Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

viernes, 11 de noviembre de 2011

33º domingo durante el año, « Ya que respondiste fielmente en lo poco, entra a participar del gozo de tu Señor»


Lecturas del 13-11-11– Ciclo A –


33º domingo durante el año


« Ya que respondiste fielmente
en lo poco, entra a participar del
 gozo de tu Señor»


Proverbios 31, 10-13. 19-20. 30-31
Una buena ama de casa, ¿quién la encontrará? Es mucho más valiosa que las perlas. El corazón de su marido confía en ella y no le faltará compensación. Ella le hace el bien, y nunca el mal, todos los días de su vida.     
Se procura la lana y el lino, y trabaja de buena gana con sus manos.     
Aplica sus manos a la rueca y sus dedos manejan el huso. Abre su mano al desvalido y tiende sus brazos al indigente.           
Engañoso es el encanto y vana la hermosura: la mujer que teme al Señor merece ser alabada. Entréguenle el fruto de sus manos y que sus obras la alaben públicamente.
Palabra de Dios.

Salmo 127
R. ¡Felices los que temen al Señor!
¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos!  Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien.  R.
Tu esposa será como una vid fecunda  en el seno de tu hogar; tus hijos, como retoños de olivo  alrededor de tu mesa.  R.
¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor! ¡Que el Señor te bendiga desde Sión 
todos los días de tu vida: que contemples la paz de Jerusalén!  R.

1º carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica 5, 1-6
Hermanos, en cuanto al tiempo y al momento, no es necesario que les escriba. Ustedes saben perfectamente que el Día del Señor vendrá como un ladrón en plena noche. Cuando la gente afirme que hay paz y seguridad, la destrucción caerá sobre ellos repentinamente, como los dolores del parto sobre una mujer embarazada, y nadie podrá escapar.              
Pero ustedes, hermanos, no viven en las tinieblas para que ese Día los sorprenda como un ladrón: todos ustedes son hijos de la luz, hijos del día. Nosotros no pertenecemos a la noche ni a las tinieblas. No nos durmamos, entonces, como hacen los otros: permanezcamos despiertos y seamos sobrios.   Palabra de Dios.

Evangelio según san Mateo 25, 14-30
Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:
 «El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. 
En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor. 
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. "Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado." "Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor." 
Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: "Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado." "Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor." 
Llegó luego el que había recibido un solo talento. "Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!" Pero el señor le respondió: "Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. 
Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes."»
Palabra del Señor.
Reflexión:

Las lecturas de hoy nos hacen mirar al futuro, a la parusía. Para que desde ese futuro de gloria que esperamos, también nos animemos a prepararlo debidamente.
Jesús quiere inculcar a sus discípulos la fidelidad. La vigilancia no es sólo una actitud moral. Es todo un estilo de vida, de confianza y de fidelidad al Señor. A diferencia de los fariseos que confiaban en sus propias obras, por las cuales Dios “les tenía que premiar”.
Nuestro Dios nos regala la vida, el tiempo, las cualidades, para que realicemos buenas obras, no para que las enterremos y así no sirvan para el bien propio y ajeno.
La verdadera relación del hombre con Dios no se basa en el miedo, sino en el amor. Desde esta perspectiva, el discípulo de Jesús ha de enfocar toda su persona y actividad.

El reproche llega porque este criado no cultivó sus cualidades y talentos al servicio de los demás. No somos propietarios de nuestros talentos, sólo somos administradores. Nuestro punto de mira no está en el beneficio y la seguridad propia, porque el don que no se comparte es un don enterrado.


