Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Fiesta de la Sagrada Familia


Pergamino horizontal:       Mi  encuentro  con  Jesús 
Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento… Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás. Flp.  2,2-4
 El amor exige comunión, intercambio interpersonal, requiere que haya un «yo» y un «tú»  
  
Lecturas del 30 / 12 / 12
Fiesta de la Sagrada Familia
de Jesús, María y José

– Ciclo C –
Lectura primer libro de Samuel 1, 20-22.24-28
En aquellos días, Ana concibió, y a su debido tiempo dio a luz un hijo, al que puso el nombre de Samuel, diciendo: "Se lo he pedido al Señor".
El marido, Elcaná, subió con toda su familia para ofrecer al Señor el sacrificio anual y cumplir su voto. Pero Ana no subió, porque dijo a su marido: "No iré hasta que el niño deje de mamar. Entonces lo llevaré, y él se presentará delante del Señor y se quedará allí para siempre".
Cuando el niño dejó de mamar, lo subió con ella, llevando además un novillo de tres años, una medida de harina y un odre de vino, y lo condujo a la Casa del Señor en Silo. El niño era aún muy pequeño. Y después de inmolar el novillo, se lo llevaron a Elí.  Ella dijo: "Perdón, señor mío; ¡por tu vida, señor!, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti, para orar al Señor. Era este niño lo que yo suplicaba al Señor, y él me concedió lo que le pedía. Ahora yo, a mi vez, se lo cedo a él: para toda su vida queda cedido al Señor". Después se postraron delante del Señor. Palabra de Dios.
Salmo 83                
R. ¡Señor, felices los que habitan en tu Casa!
¿Qué amable es tu morada, Señor del universo! Mi alma se consume de deseo por los atrios del
 Señor; mi corazón y mi carne claman ansiosos por el Dios viviente. R
 ¡Felices los que habitan en tu Casa y te alaban sin cesar! ¿Felices los que encuentran su fuerza en ti, al emprender la peregrinación! R
 Señor del universo, oye mi plegaria, escucha, Dios de Jacob; protege, Dios a nuestro Escudo y mira el rostro de tu Ungido. R
Primera carta  de san Juan 3, 1-2.21-24
¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente. Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a él. Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y lo que seremos no se ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a Dios con plena confianza, y él nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamiento y hacemos lo que le agrada.   
Su mandamiento es este: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a los otros como él nos ordenó.       
El que cumple sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él; y sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado. Palabra de Dios.

