Lecturas del 7-03-10 – Ciclo C –
Libro del Éxodo 3, 1-8a. 13-15
Moisés, que apacentaba las ovejas de su suegro Jetró, el sacerdote de Madián, llevó una vez el rebaño más allá del desierto y llegó a la montaña de Dios, al Horeb. Allí se le apareció el Ángel del Señor en una llama de fuego, que salía de en medio de la zarza.
Al ver que la zarza ardía sin consumirse, Moisés pensó: «Voy a observar este grandioso espectáculo. ¿Por qué será que la zarza no se consume?»
Cuando el Señor vio que él se apartaba del camino para mirar, lo llamó desde la zarza, diciendo: «íMoisés, Moisés!». «Aquí estoy», respondió él. Entonces Dios le dijo: «No te acerques hasta aquí. Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa.» Luego siguió diciendo: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.»
Moisés se cubrió el rostro porque tuvo miedo de ver a Dios.
El Señor dijo: «Yo he visto la opresión de mi pueblo, que está en Egipto, y he oído los gritos de dolor, provocados por sus capataces. Sí, conozco muy bien sus sufrimientos. Por eso he bajado a librarlo del poder de los egipcios y a hacerlo subir, desde aquel país, a una tierra fértil y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel.
»Moisés dijo a Dios: «Si me presento ante los israelitas y les digo que el Dios de sus padres me envió a ellos, me preguntarán cuál es su nombre. Y entonces, ¿qué les responderé?»
Dios dijo a Moisés: «Yo soy el que soy.» Luego añadió: «Tú hablarás así a los israelitas: "Yo soy" me envió a ustedes.» Y continuó diciendo a Moisés: «Tu hablarás así a los israelitas: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, es el que me envía. Este es mi nombre para siempre, y así será invocado en todos los tiempos futuros.» Palabra de Dios.
Salmo 102
R. El Señor es bondadoso y compasivo.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo Nombre; bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios. R.
El perdona todas tus culpas y cura todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura. R.
El Señor hace obras de justicia y otorga el derecho a los oprimidos; él mostró sus caminos a Moisés y sus proezas al pueblo de Israel. R.
El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia cuanto se alza el cielo sobre la tierra, así de inmenso es su amor por los que lo temen. R.
Primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 10, 1-6. 10-12
Hermanos: No deben ignorar, hermanos, que todos nuestros padres fueron guiados por la nube y todos atravesaron el mar; y para todos, la marcha bajo la nube y el paso del mar, fue un bautismo que los unió a Moisés. También todos comieron la misma comida y bebieron la misma bebida espiritual. En efecto, bebían el agua de una roca espiritual que los acompañaba, y esa roca era Cristo. A pesar de esto, muy pocos de ellos fueron agradables a Dios, porque sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto.
Todo esto aconteció simbólicamente para ejemplo nuestro, a fin de que no nos dejemos arrastrar por los malos deseos, como lo hicieron nuestros padres. No nos rebelemos contra Dios, como algunos de ellos, por lo cual murieron víctimas del Ángel exterminador. Todo esto les sucedió simbólicamente, y está escrito para que nos sirva de lección a los que vivimos en el tiempo final. Por eso, el que se cree muy seguro, ¡cuídese de no caer!
Palabra de Dios.
Santo Evangelio según s. Lucas 13, 1-9
En ese momento se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios. El les respondió:
« ¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera. ¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera.» Les dijo también esta parábola: «Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: "Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no los encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?"
Pero él respondió: "Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré. Puede ser que así dé frutos en adelante. Si no, la cortarás."» Palabra del Señor.
Reflexión:
Enmienda o ruina.
Parábola de la higuera estéril
Para entender este pasaje hay que tener en cuenta el clima que se respiraba en torno a Jesús, debido a sus hechos y palabras. Éste era, entusiasmo, conflicto y división. El mismo acaba de decir: “¿Piensan que he venido a traer paz a la tierra? Les digo que no, división y nada más.
La escena comienza con una información dada a Jesús; se presentan algunos a contarle que Pilatos había hecho matar a unos galileos mientras ofrecían el sacrificio. ¿Por qué esta información? ¿Qué sentido tiene? No cabe duda de que es una advertencia y amenaza soterrada. Vienen a decirle: Tú y tu gente acabarán como esos galileos, ya que son galileos y se comportan como ellos. Quienes le informan ya han emitido su veredicto: son unos pecadores. Pero Jesús les advierte severamente: “Esos galileos no eran más pecadores que los demás, todos ustedes perecerán también, si no se enmiendan. Acto segundo, pasa a la carga y pone en evidencia a sus informadores que han tratado de darle “buenos consejos”. Les interpela directamente: “Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les digo que no, y, si no se convierten, todos ustedes perecerán también”.
Informe contra informe. A los que habían recordado, como galileo que era y conflictivo, el castigo ejemplar infligido por Pilatos a unos galileos nacionalistas agitadores. Jesús les recuerda, la muerte como accidente de unos conciudadanos suyos, accidente que ellos consideraban en su casuística como castigo de Dios. Sus informadores no son menos culpables que aquella pobre gente que ellos han inculpado sin motivo.
Saber interpretar los signos de los tiempos
Entre los judíos era muy corriente creer que las desgracias personales, las catástrofes, las enfermedades, etc., eran castigos de Dios por los pecados cometidos. Era una teoría muy favorable para las clases pudientes que se daban el lujo de presentar su bienestar como bendición de Dios. Jesús aprovecha dos desgraciados sucesos que acaban de acontecer, para que sus contemporáneos comprendan que tales desgracias son ajenas a la voluntad de Dios y no significan que uno sea pecador. Pero a la vez, les insta a saber leer la historia, hasta los acontecimientos cotidianos, desde la óptica de Dios.
