Lecturas del 12-02-17
Dios mío, envía ahora tu Espíritu sobre mi y que abra mis
ojos y mis oídos a tu Palabra, que me guíe y asista al meditar tus enseñanzas,
para que pueda saborearla y comprenderla, para que tu Palabra penetre
en mi corazón, y me conduzca a la
Verdad completa. Amén
Libro de Eclesiástico 15,15-20.
Si quieres, puedes observar los mandamientos y cumplir fielmente lo que le agrada. Él puso ante ti el fuego y el agua: hacia lo que quieras, extenderás tu mano. Ante los hombres están la vida y la muerte: a cada uno se le dará lo que prefiera.
Porque grande es la sabiduría del Señor, él es fuerte y poderoso, y ve todas las cosas.
Sus ojos están fijos en aquellos que lo temen y él conoce todas las obras del hombre.
A nadie le ordenó ser impío ni dio a nadie autorización para pecar. Palabra de Dios.
Salmo 118
Si quieres, puedes observar los mandamientos y cumplir fielmente lo que le agrada. Él puso ante ti el fuego y el agua: hacia lo que quieras, extenderás tu mano. Ante los hombres están la vida y la muerte: a cada uno se le dará lo que prefiera.
Porque grande es la sabiduría del Señor, él es fuerte y poderoso, y ve todas las cosas.
Sus ojos están fijos en aquellos que lo temen y él conoce todas las obras del hombre.
A nadie le ordenó ser impío ni dio a nadie autorización para pecar. Palabra de Dios.
Salmo 118
R: Felices los que los que siguen la ley del Señor
Felices los que van por un camino intachable, los que
siguen la ley del Señor. Felices los que cumplen sus prescripciones y lo buscan
de todo corazón. R
Tú promulgaste tus mandamientos para que se cumplieran
íntegramente. ¡Ojalá yo me mantenga firme en la observancia de tus
preceptos! R
Sé bueno con tu servidor, para que yo viva y pueda
cumplir tu palabra. Abre mis ojos, para que contemple las maravillas de tu
ley. R
Muéstrame, Señor, el camino de tus preceptos, y yo los
cumpliré a la perfección. Instrúyeme, para que observe tu ley y la cumpla de
todo corazón.
R
1º Carta de San Pablo a los Corintios 2,6-10.
Hermanos: Es verdad que anunciamos una sabiduría entre
aquellos que son personas espiritualmente maduras, pero no la sabiduría de este
mundo ni la que ostentan los dominadores de este mundo, condenados a la
destrucción.
Lo que anunciamos es una sabiduría de Dios, misteriosa y secreta, que él preparó para nuestra gloria antes que existiera el mundo; aquella que ninguno de los dominadores de este mundo alcanzó a conocer, porque si la hubieran conocido no habrían crucificado al Señor de la gloria.
Nosotros anunciamos, como dice la Escritura, lo que nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman.
Dios nos reveló todo esto por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios. Palabra de Dios.
Lo que anunciamos es una sabiduría de Dios, misteriosa y secreta, que él preparó para nuestra gloria antes que existiera el mundo; aquella que ninguno de los dominadores de este mundo alcanzó a conocer, porque si la hubieran conocido no habrían crucificado al Señor de la gloria.
Nosotros anunciamos, como dice la Escritura, lo que nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman.
Dios nos reveló todo esto por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios. Palabra de Dios.
Evangelio según San Mateo
5,17-37.
Jesús dijo a sus discípulos: No piensen que vine para
abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar
cumplimiento.
Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
Les aseguro que, si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
Les aseguro que, si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar,
te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda
ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a
presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu
adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue
al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de
allí hasta que hayas pagado el último centavo.
Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.
Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.
También se dijo: El que se divorcia de su mujer, debe
darle una declaración de
divorcio.
Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio.
Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor.
Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio.
Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor.
Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por
el cielo, porque es el trono de Dios, ni por la tierra, porque es el estrado de
sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey.
No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos. Cuando ustedes digan 'sí', que sea sí, y cuando digan 'no', que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.
No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos. Cuando ustedes digan 'sí', que sea sí, y cuando digan 'no', que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.
Palabra del Señor.
Reflexión:
Las lecturas de este domingo nos revelan la manera en
que Dios ayuda al ser humano a superar sus propios límites humanos, a salir del
encierro en sí mismo, abriéndose a la experiencia infinita de salvación traída
por el mismo Dios.
Hoy continuamos leyendo el evangelio de Mateo, en
secuencia consecutiva con los versículos proclamados en los domingos
anteriores. Es el sermón de la Montaña, que comenzó con las Bienaventuranzas,
siguió con la Sal y Luz del mundo y que continúa con la exposición de las
exigencias de la Ley de Moisés (Tora), explicadas por Mateo, que está
escribiendo para una comunidad de judíos que se han hecho cristianos, sin
dejar sus raíces de ser judíos.
Nos vamos adentrando en el Sermón de la montaña, con
una catequesis que también se podría titular: “Cómo es el estilo de vida de
quien viven según las bienaventuranzas”.
Nueva identidad en la vida de
los discípulos. Las imágenes
de la “sal de la tierra” y la “luz del mundo” invitan a expresar abiertamente
esta novedad de vida en acciones identificables e identificadoras en medio de
la gente: “Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en
ustedes”
¿Qué es lo que en última instancia los demás descubren
en un discípulo de Jesús? “Para que vean sus buenas obras y alaben a vuestro
Padre que está en los cielos”.
Pues bien, a partir de aquí en el Sermón de la montaña
Jesús va a explanar con mucho cuidado cuáles son esas “buenas obras” que
distinguen al discípulo. Un aspecto importante de la enseñanza de Jesús es que
estas “obras” lo que hacen es mostrar que el discípulo es hijo de este “Padre
que está en los cielos”.
Las “obras” son
el reflejo de la filiación: el estilo de vida de un discípulo que, gracias a
las bienaventuranzas, ha entrado en el ámbito de la Paternidad de Dios revelada
por Jesús en el acontecer del Reino (“Padre… venga tu Reino”): “Para que seáis
hijos de vuestro Padre celestial…”.
Quien hace la experiencia de las “bienaventuranzas” es
un hombre nuevo en el Reino de Dios predicado y llevado a cabo por la persona
de Jesús, en Él tiene ahora un nuevo corazón. El discípulo comienza a centrarlo
todo en Jesús. Pero la vivencia de la radical novedad del Reino puede llevarlo
a pensar que la “la Ley y los Profetas” quedan abolidos. Pues bien, esto
no es así, por eso dice Jesús: “No .he venido a abolir, sino a dar
cumplimiento”.
Cuando Jesús dice que vino a “dar
cumplimiento” de “la Ley y los profetas”, está afirmando que en Él está
visible todo lo que la Ley y los Profetas intentaron decir. Lo que Dios le ha querido
revelar a su pueblo tiene su punto culminante en la persona de Jesús. Por eso,
digámoslo así, entre el Antiguo y el Nuevo Testamento no hay contradicción sino
una línea continua, siempre ascendente.
El discípulo: La
Palabra se hace vida. Dios cumple su Palabra, pero los discípulos también
tienen que experimentarla, esto es, pasar de la teoría a la práctica.
Todos los mandamientos, incluso los más pequeños, son necesarios, ya que el
hombre descubre el ser “justo” en la vivencia del querer de Dios.
El discípulo que pone en práctica la Palabra, ya es de
por sí un buen maestro y con la más eficaz de las didácticas: el
testimonio. Pero no hay que olvidar que delante de él va Jesús.
La escuela de valores del Reino. ¿Cómo es que
Jesús lleva a “cumplimiento” la Ley de Dios, ¿cuyo espíritu tanto defendían los
Profetas?
