Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

sábado, 4 de noviembre de 2023

Trigésimo primer domingo durante el año. Lecturas 5-11-23, Ciclo A

 
” Ven Espíritu Santo”

Dios mío, envía ahora tu Espíritu sobre mí y que abra mis ojos y mis oídos a tu Palabra, que me guie y asista al meditar tus enseñanzas, para que pueda saborearla y comprenderla, para que tu Palabra penetre en mi corazón, y me conduzca a la Verdad completa. Amén

«Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros» 

Profecía de Malaquías 1, 14b-2, 1b. 8-10

Yo soy un gran Rey, dice el Señor de los ejércitos, y mi Nombre es temible entre las naciones. ¡Y ahora, para ustedes es esta advertencia, sacerdotes! Si no escuchan y no se deciden a dar gloria a mi Nombre, dice el Señor de los ejércitos, yo enviaré sobre ustedes la maldición. Pero ustedes se han desviado del camino, han hecho tropezar a muchos con su doctrina, han pervertido la alianza con Leví, dice el Señor de los ejércitos. Por eso yo los he hecho despreciables y viles para todo el pueblo, porque ustedes no siguen mis caminos y hacen acepción de personas al aplicar la Ley. ¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos ha creado un solo Dios? ¿Por qué nos traicionamos unos a otros, profanando así la alianza de nuestros padres? Palabra de Dios. 

Salmo 130, R. Señor, guarda mi alma en la paz junto a ti.

Mi corazón no se ha ensoberbecido, Señor, ni mis ojos se han vuelto altaneros. No he pretendido grandes cosas ni he tenido aspiraciones desmedidas.  R.

No, yo aplaco y modero mis deseos: como un niño tranquilo en brazos de su madre, sí está mi alma dentro de mí.  R.

Espere Israel en el Señor, desde ahora y para siempre.  R.   

1° Pablo a los Tesalonicenses1, 5b; 2, 7b-9. 13

Hermanos: Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos allí al servicio de ustedes... Fuimos tan condescendientes con ustedes, como una madre que alimenta y cuida a sus hijos. Sentíamos por ustedes tanto afecto, que deseábamos entregarles, no solamente la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra propia vida: tan queridos llegaron a sernos. Recuerden, hermanos, nuestro trabajo y nuestra fatiga cuando les predicamos la Buena Noticia de Dios, trabajábamos día y noche para no serles una carga. Nosotros, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque cuando recibieron la Palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios, que actúa en ustedes, los que creen. Palabra de Dios.  

Evangelio según san Mateo 23, 1-12

Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos: «Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo. Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar "mi maestro" por la gente. En cuanto a ustedes, no se hagan llamar "maestro", porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen "padre", porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco "doctores", porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.» Palabra del Señor.  

¡Jesús misericordioso en vos confío! 

  Reflexión: “Vivir la caridad con humildad y espíritu de servicio” 

En este Domingo Jesús nos invita a reflexionar sobre un tema puntual que es la humildad. Lo primero que nos va a decir Jesús en este evangelio es que no seamos como los escribas y fariseos que buscaban siempre el reconocimiento, que hacían cosas solo para que la gente lo vea. Podemos ver que esto que hacían era solo para ser elogiados y reconocidos no hacían nada de corazón.  

Jesús nos está invitando a que podamos ser como levadura, esa que hace un trabajo sencillo y silencioso, nosotros no vemos a la levadura trabajar, solo vemos que esa masa va creciendo. Esto es a lo que nos invita Jesús que seamos hoy, a que podamos dar nuestro servicio pero hacerlo desde el corazón, no esperando nada a cambio o que busquemos ser reconocidos por lo que hacemos. Que desde la humildad y la sencillez podamos hacer cosas para el reino de Dios. 

Dios nos sigue llamando a cada uno de nosotros, sus hijos, para integrarnos en su proyecto de amor, dándonos los conocimientos de su seguimiento para transformar nuestras vidas desde la misericordia y la compasión. Además nos convoca para darnos a conocer de una manera sencilla y comprensible, su deseo de comunicarnos su vida, su gracia y su perdón.  

