Lecturas del 7-03-10 – Ciclo C –
Libro del Éxodo 3, 1-8a. 13-15
Moisés, que apacentaba las ovejas de su suegro Jetró, el sacerdote de Madián, llevó una vez el rebaño más allá del desierto y llegó a la montaña de Dios, al Horeb. Allí se le apareció el Ángel del Señor en una llama de fuego, que salía de en medio de la zarza.
Al ver que la zarza ardía sin consumirse, Moisés pensó: «Voy a observar este grandioso espectáculo. ¿Por qué será que la zarza no se consume?»
Cuando el Señor vio que él se apartaba del camino para mirar, lo llamó desde la zarza, diciendo: «íMoisés, Moisés!». «Aquí estoy», respondió él. Entonces Dios le dijo: «No te acerques hasta aquí. Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa.» Luego siguió diciendo: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.»
Moisés se cubrió el rostro porque tuvo miedo de ver a Dios.
El Señor dijo: «Yo he visto la opresión de mi pueblo, que está en Egipto, y he oído los gritos de dolor, provocados por sus capataces. Sí, conozco muy bien sus sufrimientos. Por eso he bajado a librarlo del poder de los egipcios y a hacerlo subir, desde aquel país, a una tierra fértil y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel.
»Moisés dijo a Dios: «Si me presento ante los israelitas y les digo que el Dios de sus padres me envió a ellos, me preguntarán cuál es su nombre. Y entonces, ¿qué les responderé?»
Dios dijo a Moisés: «Yo soy el que soy.» Luego añadió: «Tú hablarás así a los israelitas: "Yo soy" me envió a ustedes.» Y continuó diciendo a Moisés: «Tu hablarás así a los israelitas: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, es el que me envía. Este es mi nombre para siempre, y así será invocado en todos los tiempos futuros.» Palabra de Dios.
Salmo 102
R. El Señor es bondadoso y compasivo.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo Nombre; bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios. R.
El perdona todas tus culpas y cura todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura. R.
El Señor hace obras de justicia y otorga el derecho a los oprimidos; él mostró sus caminos a Moisés y sus proezas al pueblo de Israel. R.
El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia cuanto se alza el cielo sobre la tierra, así de inmenso es su amor por los que lo temen. R.
Primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 10, 1-6. 10-12
Hermanos: No deben ignorar, hermanos, que todos nuestros padres fueron guiados por la nube y todos atravesaron el mar; y para todos, la marcha bajo la nube y el paso del mar, fue un bautismo que los unió a Moisés. También todos comieron la misma comida y bebieron la misma bebida espiritual. En efecto, bebían el agua de una roca espiritual que los acompañaba, y esa roca era Cristo. A pesar de esto, muy pocos de ellos fueron agradables a Dios, porque sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto.
Todo esto aconteció simbólicamente para ejemplo nuestro, a fin de que no nos dejemos arrastrar por los malos deseos, como lo hicieron nuestros padres. No nos rebelemos contra Dios, como algunos de ellos, por lo cual murieron víctimas del Ángel exterminador. Todo esto les sucedió simbólicamente, y está escrito para que nos sirva de lección a los que vivimos en el tiempo final. Por eso, el que se cree muy seguro, ¡cuídese de no caer!
Palabra de Dios.
Santo Evangelio según s. Lucas 13, 1-9
En ese momento se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios. El les respondió:
« ¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera. ¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera.» Les dijo también esta parábola: «Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: "Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no los encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?"
Pero él respondió: "Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré. Puede ser que así dé frutos en adelante. Si no, la cortarás."» Palabra del Señor.
Reflexión:
Enmienda o ruina.
Parábola de la higuera estéril
Para entender este pasaje hay que tener en cuenta el clima que se respiraba en torno a Jesús, debido a sus hechos y palabras. Éste era, entusiasmo, conflicto y división. El mismo acaba de decir: “¿Piensan que he venido a traer paz a la tierra? Les digo que no, división y nada más.
