Lecturas del 13-05-12
”– Ciclo B –
Hechos de Apóstoles 10, 25-26. 34-35. 44-48
Cuando Pedro entró, Cornelio fue a su encuentro y se postró a sus pies. Pero Pedro lo hizo levantar, diciéndole: «Levántate, porque yo no soy más que un hombre.»
Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo: «Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepción de personas, y que en cualquier nación, todo el que lo teme y practica la justicia es agradable a él.»
Mientras Pedro estaba hablando, el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban la Palabra. Los fieles de origen judío que habían venido con Pedro quedaron maravillados al ver que el Espíritu Santo era derramado también sobre los paganos. En efecto, los oían hablar diversas lenguas y proclamar la grandeza de Dios.
Pedro dijo: «¿Acaso se puede negar el agua del bautismo a los que recibieron el Espíritu Santo como nosotros?» Y ordenó que fueran bautizados en el nombre del Señor Jesucristo. Entonces le rogaron que se quedara con ellos algunos días. Palabra de Dios.
Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo: «Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepción de personas, y que en cualquier nación, todo el que lo teme y practica la justicia es agradable a él.»
Mientras Pedro estaba hablando, el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban la Palabra. Los fieles de origen judío que habían venido con Pedro quedaron maravillados al ver que el Espíritu Santo era derramado también sobre los paganos. En efecto, los oían hablar diversas lenguas y proclamar la grandeza de Dios.
Pedro dijo: «¿Acaso se puede negar el agua del bautismo a los que recibieron el Espíritu Santo como nosotros?» Y ordenó que fueran bautizados en el nombre del Señor Jesucristo. Entonces le rogaron que se quedara con ellos algunos días. Palabra de Dios.
Salmo 97
R. El Señor reveló su victoria a los ojos de las naciones.
Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria. R.
le obtuvieron la victoria. R.
El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones: se acordó de su amor y su fidelidad en favor del pueblo de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios. Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos. R.
Primera carta del apóstol san Juan 4, 7-10
Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él.
El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él.
Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados. Palabra de Dios.
Espíritu Santo, dulce huésped del alma,
ven, ven Señor"
Santo Evangelio según san Juan 15, 9-17
Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.
Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.
Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.» Palabra del Señor.
Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.
Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.
Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.» Palabra del Señor.
Reflexión
La verdadera comunidad,
el verdadero discípulo
Este texto evangélico de hoy nos presenta a un Jesús que desvela el secreto y el motivo ultimo que ha guiado e impulsado toda su vida: el amor, y que nos vuelve a proponer, en otra clave diferente distinto a la del domingo anterior, ahora es la comunidad: su misión y su condición fecunda. Ya había expuesto toda la imagen de los sarmientos (discípulos) que han de dar fruto (hacer misión) por su unión con la vid (Jesús) plantada por la labrador (el Padre). Ahora cambia la imagen por los amigos elegidos para colaborar en su trabajo. Ser de la comunidad de Jesús es cuestión de amor.
Este nuevo modo de exponer la relación entre el Padre, Él y los discípulos, quita cualquier tipo de ambigüedad a la vinculación expresada anteriormente bajo la imagen de la vid. Se hace por un amor que es respuesta del suyo. La relación, el amor y la adhesión que Jesús propone es la amistad que llega a dar la vida por los amigos. La misión de la comunidad adquiere así una dimensión nueva: los discípulos no la ejercen como asalariados, contratados para realizar el trabajo de su señor y ejecutar sus ordenes, sino como amigo que comparten la alegría en la tarea común; la sientan como propia y se sienten personas libres, unidas por el vínculo de la amistad, trabajando en la misma causa.
El amor como mandamiento. La palabra “amor”, de tanto usarla, ha acabado trivializándose y devaluándose. Para volver a reconocer lo que significa amar es preciso descubrir la entrega de Jesús. Sólo así se puede entender que Dios es amor y qué es amarnos unos a otros. El mandamiento del amor no sólo constituye la comunidad de Jesús y le da una identidad, sino que es, a la vez, fundamento de la misión. Comunidad y misión no son dos cosas distintas, ni separadas.Donde no existe la comunidad de amor mutuo no puede existir la misión de Jesús. Y donde no existe misión no puede haber comunidad cristiana.