Evangelio según san  Lucas 2, 41-52
Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. 
Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre,  y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.
Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.        
Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados". Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?"                .
Ellos no entendieron lo que les decía.  El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.                                      Palabra del Señor
Reflexión
Situada inmediatamente después de la Navidad, esta fiesta nos invita a mirar la familia formada por Jesús, María y José. En primer lugar, nos recuerda una vez más que el hecho de la encarnación tuvo lugar en nuestra historia. No sólo en un tiempo y lugar concretos sino también en una familia concreta. María y José fueron el matrimonio en el que Jesús nació, creció y maduró físicamente y como persona.
Nos imaginamos la vida de aquella familia llena de amor, de paz, pero sus vivencias fueron realmente con dificultades. José tuvo que recibir a María cuando ésta se había quedado embarazada sin su participación. No debió ser fácil ese primer momento de relación. Luego viene el nacimiento en Belén en un pesebre porque  ¡Nadie los recibió! Después la familia se vio obligada a emigrar a Egipto ¡refugiados políticos! Hoy sabemos lo duro que es la vida de los emigrantes. Mucho más duro sería en aquellos tiempos en los que no existían en absoluto las organizaciones y leyes que hoy mal que bien, se dedican a acogerlos y hacerles en cierta medida la vida más fácil. Cuantas adversidades ¿cómo las afrontaron?
Nazaret es la escuela donde empieza a entenderse la vida de Jesús, es la escuela donde se inicia el conocimiento de su Evangelio.
Aquí aprendemos a observar, a escuchar, a meditar, a penetrar en el sentido profundo y misterioso de esta sencilla, humilde y encantadora manifestación del Hijo de Dios entre los hombres.
Comunión de Amor (1)
Queridos hermanos: Nos volvemos a encontrar en esta Octava de Navidad para celebrar la Fiesta de “LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ.
En la primera lectura nos encontramos con Samuel, el primero de los grandes profetas del Pueblo de Israel, hijo de Ana, una mujer estéril y, por lo tanto humillada por su entorno.
Mujer creyente, oró al Señor y le prometió que si le concedía el don de tener un hijo varón, se lo entregaría para su servicio.
Y así fue, Ana concibió un hijo varón y cuando le llegó el tiempo de destetarlo, Ana y su esposo Elcaná llevan al pequeño al Templo y lo entregan al Sacerdote Eli para que sirviera al Señor.
Ahí creció y, como dijimos antes, fue un grande para su Pueblo.
El salmista responde alabando la Fe de los que se refugian en el Señor en los momentos de angustia.
La 1ra. Carta del evangelista San Juan es un llamado a recapacitar sobre el Amor de Dios.
“¡Miren cómo nos amó el Padre!”. Realmente somos hijos de Dios, no por nuestro mérito, la gratuidad del Amor de Dios se ha expresado en la Venida del Hijo y su entrega.
El evangelio nos muestra una de las tantas escenas de la Familia de Jesús, María y José.
Los padres, María y José, ante todo los vemos como unos judíos creyentes que, a pesar de su humildad, iban todos los años en peregrinación a Jerusalén para la Fiesta de la Pascua.
Esto no era fácil, muchos kilómetros caminando en caravana junto a todos los judíos fieles a su Fe, y, como puede pasarnos a cualquiera de nosotros si salimos en peregrinación, de golpe se dan cuenta que Jesús, su hijo de 12 años no estaba en la caravana. La angustia de la situación se refleja en las palabras de María:
“hijo mío, ¿qué nos has hecho? Tu padre y
yo te buscábamos angustiados”
¡Cuánto AMOR HAY EN ESTA QUEJA! Amor que se mezcla con el asombro de ver a su hijo dialogando con los doctores de la Ley en el Templo.
“¿no sabían que debo ocuparme de los
asuntos de mi Padre?”
Realmente la respuesta de Jesús no les aclaró la situación, pero bueno, ya lo encontraron y vuelve con ellos a Nazaret a continuar su vida.
Para María no fue una travesura de su hijo, esa respuesta HIZO NIDO en su corazón hasta que llegó el momento oportuno. Y así siguieron esa familia que se constituyó en una ESCUELA DE VIDA para la humanidad.
EL SILENCIO: como actitud que favorece el RECOGIMIENTO y la INTERIORIDAD.
VIDA FAMILIAR: una familia que favorece el RECOGIMIENTO y la INTERIORIDAD.
VIDA FAMILIAR: una familia que se realiza como
COMUNION DE AMOR, algo que es posible cuando por encima de las legítimas aspiraciones está el AMOR A DIOS Y AL HERMANO.
EL TRABAJO: Jesús creció en un ámbito de trabajo, “¿no es el hijo del carpintero?”, trabajó a la par de su padre mientras su madre los atendía.
Ustedes dirán: “¡los tiempos cambiaron!” Si, es verdad, pero LOS VALORES NO CAMBIAN, SILENCIO, INTERIORIDAD, TRABAJO, siguen significando lo mismo.
El gran desafío es VIVIR estos Valores en las circunstancias del mundo actual.
¿Qué es difícil? ¡SI!, pero no imposible, los tiempos de Jesús, María y José NO FUERON FÁCILES PARA NADA, baste recorrer la historia del Imperio Romano, por algo esta semana nos mostró los ejemplos del Martirio de Esteban y la Matanza de los Santos Inocentes.
Es absolutamente necesario aferrarnos más que nunca a ese AMOR DE DIOS QUE QUIERE LLAMARNOS HIJOS SUYOS, y, si SOMOS HIJOS DE DIOS SOMOS HERMANOS ENTRE NOSOTROS.
No estamos solos, la Sagrada Familia de Nazaret está con nosotros, María, Madre de la Iglesia, José, Protector de la Iglesia Universal y Jesús imagen del Amor del Padre están con nosotros.
Que en este Año de la Fe la fuerza del Espíritu Santo nos siga guiando como Pueblo de Dios.
Que Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia en Oración nos ayude.
(1)     Prof. Martha Pereyra o.c.s.
                                                                            