La escena comienza con una información dada a Jesús; se presentan algunos a contarle que Pilatos había hecho matar a unos galileos mientras ofrecían el sacrificio. ¿Por qué esta información? ¿Qué sentido tiene? No cabe duda de que es una advertencia y amenaza soterrada. Vienen a decirle: Tú y tu gente acabarán como esos galileos, ya que son galileos y se comportan como ellos. Quienes le informan ya han emitido su veredicto: son unos pecadores. Pero Jesús les advierte severamente: “Esos galileos no eran más pecadores que los demás, todos ustedes perecerán también, si no se enmiendan. Acto segundo, pasa a la carga y pone en evidencia a sus informadores que han tratado de darle “buenos consejos”. Les interpela directamente: “Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les digo que no, y, si no se convierten, todos ustedes perecerán también”.
Informe contra informe. A los que habían recordado, como galileo que era y conflictivo, el castigo ejemplar infligido por Pilatos a unos galileos nacionalistas agitadores. Jesús les recuerda, la muerte como accidente de unos conciudadanos suyos, accidente que ellos consideraban en su casuística como castigo de Dios. Sus informadores no son menos culpables que aquella pobre gente que ellos han inculpado sin motivo.
Saber interpretar los signos de los tiempos
Entre los judíos era muy corriente creer que las desgracias personales, las catástrofes, las enfermedades, etc., eran castigos de Dios por los pecados cometidos. Era una teoría muy favorable para las clases pudientes que se daban el lujo de presentar su bienestar como bendición de Dios. Jesús aprovecha dos desgraciados sucesos que acaban de acontecer, para que sus contemporáneos comprendan que tales desgracias son ajenas a la voluntad de Dios y no significan que uno sea pecador. Pero a la vez, les insta a saber leer la historia, hasta los acontecimientos cotidianos, desde la óptica de Dios.
Hoy, para personas pocos dados a meterse en problemas, a acontecimientos como éstos no dicen más que casualidad o responsabilidad de las propias víctimas, u ocasión para que reflexionen otros. Jesús, sin embargo, enfoca estos hechos brutos y vulgares hacia una interpretación personal, los acontecimientos históricos no son castigos de Dios, sino una invitación a la conversión. Todos necesitamos cambiar para recibir el Reino de Dios que ya está presente.
En las palabras de Jesús resuena, también, algo que ya ha salido en otros pasajes; hay que saber discernir los signos de los tiempos, porque Dios nos habla a través de los acontecimientos históricos, por más vulgares que sean. El Vaticano II en su constitución “Gozo y esperanza”, afirma que “es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio.
Los cristianos, por participar como creyentes en una Iglesia que vive en la sociedad, hemos de saber leer evangélicamente los acontecimientos que tienen una determinada orientación y que, en esencia más profunda, son reveladores de vida y justicia. Pero sólo si estamos presentes en el mundo los podremos percibir. Ahora bien, los acontecimientos pueden ser objeto de diversas interpretaciones, según diversas ideologías y el lugar social desde el que miremos. En sí mismos, los signos de los tiempos son ambiguos, como ambiguo es todo lo humano, ya que pueden ser signo de la acción de Dios o sombra de un ídolo soberbio. Sólo desde el Evangelio podrá la Iglesia y podremos los cristianos, descifrar en los signos de los tiempos los designios de Dios.
Parábola de la higuera estéril
La higuera es en la Biblia, figura del Pueblo de Israel. Los que escuchaban a Jesús entendieron el mensaje de la parábola, iba para ellos. Pero ésta sigue teniendo plena actualidad. Es necesario que nos la apliquemos nosotros, individualmente y como comunidad que no dé fruto no tiene razón de ser, por mucha hojarasca que ostente. Todos podemos ser ese árbol baldío, lleno de hojas, aparentemente verde y, sin embargo, completamente inútil.
El Dios de la vida piensa cortar la higuera. Pero todavía existe un resquicio de esperanza. Hay alguien, el viñador (Jesús mismo), que pide al amo una nueva oportunidad.
Quizás la higuera, con cuidado especial, dé fruto.
Jesús suplica por su pueblo y por cada comunidad cristiana. Y se compromete con ella: “Entretanto yo la cavaré y le echaré estiércol”. Siempre espera contra toda esperanza: “Si en adelante diera fruto, vivimos todavía el tiempo de la paciencia y misericordia de Dios.