Hoy, para personas pocos dados a meterse en problemas, a acontecimientos como éstos no dicen más que casualidad o responsabilidad de las propias víctimas, u ocasión para que reflexionen otros. Jesús, sin embargo, enfoca estos hechos brutos y vulgares hacia una interpretación personal, los acontecimientos históricos no son castigos de Dios, sino una invitación a la conversión. Todos necesitamos cambiar para recibir el Reino de Dios que ya está presente.
En las palabras de Jesús resuena, también, algo que ya ha salido en otros pasajes; hay que saber discernir los signos de los tiempos, porque Dios nos habla a través de los acontecimientos históricos, por más vulgares que sean. El Vaticano II en su constitución “Gozo y esperanza”, afirma que “es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio.
Los cristianos, por participar como creyentes en una Iglesia que vive en la sociedad, hemos de saber leer evangélicamente los acontecimientos que tienen una determinada orientación y que, en esencia más profunda, son reveladores de vida y justicia. Pero sólo si estamos presentes en el mundo los podremos percibir. Ahora bien, los acontecimientos pueden ser objeto de diversas interpretaciones, según diversas ideologías y el lugar social desde el que miremos. En sí mismos, los signos de los tiempos son ambiguos, como ambiguo es todo lo humano, ya que pueden ser signo de la acción de Dios o sombra de un ídolo soberbio. Sólo desde el Evangelio podrá la Iglesia y podremos los cristianos, descifrar en los signos de los tiempos los designios de Dios.
Parábola de la higuera estéril
La higuera es en la Biblia, figura del Pueblo de Israel. Los que escuchaban a Jesús entendieron el mensaje de la parábola, iba para ellos. Pero ésta sigue teniendo plena actualidad. Es necesario que nos la apliquemos nosotros, individualmente y como comunidad que no dé fruto no tiene razón de ser, por mucha hojarasca que ostente. Todos podemos ser ese árbol baldío, lleno de hojas, aparentemente verde y, sin embargo, completamente inútil.
El Dios de la vida piensa cortar la higuera. Pero todavía existe un resquicio de esperanza. Hay alguien, el viñador (Jesús mismo), que pide al amo una nueva oportunidad.
Quizás la higuera, con cuidado especial, dé fruto.
Jesús suplica por su pueblo y por cada comunidad cristiana. Y se compromete con ella: “Entretanto yo la cavaré y le echaré estiércol”. Siempre espera contra toda esperanza: “Si en adelante diera fruto, vivimos todavía el tiempo de la paciencia y misericordia de Dios.
La parábola pone de manifiesto que cambiar o no cambiar no es un juego de palabras. Es un problema de vida o de muerte. Ante el Reino de Dios hay que decidirse. Y se nos habla de urgencia, porque el tiempo pasa y estamos en la encrucijada.
Reflexionamos:
-Se habla de pecados “de la sociedad”, que resultan ser pecados de nadie o de los otros, cuando en realidad son una suma de pecados de todos. Unos desencadenan guerras frías o calientes, y otros son las víctimas. Unos taponan los oídos a los gritos molestos de la verdad para abrirlos a las fábulas, escándalos y gritos de la sociedad de consumo.
-Puede haber familias en las que el egoísmo se impone al amor dejando bloqueado el camino hacia Dios y hacia la convivencia ciudadana.
-Una sociedad que se propone como objeto de su educación (?) instruir para ganar en lugar de desarrollar todas las potencialidades de la persona, se convierten en un campo de competencia con ventaja siempre del más fuerte en lugar de una sociedad más justa, pacífica y fraternal.
-Y si los dirigentes “pasan” del orden de los valores religiosos y morales; están preparando o dan ya por hecho todo lo que la sociedad necesita para consumar su catástrofe.
Jesús pone la conversión como prevención de esos males. “Conversión” es un cambio de mentalidad, una radical orientación del hombre a Dios y un alejamiento de todo lo que obstaculiza la acción de Dios.
Las catástrofes naturales son también signos de los tiempos a través de los cuales quiere Dios hacer oír su voz.
P. Daniel Silva
Avisos Parroquiales:
Se encuentra abierta la inscripción para:
Primera Comunión, se necesita estar cursando como mínimo tercer grado.
Confirmación, estar cursando quinto grado.
Anotarse de lunes a viernes de 17 a 19 hs. En secretaría parroquial.
19 de Marzo: San José, nuestras fiestas patronales.
Lecturas de la semana:
Lunes 8: 2Re. 5, 1-15; Sal. 41; Lc. 4, 24-30.
Martes 9: Dn. 3, 25. 34-43; Sal. 24; Mt. 18, 21-35.
Miércoles 10: Dt. 4, 1. 5-9; Sal. 147; Mt. 5, 17-19.
Jueves 11: Jr. 7, 23-28; Sal. 94; Lc. 11, 14-23.
Viernes 12:Os. 14, 2-10; Sal. 80; Mt. 12, 28b-34, 45-46.
Sábado 13: Os. 6, 1-6; Sal. 50; Lc. 18, 9-14.
Te esperamos los sábados 17:00 h.
Para Compartir la Palabra de Jesús,
en la Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Dominico.
Círculo Bíblico San José
miencuentroconjesus@yahoo.com.ar
¡Con su Palabra, Jesús se nos revela y sale a nuestro encuentro, para que experimentemos al Dios de la vida!
Intención para la evangelización ‐
Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia
El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.
"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"
"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8.
No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía.
Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.
Del libro de la Sabiduría 6, 12-16
Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean.
El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes.
La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.
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