Lecturas del 14-08-11– Ciclo A –
Libro del profeta Isaías 56, 1. 6-7
Así habla el Señor: Observen el derecho y practiquen la justicia, porque muy pronto llegará mi salvación y ya está por revelarse mi justicia.
Y a los hijos de una tierra extranjera que se han unido al Señor para servirlo, para amar el nombre del Señor y para ser sus servidores, a todos los que observen el sábado sin profanarlo y se mantengan firmes en mi alianza, yo los conduciré hasta mi santa Montaña y los colmaré de alegría en mi Casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar, porque mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos. Palabra de Dios.
Salmo 66
R. ¡Que los pueblos te den gracias, Señor,
que todos los pueblos te den gracias!
El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para
que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria entre las naciones. R.
Que canten de alegría las naciones,porque gobiernas a los pueblos con justicia
y guías a las naciones de la tierra. R.
¡Que los pueblos te den gracias, Señor, que todos los pueblos te den gracias! Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra. R.
Pablo a los Romanos 11, 13-15. 29-32
Hermanos: A ustedes, que son de origen pagano, les aseguro que en mi condición de Apóstol de los paganos, hago honor a mi ministerio provocando los celos de mis hermanos de raza, con la esperanza de salvar a algunos de ellos. Porque si la exclusión de Israel trajo consigo la reconciliación del mundo, su reintegración, ¿no será un retorno a la vida? Porque los dones y el llamado de Dios son irrevocables. En efecto, ustedes antes desobedecieron a Dios, pero ahora, a causa de la desobediencia de ellos, han alcanzado misericordia. De la misma manera, ahora que ustedes han alcanzado misericordia, ellos se niegan a obedecer a Dios.
Pero esto es para que ellos también alcancen misericordia. Porque Dios sometió a todos a la desobediencia, para tener misericordia de todos. Palabra de Dios.
Evangelio según san Mateo 15, 21-28
Jesús partió de allí y se retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: «¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio.» Pero él no le respondió nada.
Sus discípulos se acercaron y le pidieron: «Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos.» Jesús respondió: «Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.» Pero la mujer fue a postrarse ante él y le dijo: « ¡Señor, socórreme! »
Jesús le dijo: «No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros.» Ella respondió: «¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!»
Entonces Jesús le dijo: «Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!» Y en ese momento su hija quedó curada. Palabra del Señor.
Reflexión
El evangelio de este domingo empieza nombrando los lugares donde se encontraba Jesús, Tiro y Sidón, estas regiones eran habitadas por los gentiles. Tiro era la Metrópoli de los cananeos y Sidón el límite de la región por el lado norte.
Es importante saber que los cananeos habían sido expulsados por los judíos, quienes decían que estos pervertían al pueblo judío, y por eso los judíos les llamaban “perros”. También es importante recordar que en tiempos de Jesús la mujer era marginada de la vida pública y por eso, es doblemente importante esta presentación de Mateo: el evangelista resalta el lugar de procedencia de la mujer cuando dice: Entonces una mujer cananea… Además, es una mujer abandonada (porque no tiene un marido que interceda por su hija y debe hacerlo sola) y es gentil, o sea no pertenece al Pueblo de Israel.
Una mujer cananea se puso a gritar (1)
Si Jesús hubiera escuchado a la mujer cananea a la primera petición, sólo habría conseguido la liberación de la hija. Habría pasado la vida con menos problemas. Pero todo hubiera acabado en eso y al final madre e hija morirían sin dejar huella de sí. Sin embargo, de este modo su fe creció, se purificó, hasta arrancar de Jesús ese grito final de entusiasmo: "Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas". Desde aquel instante, constata el Evangelio, su hija quedó curada. Pero, ¿qué le sucedió durante su encuentro con Jesús? Un milagro mucho más grande que el de la curación de la hija. Aquella mujer se convirtió en una "creyente", una de las primeras creyentes procedentes del paganismo. Una pionera de la fe cristiana. Nuestra predecesora... La mujer Cananea se presenta siempre como maestra de perseverancia y oración.
