Lecturas
del 19-03-16 – Ciclo c –
Segundo libro de
Samuel 7, 4-5a. 12-14a. 16
Pero
aquella misma noche, la palabra del Señor llegó a Natán en estos términos: «Ve
a decirle a mi servidor David: Así habla el Señor: Cuando hayas llegado al
término de tus días y vayas a descansar con tus padres, yo elevaré después de
ti a uno de tus descendientes, a uno que saldrá de tus entrañas, y afianzaré su
realeza. El edificará una casa para mi Nombre, y yo afianzaré para siempre su
trono real. Seré un padre para él, y él será para mí un hijo. Tu casa y tu
reino durarán eternamente delante de mí, y tu trono será estable para siempre.»
Palabra
de Dios.
Salmo 88
R. Su descendencia
permanecerá
para siempre.
Cantaré
eternamente el amor del Señor, proclamaré tu fidelidad por todas las
generaciones. Porque tú has dicho: «Mi amor se mantendrá eternamente, mi
fidelidad está afianzada en el cielo. R.
Yo
sellé una alianza con mi elegido, hice este juramento a David, mi
servidor: "Estableceré tu descendencia para siempre, mantendré tu trono
por todas las generaciones."» R.
El
me dirá: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora.» Le
aseguraré mi amor eternamente,
y mi alianza será estable para él. R.
y mi alianza será estable para él. R.
Carta de Pablo a los Romanos 4, 13. 16-22
Hermanos: En
efecto, la promesa de recibir el mundo en herencia, hecha a Abraham y a su
posteridad, no le fue concedida en virtud de la Ley, sino por la justicia que
procede de la fe.
Por eso, la herencia se obtiene por medio de la fe, a fin de que esa herencia sea gratuita y la promesa quede asegurada para todos los descendientes de Abraham, no sólo los que lo son por la Ley, sino también los que lo son por la fe. Porque él es nuestro padre común como dice la Escritura: Te he constituido padre de muchas naciones. Abraham es nuestro padre a los ojos de aquel en quien creyó: el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que no existen. Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó y llegó a ser padre de muchas naciones, como se le había anunciado: Así será tu descendencia. Por eso, la fe le fue tenida en cuenta para su justificación.
Por eso, la herencia se obtiene por medio de la fe, a fin de que esa herencia sea gratuita y la promesa quede asegurada para todos los descendientes de Abraham, no sólo los que lo son por la Ley, sino también los que lo son por la fe. Porque él es nuestro padre común como dice la Escritura: Te he constituido padre de muchas naciones. Abraham es nuestro padre a los ojos de aquel en quien creyó: el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que no existen. Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó y llegó a ser padre de muchas naciones, como se le había anunciado: Así será tu descendencia. Por eso, la fe le fue tenida en cuenta para su justificación.
Palabra
de Dios.
Evangelio según san Mateo 1, 16. 18-21. 24a
Jacob
fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado
Cristo.
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados.» Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado. Palabra del Señor.
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados.» Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado. Palabra del Señor.
Reflexión:
La Iglesia hoy interrumpe de cierto modo el tiempo
cuaresmal para recordar a San José.
La
devoción a San José se fundamenta en que Dios le encomendó la inmensa
responsabilidad y privilegio de ser esposo de la Virgen María, hacer de padre de Jesús en la tierra y
custodio de la Sagrada Familia. El Papa Pío IX nombró a San José patrono de la Iglesia universal en
1847.
José es quien transmite a Cristo su ascendencia
y genealogía y con ello la descendencia de Abraham y la de David junto a las
promesas del reino mesiánico y eterno. (cf Rm 1,3; 2 Tm 2,8; Ap 22,16). Nuestro Señor fue llamado "hijo de José" (Jn 1,45; 6:42; Lc
4,22) el carpintero (Mt 12,55).
San
José se lo recuerda como el "Santo del silencio" No conocemos
palabras expresadas por él, tan solo conocemos sus obras, sus actos de fe, amor
y de protección como padre responsable del bienestar de su amadísima esposa y
de su excepcional Hijo.
Las
principales fuentes de información sobre la vida de San José son los primeros
capítulos del evangelio de Mateo y de Lucas.
San
Mateo (1:16) llama a San José el hijo de Jacob; según San Lucas (3:23), su
padre era Heli. Probablemente nació en Belén, la ciudad de David del que era
descendiente. Pero al comienzo de la historia de los Evangelios (poco antes de
la Anunciación), San José vivía en Nazaret.
Según
San Mateo 13,55 y Marcos 6,3, San José era un "tekton". La palabra
significa en particular que era carpintero.
