Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Vigésimo cuarto domingo durante el año,

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“Dios sale al encuentro de sus hijos para celebrar con gran regocijo la alegría del regreso"
 
Lecturas del 15/09/13
   Ciclo C
 
Libro del Éxodo 32,7-11.13-14.       El Señor dijo a Moisés: "Baja en seguida, porque tu pueblo, ese que hiciste salir de Egipto, se ha pervertido. Ellos se han apartado rápidamente del camino que yo les había señalado, y se han fabricado un ternero de metal fundido. Después se postraron delante de él, le ofrecieron sacrificios y exclamaron: "Este es tu Dios, Israel, el que te hizo salir de Egipto".            
Luego le siguió diciendo: "Ya veo que este es un pueblo obstinado. Por eso, déjame obrar: mi ira arderá contra ellos y los exterminaré. De ti, en cambio, suscitaré una gran nación".    
Pero Moisés trató de aplacar al Señor con estas palabras: "¿Por qué, Señor, arderá tu ira contra tu pueblo, ese pueblo que tú mismo hiciste salir de Egipto con gran firmeza y mano poderosa?
Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Jacob, tus servidores, a quienes juraste por ti mismo diciendo: "Yo multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo, y les daré toda esta tierra de la que hablé, para que la tengan siempre como herencia". Y el Señor se arrepintió del mal con que había amenazado a su pueblo. Palabra de Dios.            

Salmo 50               
             R: Iré a la casa de mi Padre.               
¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado!. R
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu. R             Abre mis labios, Señor, y mi boca proclamará tu alabanza. Mi sacrificio es un espíritu contrito, tú no desprecias el corazón contrito y humillado. R         
Primera Carta de San Pablo a Timoteo 1,12-17.  
Querido hermano: Doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, porque me ha fortalecido y me ha considerado digno de confianza, llamándome a su servicio a pesar de mis blasfemias, persecuciones e insolencias anteriores. Pero fui tratado con misericordia, porque cuando no tenía fe, actuaba así por ignorancia.      
Y sobreabundó en mí la gracia de nuestro Señor, junto con la fe y el amor de Cristo Jesús.            
Es doctrina cierta y digna de fe que Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el peor de ellos. Si encontré misericordia, fue para que Jesucristo demostrara en mí toda su paciencia, poniéndome como ejemplo de los que van a creer en él para alcanzar la Vida eterna.      
¡Al Rey eterno y universal, al Dios incorruptible, invisible y único, honor y gloria por los siglos de los siglos! Amén. Palabra de Dios.  
 Evangelio según San Lucas 15,1-10.              Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: "Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos". Jesús les dijo entonces esta parábola: "Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?          
Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido". Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse".  
Y les dijo también: "Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido".   
Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte". Palabra del Señor.        

Reflexión:
 
El evangelio de hoy nos invita a entrar en el corazón misericordioso de Jesús, descubriendo en él la revelación acerca de Dios y la fuerza atrayente de su propuesta del Reino. Jesús nos revela que a Dios le importamos mucho y que sufre y goza con nuestro destino. Él mismo es la imagen de un Dios que sale en búsqueda del pecador. El suyo es un amor primero e incondicional.

El gesto más provocativo y escandaloso de Jesús. (1) Fue, sin duda, su forma de acoger con simpatía especial a pecadoras y pecadores, excluidos por los dirigentes religiosos y marcados socialmente por su conducta al margen de la Ley. Lo que más irritaba era su costumbre de comer amistosamente con ellos. De ordinario, olvidamos que Jesús creó una situación sorprendente en la sociedad de su tiempo. Los pecadores no huyen de él. Al contrario, se sienten atraídos por su persona y su mensaje. Lucas nos dice que “los pecadores y publicanos solían acercarse a Jesús para escucharle”. Al parecer, encuentran en él una acogida y comprensión que no encuentran en ninguna otra parte.              
Mientras tanto, los sectores fariseos y los doctores de la Ley, los hombres de mayor prestigio moral y religioso ante el pueblo, solo saben criticar escandalizados el comportamiento de Jesús: “Ese acoge a los pecadores y come con ellos”.        ¿Cómo puede un hombre de Dios comer en la misma mesa con aquella gente pecadora e indeseable?     
Jesús nunca hizo caso de sus críticas. Sabía que Dios no es el Juez severo y riguroso del que hablaban con tanta seguridad aquellos maestros que ocupaban los primeros asientos en las sinagogas. El conoce bien el corazón del Padre. Dios entiende a los pecadores; ofrece su perdón a todos; no excluye a nadie; lo perdona todo. Nadie ha de oscurecer y desfigurar su perdón insondable y gratuito.       
Por eso, Jesús les ofrece su comprensión y su amistad. Aquellas prostitutas y recaudadores han de sentirse acogidos por Dios. Es lo primero. Nada tienen que temer. Pueden sentarse a su mesa, pueden beber vino y cantar cánticos junto a Jesús.             
Su acogida los va curando por dentro. Los libera de la vergüenza y la humillación. Les devuelve la alegría de vivir.   
Jesús los acoge tal como son, sin exigirles previamente nada. Les va contagiando su paz y su confianza en Dios, sin estar seguro de que responderán cambiando de conducta. Lo hace confiando totalmente en la misericordia de Dios que ya los está
esperando con los brazos abiertos, como un padre bueno que corre al encuentro de su hijo perdido.
                                                                                                                                           (1)   J. A. Pagola.
 
