“Busquen primero el Reino y su justicia…”
Lecturas del 2-03-14
Libro de Isaías 49,14-15
Sión decía: "El Señor me abandonó, mi Señor se ha olvidado de mí". ¿Se olvida una madre de su criatura, no se compadece del hijo de sus entrañas? ¡Pero aunque ella se olvide, yo no te olvidaré! Palabra de Dios
Salmo 61
Salmo 61
R: Sólo en Dios descansa mi alma
Sólo en Dios descansa mi alma, de él me viene la salvación. Sólo él es mi Roca salvadora; él es mi baluarte: nunca vacilaré. R
Sólo en Dios descansa mi alma, de él me viene la esperanza. Sólo él es mi Roca salvadora, él es mi baluarte: nunca vacilaré. R
Mi salvación y mi gloria están en Dios: él es mi Roca firme, en Dios está mi refugio. Confíen en Dios constantemente, ustedes, que son su pueblo, desahoguen en él su corazón. R
Primera Carta de San Pablo a los Corintios 4,1-5.
Hermanos: Los hombres deben considerarnos simplemente como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que se pide a un administrador es que sea fiel. En cuanto a mí, poco me importa que me juzguen ustedes o un tribunal humano; ni siquiera yo mismo me juzgo. Es verdad que mi conciencia nada me reprocha, pero no por eso estoy justificado: mi juez es el Señor. Por eso, no hagan juicios prematuros. Dejen que venga el Señor: él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas y manifestará las intenciones secretas de los corazones. Entonces, cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda. Palabra de Dios
Evangelio según San Mateo 6,24-34. Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.
Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?
¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
Evangelio según San Mateo 6,24-34. Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.
Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?
¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
No se inquieten entonces, diciendo: '¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?'. Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción. Palabra del Señor
No se inquieten entonces, diciendo: '¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?'. Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción. Palabra del Señor
Reflexión:
Jesús nos presenta en este texto de manos de Mateo, toda una manera de enfrentarnos a la vida, y para ello nos hace responder a nosotros mismos sobre el valor de las cosas. ¿Qué vale más? ¿La vida o la comida? ¿El cuerpo o el vestido
Hoy la Palabra de Dios nos ayuda a reflexionar sobre temas fundamentales: cuál es nuestra actitud ante el dinero y las riquezas en general y la confianza en Dios que siempre cuida de sus hijos.
El deseo de felicidad (CEC 1718/19): Las bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Este deseo es de origen divino: Dios lo ha puesto en el corazón del hombre a fin de atraerlo hacia El, el único que lo puede satisfacer: Ciertamente todos nosotros queremos vivir felices, y en el género humano no hay nadie que no dé su asentimiento a esta proposición incluso antes de que sea plenamente enunciada. (S. Agustín, mor. eccl. 1, 3,4). ¿Cómo es, Señor, que yo te busco? Porque al buscarte, Dios mío, busco la vida feliz, haz que te busque para que viva mi alma, porque mi cuerpo vive de mi alma y mi alma vive de ti. (S. Agustín, conf. 10, 20.29). Sólo Dios sacia. (Santo Tomás de Aquino, symb. 1).
Las bienaventuranzas descubren la meta de la existencia humana, el fin último de los actos humanos: Dios nos llama a su propia bienaventuranza.
Para llevar una vida "asegurada" por la presencia del bien y el amor a pesar de las dificultades de nuestro mundo, es necesario que como hijos del Padre del cielo, vivamos cada momento con la actitud de tener a Dios como rey de nuestra vida.
(CEC 1724): El Decálogo, el Sermón de la Montaña y la catequesis apostólica nos describen los caminos que conducen al Reino de los cielos. Por ellos avanzamos paso a paso mediante los actos de cada día, sostenidos por la gracia del Espíritu Santo. Fecundados por la Palabra de Cristo, damos lentamente frutos en la Iglesia para la gloria de Dios.
Uno de los elementos que caracterizan al Dios cristiano es su infinita misericordia para con sus hijos, que se expresa plenamente en la vida y misión de Jesús de Nazaret, quien con sus actitudes y comportamientos hacen presente el Reino de Dios, es decir, el amor y la solidaridad incondicional de Dios que sale al encuentro del ser humano, con el fin de darle vida en abundancia.
La actitud ante el dinero y las riquezas. La primera parte es corta y contundente: no se puede servir a Dios y a las riquezas, al menos al mismo nivel, o está primero Dios o están primero las riquezas. Jesús toma la imagen, propia de su época, de un esclavo: no puede servir a dos amos; o a uno o a otro. De la misma forma debe entenderse la actitud del discípulo con respecto a su Dios y a las riquezas, el dinero o los bienes de consumo. Y este planteo no tiene que ver con la cantidad de riquezas o dinero, sino con la actitud que se tiene ante ellos.
