Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Lecturas Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo Ciclo - A -

Lecturas del 23/11/08 – Ciclo A –Nuestro Señor Jesucristo,
Rey del Universo

Lectura pro. de Ezequiel 34, 11-12. 15-17

Así habla el Señor: «¡Aquí estoy yo! Yo mismo voy a buscar mi rebaño y me ocuparé de él. Como el pastor se ocupa de su rebaño cuando está en medio de sus ovejas dispersas, así me ocuparé de mis ovejas y las libraré de todos los lugares donde se habían dispersado, en un día de nubes y tinieblas. Yo mismo apacentaré a mis ovejas y las llevaré a descansar -oráculo del Señor- . Buscaré a la oveja perdida, haré volver a la descarriada, vendaré a la herida y curaré a la enferma, pero exterminaré a la que está gorda y robusta. Yo las apacentaré con justicia.
En cuanto a ustedes, ovejas de mi rebaño, así habla el Señor: Yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carneros y chivos.»
Palabra de Dios.

SALMO 22

R. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas. R.

Me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. R.

Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo. R.

Lectura primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 15, 20-26. 28

Hermanos: Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos. Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección. En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo, cada uno según el orden que le corresponde: Cristo, el primero de todos, luego, aquellos que estén unidos a él en el momento de su Venida. En seguida vendrá el fin, cuando Cristo entregue el Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo Principado, Dominio y Poder. Porque es necesario que Cristo reine hasta que ponga a todos los enemigos debajo de sus pies. El último enemigo que será vencido es la muerte.
Y cuando el universo entero le sea sometido, el mismo Hijo se someterá también a aquel que le sometió todas las cosas, a fin de que Dios sea todo en todos. Palabra de Dios.

Lectura S. Evangelio S. Mateo 25, 31-46

Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver."
Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?" Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo." Luego dirá a los de su izquierda: "Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron." Estos, a su vez, le preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?"
Y él les responderá: "Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo." Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna.» Palabra del Señor.

Reflexión

Este domingo, último del ciclo litúrgico, pone ante nuestra mirada y ofrece a nuestra meditación a Cristo Rey y Señor de la historia y del tiempo.
El profeta Ezequiel nos ofrece uno de los textos más bellos del Antiguo Testamento. En él se repite hasta tres veces que el “Señor mismo” es quien se preocupa de sus ovejas; las busca, si se han perdido, las cura si están heridas, les ofrece pastos abundantes si padecen hambre. Los malos pastores, los hombres, han faltado a su deber, han dejado que se pierdan las ovejas, se han aprovechado de ellas; por eso, el profeta anuncia que será Dios mismo quien cuidará del rebaño. Se subraya, sin duda, el cuidado y el interés de Dios por sus ovejas, pero al mismo tiempo se afirma que Él va a juzgar entre oveja y oveja. Dios es justo y ejerce esa justicia con amor.

El salmo toma nuevamente la imagen del pastor para aplicarla al Señor. ¡Cuánta confianza da al hombre saber que “Dios mismo” es su pastor, que “Dios mismo” lo conduce, repara sus fuerzas, lo guía por un camino recto, pastor de nuestras almas y guía en nuestros caminos.
Este buen pastor será, al final de la vida, quien juzgará nuestras vidas. Es verdad, Cristo Nuestro Señor, que se encarnó y vino a la tierra como el buen pastor en busca de sus ovejas, desea que todas ellas estén en el redil, desea que todas ellas formen parte de su rebaño. No permite que le sea arrebatada ninguna. En este sentido la provocación de Jesús es mucho más que una simple llamada o información. Provocar es motivar, es invitar, es mover a la acción, es recoger y separar. Se trata pues de una llamada urgente para decidirse a favor o en contra de Jesús. No hay lugar para términos medios. Quien no está con Jesús estará contra él.

En la carta a los corintios, san Pablo subraya el poder de Cristo que aniquilará todo principado, todo poder y toda fuerza. Cristo tiene que reinar y todos sus enemigos yacerán a sus pies. El último enemigo será la muerte.
Cuanto más claramente el Reino de Cristo se ofrece como “luz del mundo”, como “sobre el monte”, “como levadura de la masa”, tanto más aparece la fuerza del enemigo de Dios que desea contrastar el bien y el amor. Así, Pablo habla de todos los principados y potestades que se oponen al reinado de Dios.
Todos los enemigos deben quedar bajo el estrado de sus pies, porque al final de los tiempos se debe realizar toda justicia. Al final, el mal será definitivamente derrotado por el bien y por el amor. El enemigo de Dios, el diablo, sufrirá la última derrota frente a Cristo resucitado, Señor de vivos y de muertos.