jesus - copia

«Hombre y mujer los creó»
La Biblia plantea una relación estrecha entre ser creado «a imagen de Dios» y el hecho de ser «hombre y mujer» (v. Gn 1,27). La semejanza consiste en esto. Dios es único y solo, pero no es solitario. El amor exige comunión, intercambio interpersonal, requiere que haya un «yo» y un «tú». Por eso el Dios cristiano es uno y trino. En Él coexisten unidad y distinción: unidad de naturaleza, de voluntad, de intención, y distinción de características y de personas.
Precisamente en esto la pareja humana es imagen de Dios. La familia humana es reflejo de la Trinidad.
Marido y mujer son, en efecto, una sola carne, un solo corazón, una sola alma, aún en la diversidad de sexo y de personalidad. Los esposos están uno ante otro como un «yo» y un «tú», y están frente a todo el resto del mundo, empezando por los propios hijos, como un «nosotros», como si se tratara de una sola persona, pero ya no singular, sino plural. «Nosotros», o sea, «tu madre y yo», «tu padre y yo». Así habló María a Jesús, después de encontrarle en el templo.
Sabemos bien que éste es el ideal y que, como en todas las cosas, la realidad es con frecuencia bastante diferente, más humilde y más compleja, a veces incluso trágica.
Pero estamos tan bombardeados de casos de fracasos que a lo mejor, por una vez, no está mal volver a proponer el ideal de la pareja, primero en el plano sencillamente natural y humano, y después en el cristiano.
¡Ay de llegar a avergonzarse de los ideales en nombre de un malentendido realismo! El final de una sociedad, en este caso, estaría marcado. Los jóvenes tienen derecho a que se les transmitan, por parte de los mayores, ideales, y no sólo escepticismo y cinismo. Nada tiene la fuerza de atracción que posee el ideal.
P. Raniero Cantalamessa, OFM Cap. 2007
El niño en el Templo
Ven a mí, Espíritu Santo, agua viva que lanza a la vida eterna: concédeme la gracia de llegar a contemplar el rostro del Padre en la vida y en la alegría sin fin. Amén
                             
Lecturas de la Semana
Lunes 31: 1Jn. 2, 18-21; Sal. 95; Jn. 1, 1-18.
Martes 1: Núm. 6, 22-27; Sal 66; Gál. 4,4-7; Lc. 2,16-21.
Miércoles 2: 1Jn. 2,22-28; Sal 97; Jn.1, 19-28.
Jueves 3: 1Jn. 2, 29—3.6; Sal. 97; Jn. 1, 29-34.
Viernes 4:  1Jn. 3, 7-10;  Sal 97;  Jn. 1, 35-42.
Sábado5: 1Jn. 3, 11-20; Sal. 99; Jn.1, 43-51.
Cuadro de texto: Círculo Bíblico
 San José
Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Domínico.

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lunes, 24 de diciembre de 2012

Natividad del Señor


Natividad del Señor
 
Lecturas del 24 y 25 -12-12
– Ciclo C –
 
 
Feliz Navidad
Circulo Bíblico San José
 
 
Lectura libro del profeta Isaías 9, 1-6
El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia, como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín.
Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: «Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz.» Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto.  Palabra de Dios.
 
Salmo 95
R. Hoy nos ha nacido un Salvador,
que es el Mesías, el Señor.

Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su Nombre. R.   Día tras día, proclamen su victoria, anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos. R.      Alégrese el cielo y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él; regocíjese el campo con todos sus frutos, griten de gozo los árboles del bosque. R.       Griten de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra: él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad. R.           

Carta del apóstol san Pablo a Tito 2, 11-14 
La gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. El se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien. Palabra de Dios.
 
Santo Evangelio según san Lucas 2, 1-14      
En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.
José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.
En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: « ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!» Palabra del Señor.
 
Reflexión:
 
Hoy llegamos finalmente a la Nochebuena, los cristianos debemos conocer el por qué de nuestra alegría en este día:
 Dios viene a habitar entre nosotros. El pasaje del Evangelio que se lee en la misa de Nochebuena, narra el nacimiento de Jesús. Dios se ha hecho hombre, para que el hombre se haga Dios. Dios se hizo uno de los nuestros y esto nos predispone para llegar a ser más semejantes a Él.
 