Quien observara el comportamiento y las palabras que Jesús dirigió a aquella pobre mujer que sufría, podía pensar que se trataba de insensibilidad y dureza de corazón. ¿Cómo se puede tratar así a una madre afligida? Pero ahora sabemos lo que había en el corazón de Jesús y que le hacía actuar así. Sufría al presentar sus rechazos, trepidaba ante el riesgo de que ella se cansara y desistiera. Sabía que la cuerda, si se estira demasiado, puede romperse. De hecho, para Dios también existe la incógnita de la libertad humana, que hace nacer en él la esperanza. Jesús esperó, por eso, al final, manifiesta tanta alegría. Es como si hubiera vencido junto a la otra persona.
Dios, por tanto, escucha incluso cuando... no escucha. En él, la falta de escucha es ya una manera de atender. Retrasando su escucha, Dios hace que nuestro deseo crezca, que el objeto de nuestra oración se eleve; que de lo material pasemos a lo espiritual, de lo temporal a lo eterno, de los pequeño a lo grande. De este modo, puede darnos mucho más de lo que le habíamos pedido en un primer momento…
San Agustín era un gran admirador de la Cananea. Aquella mujer le recordaba a su madre, Mónica. También ella había seguido al Señor durante años, pidiéndole la conversión de su hijo. No se había desalentado por ningún rechazo. Había seguido al hijo hasta Italia, hasta Milán, hasta que vio que regresaba al Señor. En uno de sus discursos, recuerda las palabras de Cristo: "Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; tocad y se os abrirá", y termina diciendo: "Así hizo la Cananea: pidió, buscó, tocó a la puerta y recibió". Hagamos nosotros también lo mismo y también se nos abrirá. (1) P. Raniero Cantalamessa
Fe. Paciencia. Humildad.
Debemos destacar tres aspectos importantes de esta mujer cananea:
En primer lugar: reconocer a Jesús como Dios, y por su fe en Dios, ella creía que Jesús podía sanar a su hija y por eso acude a Él y se arrodilla delante de Él para adorarle.
En Segundo lugar la paciencia: porque a pesar de ser despreciadas sus súplicas ella continúa implorando la misericordia de Dios.
Y en tercer lugar la humildad: para conformarse con las migas de pan que caen al suelo de la mesa del Señor, esas migas son suficientes para alimentar y llenar las necesidades de esta mujer.
Después de ver estas actitudes de la mujer cananea Jesús le dice: ¡Mujer, tú sí que tienes confianza en Dios! Lo que me has pedido se hará.
Jesús hace énfasis en la confianza de la mujer en Dios, esto para que los que están viendo aprenden como la fe y la confianza en Dios pueden romper cualquier barrera.
Se cuenta en la vida de San Antonio Abad que Dios le hizo ver el mundo sembrado de los lazos que el demonio tenía preparados para hacer caer a los hombres. El santo, después de esta visión, quedó lleno de espanto, y preguntó: “Señor, ¿Quién podrá escapar de tantos lazos?”. Y oyó una voz que le contestaba: “Antonio, el que sea humilde; pues Dios da a los humildes la gracia necesaria, mientras los soberbios van cayendo en todas las trampas que el demonio les tiende; mas a las personas humildes el demonio no se atreve a atacarlas.”
Nosotros, sí queremos servir al Señor, hemos de desear y pedirle con insistencia la virtud de la humildad. Nos ayudará a desearla de verdad el tener siempre presente que el pecado capital opuesto, la soberbia, es lo más contrario a la vocación que hemos recibido del Señor, lo que más daño hace a la vida familiar, a la amistad, lo que más se opone a la verdadera felicidad... Es el principal apoyo con que cuenta el demonio en nuestra alma para intentar destruir la obra que el Espíritu Santo trata incesantemente de edificar.
Con todo, la virtud de la humildad no consiste sólo en rechazar los movimientos de la soberbia, del egoísmo y del orgullo. De hecho, ni Jesús ni su Santísima Madre experimentaron movimiento alguno de soberbia y, sin embargo, tuvieron la virtud de la humildad en grado sumo. La palabra humildad tiene su origen en la latina humus, tierra; humilde, en su etimología, significa inclinado hacia la tierra; la virtud de la humildad consiste en inclinarse delante de Dios y de todo lo que hay de Dios en las criaturas. En la práctica, nos lleva a reconocer nuestra pequeñez ante Dios. Los santos sienten una alegría muy grande en anonadarse delante de Dios y en reconocer que sólo Él es grande, y que en comparación con la suya, todas las grandezas humanas están lejos de ese ideal.
