Lecturas del 27 / 01 / 13
Tercer domingo durante el año
– Ciclo C –
Lectura libro de Nehemías 8, 2-4a. 5-6. 8-10
El sacerdote Esdras trajo la Ley ante la Asamblea, compuesta por los hombres, las mujeres y por todos los que podían entender lo que se leía. Era el primer día del séptimo mes. Luego, desde el alba hasta promediar el día, leyó el libro en la plaza que está ante la puerta del Agua, en presencia de los hombres, de las mujeres y de todos los que podían entender. Y todo el pueblo seguía con atención la lectura del libro de la Ley.
Esdras, el escriba, estaba de pie sobre una tarima de madera que habían hecho para esa ocasión. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -porque estaba más alto que todos- y cuando lo abrió, todo el pueblo se puso de pie.
Esdras bendijo al Señor, el Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: «¡Amén! ¡Amén!» Luego se inclinaron y se postraron delante del Señor con el rostro en tierra.
Ellos leían el libro de la Ley de Dios, con claridad, e interpretando el sentido, de manera que se comprendió la lectura.
Entonces Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote escriba, y los levitas que instruían al pueblo, dijeron a todo el pueblo: «Este es un día consagrado al Señor, su Dios: no estén tristes ni lloren.» Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la Ley.
Después añadió: «Ya pueden retirarse; coman bien, beban un buen vino y manden una porción al que no tiene nada preparado, porque este es un
Esdras, el escriba, estaba de pie sobre una tarima de madera que habían hecho para esa ocasión. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -porque estaba más alto que todos- y cuando lo abrió, todo el pueblo se puso de pie.
Esdras bendijo al Señor, el Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: «¡Amén! ¡Amén!» Luego se inclinaron y se postraron delante del Señor con el rostro en tierra.
Ellos leían el libro de la Ley de Dios, con claridad, e interpretando el sentido, de manera que se comprendió la lectura.
Entonces Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote escriba, y los levitas que instruían al pueblo, dijeron a todo el pueblo: «Este es un día consagrado al Señor, su Dios: no estén tristes ni lloren.» Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la Ley.
Después añadió: «Ya pueden retirarse; coman bien, beban un buen vino y manden una porción al que no tiene nada preparado, porque este es un
día consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, porque la alegría en el Señor es la fortaleza de ustedes.» Palabra de Dios.
Salmo 18
Salmo 18
R. Tus palabras, Señor, son Espíritu y Vida.
La ley del Señor es perfecta, reconforta el alma; el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al simple. R. Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón; los mandamientos del Señor son claros, iluminan los ojos. R. La palabra del Señor es pura, permanece para siempre; los juicios del Señor son la verdad, enteramente justos. R. ¡Ojalá sean de tu agrado las palabras de mi boca, y lleguen hasta ti mis pensamientos, Señor, mi Roca y mi redentor! R.
Primera carta de Pablo a Corintios 12, 12-14. 27
Hermanos: Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y sin embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo -judíos y griegos, esclavos y hombres libres- y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.
El cuerpo no se compone de un solo miembro sino de muchos. Ustedes son el Cuerpo de Cristo, y cada uno en particular, miembros de ese Cuerpo. Palabra de Dios.
La ley del Señor es perfecta, reconforta el alma; el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al simple. R. Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón; los mandamientos del Señor son claros, iluminan los ojos. R. La palabra del Señor es pura, permanece para siempre; los juicios del Señor son la verdad, enteramente justos. R. ¡Ojalá sean de tu agrado las palabras de mi boca, y lleguen hasta ti mis pensamientos, Señor, mi Roca y mi redentor! R.
Primera carta de Pablo a Corintios 12, 12-14. 27
Hermanos: Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y sin embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo -judíos y griegos, esclavos y hombres libres- y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.
El cuerpo no se compone de un solo miembro sino de muchos. Ustedes son el Cuerpo de Cristo, y cada uno en particular, miembros de ese Cuerpo. Palabra de Dios.
Santo Evangelio san Lucas 1, 1-4; 4, 14-21 Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros, tal como nos fueron transmitidos por aquellos que han sido desde el comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra. Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti, excelentísimo Teófilo, un relato ordenado, a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido.
Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu y su fama se extendió en toda la región. Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír.» Palabra del Señor.
Reflexión:
La Constitución "Dei Verbum" sobre la Palabra de Dios nos habla de la "Paternal pedagogía de Dios", o sea, así como un padre acompaña los tiempos del crecimiento de sus hijos, el Padre Celestial se va revelando teniendo en cuenta los tiempos históricos del hombre. Y, ESA HISTORIA ES LA QUE NOS MUESTRA HOY.
Ubicándonos en la historia: El exilio del pueblo de Judá a Babilonia en el 586 a.C. fue un hito histórico para la religión de Israel. A partir de entonces, la historia de Israel fue reinterpretada a la luz de los acontecimientos del año 586. Los profetas Ezequiel y el Deutero Isaías creían que Yahveh se había servido del Imperio babilónico para castigar a los israelitas por sus pecados, y que por lo tanto él tenía el poder de liberados del cautiverio si se arrepentían.
Se desarrolló una verdadera religión MONOTEISTA, en la que el Dios de Israel era visto como el Único Dios que dirigía la historia universal y el destino de todas las naciones.
La esperanza mesiánica que surgió a partir del exilio de Babilonia para lograr restaurar el reino de Judá bajo el liderazgo de un descendiente de la estirpe de David, parece justificarse plenamente cuando Ciro el Grande, después de conquistar Babilonia en el 539 a.C. promulga un edicto autorizando a los judíos exiliados regresar a su patria.
En seguida se organiza la vuelta, el pueblo purificado por la prueba del exilio y animado por una ardiente esperanza mesiánica sólo piensa en poner los cimientos del Nuevo Templo, no fue fácil.
Con la reconstrucción del Templo y la reedificación de las murallas de protección, Jerusalén comienza a recobrar su verdadero rostro, pero el Templo y la Ciudad Santa son inseparables del Pueblo de Dios.
También la comunidad tenía que ser restaurada y, el fundamento de su renovación no podía ser otro que LA PALABRA DE DIOS.
Por eso el sacerdote Esdras acompañado por el laico Nehemías promulgan solemnemente la Ley del Señor conocida como la Ley de Moisés, conocida como la Ley del Cielo.
A partir de ese momento la Ley se convirtió en la piedra angular de la religiosidad judía. Si bien este fuerte apego a la observancia de la Ley impidió que el Judaísmo se diluyera en un ambiente hostil, terminó en una esclavitud al aferrarse a las prescripciones legales, y todo en nombre de Dios.
Actitudes que Jesús va a denunciar severamente y a corregir esa deformación.
"La gran Asamblea Litúrgica": la Palabra de hoy del libro de Nehemías se conoce como "La gran Asamblea Litúrgica" y nos muestra al sacerdote Esdras junto con el laico Nehemías que ocupaba el rol de gobernador, reunidos como Pueblo y escuchando la Ley de Moisés o Ley del Cielo.
Fue un día sagrado para el Pueblo que, como escuchamos "lloraba al oír las palabras de la Ley", "no estén tristes porque LA ALEGRIA DEL SEÑOR ES NUESTRA FORTALEZA"
Así escuchamos al Salmista alabando la Obra de Dios en la Creación pero, sobre todo alabando su
Palabra.
En la 2da lectura San Pablo brilla con esta analogía entre la Iglesia y el cuerpo humano, analogía que expresa la universalidad de la salvación y la solidaridad entre los miembros.
Si bien esta analogía no es original de San Pablo, ya se usaba en la cultura griega para referirse a las estructuras de poder.
Dadas las características de los Corintios que hemos visto el Domingo pasado con respecto a la multiplicidad de los cultos paganos y la diversidad de culturas, San Pablo se dirige a la pequeña comunidad de los seguidores de Cristo que deben dar testimonio de la fe que dicen profesar.
La consecuencia de esto es LA SOLIDARIDAD ENTRE LOS MIEMBROS DEL CUERPO DE CRISTO.