La parábola pone de manifiesto que cambiar o no cambiar no es un juego de palabras. Es un problema de vida o de muerte. Ante el Reino de Dios hay que decidirse. Y se nos habla de urgencia, porque el tiempo pasa y estamos en la encrucijada.
Reflexionamos:
-Se habla de pecados “de la sociedad”, que resultan ser pecados de nadie o de los otros, cuando en realidad son una suma de pecados de todos. Unos desencadenan guerras frías o calientes, y otros son las víctimas. Unos taponan los oídos a los gritos molestos de la verdad para abrirlos a las fábulas, escándalos y gritos de la sociedad de consumo.
-Puede haber familias en las que el egoísmo se impone al amor dejando bloqueado el camino hacia Dios y hacia la convivencia ciudadana.
-Una sociedad que se propone como objeto de su educación (?) instruir para ganar en lugar de desarrollar todas las potencialidades de la persona, se convierten en un campo de competencia con ventaja siempre del más fuerte en lugar de una sociedad más justa, pacífica y fraternal.
-Y si los dirigentes “pasan” del orden de los valores religiosos y morales; están preparando o dan ya por hecho todo lo que la sociedad necesita para consumar su catástrofe.
Jesús pone la conversión como prevención de esos males. “Conversión” es un cambio de mentalidad, una radical orientación del hombre a Dios y un alejamiento de todo lo que obstaculiza la acción de Dios.
Las catástrofes naturales son también signos de los tiempos a través de los cuales quiere Dios hacer oír su voz.
P. Daniel Silva
Avisos Parroquiales:
Se encuentra abierta la inscripción para:
Primera Comunión, se necesita estar cursando como mínimo tercer grado.
Confirmación, estar cursando quinto grado.
Anotarse de lunes a viernes de 17 a 19 hs. En secretaría parroquial.
19 de Marzo: San José, nuestras fiestas patronales.
Lecturas de la semana:
Lunes 8: 2Re. 5, 1-15; Sal. 41; Lc. 4, 24-30.
Martes 9: Dn. 3, 25. 34-43; Sal. 24; Mt. 18, 21-35.
Miércoles 10: Dt. 4, 1. 5-9; Sal. 147; Mt. 5, 17-19.
Jueves 11: Jr. 7, 23-28; Sal. 94; Lc. 11, 14-23.
Viernes 12:Os. 14, 2-10; Sal. 80; Mt. 12, 28b-34, 45-46.
Sábado 13: Os. 6, 1-6; Sal. 50; Lc. 18, 9-14.
Te esperamos los sábados 17:00 h.
Para Compartir la Palabra de Jesús,
en la Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Dominico.
Círculo Bíblico San José
miencuentroconjesus@yahoo.com.ar
¡Con su Palabra, Jesús se nos revela y sale a nuestro encuentro, para que experimentemos al Dios de la vida!
Intención para la evangelización ‐
Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia
El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.
"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"
"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8.
No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía.
Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.
Del libro de la Sabiduría 6, 12-16
Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean.
El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes.
La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.
viernes, 5 de marzo de 2010
domingo, 28 de febrero de 2010
Segundo Domingo de Cuaresma, “…permanecieron despiertos y vieron la gloria de Jesús”
Lecturas del 28-02-10 – Ciclo C –
Libro del Génesis 15, 5-12. 17-18
Dios llevó a Abrám afuera y continuó diciéndole: «Mira hacia el cielo y si puedes, cuenta las estrellas.» Y añadió: «Así será tu descendencia.» Abrám creyó en el Señor, y el Señor se lo tuvo en cuenta para su justificación.
Entonces el Señor le dijo: «Yo soy el Señor que te hice salir de Ur de los caldeos para darte en posesión esta tierra.»