Por eso, si no hay amor no hay vida, no hay experiencia del Padre, no hay comunidad. Si falta el amor en nuestra vida no queda más que vacío y ausencia. El vacío se llena de otros dioses falsos que toman el lugar del Padre.
Para que la alegría sea total. No es fácil la alegría, porque nuestra alegría es frágil, pequeña y está siempre amenazada por muchas insatisfacciones. Pero algo grande nos promete Jesús: poder compartir la alegría misma de Jesús.
Quizá los cristianos hemos meditado muy poco en la alegría de Jesús y no hemos aprendido a disfrutar de la vida siguiendo sus pasos. Sus llamadas a buscar la felicidad verdadera se han perdido en el vacío, tal vez porque las personas seguimos obstinadas en pensar que el camino más seguro de encontrarla no está en la amistad y entrega, sino en otras realidades, o simplemente porque nos da miedo el ser alegres. Hay creyentes que sienten su vida como una inmensa carga; cristianos a los que una mala conciencia, más o menos disimulados, les impide encontrarse con Dios en la alegría. ¡Necesitamos escuchar de nuevo las palabras de Jesús!
Para que se pongan en camino y… den fruto que dure. He aquí una de las enseñanzas claves del Evangelio. La nueva comunidad que Jesús crea no puede permanecer cerrada en sí misma. ¡Hay que salir al mundo! Hay que continuar el dinamismo iniciado por Jesús. Ponerse en camino y dar fruto que dure son dos bellas imágenes que expresan lo mismo: ser discípulo es ser misionero; no hay comunidad cristiana si no hay misión. Por eso, sólo es feliz quien hace un mundo más feliz, sólo conoce la alegría quien sabe regalarla, sólo vive quien hace vivir, y sólo no se siente siervo quien ama.
Para meditar….
Celebrar. O sea, vivir con alegría la buena noticia y mi condición cristiana, de amigo e hijo. Celebrar alegremente lo que soy. Celebrarlo con otros. Cantar a Dios que nos ama y toma la delantera. Dejar a Dios entrar a nuestra fiesta.
Pbro. Daniel Silva.
Versos anónimos, que marcan con claridad cómo el amor debe estar presente en todas las demás cualidades y virtudes de la vida, para que éstas tengan su justa medida.
• La inteligencia sin amor, te hace perverso.
• La justicia sin amor, te hace implacable.
• La diplomacia sin amor, te hace hipócrita.
• El éxito sin amor, te hace arrogante.
• La riqueza sin amor, te hace avaro.
• La docilidad sin amor, te hace servil.
• La castidad sin amor, te hace orgulloso.
• La pobreza sin amor, te hace miserable.
• La verdad sin amor, te hace hiriente.
• La autoridad sin amor, te hace tirano.
• El trabajo sin amor, te hace esclavo.
• La sencillez sin amor, te hace mediocre.
• La oración sin amor, te hace un farsante.
• La ley sin amor, te esclaviza.
• La amistad sin amor, te hace utilitario.
• La fe sin amor, te hace fanático.
• La cruz sin amor, se convierte en tortura.
• La vida sin amor... no tiene sentido.
• La inteligencia sin amor, te hace perverso.
• La justicia sin amor, te hace implacable.
• La diplomacia sin amor, te hace hipócrita.
• El éxito sin amor, te hace arrogante.
• La riqueza sin amor, te hace avaro.
• La docilidad sin amor, te hace servil.
• La castidad sin amor, te hace orgulloso.
• La pobreza sin amor, te hace miserable.
• La verdad sin amor, te hace hiriente.
• La autoridad sin amor, te hace tirano.
• El trabajo sin amor, te hace esclavo.
• La sencillez sin amor, te hace mediocre.
• La oración sin amor, te hace un farsante.
• La ley sin amor, te esclaviza.
• La amistad sin amor, te hace utilitario.
• La fe sin amor, te hace fanático.
• La cruz sin amor, se convierte en tortura.
• La vida sin amor... no tiene sentido.
“Donde hay amor hasta el límite hay vida sin límite, pues el amor es fuerza de vida”
Carpe Dien (Aprovecha el día)
de "La Sociedad de los Poetas Muertos"
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que sea casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo. Pase lo que pase, nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de amor.