Hoy, el Señor nos hace un retrato de los notables de Israel (fariseos, maestros de la Ley…). Éstos viven en una situación superficial, no son más que apariencia: «Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres». Y, además, cayendo en la incoherencia, «porque dicen y no hacen», se hacen esclavos de su propio engaño al buscar sólo la aprobación o la admiración de los hombres. De esto depende su consistencia. Por sí mismos no son más que vanidad, orgullo absurdo, vaciedad… 

Desde los inicios de la humanidad continúa siendo la tentación más frecuente; la antigua serpiente continúa susurrándonos al oído: «El día en que coman de él (el fruto del árbol que está en medio del jardín), se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal» (Gn 3,5). 

Y continuamos cayendo en ello, nos hacemos llamar: “rabí”, “padre” y “guías” … y tantos otros ampulosos calificativos. Demasiadas veces queremos ocupar el lugar que no nos corresponde. Es la actitud farisaica.  

La soberbia personal y la búsqueda de la vanagloria les habían hecho perder la humildad y el espíritu de servicio que caracteriza a quienes desean seguir al Señor. Sin humildad y espíritu de servicio no hay eficacia, no es posible vivir la caridad. Sin humildad no hay santidad, pues Jesús no quiere a su servicio amigos engreídos: “los instrumentos de Dios son siempre humildes”.  

Cuando servimos, nuestra capacidad no guarda relación con los frutos sobrenaturales que buscamos. Sin la gracia, de nada servirían los mayores esfuerzos: nadie, si no es por el Espíritu Santo, puede decir Señor Jesús (1 Corintios 12, 3). Cuando luchamos por alcanzar esta virtud somos eficaces y fuertes. Si no somos humildes podemos hacer desgraciados a quienes nos rodean, porque la soberbia lo corrompe todo. Hoy es un buen día para ver en la oración cómo es nuestro trato con los demás. 

Los discípulos de Jesús no deben ser así, más bien al contrario: «Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros». Y como que tenemos un único Padre, todos ellos son hermanos. 

Jesús es el ejemplo supremo de humildad y de entrega a los demás: “Yo estoy en medio de ustedes como quien sirve”. Sigue siendo ésa su actitud hacia cada uno de nosotros. Dispuesto a servirnos, a ayudarnos, a levantarnos de las caídas. “Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes” (Juan 13, 15). 

El Señor nos invita a seguirle y a imitarle, y nos deja una regla muy sencilla, pero exacta, para vivir la caridad con humildad y espíritu de servicio: “Todos los que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos…” (Mateo 7, 12): que nos comprendan cuando nos equivocamos, que nadie hable mal a nuestras espaldas, que se preocupen por nosotros cuando estamos enfermos, que nos exijan y corrijan con cariño, que recen por nosotros... Estas son las cosas que, con humildad y espíritu de servicio, hemos de hacer por los demás.

Dice el Señor: porque el que se ensalce será humillado y el que se humille será ensalzado. 

Muchas veces nuestro esfuerzo por elevarnos ante los hombres nos hace rebajarnos ante Dios. El servicio debe ser el lema de un cristiano. Y cuando al cristiano le toca ejercer algún puesto de mayor jerarquía, con más razón aún. 

Toda la liturgia de la Palabra de este domingo está impregnada por la ternura y la exigencia de la filiación y de la fraternidad. Fácilmente resuenan en nuestro corazón aquellas palabras de san Juan: «Si alguno dice: ‘Amo a Dios’, y aborrece a su hermano, es un mentiroso» (1Jn 4,20). La nueva evangelización —cada vez más urgente— nos pide fidelidad, confianza y sinceridad con la vocación que hemos recibido en el bautismo. Si lo hacemos se nos iluminará «el camino de la vida: hartura de goces, delante de tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre» (Sal 16,11). 

«Decía san Francisco a sus hermanos: Predicad siempre el Evangelio y, si fuera necesario, también con las palabras. No hay testimonio sin una vida coherente. Hoy no se necesita tantos maestros, sino testigos valientes, convencidos y convincentes, testigos que no se avergüencen del Nombre de Cristo y de su Cruz ni ante leones rugientes ni ante las potencias de este mundo.» 