Jesús, quien como hebreo ha practicado la Ley, y quien
nos ha dicho que no se contrapone a ella, sino que le da pleno cumplimiento, es
también aquel que conoce al legislador y puede proponer enseguida cómo vivir la
Ley, no por el apego a la letra sino entrando en lo que la voluntad del Padre
buscaba con ella. Por eso el simple conocimiento de las normas es insuficiente.
Si tenemos en cuenta la enseñanza de las
bienaventuranzas, comprenderemos que la “nueva justicia” parte de la
espiritualidad de estas, en las cuales se anunciaba la buena noticia de la obra
de Dios Padre en el discípulo de Jesús. Se trata de una justicia que parte de
un corazón nuevo: la renovación interior resplandecerá y se hará visible en
todos los comportamientos del discípulo, “brille vuestra luz delante de
los hombres”.
Primera lección: La
reconciliación pronta y prioritaria, “Ve primero a reconciliarte con tu
hermano”, estamos ante un pasaje donde se repite con frecuencia la palabra “hermano”,
un discípulo de Jesús tiene en alta estima la “fraternidad”, pero puede ocurrir
que amigos o hermanos terminen como enemigos, es decir, que la fraternidad se
vea lesionada. Procedemos con la prontitud y la prioridad sobre cualquier otra
actividad en el ejercicio de la “reconciliación” con el hermano, ya que sabemos
qué es lo que está en la cumbre de nuestra jerarquía de valores. “bienaventurados los que trabajan por la paz…
Segunda lección: Una
fidelidad que amerita sacrificios por el ser amado. “Sácatelo
y arrójalo de ti”
El valor que se coloca en
primer plano, y que debe inspirar el comportamiento del discípulo para superar
la crisis, es la Fidelidad al amor prometido. Por la fidelidad a la persona que
se ama, todo lo demás debe pasar a un segundo plano.
La imagen de discípulo es la
de una persona madura, que no se precipita, que discierne serenamente las
situaciones, que respeta la vida de los demás, y con mayor razón la de aquellos
que ama. Una persona así, está reflejando en su vida la praxis del
Maestro.
Tercera lección: Una
credibilidad que genera confianza, Cuando ustedes digan 'si', que sea sí,
y cuando digan 'no', que sea no”
Todos sabemos por
experiencia que no es fácil sostener la palabra dada, particularmente las
“promesas” que hacemos dentro de una relación: sea con Dios, sea en la vida
conyugal, sea en el ámbito comunitario o social. El valor, decir siempre
la verdad.
La transparencia es en
primer lugar ante Dios. El hecho de que el hombre no esté en condiciones
–por cuenta propia- de cambiar ni uno solo de sus cabellos, indica que su vida
entera permanece ante Dios tal como es, sin maquillajes. Por eso no hay
necesidad de jurarle nada a un Dios que nos conoce a fondo.
Pero también tiene que ver
con todo lo que se le dice a los demás. Así, cuando un discípulo de Jesús hace
una promesa, se puede esperar que ella sea cumplida totalmente y, en principio,
no habría motivos para desconfiar. Un distintivo del discípulo de Jesús, que se
desprende de esta enseñanza, es que él se caracteriza por la “credibilidad”.
"Ojalá Jesús te vaya marcando el camino para
encontrarte con quien necesita más.
Tu corazón, cuando te encuentres con aquél que más
necesita, se va a empezar a agrandar, agrandar, agrandar, porque el encuentro
multiplica la capacidad del amor, agranda el corazón".
“Aclaración: Se han utilizado para la preparación
de las reflexiones: El libro del Pueblo de Dios. Servicio bíblico
Latinoamericano. Catholic.Net. P. Fidel Oñoro, cjm, Centro Bíblico del
CELAM
Lectio Divina: los Sábados 17 hs. en:
Círculo Bíblico San José
Parroquia San José: Brandsen 4970
V. Domínico.
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