Finalmente el evangelio nos presenta la venida definitiva del Hijo del Hombre que viene para separar a unos de otros, como un pastor separa a las ovejas de las cabras. El criterio que seguirá el Señor en este día terrible, será el criterio del amor, porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber... Ellos, los que hayan practicado el amor a Cristo y a sus semejantes irán a la vida eterna; los otros, al castigo eterno.
Sí, “al atardecer nos juzgarán en el amor”.
Puesto que la caridad será el tema del juicio, debemos hacer todo lo que está en nuestras manos para poner por obra la enseñanza de la parábola de Jesús. Es decir, atendamos hoy al hambriento, demos de beber al sediento, vistamos al desnudo, visitemos al enfermo y al prisionero... en una palabra, practiquemos el mandamiento del amor.
Se trata, pues, de despertar el sentido de responsabilidad ante las necesidades ajenas. El pecado grave que podríamos cometer sería el pecado de omisión: hubiésemos podido dar de comer al que tenía hambre y no lo hicimos; hubiésemos podido dar de beber al sediento y no lo hicimos.

Vencer al mal con el bien. El mal aparece en el horizonte de nuestra vida. Vemos que en las relaciones internacionales, en la vida de los pueblos, en la vida familiar y en nuestro propio corazón, se insinúa y se presenta el mal. Ante esta dramática situación hay que responder con el bien. No se puede combatir el mal con el mal, pues sería una contradicción. Así respondió Cristo ante sus perseguidores. Cuando el mal parecía envolverlo por todas partes, su amor y dignidad, su obediencia filial al Padre, su amor a los hombres venció sobre las potencias del mal y de la muerte.

Preguntas para la meditación ¿qué me dice?

 El Reino de Dios fue para Jesús el centro
de su predicación, el motivo de sus milagros, la razón de ser de su fidelidad hasta la muerte, la corona de su resurrección. ¿Qué es para mí el Reino de Dios? ¿Está también en el centro de mi vida? ¿Es mi «Causa», como fue la de Jesús?

 Es necesario hacer un serio examen de
conciencia y preguntarse: ¿Responde mi vida al mandato de Cristo de amar a mis hermanos? ¿Realmente me interesa el bien espiritual y material de mis hermanos los hombres? ¿Me preocupo por hacer algo en favor de los demás?

Oración
Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al descendiente de reyes, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud….
Porque él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado.
Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los indigentes.
Los rescatará de la opresión y la violencia, y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.
Por eso, que viva largamente y le regalen oro de Arabia; que oren por él sin cesar y lo bendigan todo el día.
Que en el país abunden los trigales y ondeen sobre las cumbres de las montañas; que sus frutos broten como el Líbano y florezcan como la hierba de los campos.
Que perdure su nombre para siempre y su linaje permanezca como el sol; que él sea la bendición de todos los pueblos y todas las naciones lo proclamen feliz.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, el único que hace maravillas. Sea bendito eternamente su Nombre glorioso y que su gloria llene toda la tierra. ¡Amén! ¡Amén!

Lecturas de la semana:

LUNES 24: Apocalipsis 14, 1-3.4b-5. Salmo 23; Lucas 21, 1-4.
MARTES 25: Apocalipsis 14, 14-19; Salmo 95; Lucas 21. 5-11.
MIERCOLES 26: Apocalipsis 15, 1-4; Salmo 97, Lucas 21. 12-19.
JUEVES 27: Apocalipsis 18, 1-2.21-23;19,1-3.9a; Salmo 99; Lucas 21, 20-28.
VIERNES 28: Apocalipsis 20, 1-4.11—21,2; Salmo 83, Lucas 21, 29-33.
SABADO 29: Apocalipsis 22. 1-7.; Salmo 94; Lucas 21, 34-36.

Nota: Basado en El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y Maria, Catholic.net, Servicio Bíblico Latinoamericano, Siervas de los Corazones de Jesús y Maria. “Claves para Lectio Divina para Jóvenes” Proyecto Lectionautas CEBIPAL/CELAM – SOCIEDADES BIBLICAS UNIDAS Hno. Ricardo Grzona, frp.

Impresión Librería “Del Rocío” Av. Mitre 6199 – Wilde – 4207-4785

Te esperamos los sábados a las 17 h.
para leer la Biblia en la Parroquia San José: Brandsen 4970 Villa Dominico
Círculo Bíblico San José

Cristo juez que juzga a los hombres. Este Cristo que vendrá al final de los tiempos nos juzgará acerca del amor. El catecismo de la Iglesia Católica en el no. 678 dice:
Siguiendo a los profetas (cf. Dn 7, 10; Joel 3, 4; Ml 3,19) y a Juan Bautista (cf. Mt 3, 7-12), Jesús anunció en su predicación el Juicio del último Día. Entonces, se pondrán a la luz la conducta de cada uno (cf. Mc 12, 38?40) y el secreto de los corazones (cf. Lc. 12, 1?3; Jn. 3, 20?21; Rm 2, 16; 1 Co 4, 5). Entonces será condenada la incredulidad culpable que ha tenido en nada la gracia ofrecida por Dios (cf. Mt 11, 20-24; 12, 41-42). La actitud con respecto al prójimo revelará la acogida o el rechazo de la gracia y del amor divino (cf. Mt 5, 22; 7, 1-5). Jesús dirá en el último día: "Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mt 25,40)”.

Conviene, pues, prepararnos apropiadamente practicando el bien y el amor. Un día se pondrá a la luz el secreto de los corazones. Trabajemos hoy para que nuestro corazón esté lleno de Dios y de su amor.