Señor, Te pedimos humildemente que nos guíes en nuestro camino de fe. Ayudamos a ser humildes de corazón y a no buscar la gloria para nosotros mismos, sino a servir a los demás con amor y compasión. Que podamos seguir el ejemplo de Jesús y encontrar la verdadera grandeza en el servicio desinteresado.  Amen.  

¿Qué me dice La Palabra de hoy? ¿Qué me llevo de mi encuentro con Jesús, para meditar durante la semana? Algunas reflexiones: 

«Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros» 

El servicio debe ser el lema de un cristiano.  

El Señor nos invita a seguirle y a imitarle, y nos deja una regla muy sencilla, pero exacta, para vivir la caridad con humildad y espíritu de servicio: “Todos los que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos…” (Mateo 7, 12). 

Dice el Señor: porque el que se ensalce será humillado y el que se humille será ensalzado.

Hoy no se necesita tantos maestros, sino testigos valientes, convencidos y convincentes, testigos que no se avergüencen del Nombre de Cristo y de su Cruz ni ante leones rugientes ni ante las potencias de este mundo.» San Francisco. 

En este domingo la Iglesia nos invita a reflexionar sobre nuestra actitud, a la luz de la palabra de Dios, para ver cómo es nuestro trato con los demás: "Les quiero pedir un favor: caminemos todos juntos, cuidémonos los unos a los otros, cuídense entre ustedes, no se hagan daño; ¡cuídense! Cuiden la vida, cuiden la familia, cuiden la naturaleza, cuiden los niños, cuiden a los viejos. Que no haya odio, que no haya peleas. Dejen de lado la envidia y no le saquen el cuero a nadie; dialoguen, vayan creciendo en el corazón y acérquense a Dios". Papa Francisco

   

Vigésimo cuarto domingo, “Vivir perdonando” 

Vigésimo quinto domingo, “los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos”

Vigésimo sexto domingo, «¿Cuál de los dos cumplió la voluntad del padre?  

Vigésimo séptimo domingo, ¡Dueños o servidores! 

Vigésimo octavo domingo, “El banquete está preparado, vengan” 

Vigésimo noveno domingo, “Den al Cesar lo que es del Cesar, y a Dios, lo que es de Dios” 

Trigésimo domingo durante el año, “Amarás…”

Aclaración: Se han consultado para la preparación de las reflexiones: El libro del Pueblo de Dios. Hojitas anteriores. Centro Bíblico del CELAM. Donbosco.org.ar. Evangeli.net. 

Círculo Bíblico San José 

“Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino” Sal 119 

Te esperamos todos los sábados a las 17 hs para compartir y reflexionar el evangelio de cada semana.


viernes, 3 de noviembre de 2023

Viernes 3 de noviembre 2023. Lc 14, 1-8. “Jesús tocando al enfermo, lo curó”

¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida! [Lucas 14, 1-6] 

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos lo estaban espiando. Había allí, delante de él, un hombre enfermo de hidropesía, y tomando la palabra, dijo a los maestros de la ley y a los fariseos: «¿Es lícito curar los sábados, o no?». Ellos se quedaron callados. Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió. Y a ellos les dijo: «¿A quién de vosotros se le cae al pozo el asno o el buey y no lo saca enseguida en día de sábado?». Y no pudieron replicar a esto. Palabra del Señor.

"El silencio cómplice”

Hoy la palabra me lleva a reflexionar: “la libertad con la que se mueve Jesús”, yendo más allá de lo que está permitido, porque lo que lo mueve, lo que lo guía, es el verdadero amor hacia las personas. Me invita a no regirme/moverme tanto por las leyes, sino más bien por el amor al hermano. 

Por eso, si en mi corazón hay amor, si realmente trato de vivir este mandamiento principal que Jesús nos ha dejado, mi vida va a ser muy distinta.

¿Qué me mueve, hoy, en mi actuar? ¿Es el amor a él o el temor a salirme de sus reglas y de las de los hombres? (donbosco.org.ar)

jueves, 2 de noviembre de 2023

Jueves 02 de noviembre 2023. Lc 24, 1-8. Fieles Difuntos.

¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida!

Lc. 24, 1-8: El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes.

Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: "Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día"».

Y las mujeres recordaron sus palabras. Palabra del Señor.