Jesús nace pobre y nos enseña que la felicidad no se encuentra en la abundancia de bienes. Jesús viene al mundo sin ostentación alguna y nos anima a ser humildes, a no estar pendientes del aplauso de los hombres. Dios se humilla para que podamos acercarnos a Él, para que podamos corresponder a su amor con nuestro amor, para que nuestra libertad se rinda no sólo ante el espectáculo de su poder, sino ante la maravilla de su humildad.
 
Navidad es el nacimiento de algo nuevo. Nace Jesús y con ello el nacimiento de la fe cristiana, de la comunidad cristina. Pero más allá de este nacimiento: ¿Conocemos a Cristo?  
Dios se hizo hombre por amor a los hombres. La venida del Señor no es un hecho del pasado sino del presente. Y es del presente en la medida en que nosotros dejemos que Dios ¨llegue¨.
 
Cristo ha nacido para que nosotros renazcamos. Como dice San Agustín, María ha llevado al Salvador en su seno y cada uno de nosotros debemos llevarlo en nuestro corazón, porque cada uno de nosotros, los cristianos, somos hombres redimidos por Cristo, y tenemos que mostrarlo al mundo. Este tiempo de Navidad pide de nosotros una actitud contemplativa, de silencio y acción de gracias. Nos pide contemplar el misterio, asimilarlo a nuestro ser y confesarlo ante los hombres.
-En cierto modo, la humanidad espera a Dios, su cercanía. Pero cuando llega el momento, no tiene sitio para Él. Está tan ocupada consigo misma de forma tan exigente, que necesita todo el espacio y todo el tiempo para sus cosas y ya no queda nada para el otro, para el prójimo, para el pobre, para Dios. Y cuanto más se enriquecen los hombres, tanto más llenan todo de sí mismos y menos puede entrar el otro".
 
En este sentido, El Santo Padre nos ha invitado a que cada uno se haga estas preguntas: "¿Tenemos tiempo para el prójimo que tiene necesidad de nuestra palabra, de mi palabra, de mi afecto? ¿Para aquel que sufre y necesita ayuda? ¿Para el prófugo o el refugiado que busca asilo? ¿Tenemos tiempo y espacio para Dios? ¿Puede entrar Él en nuestra vida? ¿Encuentra un lugar en nosotros o tenemos ocupado todo nuestro pensamiento, nuestro quehacer, nuestra vida, con nosotros mismos?". (Benedicto XVI)        
-El amor necesita traducirse en gestos concretos. El más sencillo y universal –cuando es limpio e inocente- es el beso. Demos por lo tanto un beso a Jesús, como se desea hacer con todos los niños recién nacidos.
Pero no nos contentemos con darlo sólo a la imagen de yeso o de porcelana; démoslo a un Jesús Niño de carne y hueso. Démoslo a un pobre, a alguien que sufre, ¡y se lo habremos dado a Él! Dar un beso, en este sentido, significa dar una ayuda concreta, pero también una buena palabra, aliento, una visita, una sonrisa, y a veces, ¿por qué no?, un beso de verdad.
Son las luces más bellas que podemos encender en nuestro belén. (Raniero Cantalamessa)
 
Hoy: “necesitamos tener sueños -más grandes o más pequeños- que día a día nos mantengan en camino hacia una vida plena”
Nuestro sueño, el de Jesús, el de compartir un mundo mejor, no es un más allá imaginario, situado en un futuro que nunca llega; Dios nos llenó de talentos, inteligencia, voluntad, capacidad de evolucionar y adaptarnos a los cambios y nuestro sueño empieza a hacerse presente allí donde lo ponemos en Acción, a darle vida con los primeros logros, empezando a tomar conciencia de que es posible, ya no es simplemente, se puede, empieza tomar forma el yo puedo” y los miedos y las desesperanzas se desvanecen y puedo empezar a compartir los frutos de Jesús que se expresan a través mío.
 
Y de esta forma lleno de gracia y con gozo, vamos a pedirle a Dios, que esta Navidad no se marchite como una flor.           
Que su mensaje no muera cuando cese el bullicio. Que su paz no sea tan efímera como el arbolito que adorna nuestro hogar. 
Pidámosle a Dios que la alegría de esta Navidad, se prolongue durante todo el año, como el nacimiento hacia una vida que quiere crecer y madurar en la paz en el amor y en la justicia.
 
