Señor, envía tu Espíritu sobre mí y que abra mis ojos y mis
oídos a tu Palabra, enséñame a abrir mi corazón para recibirla; dame fuerza
para poner en práctica tus mandatos. Ilumina, señor, mis caminos para que vaya
por los senderos de justicia y amor en los que te pueda encontrar. Amén.
Miércoles 15 de julio, Mt 11, 25 - 27
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la
tierra, porque… estas cosas … se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre,
así te ha parecido bien.
Hoy la Palabra me lleva a preguntarme ¿qué significa
ser pequeño en mi vida?
Lo primero que pienso es que cosas me alejan de Dios, la
arrogancia, la prepotencia, el odio, el egoísmo, las mezquindades, la indiferencia...
La mirada de la gente sencilla es más limpia. No hay en su corazón tanto
interés torcido. Van a lo esencial. Saben lo que es sufrir, sentirse mal y
vivir sin seguridad. Son los primeros que entienden el evangelio.
Hoy ¿siento que
vivo en una forma humilde, dócil, disponible a la gracia de Dios?
Ven Señor Jesús,
te necesito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario