Los fariseos le
preguntaron cuándo llegará el Reino de Dios. El les respondió: "El Reino
de Dios no viene ostensiblemente, y no se podrá decir: 'Está aquí' o 'Está allí'. Porque el Reino de Dios está
entre ustedes".
Jesús dijo después a sus discípulos: "Vendrá el tiempo en que ustedes
desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán. Les dirán:
'Está aquí' o 'Está allí', pero no corran a buscarlo. Como el relámpago brilla
de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su
Día. Pero antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta
generación." Palabra del Señor.
¿Cuándo será la
restauración del Reino de Dios por intervención del Mesías? El Reino de
Dios formaba parte de la esperanza mesiánica. Dios va a reinar y trae con
Él un reino diferente al de los hombres, es un Reino de justicia, de paz y de
fraternidad (Is 52,7-12). Los fariseos que conocen bien la Escritura no solo le
preguntan por el momento en que llegará el Reino sino por los signos que le
precederán y anunciarán su venida.
Jesús afirma que
el Reino no va a llegar y menos con signos espectaculares y terribles, porque el Reino “ya está en medio de nosotros”. El Reino no va
a irrumpir con señales aparatosas y catastrofistas, celestes o terrestres, como
creía el judaísmo de la época, sino que manifiesta su presencia con otras
señales, como ya ha dicho a los enviados de Juan Bautista: los ciegos ven,
los cojos oyen, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos
resucitan se anuncia a los pobres la buena noticia… (Lc 7,22). El Reino
trasciende todo lugar y todo momento porque no es algo externo, sino que es una
experiencia interior: “esta entre vosotros”.
Con su paso por la
tierra, Jesús ha inaugurado el Reino. Descubrirlo y hacerlo visible depende de
nosotros, sus seguidores. Para ello hemos de hacer patentes sus señales.
Estamos llamados a realizar los signos del Reino para que realmente otros
perciban que ya está “en medio de nosotros”. (Dominicos. org)
1 comentario:
San Bernardo, en un sermón de Adviento, habla de tres venidas de Jesús. La primera venida, cuando se hizo hombre; la última, cuando vendrá como juez. Hay una venida intermedia, que es la que tiene lugar ahora en el corazón de cada uno. Es ahí donde se hacen presentes, a nivel personal y de experiencia, la primera y la última venida. La sentencia que pronunciará Jesús el día del Juicio, será la que ahora resuene en nuestro corazón. Aquello que todavía no ha llegado, es ya ahora una realidad.
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