“Parábolas de la confrontación”. (2)  Al escuchar las parábolas del evangelio de hoy podemos contemplar a Jesús rodeado de pecadores, mal vistos y pobres. Ver su polémica, su afrontamiento, su cercanía a los marginados. Verle pronunciar estas parábolas, y al decirlas, desvelarnos el rostro de Dios y el suyo.  
Identificarse uno mismo con la oveja perdida. Verse pecador, necesitado de conversión.             
Contemplar el amor desconcertante de Dios y gozar con Él. Dios me quiere no por lo que yo hago, sino porque soy de Él. Alegrarme con su alegría, y tener plena confianza.          
Existen en ellas dos puntos de vista, dos mentalidades, dos concepciones de Dios enfrentadas. Por una parte está la conducta de Jesús abierta y dialogante, sin clasismos de pureza legal, que no huye de los pecadores sino que los busca y acepta sentarse a la mesa con ellos. Por otra parte está la reacción intelectual-legal provocada por esta conducta: el que hace eso no puede venir de Dios. Jesús quiere revelar el verdadero rostro de Dios. No se puede partir de nuestros conceptos para elaborar un Dios a nuestra medida, al contrario, hay que dejarse instruir por las enseñanzas de Jesús, revelador del Padre, y por sus pensamientos llegar al verdadero rostro de Dios.             
En estas parábolas se destruye el ídolo de una falsa divinidad, rígida en su majestad con exigencias de adoración, para poner en su lugar la realidad del verdadero Dios de Jesucristo, un Padre lleno de amor que espera día y noche o sale Él mismo al encuentro de sus hijos para celebrar con gran regocijo la alegría del regreso.              

Las parábola del evangelio de hoy subrayan: 1) La solícita atención de Dios con los pecadores y descreídos, con los marginados y mal vistos; 2) La alegría festiva de encontrar lo perdido.           
Sacadas de la realidad cotidiana, todos pueden entenderlas. La preocupación por lo perdido, el empeño en buscarla y la alegría de encontrarla, sirven para descubrir las actitudes que se dan en Dios y que Jesús está viviendo de cara a las personas marginadas y pecadoras. Muestra que Dios ama a todos, sea cual sea su conducta, en cambio. 
Para nosotros que buscamos justificaciones ante Dios y creemos saber cómo debe actuar Él, estas parábolas ponen de manifiesto que el amor de Dios va más allá de lo que pensamos. Dios obra como quien ama y está preocupado por la suerte del ser querido. Él toma la iniciativa (como el pastor y la mujer). Para Él somos algo valioso. No somos uno más. Cada uno de nosotros es único. Esta revelación debería seducir a todos, y sobre todo a las personas que están habituadas a Dios. Pero, de hecho, semejante revelación disgusta a muchos cuando no se es sensible al don gratuito.           
Hay algo que los creyentes no deberíamos olvidar nunca. Por muy perdidos que nos encontremos, por muy fracasados que nos sintamos, por muy culpables que nos veamos, siempre hay salida. Cuando nos encontramos perdidos, una cosa es segura: Dios es Alguien que busca precisamente a los perdidos. 

Si nos fijamos en Mateo 18, 12-14 comparándola con la de Lucas, el auditorio de Mateo es completamente diferente. Jesús no la dirige a sus adversarios, sino a sus discípulos. De acuerdo con esto, la conclusión tiene otro acento: “Es voluntad del Padre del cielo que no se pierda ni uno solo de estos pequeños”. Enmarcada en la amonestación de no despreciar a los pequeños y en la indicación sobre la conducta que se debe seguir con el hermano pecador. Dios quiere que nosotros nos ocupemos del hermano caído tan fielmente como el pastor de la parábola tras la oveja perdida.                 
Por eso, uno de los mensajes de estas parábolas es la gratuidad ilógica y gozosamente desconcertante de la misericordia de Dios a favor de los marginados y despreciados de aquella sociedad. Es también la condena de un mundo farisaicamente dividido en dos frentes, el de los justos y buenos u ortodoxos oficiales y el de los pecadores o malos o heterodoxos. Dios rompe nuestros esquemas, normas y costumbres.        
                                                                                                                                    (2) tomado de Pbro. Daniel Silva 2010
 
Francisco: “compartir su amor misericordioso”
 
…El Papa explicó que mucha gente se acercaba a Jesús, sobre todo después de algún hecho milagroso que lo acreditaba como Mesías, como Rey de Israel. Pero Cristo que sabía que en Jerusalén le esperaba la Cruz, no quiere engañar a nadie y repite que la senda que dibuja pasa por el sacrificio de sí mismo y el perdón de los pecados.      
“Seguir a Jesús -dijo el Pontífice- no significa participar en un desfile triunfal. Significa compartir su amor misericordioso, entrar en su gran obra de misericordia por cada ser humano y por todos los seres humanos”.                 

