Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

sábado, 7 de febrero de 2009

Lecturas del quinto domingo durante el año

Lecturas del 8/02/09 –Ciclo B–
5° domingo durante el año

“la tomó de la mano y la hizo levantar”

Lectura del libro de Job 7, 1-4. 6-7

Job habló diciendo: ¿No es una servidumbre la vida del hombre sobre la tierra? ¿No son sus jornadas las de un asalariado? Como un esclavo que suspira por la sombra, como un asalariado que espera su jornal, así me han tocado en herencia meses vacíos, me han sido asignadas noches de dolor. Al acostarme, pienso: « ¿Cuándo me levantaré?» Pero la noche se hace muy larga y soy presa de la inquietud hasta la aurora. Mis días corrieron más veloces que una lanzadera: al terminarse el hilo, llegaron a su fin. Recuerda que mi vida es un soplo y que mis ojos no verán más la felicidad.
Palabra de Dios.

Salmo 146
R. Alaben al Señor, que sana a los que están afligidos.

¡Qué bueno es cantar a nuestro Dios,
qué agradable y merecida es su alabanza!
El Señor reconstruye a Jerusalén y congrega a los dispersos de Israel. R.
Sana a los que están afligidos y les venda las heridas. El cuenta el número de las estrellas y llama a cada una por su nombre. R.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su inteligencia no tiene medida. El Señor eleva a los oprimidos y humilla a los malvados hasta el polvo. R.

Lectura primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 9, 16-19. 22-23

Hermanos: Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio! Si yo realizara esta tarea por iniciativa propia, merecería ser recompensado, pero si lo hago por necesidad, quiere decir que se me ha confiado una misión. ¿Cuál es entonces mi recompensa? Predicar gratuitamente la Buena Noticia, renunciando al derecho que esa Buena Noticia me confiere. En efecto, siendo libre, me hice esclavo de todos, para ganar al mayor número posible. Y me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me hice todo para todos, para ganar por lo menos a algunos, a cualquier precio. Y todo esto, por amor a la Buena Noticia, a fin de poder participar de sus bienes. Palabra de Dios.

Santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39

Jesús salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. El se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta.
Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él. Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando.
Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: «Todos te andan buscando.»
El les respondió: «Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido.» Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios. Palabra del Señor.

Reflexión

Uno de los temas que destaca las lecturas de este quinto domingo del tiempo ordinario es el del sufrimiento del hombre, que encuentra su refugio y su liberación en Jesucristo.

Job habla de su vida en términos dramáticos y pesimistas. Considera su vida como una milicia, como una esclavitud, como un trabajo que se le ha impuesto y busca solo un poco de sombra, de paz, de serenidad. Su herencia la ve como una nueva carga, por eso, el futuro se le presenta incierto y amenazador: mis días corren más que una lanzadera y se consumen sin esperanza. Parecería que Job exagera su desgracia o que ha perdido su fe. En realidad, se trata la expresión de un corazón afligido por el dolor, penetrado por el sufrimiento y que clama a Dios desde su propia miseria.
El grito de Job es seguramente cercano y presente en la vida diaria de muchos hombres y mujeres en todos los rincones del planeta, que enfrentan una vida de lucha y dificultad.

El salmo nos muestra cómo se puede pasar de esta lamentación desesperada a una confianza profunda en Dios; el Señor sana los corazones destrozados, venda sus heridas. A la oración del hombre atribulado, Dios responde de manera excepcional con su enviado, Jesucristo. Él es el liberador en el sentido más profundo de la palabra. Él es el redentor que tiene que anunciar la buena nueva por todas las aldeas. Así Jesús recorre la Galilea predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios, porque para eso ha venido.

