Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

martes, 3 de octubre de 2023

«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?» (Lc 9, 51-56)

 

Del evangelio del día:

«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?» (Lc 9, 51-56)

¿Muros o puentes?

Esta es la historia de dos hermanos que hacía muchos años vivían en granjas vecinas y entre ellos existía total armonía. Pero un día entraron en un conflicto. Era el primer problema serio que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro a hombro, compartiendo cosechas, intercambiando maquinarias en forma continua. Todo comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo hasta que explotó en un intercambio de palabras duras. A esto le siguieron semanas de silencio.  

Una mañana alguien llamó en la casa de Luis. Al abrir la puerta, se encontró con un hombre cargando herramientas de carpintero quien le dijo: – Estoy buscando trabajo por unos días, quizás usted necesite realizar algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso.

-Sí- dijo muy seguro el mayor de los hermanos -tengo un trabajo para usted-

-Mire señor, allí al otro lado del arroyo, en aquella granja vive mi vecino, bueno… en realidad es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros, pero él desvió el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros. Sé que hizo esto para enfurecerme ¡pero yo le voy a hacer una mejor! Quiero que con esa pila de desechos de madera que está junto al granero construya una cerca de dos metros de alto, para no verlo nunca más. El carpintero le dijo: -Comprendo la situación.  

El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir por provisiones al pueblo.

Cuando el granjero regresó entrada la tarde, el carpintero ya había terminado su trabajo. El granjero quedó con los ojos completamente abiertos, sin palabras, no podía creer lo que estaba viendo… El carpintero no había construido ninguna cerca de dos metros sino un puente que unía las dos granjas a través del arroyo.  Era una fina pieza de arte, con pasamanos y todo.  

En ese momento vino desde su granja su hermano menor, muy conmovido, muy emocionado por lo que veía, y abrazando a su hermano mayor le dijo:

-Realmente sos un gran hombre, por haber hecho construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho… 

Los hermanos se abrazaron y cuando estaban en su reconciliación vieron que el carpintero tomaba sus herramientas.

-No, espere señor, quédese un par de días más, tengo mucho trabajo para encargarle- le dijo el hermano mayor.

-Me gustaría quedarme- dijo sonriendo el carpintero- pero tengo muchos puentes por construir… 

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