La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Vos podés aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes. Huí. "Emito mis alaridos por los techos de este mundo", dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples. Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del temor que te genera tener la vida por delante.
Vivila intensamente, sin mediocridad. Piensa que en vos está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieron, de nuestros "poetas muertos", te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros, los "poetas vivos". No permitas que la vida te pase sin que la vivas.
Walt Whitman
Lecturas de la Semana
Lunes 14: Hech.1, 15-17. 20-26; Sal 11; Jn. 15, 9-17.
Martes 15: Hech. 16, 22-34; Sal 137; Jn. 16, 5-11.
Miércoles 16: Hech. 17,15. 22—18, 1; Sal 148; Jn. 16, 12-15.
Jueves 17: Hech. 18, 1-8; Sal 97; Jn. 16, 16-20.
Viernes 18: Hech. 18, 9-18; Sal 46; Jn. 16, 20-23a.
Sábado 19: Hech. 18, 23-28; Sal 46; Jn. 16, 23b-28.
Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las lecturas: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y María.
Círculo Peregrino: queremos compartir con vos la Palabra del Señor, por eso podemos ir a tu casa a visitarte a vos o algún familiar enfermo.
Lectio Divina: También podes venir para compartirla el primer sábado de cada mes a las 16 hs. en:
Círculo Bíblico San José
Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Domínico.
1 comentario:
AL ESTILO DE JESÚS
JOSÉ ANTONIO PAGOLA,
Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Los ha querido apasionadamente. Los ha amado con el mismo amor con que lo ha amado el Padre. Ahora los tiene que dejar. Conoce su egoísmo. No saben quererse. Los ve discutiendo entre sí por obtener los primeros puestos. ¿Qué será de ellos?
Las palabras de Jesús adquieren un tono solemne. Han de quedar bien grabadas en todos: “Éste es mi mandato: que os améis unos a otros como yo os he amado”. Jesús no quiere que su estilo de amar se pierda entre los suyos. Si un día lo olvidan, nadie los podrá reconocer como discípulos suyos.
De Jesús quedó un recuerdo imborrable. Las primeras generaciones resumían así su vida: “Pasó por todas partes haciendo el bien”. Era bueno encontrarse con él. Buscaba siempre el bien de las personas. Ayudaba a vivir. Su vida fue una Buena Noticia. Se podía descubrir en él la cercanía buena de Dios.
Jesús tiene un estilo de amar inconfundible. Es muy sensible al sufrimiento de la gente. No puede pasar de largo ante quien está sufriendo. Al entrar un día en la pequeña aldea de Naín, se encuentra con un entierro: una viuda se dirige a dar tierra a su hijo único. A Jesús le sale desde dentro su amor hacia aquella desconocida: “Mujer, no llores”. Quien ama como Jesús, vive aliviando el sufrimiento y secando lágrimas.
Los evangelios recuerdan en diversas ocasiones cómo Jesús captaba con su mirada el sufrimiento de la gente. Los miraba y se conmovía: los veía sufriendo, o abatidos o como ovejas sin pastor. Rápidamente, se ponía a curar a los más enfermos o a alimentarlos con sus palabras. Quien ama como Jesús, aprende a mirar los rostros de las personas con compasión.
Es admirable la disponibilidad de Jesús para hacer el bien. No piensa en sí mismo. Está atento a cualquier llamada, dispuesto siempre a hacer lo que pueda. A un mendigo ciego que le pide compasión mientras va de camino, lo acoge con estas palabras: “¿Qué quieres que haga por ti?”. Con esta actitud anda por la vida quien ama como Jesús.
Jesús sabe estar junto a los más desvalidos. No hace falta que se lo pidan. Hace lo que puede por curar sus dolencias, liberar sus conciencias o contagiar confianza en Dios. Pero no puede resolver todos los problemas de aquellas gentes.
Entonces se dedica a hacer gestos de bondad: abraza a los niños de la calle: no quiere que nadie se sienta huérfano; bendice a los enfermos: no quiere que se sientan olvidados por Dios; acaricia la piel de los leprosos: no quiere que se vean excluidos. Así son los gestos de quien ama como Jesús. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
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