Esto es precisamente lo que hace Jesús en el evangelio de Marcos: entrar en la vida de las personas, ser uno de ellos en su cotidianidad. El domingo pasado, lo vimos sanando a un endemoniado. Hoy, lo acompañamos con Santiago, Juan y Andrés a la casa de Pedro. La casa, el lugar íntimo donde se comparte el techo, la mesa. Allí se encuentra con una anciana enferma, la suegra de Pedro, Jesús se acerca, la toma de la mano y la levanta. Un gesto tan simple como es, el acercarse, y tomarla de la mano hace el milagro de recuperar a esta mujer, que no sólo recupera su salud, sino su capacidad de servicio.

Al atardecer muchos vinieron a buscarlo, y relata el evangelista que Jesús continuó sanando. Era común en la época de Jesús que los enfermos fueran tenidos por malditos o poseídos por espíritus malos, de manera que eran alejados, excluidos y nadie se atrevía a acercarse a ellos. Jesús, al contrario, se entrega con amor y dedicación a su cuidado, siendo su servidor. La práctica de curación, la lucha contra el mal, es decir, la praxis de liberación del ser humano, es la práctica habitual de Jesús.

El sufrimiento humano sólo encuentra una respuesta en el amor de Dios que ha mostrado su omnipotencia de la manera más misteriosa, es decir, a través del anonadamiento voluntario y en la resurrección de su Hijo, por los cuales ha vencido el mal. Hay que tener la plena certeza, aun en medio de grandes y prolongadas tribulaciones, que Dios Padre, en Cristo, vence el mal y la muerte y que las apariencias de este mundo pasan para dar lugar a la patria celestial.

Jesús, muy de mañana se retira a orar a un lugar desierto. Para el evangelista parece que el apostolado de Jesús quedaría incompleto si no se ofrece el momento de la oración. Marcos no da una información precisa de la oración de Jesús, nos indica que Jesús ora con frecuencia y que lo hace a solas en lugar desierto. Jesús se preparaba para el combate apostólico de la predicación y, más tarde de la pasión, en la oración, en el encuentro con el Padre.
El corazón del hombre está hecho para buscar y amar a Dios, y el Señor facilita ese encuentro, pues Él busca también a cada persona. Hay, han habido y habrán muchos hombres y mujeres en el mundo, pero ni a uno solo de ellos lo deja de llamar el Señor. Nosotros, como Jesús nos lo enseña en el Evangelio, vayamos a su encuentro en la oración, que es nuestro diálogo personal con Él.

Orar es tomarse el tiempo para escuchar, para meditar en silencio la palabra de Dios, es acallar nuestros deseos para no poner más atención que en Dios, que está presente secretamente, y para unirnos a su voluntad.
El pasaje del Evangelio nos revela que después de la oración al Padre, Jesús va a predicar a las sinagogas de toda la Galilea.
Todo aquel que, como Jesús, se dedique al apostolado, debe acudir a la oración para obtener allí, la fuerza para luchar, la fuerza para resistir, la fuerza para perseverar en el camino

Preguntas para la meditación: ¿qué me dice?

La oración como elevación de nuestra mente y nuestro corazón hacia Dios ilumina y fortalece todo nuestro caminar.
Al ver a Jesús orar nos viene a la mente la necesidad que tenemos también nosotros de retirarnos a orar. Nos podemos preguntar: ¿cómo es mi oración? ¿Reservo todos los días algún momento para conversar con Dios? ¿Para pedirle que me ilumine en la toma de mis decisiones? ¿Por todos aquellos que entrarán en contacto con migo? ¿Por todos aquellos que sufren? ¿Acudo a la oración para pedirle valor y así cumplir mi vocación como padre o madre de familia, como persona consagrada a Cristo?

Hoy Continúan siendo actuales las palabras que San Agustín escribió al comienzo de sus Confesiones: “Nos has creado, Señor, para Tí y nuestro corazón no encuentra sosiego hasta que descansa en Ti”, por eso es importante reflexionar lo que dicen los apóstoles a Jesús: “Todos te andan buscando”. ¿Cómo vivo hoy la búsqueda de Jesús?
¿En qué gestos concretos nos hacemos cercanos a los hermanos que sufren o están marginados de la sociedad?