«Señor, respondió Abrám, ¿cómo sabré que la voy a poseer?». El Señor le respondió: «Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos ellos de tres años, y también una tórtola y un pichón de paloma.» El trajo todos estos animales, los cortó por la mitad y puso cada mitad una frente a otra, pero no dividió los pájaros. Las aves de rapiña se abalanzaron sobre los animales muertos, pero Abrám las espantó. Al ponerse el sol, Abrám cayó en un profundo sueño, y lo invadió un gran temor, una densa oscuridad. Cuando se puso el sol y estuvo completamente oscuro, un horno humeante y una antorcha encendida pasaron en medio de los animales descuartizados. Aquel día, el Señor hizo una alianza con Abrám diciendo: «Yo he dado esta tierra a tu descendencia, desde el Torrente de Egipto hasta el Gran Río, el río Eufrates.» Palabra de Dios.
Salmo 26
R."El Señor es mi luz y mi salvación."
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? R.
Escúchame, Señor, que te invoco en alta voz, apiádate de mí y respóndeme. Mi corazón sabe que dijiste: "Busquen mi rostro." R.
Yo busco tu rostro, Señor, no lo apartes de mí. No alejes con ira a tu servidor, tú que eres mi ayuda; no me dejes ni me abandones, mi Dios y mi salvador. R.
Yo creo que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Espera en el Señor, y sé fuerte, ten valor y espera en el Señor. R.
Lectura la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos 3, 17-4, 1
Sigan mi ejemplo, hermanos, y observen atentamente a los que siguen el ejemplo que yo les he dado. Porque ya les advertí frecuentemente y ahora les repito llorando: hay muchos que se portan como enemigos de la cruz de Cristo. Su fin es la perdición, su dios es el vientre, su gloria está en aquello que los cubre de vergüenza, y no aprecian sino las cosas de la tierra. En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador el Señor Jesucristo. El transformará nuestro pobre cuerpo mortal, haciéndolo semejante a su cuerpo glorioso, con el poder que tiene para poner todas las cosas bajo su dominio.
Por eso, hermanos míos muy queridos, a quienes tanto deseo ver, ustedes que son mi alegría y mi corona, amados míos, perseveren firmemente en el Señor.
Palabra de Dios.
Evangelio según san Lucas 9, 28b-36
Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante. Y dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecían revestidos de gloria y hablaban de la partida de Jesús, que iba a cumplirse en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño, pero permanecieron despiertos, y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él.
Mientras estos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
El no sabía lo que decía. Mientras hablaba, una nube los cubrió con su sombra y al entrar en ella, los discípulos se llenaron de temor. Desde la nube se oyó entonces una voz que decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo.» Y cuando se oyó la voz, Jesús estaba solo. Los discípulos callaron y durante todo ese tiempo no dijeron a nadie lo que habían visto. Palabra del Señor.
Reflexión:
ESCUCHAR SOLO A JESÚS
“Mientras oraba se transfiguró su rostro”
Lucas es el evangelista de la oración como marco de los grandes acontecimientos que relata. Nadie encuentra a Dios si no le busca y la búsqueda de Dios tiene un nombre: oración. Que nadie vea misterios en los datos estadísticos en aumento de los que niegan a Dios, para los que pierden relieve la presencia de Dios, que es más bien una ausencia, y la realidad de Dios no es más que un concepto impreciso. ¿Qué es lo que pierden cuando pierden la fe? ¿Creyeron alguna vez? ¿Qué es lo que niegan los que niegan a Dios?
De algún modo, alguna vez en la vida es necesaria una experiencia de Dios como alguien cercano y personal que dé a conocer quién es El y qué significa para mí. Tal es la experiencia de los tres discípulos privilegiados en el acontecimiento del Tabor.
¿Quién es Jesús? Las tentaciones del desierto ponen bien en relieve su perfil humano. Si siente hambre y es tentado, se trata de un hombre. Si aparece en el esplendor de la gloria y es ratificado por la voz del cielo, se trata del Hijo de Dios. Verdadero Dios y verdadero Hombre. Como hombre siente su vida amenazada por la tentación de usar su poder en beneficio propio para acumular pan, imagen y poder. Pero Èl vive una vida de servicio y no de dominio, no intenta poner a Dios a servicio de su vanidad sino servirle en todo por amor llevando a la práctica sus planes. Tal era el núcleo de las tentaciones.
La Transfiguración demuestra que tenía razón y su conducta es aprobada por el Padre lleno de amor. Con mirada retrospectiva desde la fe pascual podemos decir:
• La dicha de los otros tiene primacía sobre el egoísmo propio.