La humildad se fundamenta en la verdad, sobre todo en esta gran verdad: es infinita la distancia entre la criatura y el Creador. Por eso, frecuentemente hemos de detenernos para tratar de persuadirnos de que todo lo bueno que hay en nosotros es de Dios, todo el bien que hacemos ha sido sugerido e impulsado por Él, y nos ha dado la gracia para llevarlo a cabo.
L a gracia de Dios.
“A la pregunta ‘¿cómo he de llegar a la humildad?” Corresponde la contestación inmediata: “Por la gracia de Dios”. Solamente la gracia de Dios puede darnos la visión clara de nuestra propia condición y la conciencia de su grandeza que origina la humildad”. Por eso hemos de desearla y pedirla incesantemente, convencidos de que con esta virtud amaremos a Dios y seremos capaces de grandes empresas a pesar de nuestras flaquezas...
Quien es humilde no necesita demasiadas alabanzas y elogios en su tarea, porque su esperanza está puesta en el Señor; y Él es, de modo real y verdadero, la fuente de todos sus bienes y su felicidad: es Él quien da sentido a todo lo que hace. “Una de las razones por las que los hombres son tan propensos a alabarse, a sobreestimar su propio valor y sus propios poderes, a resentirse de cualquier cosa que tienda a rebajarlos en su propia estima o en la de otros, es porque no ven más esperanza para su felicidad que ellos mismo. Por esto son a menudo tan susceptibles, tan resentidos cuando son criticados, tan molestos para quien les contradice, tan insistentes en salirse con la suya, tan ávidos de ser conocidos, tan ansiosos de alabanza, tan determinados a gobernar su medio ambiente. Se afianzan en sí mismos como el náufrago que se sujeta a una paja. Y la vida prosigue, y cada vez están más lejos de la felicidad...”.
Quien lucha por ser humilde no busca ni elogios ni alabanzas; y si llega procura enderezarlos a la gloria de Dios, autor de todo bien. La humildad se manifiesta no tanto en el desprecio como en el olvido de sí mismo, reconociendo con alegría que no tenemos nada que no hayamos recibido, y nos lleva a sentiremos hijos pequeños de Dios que encuentran toda la firmeza en la mano fuerte de su Padre.
La mujer cananea por su humildad, su audacia y su perseverancia tuvo una gracia tan grande. Nada tiene que ver la humildad con la timidez, la pusilanimidad o con una vida mediocre y sin aspiraciones. La humildad descubre que todo lo bueno que existe en nosotros, tanto en el orden de la naturaleza como en el orden de la gracia, pertenece a Dios, porque de su plenitud hemos recibido todos; y tanto don nos mueve al agradecimiento.
San Cayetano:
Acostumbraba decir que en la iglesia se rendía a Dios el homenaje de la adoración y "en el hospital lo encontramos personalmente".
Ruega por nosotros, para que imitemos tu amor por Cristo, por la Iglesia y por los pobres.
Lecturas de la Semana
Lunes 15: Ap. 11, 19ª;-1, 1-6ª. 10; Sal 44; 1Cor. 15, 20-27; Lc.1, 35-56.
Martes 16: Jc. 6, 11-24; Sal: 84; Mt. 19, 23-30.
Miércoles 17: Jc. 9, 6-15; Sal 20; Jn 20, 1-16.
Jueves 18: Jc. 11, 29-39; Sal 39; Mt. 22, 1-14.
Viernes 19: Rt. 1, 1. 3-6. 14-16. 22; Sal 145; Mt 22, 34-40.
Sábado 20: Rt. 2, 1-11; 4, 13-17; Sal 127; Mt. 23, 1-12.
Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las lecturas: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y María. Lectionautas.com.
Círculo Peregrino: queremos compartir con vos la Palabra del Señor, por eso podemos ir a tu casa a visitarte a vos o algún familiar enfermo.
Lectio Divina: También podes venir para compartirla los Sábados 16 hs. en:
Círculo Bíblico San José
Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Domínico.
http://miencuentroconjesus1.blogspot.com/
miencuentroconjesus@yahoo.com.ar
¡Con su Palabra, Jesús se nos revela y sale a nuestro encuentro, para que experimentemos al Dios de la vida!
Intención para la evangelización ‐
Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia
El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.
"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"
"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8.
No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía.
Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.
Del libro de la Sabiduría 6, 12-16
Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean.
El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes.
La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.
jueves, 11 de agosto de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)