Solidaridad es un término que se origina en otro: SOLDARSE, FUSIONARSE, HACERSE UNO.
Los miembros del Cuerpo de Cristo están SOLDADOS entre sí por el ESPIRITU DEL SEÑOR, por eso "si un miembro sufre todos los demás sufren con él", "si un miembro es enaltecido todos se alegran con él".
«Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír.»Toda esa expectativa que, como vimos se genera en el Exilio sobre el Mesías, el Ungido del Señor que iba a liberarlos de la esclavitud, esa Promesa que mantuvo vivo y unido al Judaísmo, se concretiza en la PERSONA DE JESÚS DE NAZARETH.
Por eso, cuando en la Sinagoga Jesús lee el pasaje del Profeta Isaías, se identifica con el Elegido de Dios para traer la Buena Noticia de la liberación.
Reflexionemos:
a) ¿Qué lugar ocupa la Palabra de Dios en nuestras comunidades?
b) ¿Tenemos conciencia de que fuera del camino del Señor estamos EXILIADOS?
c) ¿En quién ponemos nuestras expectativas hoy? Porque lamentablemente SEUDO MESIAS sobran.
El respondernos a esto con el "corazón en la mano" nos libra de dos graves tentaciones. O seguimos al "que habla lindo o nos desesperamos porque "nada puede cambiar, es lo que hay!"
d) ¿Cómo vivimos la SOLIDARIDAD? Porque no es sólo un impulso "espasmódico" por una catástrofe, o aprovechar que ordeno el placard y le llevo a Cáritas lo que no uso.
ES HACERSE UNO CON EL OTRO, no solo cuando sufre sino también CUANDO LE VA BIEN, San Francisco hablaba de la hermana envidia", ese pecado diabólico por excelencia que hace que, aparentemente felicite al que le va mejor que a mí, pero por dentro pensemos "que tuvo suerte porque no se lo merece".
Estas reflexiones no son para que "nos cortemos las venas o nos sintamos los peores del mundo" sino para que nos despojemos de todo aquello que nos esclaviza y que, está dentro de uno.
Dos pensamientos de Santa Teresa de Jesús: "el ladrón está dentro de casa" y "conocerse a uno mismo es ANDAR EN VERDAD".
JESUCRISTO ES EL MISMO, AYER, HOY Y SIEMPRE, ES EL ELEGIDO DE DIOS PARA LBERARNOS DE TODO AQUELLO QUE NOS DISTRAIGA DEL VERDADERO CAMINO.
Que María Sma, la virgen atenta y vigilante, nos guie en este camino.
San José, protector de la Iglesia Universal nos acompañe y Santa Teresa de Jesús nos fortalezca en la Oración.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, Amén.
Nos encontramos, bendiciones.
Prof Martha Pereyra o.c.s.
Ven Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, ven padre de los pobres, ven fuego divino, ven.
Ven a regar lo que está seco en
nuestras vidas, ven.
Ven a fortalecer lo que está débil,
a sanar lo que está enfermo, ven.
Ven a romper mis cadenas,
ven a iluminar mis tinieblas, ven.
Ven porque te necesito,
porque todo mi ser te reclama.
Espíritu Santo, dulce huésped del alma,
ven, ven Señor"
Dios mío:
Abre mi espíritu y dame inteligencia, en vano leeré o escucharé tu Palabra si Tú no haces que penetre en mi corazón.
Concédeme ardor para buscarla, docilidad para aceptarla y fidelidad para cumplirla.
Lecturas de la Semana
Lunes 28: Heb. 9, 15.24-28; Sal. 97; Mc. 3, 22-30.
Martes 29: Heb. 10, 1-10; Sal 39; Mc. 3,31-35.
Miércoles 30: Heb. 10,11-18; Sal 109; Mc.4, 1-20.
Jueves 31: Heb. 10, 19-25; Sal. 23; Mc. 4, 21-25.
Viernes 1: Heb. 10, 32-39; Sal 36; Mc. 4, 26-34.
Sábado 2: Mal. 3, 1-4; Sal. 23; Lc.2, 22-40.
Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las reflexiones: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y María.