• Servir hace más dichoso que dominar.
• Una vida ansiada firmemente en Dios vence a la muerte.
El desconcierto
Los tres discípulos no entendieron. Pedro se limitó a decir cosas banales sin saber lo que decía. Este Evangelio no pretende ilusionar a nadie con vanas esperanzas. A la transfiguración sigue el anuncio de la Pasión y el sitio de Pedro no es la paz de la altura sino el ajetreo del llano, transmitiendo su experiencia hasta morir por Él. La marca de esta experiencia quedó plenamente en su vida: “Oímos la voz bajada del cielo los que con El estábamos en el monte santo” (2 Pe 1,18). Y San Juan: “Lo que hemos visto y oído les anunciamos a ustedes” (1 Jn 1,3)
Al lado de las grandes o pequeñas alegrías, tiene la vida su buena ración de disgustos. Es entonces, quizá más que en otros momentos, cuando hay que mirarle y oírle. Quizás su figura se transfigura y su palabra tranquiliza y reconforta. Los apóstoles se llenaron primero de miedo pero luego deseaban quedarse siempre allí.
La transfiguración de la vida se da sólo cuando se le mira, se le oye, se permanece a su lado o se marcha con Èl por el camino de la cruz. El dolor puede ser un buen testimonio de fe.
Quedarse con Él o abandonarle
Fue la doble experiencia de los apóstoles. El abandono es la triste experiencia de muchos cristianos. De los que se autodenominan católicos muchos se preocupan mucho más por el pan que por la Palabra de Dios, y más por el Dios folclórico y utilitario de algunas ocasiones que por el Dios objeto de adoración, amor y servicio permanente.
Ocurre preguntar quién es para ellos ese Dios a quien abandonan o niegan, qué saben y qué experiencia tienen de Él, que significa abandonar a quien nunca han poseído. ¿Ha llegado Dios alguna vez a significar alguien importante en su vida? Un Dios de vagos conceptos no es el Dios de la fe cristiana que dicen abandonar. Los apóstoles tuvieron experiencias de Él, luego desapareció la esperanza y la fe pero quedó el amor que produjo el milagro del reencuentro. Pablo lo encontró camino a Damasco y no lo abandonó jamás.
A Dios no se le conoce sin comprometerse con Él a la manera de un aséptico espectador. Pórtate con los demás partiendo del principio del amor al prójimo, perdona como si Dios te hubiera perdonado, ora como si Dios te oyera, óyele como si Él te hablara directamente. Haz la prueba y si Dios se te manifiesta lo has ganado todo; si no, no habrás perdido nada.
La respuesta no puede darse a la ligera en el tiempo de una predicación dominical. Exige tiempo de reflexión en paz dialogada con amigos, con la familia, con tu confesor.
Una pista para formarse un juicio pueden darla estas preguntas:
• ¿Cuál es la dicha en la que sueñas?
• ¿Cómo reaccionas ante la dicha de los otros?
• ¿Qué es lo que más ardientemente pides a Dios?
La Transfiguración y la Cuaresma
La Iglesia nos regala este hermoso texto para que no nos quedemos solamente con el aspecto del dolor, sino que entendamos que la Pasión es un paso para su gloria.
Todos hemos sido invitados a entrar en la lucha contra la tentación; el llamado de cargar con la cruz para llegar a ser verdaderos discípulos. El seguimiento de Jesús es camino de renuncia y de dolor y cruz, pero también se lo sigue hasta donde El va (camino de la gloria al Padre, la gloria de los hijos de Dios).
Cuando Jesús aborda el camino a Jerusalén (=hacia su muerte) y los discípulos acaban de recibir la enseñanza de la cruz, compañera inseparable del Mesías y de su seguimiento, tanto Jesús como Pedro, Juan y Santiago se les otorga una experiencia que para nosotros en nuestro corazón de la vida misma está cargada de incertidumbres y de cruz, en medio de los conflictos de la historia, es ahí se nos hace patente la hondura del Hijo de Dios, del Mesías. El discípulo y todo cristiano, ha de estar atento a estas señales de Dios. Hemos de saber aceptarlas, discernirlas, acogerlas, vivirlas… afrontar la realidad y que nadie se refugie de continuo en la montaña.