Aunque las riquezas o el dinero sean muy pocos, pueden atar el corazón de una persona. Por el contrario, puede ocurrir que una persona tenga muchas riquezas y dinero, pero si tiene a Dios por sobre todas las cosas y busca compartir lo que tiene, no se ata a sus posesiones.
El dinero es el ídolo de nuestro tiempo. A él rinde homenaje 'instintivo' la multitud, la masa de los hombres. Estos miden la dicha según la fortuna, y, según la fortuna también, miden la honorabilidad... Todo esto se debe a la convicción de que con la riqueza se puede todo. La riqueza por tanto es uno de los ídolos de nuestros días, y la notoriedad es otro... La notoriedad, el hecho de ser reconocido y de hacer ruido en el mundo (lo que podría llamarse una fama de prensa), ha llegado a ser considerada como un bien en sí mismo, un bien soberano, un objeto de verdadera veneración. (Newman, mix. 5, sobre la santidad).
No a la idolatría del dinero (1). El dinero, convertido en ídolo absoluto, es para Jesús el mayor enemigo de ese mundo más digno, justo y solidario que quiere Dios. Hace ya veinte siglos que el Profeta de Galilea denunció de manera rotunda que el culto al dinero será siempre el mayor obstáculo que encontrará la Humanidad para progresar hacia una convivencia más humana.
La lógica de Jesús es aplastante: “No podéis servir a Dios y al Dinero”. Dios no puede reinar en el mundo y ser Padre de todos, sin reclamar justicia para los que son excluidos de una vida digna. Por eso, no pueden trabajar por ese mundo más humano querido por Dios los que, dominados por el ansia de acumular riqueza, promueven una economía que excluye a los más débiles y los abandona en el hambre y la miseria.
Es sorprendente lo que está sucediendo con el Papa Francisco. Mientras los medios de comunicación y las redes sociales que circulan por internet nos informan, con toda clase de detalles, de los gestos más pequeños de su personalidad admirable, se oculta de modo vergonzoso su grito más urgente a toda la Humanidad: “No a una economía de la exclusión y la iniquidad. Esa economía mata”.
Sin embargo, Francisco no necesita largas argumentaciones ni profundos análisis para exponer su pensamiento. Sabe resumir su indignación en palabras claras y expresivas que podrían abrir el informativo de cualquier telediario, o ser titular de la prensa en cualquier país. Solo algunos ejemplos.
Sin embargo, Francisco no necesita largas argumentaciones ni profundos análisis para exponer su pensamiento. Sabe resumir su indignación en palabras claras y expresivas que podrían abrir el informativo de cualquier telediario, o ser titular de la prensa en cualquier país. Solo algunos ejemplos.
“No puede ser que no sea noticia que muera de frío un anciano en situación de la calle y que sí lo sea la caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es iniquidad”.
Vivimos “en la dictadura de una economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano”. Como consecuencia, “mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz”.
“La cultura del bienestar nos anestesia, y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esa vidas truncadas por falta de posibilidades nos parecen un espectáculo que de ninguna manera nos altera”.
Como ha dicho él mismo: “este mensaje no es marxismo sino Evangelio puro”. Un mensaje que tiene que tener eco permanente en nuestras comunidades cristianas. Lo contrario podría ser signo de lo que dice el Papa: “Nos estamos volviendo incapaces de compadecernos de los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás”. (1) J. A. Pagola
Vivimos “en la dictadura de una economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano”. Como consecuencia, “mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz”.
“La cultura del bienestar nos anestesia, y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esa vidas truncadas por falta de posibilidades nos parecen un espectáculo que de ninguna manera nos altera”.
Como ha dicho él mismo: “este mensaje no es marxismo sino Evangelio puro”. Un mensaje que tiene que tener eco permanente en nuestras comunidades cristianas. Lo contrario podría ser signo de lo que dice el Papa: “Nos estamos volviendo incapaces de compadecernos de los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás”. (1) J. A. Pagola
La confianza en Dios. El texto que leemos del profeta Isaías se enmarca en la época de la deportación en Babilonia, en donde la mayoría del pueblo de Israel pierde su confianza y esperanza en Yahvé a causa de la fuerte y violenta influencia religiosa, política y social de Babilonia y por la poca capacidad de espera y resistencia del mismo pueblo desterrado; Israel se siente abandonado y olvidado por Dios, siente que las promesas de liberación nunca se cumplirán, y se resigna y doblega por entero al dominio babilónico. La tarea del profeta es entonces animar la esperanza del pueblo resignado, por medio de la Palabra, haciéndole ver que Dios no le ha abandonado, que está ahí junto a él sufriendo y luchando por la liberación, que no lo ha olvidado y que lo ama entrañablemente como una madre ama a sus hijos. Con este texto, Isaías manifiesta la ternura de Dios, su preocupación de madre por el bienestar de sus hijos, distinta a la experiencia de sufrimiento en Babilonia. Dios actúa desde la misericordia con quien sufre. Ésta es la manera como Dios anima y salva a su pueblo.
