Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

miércoles, 21 de octubre de 2020

"Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más."

 San Lucas 12,39-48.

Jesús dijo a sus discípulos: "Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa.
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada".
Pedro preguntó entonces: "Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?".
El Señor le dijo: "¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno?
¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo!
Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
Pero si este servidor piensa: 'Mi señor tardará en llegar', y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.
El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo.
Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más." Palabra del Señor

Jesús insiste que estemos preparados, pero ¿qué quiere decir que estemos preparados? Este evangelio nos puede dar algunas pistas.

En primer lugar, el “estar preparados” puede ser a tener un oído atento a su palabra, a dejar que Dios obre en nuestro corazón y nos dejemos guiar por él, con atención a la espera pero trabajando. Estar preparados implica tener disponibilidad a lo que Dios nos pide, pero sin ansiedad, porque si la ansiedad y la preocupación de lo que vendrá nos “copan la parada”, nos hacen perder el horizonte y pueden generar un malestar en nuestro corazón. Preocupémonos por prestar atención y hacer las cosas a conciencia, por preguntarnos por la voluntad de Dios en el día a día.

En segundo lugar, Jesús nos llama “administradores”, y como administradores y colaboradores de Dios, nada nos pertenece. No nos olvidemos que en esta vida todo es regalo de Dios. Y no solo pensemos en lo material, sino también en los dones y carismas que Dios nos dio a cada uno.

Nos podríamos preguntar: ¿Qué estoy haciendo con mis dones? Dios te acompaña y quiere que te pongas al servicio de los demás con todo eso que te regaló. Acordate que ahí está tu verdadera felicidad. ¿Qué estás haciendo con lo bueno que Dios te dio?

Una vez escuche por ahí que el servicio y el dar lo que tenemos y somos nos da el horizonte y Dios la fortaleza. Que nada te pertenezca, date por completo. ¡Ánimo! (donbosco.org.ar)

Ven Señor Jesús, te necesito.

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