Dice san Ambrosio: El Señor ha venido como médico de los que están enfermos. Él mismo afirma: "no son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos; no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores". Pero, ¿acaso ha venido a llamarlos para que perseveren en su estado? ¿O más bien para una conversión que los haga salir de su precedente condición, que constituía una enfermedad…….? ¿Siento la necesidad de salir de mi situación actual y pasar a una mejor, ayudado por el Señor? ¿Qué es lo que me impide hacerlo?

Catecismo: Jesús ora

2599 El Hijo de Dios hecho hombre también aprendió a orar conforme a su corazón de hombre. El aprende de su madre las fórmulas de oración; de ella, que conservaba todas las "maravillas " del Todopoderoso y las meditaba en su corazón (cf Lc 1, 49; 2, 19; 2, 51). Lo aprende en las palabras y en los ritmos de la oración de su pueblo, en la sinagoga de Nazaret y en el Templo. Pero su oración brota de una fuente secreta distinta, como lo deja presentir a la edad de los doce años: "Yo debía estar en las cosas de mi Padre" (Lc 2, 49). Aquí comienza a revelarse la novedad de la oración en la plenitud de los tiempos: la oración filial, que el Padre esperaba de sus hijos va a ser vivida por fin por el propio Hijo único en su Humanidad, con y para los hombres.

Oración:

Se cuenta que un pequeño pueblo alemán, que quedó prácticamente destruido durante la segunda guerra mundial, tenía en una iglesia un crucifijo muy antiguo, del que los fieles del lugar eran muy devotos. Cuando iniciaron la reconstrucción de la iglesia, los campesinos encontraron esa magnífica talla, sin brazos, entre los escombros. No sabían muy bien qué hacer; unos eran partidarios de poner el mismo crucifijo, restaurado con brazos nuevos. A otros les parecía mejor encargar una réplica del antiguo. Por fin, después de muchas dudas, decidieron colocar la talla que siempre había estado en el altar, tal como había sido hallada, pero con la siguiente inscripción: “Mis brazos son ustedes”. Así se la encuentra todavía hoy en esa iglesia.
Afirmados en la oración frente al Señor, nos convertimos en los brazos de Dios en el mundo. Él ha querido tener necesidad de los hombres.

María, pureza en vuelo, Virgen de vírgenes, danos la gracia de ser humanos sin olvidarnos del cielo.
Enséñanos a vivir; ayúdenos tu oración; danos en la tentación la gracia de resistir.

Honor a la Trinidad por esta limpia victoria.
Y gloria por esta gloria que alegra la cristiandad. Amén.
Himno de la Liturgia de las Horas - Primeras Vísperas de la Fiesta de la Presentación del Señor.

Lecturas de la semana:

LUNES 9: Génesis 1, 1-19; Salmo 103; Marcos 6, 53-56.
MARTES 10: Génesis 1, 20—2,4a; Salmo 8; Marcos 7, 1-13.
MIERCOLES 11: Génesis 2, 4b-9.15-17; Salmo 103; Marcos 7, 14-23.
JUEVES 12: Génesis 2, 18-25; Salmo 127; Marcos 7, 24-30.
VIERNES 13: Génesis 3, 1-8; Salmo 31; Marcos 7, 31-37.
SABADO 14: Génesis 3, 9-24; Salmo 89; Marcos 8, 1-10.
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Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las reflexiones que acompañan las lecturas, textos de distintos autores: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y Maria, Catholic.net, Homilia.com. “Claves para Lectio Divina para Jóvenes” Proyecto Lectionautas CEBIPAL/CELAM – SOCIEDADES BIBLICAS UNIDAS Hno. Ricardo Grzona, frp.
Impresión Librería “Del Rocío” Av. Mitre 6199 – Wilde – 4207-4785

Te esperamos los sábados 17:30 h.
para leer la Biblia en la Parroquia San José: Brandsen 4970 Villa Dominico
Círculo Bíblico San José miencuentroconjesus@yahoo.com.ar