Creer en la providencia es esperar de Dios lo que necesitamos; pero esta espera no es pasiva, sino que debemos esperar construyendo el Reino, es esperar sin desalentar a los demás, es esperar siendo generosos con lo que si tenemos. Muchas veces no tendremos bienes materiales para compartir con los demás, pero siempre tendremos una palabra para dar, un hombro o un oído para prestar, un abrazo para entregar, si nosotros somos generosos con los hermanos, entonces Dios no dudará en manifestar su providencia hacia los dos. El Reino de Dios es Amor, donde hay amor entre los hermanos esta Dios, y donde esta Dios se manifiesta su providencia.
Busquen primero el Reino y su justicia…
Con la mente y el corazón puestos en la generosidad de Dios, lo realmente importante o prioritario entonces, es buscar el Reino de Dios y su justicia. Ésa debe ser la preocupación fundamental del seguidor de Jesús. Es un llamado a ser como el mismo Dios es, justo, tierno, compasivo, solidario con los pobres y débiles; expresándolo al mundo, por medio del testimonio y la fraternidad.
Dios nuestro, Padre de la luz, tú has enviado al mundo tu Palabra, sabiduría que sale de tu boca, Tú has querido que tu propio Hijo, Palabra eterna que procede de ti (Jn 1,1-14), se hiciera carne y viviera en medio de tu pueblo.
Envía ahora tu Espíritu sobre nosotros: Que Él nos dé un corazón oyente (1 Re 3,9), nos permita encontrarte en tus Santas Escrituras y engendre tu Verbo en nosotros.
Que el Espíritu Santo levante el velo de nuestros ojos (2 Cor 3,12-16), nos conduzca a la Verdad Completa (Jn 16,13), y nos dé inteligencia y perseverancia. Amén
“No se puede servir a Dios y al Dinero…” En mi vida: ¿cómo se expresa está competencia entre vivir como discípulo Dios y las riquezas del mundo? ¿Cómo afecta en mi vida la "sociedad de consumo"?
“La providencia de Dios se manifiesta por nuestras manos y debe crecer en nuestro corazón”. Si nos encontramos con un hombre con necesidades (sin ropa, sin comida, enfermo, en soledad…) y nosotros tenemos mucho más de lo que necesitamos, ¿podemos decir que la providencia no existe para ese hombre, o más bien que hemos cerrado la mano de Dios con el egoísmo de nuestro corazón?
¿En qué acciones diarias manifiesto realmente que el Señor es el centro de mi vida?
19 de Marzo: Solemnidad de San José.
Fiestas Patronales 16 de Marzo (ver programa)
Oración a san José
¡San José, custodio de Jesús y esposo virginal de María, que pasaste la vida en el cumplimiento del deber, manteniendo con el trabajo de tus manos a la Sagrada Familia de Nazaret protégenos bondadoso, ya que nos dirigimos a ti, llenos de confianza..
Tú conoces nuestras aspiraciones, nuestras angustias y nuestras esperanzas, recurrimos a ti porque sabemos que en ti encontramos un protector.
Tú también experimentaste la prueba, la fatiga el cansancio, pero tu espíritu, inundado de paz más profunda exulto de alegría al vivir íntimamente unido al hijo de Dios confiado a tu cuidado y a María su bondadosa madre.
Ayúdanos a comprender que no estamos solos en nuestro trabajo, a saber descubrir a Jesús a nuestro lado, a acrecentarlo con la gracia y a custodiarlo fielmente, como tú lo hiciste.
Y concédenos que en nuestra familia todo sea santificado, en caridad, en paciencia, en la justicia y en la búsqueda el bien.
Amén.
Un mundo mejor es posible. Francisco:
"No nos dejemos vencer por el pesimismo , por esa amargura que el diablo nos ofrece cada día; no caigamos en el pesimismo y el desánimo: tengamos la firme convicción de que, con su aliento poderoso, el Espíritu Santo da a la Iglesia el valor de perseverar y también de buscar nuevos métodos de evangelización, para llevar el Evangelio hasta los confines de la Tierra",
"Todos los bautizados somos discípulos y misioneros y estamos llamados a ser en el mundo un Evangelio viviente."
Aclaración: Se han utilizado para la preparación de la presente: El libro del Pueblo de Dios. Servicio Bíblico latinoamericano. Lectionautas.com. Catecismo de la Iglesia católica: CEC. CELAM/CEBIPAL