La iglesia hoy nos invita a recordar a nuestros difuntos y para ello nos propone un fragmento del evangelio que nos llena de esperanza ante la realidad de la muerte. El ángel dice a las mujeres "¿por qué buscan entre los muertos al qué está vivo?", nuestra fe nos invita a creer que hay más, que la muerte no es el fin, nos ayuda a tener la esperanza de que hay algo más.

Señor, hoy en oración quiero tener presente a los que ya descansan en tu paz, a aquellos que han dejado su huella por los caminos que hoy recorro, con la esperanza de que yo también algún día tras recorrer tus caminos pueda estar junto a vos contemplando tu rostro. (donbosco.org.ar) 

Miércoles 1 de noviembre 2023. Mt 5,1 -2. Solemnidad de Todos los Santos

 

 

¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida!

 [Mateo 5, 1-12a] En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Palabra del señor. 

Hoy las bienaventuranzas nos inviten a preguntarnos si tenemos la vida bien plantada o no.  ¿Qué sucedería en mi vida si yo viviera con un corazón más sencillo, sin tanto afán de seguridad, con más limpieza interior, más acento a los que sufren, con la confianza en un Dios que me ama de manera incondicional?


martes, 31 de octubre de 2023

Martes 31 de octubre 2023. Lc 13, 18-21. “El reino es semejante a un grano de mostaza”

 

¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida! 

[Lucas 13, 18-21] En aquel tiempo, dijo Jesús: «¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas». Y dijo de nuevo: «¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó». Palabra del señor. 

“La Fuerza transformadora de Dios”

Hoy la Palabra me permite reflexionar sobre la semilla del Reino sembrada en mi por la Palabra que Jesús me comparte cada día, me permite reconocer la fuerza transformadora en forma invisible que actúa dentro mío y que al vivirla en las cosas que hago, la comparto para que sea bueno también para otros. Ven Señor Jesús, te necesito.

lunes, 30 de octubre de 2023

Lunes 30 de octubre 2023, Lc 3, 10-17. ¿No podía ser liberada de sus cadenas el sábado?

  
Lc 3, 10-17. Un sábado, Jesús enseñaba en una sinagoga. Había allí una mujer poseída de un espíritu, que la tenía enferma desde hacía dieciocho años. Estaba completamente encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera. Jesús, al verla, la llamó y le dijo: «Mujer, estás curada de tu enfermedad», y le impuso las manos. Ella se enderezó en seguida y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la multitud: «Los días de trabajo son seis; vengan durante esos días para hacerse curar, y no el sábado». El Señor le respondió: «¡Hipócritas! Cualquiera de ustedes, aunque sea sábado, ¿no desata del pesebre a su buey o a su asno para llevarlo a beber? Y esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo aprisionada durante dieciocho años, ¿no podía ser librada de sus cadenas el día sábado?». Al oír estas palabras, todos sus adversarios se llenaron de confusión, pero la multitud se alegraba de las maravillas que él hacía. Palabra del Señor.

 La Palabra de hoy me lleva a reflexionar que no puede haber ninguna ley que prohíba hacer el bien a cualquier persona humana. Amar al hombre es amar y glorificar a Dios, su Creador.

Y que importante es el gesto de mirar. Esto me permite reflexionar sobre el sentido que tiene la vista, aquello que me ayuda a darme cuenta de las fortalezas y debilidades que cada uno puede tener. La mirada es el punto de partida para reconocer la necesidad del otro y luego ayudarlo. Jesús, antes de curar a la mujer, la mira, se conecta con su realidad y, al verse interpelado, actúa.

Que importante es que hoy viva alegre por las maravillas que hace Dios en la vida.  

La palabra del Señor hoy me ayuda a revisar si mi compromiso solo es de palabra o realmente mi oración me ponen en comunicación con Dios y con la vida. ¿Realmente puedo ver la necesidad del otro? ¿Qué cosas me condicionan? ¿Qué cosas me alejan del camino de Jesús y que me hacen vivir encorvado? ¿Cómo vivo las maravillas de Dios?

 Te doy gracias, Señor, porque has venido a liberarme de todo aquello que me impide ser feliz, impone tu mano sobre mi para que me pueda enderezar.