"Sí, lo que Cristo nos ha dado,
es para su multiplicación,
dándolo" (1)

Queridos hermanos y hermanas:
La Palabra de Dios de este domingo, el penúltimo del año litúrgico, es una invitación a estar vigilantes y diligentes en espera del regreso del Señor Jesús al final de de los tiempos. 
La Página del Evangelio narra la famosa parábola de los talentos referida por san Mateo (25,14-30). El "talento" era una antigua Moneda romana, de gran valor, y precisamente es una de las causas de la popularidad de esta parábola que se ha convertido en sinónimo de dote personal, que cada quien está llamado a hacer fructificar. 
En realidad, el texto nos habla de "un hombre que, al ausentarse, llamo a sus empleados y les encomendó su hacienda" (Mateo 25,14). El hombre de la parábola representa al mismo Cristo, los servidores a los discípulos y los talentos los dones que Jesús les confía. 

Estos dones, no sólo representan las cualidades naturales que tengamos, sino a las las riquezas que el Señor Jesús ha dejado en su herencia para que las hagamos fructificar: su Palabra, depositada en el santo Evangelio, el Bautismo,  que nos  renueva en el Espíritu Santo, la Oración, el Padrenuestro que elevamos a Dios como hijos unidos en el Hijo, su Perdón, que ha ordenado ofrecer a todos, el sacramento de su Cuerpo inmolado y de su Sangre derramada. En una palabra: el Reino de Dios, que es Él mismo, presente y vivo entre nosotros. Este es el Tesoro que Jesús ha confiado a sus amigos al final de su breve existencia terrena. 

La Parábola de hoy Insiste en la actitud Interior con la que hemos de acoger y valorar este don. La actitud equivocada es la del miedo: el servidor que tiene miedo de su Señor y de su regreso, es el que  esconde la moneda bajo tierra y deja de producir frutos. Esto le sucede, por ejemplo, a quien habiendo recibido el Bautismo, la Comunión, la Confirmación, después entierra los dones bajo una capa de prejuicios, bajo una falsa imagen de Dios que paraliza la fe y las obras, traicionando las expectativas del Señor. 
Pero la parábola da más Importancia a los buenos frutos de los discípulos, que felices por el don recibido, no los han escondido con temor y celos, sino que los han hecho fructificar, compartiéndolos. 
¡Sí, lo que Cristo nos ha dado es para su multiplicación, dándolo! Es un tesoro hecho para ser gastado, invertido, compartido con los demás, como nos enseña ese gran administrador de los talentos de Jesús, el apóstol Pablo.

La enseñanza evangélica que hoy nos ofrece la liturgia ha tenido un impacto a un nivel histórico-social, en las poblaciones cristianas, promoviendo una mentalidad emprendedora y activa. 

Pero el mensaje central afecta al espíritu de responsabilidad con el que hemos de acoger el Reino de Dios: responsabilidad con Dios y con la humanidad. Encarna perfectamente la actitud del corazón de la Virgen María, quien al recibir el don más precioso, al mismo Jesús, he aquí que se ofreció al mundo con inmenso amor. Pidámosle que nos ayude a ser "servidores buenos y fieles" para que podamos entrar un día "en el gozo de su Señor".

(1) Benedicto XVI, plaza de San Pedro del Vaticano, domingo, 16/11/ 2008 ( ZENIT.org ).


Nuestro Tiempo:

El contexto de la hora histórica que vivimos se predica, como grandes valores, la eficacia, la competitividad, la creación de riqueza, el aumento de la productividad, el crecimiento económico, los altos rendimientos de interés bancario, la inversión en valores, etc. Son nombres modernos bien adecuados para lo que se presenta en la parábola.
La eficacia, la productividad, la eficiencia... no son malas en principio. Diríamos que no son valores en sí mismas, sino "cuantificaciones" que pueden ser aplicadas a otros valores. Se puede ser eficiente en muchas cosas muy distintas (unas buenas y otras malas) y con unas intenciones muy diversas (malas y buenas también).
La eficacia en sí misma, abstraída de su aplicación y de su intención no nos interesa. El juicio que hagamos sobre la eficacia dependerá pues de la materia a la que apliquemos esa eficiencia así como del objetivo al que se oriente.
Cabe entonces imaginar una "eficiencia" cristiana (agrupando en este símbolo varios otros valores semejantes). El mismo evangelio la presenta en otros lugares, en su célebre inclinación hacia la praxis: No todo el que dice 'Señor, Señor', sino el que hace..., la parábola de los dos hermanos, Bienaventurados más bien los que escuchan la Palabra y la ponen en práctica... y más paradigmáticamente, el mismo texto que continúa al de hoy, que meditaremos el domingo próximo, Mt 25,31ss, donde el criterio del juicio escatológico será precisamente lo que hayamos "hecho" efectivamente a los pobres...
La eficiencia aceptada y hasta encomiada por el evangelio es la eficiencia "por-el-Reino", la que está puesta al servicio de la causa de la solidaridad y del amor. No es la eficiencia del que logra aumentar la rentabilidad (reduciendo trabajadores por la adopción de tecnologías nuevas), o la del que logra conquistar mercados (reduciendo la capacidad de auto-subsistencia de los países pequeños), o la del que logra ingresos fantásticos por inversiones especulativas del capital "golondrina"...
La eficiencia por la eficiencia no es un valor cristiano, ni siquiera humano. Quizá sea cierto que el capitalismo, sea "el sistema económico que más riqueza crea"; pero no es menos cierto que lo hace aumentando simultáneamente el abismo entre pobres y ricos, la concentración de la riqueza a costa de la expulsión del mercado de masas crecientes de excluidos. El criterio supremo, para nosotros, no es una eficiencia económica que produce riqueza y distorsiona la sociedad y la hace más desequilibrada e injusta. No sólo de pan vive el ser humano. Cristianamente no podemos aceptar un sistema que en favor del (o en culto al) crecimiento de la riqueza sacrifica (idolátricamente) la justicia, la fraternidad y la participación de masas humanas. Poner la eficiencia por encima de todo esto, es una idolatría, la idolatría del culto del dinero, verdadero dios neoliberal.
Si Jesús se lamentó de que los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz, ello significa que la «astucia» (otro tipo de eficacia) no es mala; lo malo sería ponerla al servicio de las tinieblas y no de la luz.

Tomado de Servicio bíblico latinoamericano.
Meditamos con el Evangelio (Qué me dice esta Palabra)

Somos administradores, servidores, empleados, no dueños, de los dones que el Señor nos regala. Y los tenemos que administrar en bien nuestro y de los demás.

Somos colaboradores del Reino. El Señor nos ha incorporado a su tarea. Desde el principio, quiso Dios que el ser humano colaborara en la obra de la creación. Y Jesús nos ha elegido como apóstoles de su Evangelio. Esta parábola es una llamada a la responsabilidad.

Dios pone su confianza en cada persona. Sólo en esa confianza podremos ser responsables. No se trata de “ganar méritos”, sino de “responder” a los dones que el Señor nos da gratuitamente.


Lecturas de la Semana

Lunes 14: 1 Mac.  1,10-15.41-43. 54-57. 62-64; Sal  118; Lc. 18, 35-43.
Martes 15:  2 Mac. 6, 18-31;  Sal: 3; Lc. 19, 1-10.
Miércoles 16:  2 Mac. 7, 1. 20-31; Sal 16; Lc.19. 11-28.
Jueves 17: 1 Mac. 2, 15-29;  Sal 49; Lc. 19, 41-44.
Viernes 18: 1 Mac. 4, 35-37. 53-59;  Sal  1Cor. 29, 10-12;  Lc 19, 45-48.
Sábado 19: 1 Mac. 6,1-13; Sal 9; Lc. 20,27-40.

Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las lecturas: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y María.




Círculo Peregrino: queremos compartir con vos la Palabra del Señor, por eso podemos ir a tu casa a visitarte a vos o algún familiar enfermo.

Lectio Divina: También podes venir para compartirla  el primer sábado de cada mes a las 16 hs. en:       

Círculo Bíblico San José
Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Domínico.