P. Daniel Silva
Pidamos hoy al Señor que nos ayude a "transfigurarnos",... a transformar y a mejorar vuestras vidas a luz de su gracia,... a caminar juntos en presencia del Señor y ser fieles a Cristo, no sólo en este tiempo de Cuaresma del año del Jubileo, sino también durante toda vuestra vida.
Lecturas de la semana:
Lunes 1: Dn. 9, 4b-10; Sal. 78; Lc. 6, 36-38.
Martes 2: Is. 1, 10.16-20; Sal. 49; Mt. 23, 1-12.
Miércoles 3: Jr. 18, 18-20; Sal. 30; Mt. 20, 17-28.
Jueves 4: Jr. 17, 5-10; Sal. 1; Lc. 16, 19-31.
Viernes 5:Gn. 37, 3-28; Sal. 104; Mt. 21, 33-43, 45-46.
Sábado 6: Mq. 7, 14-15.18-20; Sal. 102; Lc. 15, 1-3. 11-32.
Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las reflexiones que acompañan las lecturas, textos de distintos autores: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y Maria, Catholic.net, Servicio Bíblico latinoamericano. “Claves de Lectio Divina” Proyecto Lectionautas CEBIPAL/CELAM.
Te esperamos los sábados 17:00 h.
Para Compartir la Palabra de Jesús,
en la Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Dominico.
Círculo Bíblico San José
miencuentroconjesus@yahoo.com.ar
Libro del Génesis 15, 5-12. 17-18
Dios llevó a Abrám afuera y continuó diciéndole: «Mira hacia el cielo y si puedes, cuenta las estrellas.» Y añadió: «Así será tu descendencia.» Abrám creyó en el Señor, y el Señor se lo tuvo en cuenta para su justificación.
Entonces el Señor le dijo: «Yo soy el Señor que te hice salir de Ur de los caldeos para darte en posesión esta tierra.»
«Señor, respondió Abrám, ¿cómo sabré que la voy a poseer?». El Señor le respondió: «Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos ellos de tres años, y también una tórtola y un pichón de paloma.» El trajo todos estos animales, los cortó por la mitad y puso cada mitad una frente a otra, pero no dividió los pájaros. Las aves de rapiña se abalanzaron sobre los animales muertos, pero Abrám las espantó. Al ponerse el sol, Abrám cayó en un profundo sueño, y lo invadió un gran temor, una densa oscuridad. Cuando se puso el sol y estuvo completamente oscuro, un horno humeante y una antorcha encendida pasaron en medio de los animales descuartizados. Aquel día, el Señor hizo una alianza con Abrám diciendo: «Yo he dado esta tierra a tu descendencia, desde el Torrente de Egipto hasta el Gran Río, el río Eufrates.» Palabra de Dios.
Salmo 26
R."El Señor es mi luz y mi salvación."
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? R.
Escúchame, Señor, que te invoco en alta voz, apiádate de mí y respóndeme. Mi corazón sabe que dijiste: "Busquen mi rostro." R.
Yo busco tu rostro, Señor, no lo apartes de mí. No alejes con ira a tu servidor, tú que eres mi ayuda; no me dejes ni me abandones, mi Dios y mi salvador. R.
Yo creo que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Espera en el Señor, y sé fuerte, ten valor y espera en el Señor. R.
Lectura la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos 3, 17-4, 1
Sigan mi ejemplo, hermanos, y observen atentamente a los que siguen el ejemplo que yo les he dado. Porque ya les advertí frecuentemente y ahora les repito llorando: hay muchos que se portan como enemigos de la cruz de Cristo. Su fin es la perdición, su dios es el vientre, su gloria está en aquello que los cubre de vergüenza, y no aprecian sino las cosas de la tierra. En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador el Señor Jesucristo. El transformará nuestro pobre cuerpo mortal, haciéndolo semejante a su cuerpo glorioso, con el poder que tiene para poner todas las cosas bajo su dominio.
