Segundo domingo de cuaresma, audio del P. juan José Milano:
Confianza y entrega.
En este ya segundo domingo de
Cuaresma, nos encontramos entre los 3 textos, una línea de pensamiento que es lo que podríamos llamar, confianza
y entrega. Este sería el eje del mensaje de
este domingo. Por empezar en el Génesis donde se relata la confianza
y entrega total de Abraham, por algo es tomado como padre en
la fe ¿Por qué?, porque se confía aún en lo que era
solamente una promesa, de un Dios que le pidió todo, incluso teóricamente el sacrificio
de su propio hijo y él no dudaba en ir hacia ello y como dice el gran filósofo y teólogo profético Kierkegaard y
justamente en esto consistió la grandiosidad, la grandeza de Abraham, en que confío, confío a tal punto de ir hacia lo incierto porque era
algo gravísimo y que superaba incluso cualquier valor ético y moral, como es preservar la vida, y nada menos que la vida de su
hijo y sin embargo él ante la requisitoria de Dios no dudó en confiar en Él y por supuesto Dios no lo iba a permitir este sacrificio pero
ahí demostró la enorme fe, padre en la fe, por su confianza y entrega a la
voluntad de Dios.
Luego en el texto de San Pablo
también con bellas palabras en Romanos 8, nos dice si Dios está con nosotros quién podrá contra nosotros la confianza puesta en Dios
y no en nuestra propia fuerza que somos limitados y el que entregó a su propio hijo, sigue diciendo, cómo no
va a estar junto a nosotros en los momentos de dificultad.
En el Evangelio, Marcos 9, ya se relata la transfiguración en el monte, con todo lo que significa cuando
lleva a Pedro, Santiago y Juan “el monte” muy paralelo a lo que estamos
viviendo en la Cuaresma del desierto, en la teología del desierto, que expliqué el domingo pasado. El monte también igual que el desierto pero con
otra connotación de elevarse hacia la presencia de Dios un lugar de encuentro
un lugar de encuentro y de escucha a la voluntad
de Dios y allí es donde se aparecen Elías y Moisés, ven por lo menos esas imágenes, confundidos los apóstoles pero significaban
Elías el prototipo o el insigne profeta y Moisés el hombre de la ley que fue
sacando al
pueblo de la esclavitud y por ello Pedro de algún modo no quería bajar, no quería descender porque sabía
que descender, digamos también simbólicamente así, como ascender y contemplar la
divinidad de Cristo era descender a la Cruz, descender es bajar al sacrificio
que les esperaba a ellos, a Cristo y a los apóstoles. Allí en ese monte no olvidemos
también que el Padre testifica del Hijo “este mi Hijo muy amado, escúchenlo”, y por tanto diríamos como consigna
brevemente tendríamos que justamente revisar, como hemos revisado otros aspectos
en esta Cuaresma hacia la Pascua, revisemos cómo está nuestra
entrega y confianza sobre todo en los momentos de crisis, de situaciones adversas, de grandes dificultades no, justamente si confiamos realmente y nos entregamos como
lo hizo Abraham, como lo hizo el Señor por todos nosotros, como Pablo nos lo recuerda, aquel que entregó a su propio hijo
cómo nos abandonaría hasta donde nuestra confianza alcanza y nuestra entrega más allá de
todo lo que vemos como parecería, una enorme dificultad.
Hasta la próxima semana
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