Compartamos como hermanos en Cristo Jesús, la alegría de estar unidos a Él por el amor. Jesús estará realmente entre los hombres, si los cristianos lo mostramos al mundo, porque el rostro visible de Cristo de hoy somos cada uno de nosotros. Con nuestra actitud de vida, los cristianos damos vida a Cristo. Por eso desde lo más profundo de nuestro corazón y con la fuerza de lo alto, decimos:
Ven Señor Jesús.
Carta Pastoral, Navidad 2012:


 
NACE CRISTO, SURGE LA ESPERANZA
 
¡Ánimo, viene la salvación! Dios se hace hombre para que nosotros podamos alcanzar a Dios. Este es el camino. No hay otro distinto. Tenemos la certeza de que Dios cumple su plan. Levantemos nuestra cabeza, viene la fuerza del Amor. Ya no debemos estar errantes, divagando por el mundo a tientas y a ciegas, pues la luz viene para que encontremos la bondad, la justicia, la alegría y la paz.
 
La persona humana corre vertiginosamente por el mundo queriendo alcanzar no se qué… Es increíble la necesidad provocadora de hacernos perder el sentido de la vida, yendo tras tantas cosas que en vez de colmarnos producen un vacío existencial que nos lleva a la pérdida de sentido. No nos damos cuenta, o no queremos hacerlo. Nos escapamos y nos alienamos en cosas superficiales y en tantos cartones pintados que los compramos como si fueran preciosos tesoros. Nos conformamos con tan poco… ¿No habrá llegado el momento, que pensemos más profundamente? ¿Qué enriquece al hombre? ¿Las sensibilidades? ¿El consumo? ¿La ansiedad? ¿La hiperactividad?, ¿Lo mediático? ¿El ruido? ¿Lo externo? ¿La exacerbación? ¿El derroche de palabras, que casi siempre son vacías?
 
Sin embargo, que verdad grande es: “una sola palabra fue dicha en silencio, y en silencio debe ser escuchada”- Debemos volver al misterio de lo trascendente, al misterio de Dios, que es el único que da respuesta cierta.
 
Él nace, Él viene a nosotros, Él planta su morada en nosotros. Abramos nuestro corazón, como un pesebre, para que pueda echar raíces en nuestra vida. Él es el Sol que ilumina y da sentido a nuestra vida. Y si lo dejamos estar, volveremos al culto por la verdad, volveremos a la sobriedad de nuestras conductas, volveremos  a disminuir lo caterva de lo imaginario para acercarnos a la realidad. Volveremos  a encontrar la objetividad de la verdad, tan deteriorada y tan manoseada en estos tiempos por todos.  Así volveremos a lo originario, a lo simple, a lo humilde, a lo humano, o ¿no queremos darnos cuenta que alejándonos de Dios hemos perdido capacidad en lo humano?
 
Él viene a nosotros y nos devuelve la esperanza. Pero ésta se recibe y se incorpora y se vive. Nace Jesús, vuelve la esperanza. Que ésta ilumine nuestra vida personal, nuestras familias, nuestros vínculos, nuestro trato y sobre todo el comportamiento social frente al bien común, alejándonos de todo egoísmo, individualismo y por lo tanto de todo relativismo.
 
Feliz  Nochebuena. Feliz Navidad y que no celebremos otra cosa. No estemos distraídos perdiendo la ocasión de recomenzar de nuevo en este Año de la Fe, la primacía y la excelencia de la bondad de su Amor
 
Los bendigo a cada uno de ustedes,
sus familias y Comunidades.
                                                            
Mons. Rubén  O. Frassia
Obispo de Avellaneda-Lanús
 
                               
Lecturas de la Semana
Martes 25: Is. 52,7-10; Sal 97; Heb. 1, 1-6; Jn.1,1-18.
Miércoles 26: Hech. 6,-10; Sal 30; Mt.10, 17-22.
Jueves 27:  1Jn. 1, 1-4;  Sal 96;  Jn. 20, 1-8.
Viernes 28: 1Jn. 1,5—2.2; Sal 123; Mt. 2, 13-18.
Sábado29: 1Jn.2, 3-11; Sal. 95; Lc.2, 22-35.
 
Cuadro de texto: Círculo Bíblico San José
Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Domínico.

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