Por eso, hermanos míos muy queridos, a quienes tanto deseo ver, ustedes que son mi alegría y mi corona, amados míos, perseveren firmemente en el Señor.
Palabra de Dios.
Evangelio según san Lucas 9, 28b-36
Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante. Y dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecían revestidos de gloria y hablaban de la partida de Jesús, que iba a cumplirse en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño, pero permanecieron despiertos, y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él.
Mientras estos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
El no sabía lo que decía. Mientras hablaba, una nube los cubrió con su sombra y al entrar en ella, los discípulos se llenaron de temor. Desde la nube se oyó entonces una voz que decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo.» Y cuando se oyó la voz, Jesús estaba solo. Los discípulos callaron y durante todo ese tiempo no dijeron a nadie lo que habían visto. Palabra del Señor.
Reflexión:
ESCUCHAR SOLO A JESÚS
“Mientras oraba se transfiguró su rostro”
Lucas es el evangelista de la oración como marco de los grandes acontecimientos que relata. Nadie encuentra a Dios si no le busca y la búsqueda de Dios tiene un nombre: oración. Que nadie vea misterios en los datos estadísticos en aumento de los que niegan a Dios, para los que pierden relieve la presencia de Dios, que es más bien una ausencia, y la realidad de Dios no es más que un concepto impreciso. ¿Qué es lo que pierden cuando pierden la fe? ¿Creyeron alguna vez? ¿Qué es lo que niegan los que niegan a Dios?
De algún modo, alguna vez en la vida es necesaria una experiencia de Dios como alguien cercano y personal que dé a conocer quién es El y qué significa para mí. Tal es la experiencia de los tres discípulos privilegiados en el acontecimiento del Tabor.
¿Quién es Jesús? Las tentaciones del desierto ponen bien en relieve su perfil humano. Si siente hambre y es tentado, se trata de un hombre. Si aparece en el esplendor de la gloria y es ratificado por la voz del cielo, se trata del Hijo de Dios. Verdadero Dios y verdadero Hombre. Como hombre siente su vida amenazada por la tentación de usar su poder en beneficio propio para acumular pan, imagen y poder. Pero Èl vive una vida de servicio y no de dominio, no intenta poner a Dios a servicio de su vanidad sino servirle en todo por amor llevando a la práctica sus planes. Tal era el núcleo de las tentaciones.
La Transfiguración demuestra que tenía razón y su conducta es aprobada por el Padre lleno de amor. Con mirada retrospectiva desde la fe pascual podemos decir:
• La dicha de los otros tiene primacía sobre el egoísmo propio.
• Servir hace más dichoso que dominar.
• Una vida ansiada firmemente en Dios vence a la muerte.
El desconcierto
Los tres discípulos no entendieron. Pedro se limitó a decir cosas banales sin saber lo que decía. Este Evangelio no pretende ilusionar a nadie con vanas esperanzas. A la transfiguración sigue el anuncio de la Pasión y el sitio de Pedro no es la paz de la altura sino el ajetreo del llano, transmitiendo su experiencia hasta morir por Él. La marca de esta experiencia quedó plenamente en su vida: “Oímos la voz bajada del cielo los que con El estábamos en el monte santo” (2 Pe 1,18). Y San Juan: “Lo que hemos visto y oído les anunciamos a ustedes” (1 Jn 1,3)
Al lado de las grandes o pequeñas alegrías, tiene la vida su buena ración de disgustos. Es entonces, quizá más que en otros momentos, cuando hay que mirarle y oírle. Quizás su figura se transfigura y su palabra tranquiliza y reconforta. Los apóstoles se llenaron primero de miedo pero luego deseaban quedarse siempre allí.
La transfiguración de la vida se da sólo cuando se le mira, se le oye, se permanece a su lado o se marcha con Èl por el camino de la cruz. El dolor puede ser un buen testimonio de fe.
Quedarse con Él o abandonarle
Fue la doble experiencia de los apóstoles. El abandono es la triste experiencia de muchos cristianos. De los que se autodenominan católicos muchos se preocupan mucho más por el pan que por la Palabra de Dios, y más por el Dios folclórico y utilitario de algunas ocasiones que por el Dios objeto de adoración, amor y servicio permanente.
