cerradura! ¿Cómo se hace para abrirla?“ El pintor tomo su Biblia, buscó un versículo y le pidió al observador que lo leyera, Apocalipsis 3, 20:
He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere  la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.” 
”Así es”, respondió el pintor. “Esta es la puerta del corazón del hombre.” "Sólo se abre por dentro.”
Abramos nuestro corazón al amor, a DIOS. Cambiemos, aún estamos a tiempo.
 
Aniversario 2012
 
Señor te damos gracias por los 20 años de Monseñor Osvaldo Cura como PASTOR de nuestra comunidad.
 
“Donde hay amor hasta el límite hay vida sin límite, pues el amor es fuerza de vida”
 
                                                 
“Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí -como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre- y doy mi vida por las ovejas”
 
Parroquia San José
HORARIO DE LAS MISAS
 
Ø  Sábados 18 hs.
Ø  Domingos 10; 11:30 y 19 hs.
 
 
Lecturas de la Semana
 
Lunes 30: Hech.11,  1-8;  Sal 41, Jn. 10, 1-10.
Martes 1: Hech.  11, 19-26;  Sal 86; Jn. 10, 22-30.
Miércoles 2: Hech. 12,24—13, 5ª; Sal 66; Jn. 12, 44-50.
Jueves 3: 1Cor. 15, 1-8;  Sal 18; Jn. 14, 6-14.
Viernes 4:  Hech. 13, 26-33; Sal 2; Jn. 14, 1-6.
Sábado 5: Hech. 13, 44-52; Sal 97; Jn. 14, 7-14.
 
Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las lecturas: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y María.
 
 
Círculo Peregrino: queremos compartir con vos la Palabra del Señor, por eso podemos ir a tu casa a visitarte a vos o algún familiar enfermo.
 
Lectio Divina: También podes venir para compartirla  el primer sábado de cada mes a las 17 hs. en:       
 
Círculo Bíblico San José
 
Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Domínico.
 
 

3 comentarios:

Eclesalia dijo...

VA CON NOSOTROS
JOSÉ ANTONIO PAGOLA,

25/04/12.- El símbolo de Jesús como pastor bueno produce hoy en algunos cristianos cierto fastidio. No queremos ser tratados como ovejas de un rebaño. No necesitamos a nadie que gobierne y controle nuestra vida. Queremos ser respetados. No necesitamos de ningún pastor.

No sentían así los primeros cristianos. La figura de Jesús buen pastor se convirtió muy pronto en la imagen más querida de Jesús. Ya en las catacumbas de Roma se le representa cargando sobre sus hombros a la oveja perdida. Nadie está pensando en Jesús como un pastor autoritario dedicado a vigilar y controlar a sus seguidores, sino como un pastor bueno que cuida de ellas.

El “pastor bueno” se preocupa de sus ovejas. Es su primer rasgo. No las abandona nunca. No las olvida. Vive pendiente de ellas. Está siempre atento a las más débiles o enfermas. No es como el pastor mercenario que, cuando ve algún peligro, huye para salvar su vida abandonando al rebaño. No le importan las ovejas.

Jesús había dejado un recuerdo imborrable. Los relatos evangélicos lo describen preocupado por los enfermos, los marginados, los pequeños, los más indefensos y olvidados, los más perdidos. No parece preocuparse de sí mismo. Siempre se le ve pensando en los demás. Le importan sobre todo los más desvalidos.

Pero hay algo más. “El pastor bueno da la vida por sus ovejas”. Es el segundo rasgo. Hasta cinco veces repite el evangelio de Juan este lenguaje. El amor de Jesús a la gente no tiene límites. Ama a los demás más que a sí mismo. Ama a todos con amor de buen pastor que no huye ante el peligro sino que da su vida por salvar al rebaño.

Por eso, la imagen de Jesús, “pastor bueno”, se convirtió muy pronto en un mensaje de consuelo y confianza para sus seguidores. Los cristianos aprendieron a dirigirse a Jesús con palabras tomadas del salmo 22: “El Señor es mi pastor, nada me falta… aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo… Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida”.

Los cristianos vivimos con frecuencia una relación bastante pobre con Jesús. Necesitamos conocer una experiencia más viva y entrañable. No creemos que él cuida de nosotros. Se nos olvida que podemos acudir a él cuando nos sentimos cansados y sin fuerzas o perdidos y desorientados.

Una Iglesia formada por cristianos que se relacionan con un Jesús mal conocido, confesado solo de manera doctrinal, un Jesús lejano cuya voz no se escucha bien en las comunidades…, corre el riesgo de olvidar a su Pastor. Pero, ¿quién cuidará a la Iglesia si no es su Pastor? (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Hma Renee dijo...

Gracias por todo este hermoso material que nos mandan siempre ...Bendiciones...H. Renee

Revista san Pablo dijo...

29 de abril de 2012
“Tengo además otras ovejas que no son de este corral”

El hecho de la resurrección era el fundamento de la fe de la primitiva comunidad cristiana. Los apóstoles eran tales, no tanto por evangelizar, sino por ser testigos del hecho de la resurrección de Jesús (Hech 10, 41-41). Pero si había algo que algunos de los sacerdotes del templo no podían soportar era justamente la idea de una resurrección. Pertenecían a un grupo aristocrático, los Saduceos, que no gozaba del favor popular, porque, según un historiador de la época, el único favor del cual gozaban era su propio dinero. Es posible que hayan sido los responsables últimos de la crucifixión de Jesús y no creían en una vida con premio o castigo después de la muerte. Pedro les habla del poder del Nombre de Jesucristo, el Nazareno. Este título habla de un joven carpintero de Nazareth, pero el “poder del Nombre” a los oídos judíos era Dios mismo. Este testimonio valiente y simple de los apóstoles los enfurecía. Los tomaron presos ya casi de noche, como Jesús. Pedro había escuchado en la sinagoga la explicación del salmo 118. Allí le habían enseñado que la “piedra angular” de que se hablaba era el pueblo de Israel vuelto del exilio. Los grandes imperios de la época, los constructores, lo habían desechado, pero Dios lo había puesto otra vez en su lugar, en Jerusalén. Pedro da cátedra a los sacerdotes y aplica a Jesús resucitado el texto del salmo. Si la humanidad es el templo de la presencia de Dios, Jesús es la piedra que, puesta en las esquinas, da cohesión a los muros en donde se juntan. Para Pablo estos muros son el pueblo de Israel y nosotros, los Gentiles (Ef 2, 19-22). Si la humanidad es el templo, el lugar de la presencia de Dios, Jesús es el que le da cohesión y la única puerta para entrar en su presencia.

P. Aldo Ranieri