“El perdón universal y la misericordia pasan a través de la cruz y Jesús no quiere llevar a cabo esta obra solo: quiere involucrarnos en la misión que el Padre le ha encomendado. El discípulo de Jesús renuncia a todos los bienes porque encontró en Él el bien más grande, en el que cualquier otro bien halla su significado y su valor plenos: los lazos familiares, las otras relaciones, el trabajo, los bienes culturales y económicos”. 
 
¡Hay una guerra más profunda que todos debemos combatir! Es la decisión, fuerte y valiente, de renunciar al mal y a sus seducciones y de elegir el bien, listos para pagar en primera persona: esto es seguir a Cristo, esto es cargar con la propia cruz. Esta es la guerra profunda contra el mal. ¿De qué sirve hacer guerras, tantas guerras, si no somos capaces de combatir esta guerra profunda contra el mal? No sirve de nada”.
 
“¡La búsqueda de la paz es un camino largo y requiere paciencia y perseverancia! ¡Sigamos rezando!”
 
                                                                                                           Ciudad del vaticano, 8 de septiembre. AICA 
 
“Feliz de ti por haber creído”
 
Afiche Mes Biblia 2013 - copia
 
                                 La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor…  Lumen Fidei Nº 4
 
Lectio Divina: ¿Qué es?
 
Continuación. La Lectio Divina como medio para la experiencia de Dios a partir de la Escritura, no se agota en el texto escrito, en sí, eso no es el fin del método, sino que partiendo del texto se busca al Señor, para encontrarlo vivo y presente en su Palabra escrita, para reconocerlo en su palabra viva en la vida de cada día.
Es por esto que la Lectio Divina, si bien trabaja el texto escrito, lo profundiza, lo reflexiona, lo reza, siempre tiene la perspectiva de la vida, siempre busca aplicar esa palabra al día a día, a hacer vida aquello que fue conocido por medio de la Escritura. Para los cristianos el texto bíblico no es meta en sí misma, no buscamos apenas conocer cosas de la Biblia para repetirlos mecánicamente, sino que la finalidad y la meta de la revelación es la adhesión consciente, libre y amorosa a Aquel que se nos ha revelado en las Escrituras. Es por esto, que decimos que la Lectio Divina nos introduce a una experiencia de Encuentro con Señor por medio de pasos que van profundizando el texto bíblico. 
 
Decimos que la Lectio Divina favorece en encuentro con el Señor, ya que la metodología no se limita ni se agota en tratar el texto en sí mismo, buscando conocer su situación, su estructura, su gramática, ni su teología. Todo esto sí se tiene en cuenta, y son la base para cualquier reflexión bíblica, de hecho, estos aspectos son considerados en la LECTURA y la MEDITACION. En la medida que se tenga información sobre el texto, será de mayor utilidad a la hora de buscar aplicar este pasaje a la propia vida, evitando así una manipulación del mensaje que nos transmite el pasaje bíblico.
 
Después de haber conocido el texto bíblico por medio de la lectura y la meditación de dicho pasaje, se pasa a la ORACIÓN Pues, una vez que uno haya tenido esa experiencia de encuentro con el Señor, que lo haya conocido, que se haya buscado el conocimiento íntimo del Señor, viendo, reflexionando, conociendo sus actitudes, su manera de ser, sus sentimientos y habernos colocado delante de Él para mirarnos a la luz de su Palabra, en la oración, uno coloca todo lo que se está viviendo en sus manos, pidiendo su ayuda y su gracia para iluminar y dar sentido a toda a la vida a la luz de la Palabra del Señor. De allí se busca el encuentro vital, personal, transformador con el Señor, por medio de la CONTEMPLACIÓN. Y esto es el punto alto, la cima y el culmen de toda la Lectio Divina. Es aquí donde uno se mete en el mundo de Dios, donde ya no hay reglas, ni estrategias, ni metodologías, donde simplemente se vive la experiencia de la gratuidad del Señor, que se da a conocer y que busca el encuentro con nosotros. Y esto es el mundo de la gracia de Dios.
Extracto tomado de CELAM, Sociedades Bíblicas Unidas
 
 
22 de septiembre
Celebración del día Bíblico Diocesano
En la parroquia Santa Faz
De 15 a 18hs.
 
Lecturas de la semana
Lunes 16:  1Tim. 2, 1-8; Sal 27; Lc. 7, 1-10.
Martes 17: 1Tim. 3, 1-13;  Sal. 100;  Lc. 7, 11-17.
Miércoles 18: 1Tim. 3, 14-16; Sal 110; Lc. 7, 31-35.
Jueves 19:  1Tim. 4, 12-16; Sal 110;  Lc. 7, 36-50.
Viernes 20: 1 Tim. 6, 2-12; Sal 48; Lc. 8, 1-3.
Sábado 21: 1Tim6,2-12; Sal 48; Lc. 8, 1-3.
 
Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las reflexiones: El libro del Pueblo de Dios. Misioneros Oblatos.

Círculo Bíblico San José
Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Domínico.

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