Ocurre preguntar quién es para ellos ese Dios a quien abandonan o niegan, qué saben y qué experiencia tienen de Él, que significa abandonar a quien nunca han poseído. ¿Ha llegado Dios alguna vez a significar alguien importante en su vida? Un Dios de vagos conceptos no es el Dios de la fe cristiana que dicen abandonar. Los apóstoles tuvieron experiencias de Él, luego desapareció la esperanza y la fe pero quedó el amor que produjo el milagro del reencuentro. Pablo lo encontró camino a Damasco y no lo abandonó jamás.
A Dios no se le conoce sin comprometerse con Él a la manera de un aséptico espectador. Pórtate con los demás partiendo del principio del amor al prójimo, perdona como si Dios te hubiera perdonado, ora como si Dios te oyera, óyele como si Él te hablara directamente. Haz la prueba y si Dios se te manifiesta lo has ganado todo; si no, no habrás perdido nada.
La respuesta no puede darse a la ligera en el tiempo de una predicación dominical. Exige tiempo de reflexión en paz dialogada con amigos, con la familia, con tu confesor.
Una pista para formarse un juicio pueden darla estas preguntas:
• ¿Cuál es la dicha en la que sueñas?
• ¿Cómo reaccionas ante la dicha de los otros?
• ¿Qué es lo que más ardientemente pides a Dios?
La Transfiguración y la Cuaresma
La Iglesia nos regala este hermoso texto para que no nos quedemos solamente con el aspecto del dolor, sino que entendamos que la Pasión es un paso para su gloria.
Todos hemos sido invitados a entrar en la lucha contra la tentación; el llamado de cargar con la cruz para llegar a ser verdaderos discípulos. El seguimiento de Jesús es camino de renuncia y de dolor y cruz, pero también se lo sigue hasta donde El va (camino de la gloria al Padre, la gloria de los hijos de Dios).
Cuando Jesús aborda el camino a Jerusalén (=hacia su muerte) y los discípulos acaban de recibir la enseñanza de la cruz, compañera inseparable del Mesías y de su seguimiento, tanto Jesús como Pedro, Juan y Santiago se les otorga una experiencia que para nosotros en nuestro corazón de la vida misma está cargada de incertidumbres y de cruz, en medio de los conflictos de la historia, es ahí se nos hace patente la hondura del Hijo de Dios, del Mesías. El discípulo y todo cristiano, ha de estar atento a estas señales de Dios. Hemos de saber aceptarlas, discernirlas, acogerlas, vivirlas… afrontar la realidad y que nadie se refugie de continuo en la montaña.
P. Daniel Silva
Pidamos hoy al Señor que nos ayude a "transfigurarnos",... a transformar y a mejorar vuestras vidas a luz de su gracia,... a caminar juntos en presencia del Señor y ser fieles a Cristo, no sólo en este tiempo de Cuaresma del año del Jubileo, sino también durante toda vuestra vida.
Lecturas de la semana:
Lunes 1: Dn. 9, 4b-10; Sal. 78; Lc. 6, 36-38.
Martes 2: Is. 1, 10.16-20; Sal. 49; Mt. 23, 1-12.
Miércoles 3: Jr. 18, 18-20; Sal. 30; Mt. 20, 17-28.
Jueves 4: Jr. 17, 5-10; Sal. 1; Lc. 16, 19-31.
Viernes 5:Gn. 37, 3-28; Sal. 104; Mt. 21, 33-43, 45-46.
Sábado 6: Mq. 7, 14-15.18-20; Sal. 102; Lc. 15, 1-3. 11-32.
Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las reflexiones que acompañan las lecturas, textos de distintos autores: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y Maria, Catholic.net, Servicio Bíblico latinoamericano. “Claves de Lectio Divina” Proyecto Lectionautas CEBIPAL/CELAM.
Te esperamos los sábados 17:00 h.
Para Compartir la Palabra de Jesús,
en la Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Dominico.
Círculo Bíblico San José
miencuentroconjesus@yahoo.com.ar
Etiquetas:
Reflexiones a la luz de la Palabra de Dios
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