Pronto
la fe de San José fue probada con el embarazo de María. No conociendo el
misterio de la Encarnación y no queriendo exponerla al repudio y su posible
condena a lapidación, pensaba retirarse cuando el ángel del Señor se le
apareció en sueño: (Mt. 1,19-20, 24).
Unos meses más tarde, llegó el momento para José y María de partir hacia Belén para empadronarse según el decreto de Cesar Augustus. Esto paso en muy difícil momento ya que ella estaba embarazada y tuvieron que trasladarse (cf. Lc 2:1-7).
Unos meses más tarde, llegó el momento para José y María de partir hacia Belén para empadronarse según el decreto de Cesar Augustus. Esto paso en muy difícil momento ya que ella estaba embarazada y tuvieron que trasladarse (cf. Lc 2:1-7).
En
Belén tuvo que sufrir con La Virgen la carencia de albergue hasta tener que
tomar refugio en un establo. Allí nació el hijo que esperaban.
Referente
a la Presentación de Jesús en el Templo, San Lucas nos dice: "Su padre y
su madre estaban admirados de lo que se decía de él". (Lc 2,33).
Después
de la visita de los magos de Oriente, Herodes el tirano, lleno de envidia (la
profecía decía del nacimiento de un nuevo rey) y obsesionado con su poder,
quiso matar al niño. San José escuchó el mensaje de Dios transmitido por un
ángel: «Levántate, toma contigo al niño y
a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes
va a buscar al niño para matarlo» (Mt 2,13). San José obedeció y tomó responsabilidad por la familia
que Dios le había confiado.
San José tuvo que vivir unos años con la Virgen y el Niño en el exilio de Egipto. Esto representaba dificultades muy grandes: la Sagrada familia, siendo extranjera, no hablaba el idioma, no tenían el apoyo de familiares o amigos, dificultades para encontrar empleo y la consecuente pobreza. San José aceptó todo eso por amor, sin exigir nada.
San José tuvo que vivir unos años con la Virgen y el Niño en el exilio de Egipto. Esto representaba dificultades muy grandes: la Sagrada familia, siendo extranjera, no hablaba el idioma, no tenían el apoyo de familiares o amigos, dificultades para encontrar empleo y la consecuente pobreza. San José aceptó todo eso por amor, sin exigir nada.
Una
vez más por medio del ángel del Señor, supo de la muerte de Herodes: "«Levántate, toma contigo al niño y a
su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los que
buscaban la vida del niño.» Él se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y
entró en tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en
Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños,
se retiró a la región de Galilea". Mt 2,22.Fue así que la Sagrada Familia
regresó a Nazaret.
Desde
entonces el único evento que conocemos relacionado con San José es la
"pérdida" de Jesús al regreso de la anual peregrinación a Jerusalén (cf.
Lc 2, 42-51). San José y la Virgen lo buscaron por tres angustiosos días
hasta encontrarlo en el Templo.
Lo
más probable es que San José haya muerto antes del comienzo de la vida pública
de Jesús ya que no estaba presente en las bodas de Canaá ni se habla más de él.
José, un hombre sencillo. Tuvo alegrías enormes al tener junto a él a
Jesús y a María. Pero también sufrió incertidumbres y sufrimientos: perplejidad
ante el misterio obrado en María, que en un comienzo desconocía; la pobreza
extrema en Belén; la profecía de Simeón en el Templo sobre los sufrimientos de
Jesús; la angustiosa huida a Egipto.
Pero José fue siempre fiel a la voluntad de Dios,
dejando de lado sus planes y razones para seguir el camino trazado por el
Padre. San José fue firme como una roca y contó siempre con la ayuda de Dios.
Nada desvió a José de su senda. Fue la persona a quién Dios, confiándose en él,
puso al frente de su familia. El centro de la vida de José fueron siempre Jesús
y María, y el cumplimiento de la misión que Dios le había confiado.
Santa
Teresa de Jesús, dice: "Tomé por abogado y señor al glorioso
San José."
"No me acuerdo hasta ahora
haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las
grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado
santo...No he conocido persona que de veras le sea devota que no la vea mas aprovechada en virtud, porque
aprovecha en gran manera a las almas que a Él se encomiendan...
Solo pido por amor de Dios que
lo pruebe quien no le creyere y vera por experiencia el gran bien que es
encomendarse a este glorioso patriarca y tenerle devoción..." Sta. Teresa
Fiestas
Patronales San José 2016
San José, custodio de Jesús
esposo virginal de María, que pasaste la vida en el cumplimiento del deber,
manteniendo con el trabajo de tus manos a la Sagrada Familia de Nazaret;
protégenos bondadoso, ya que nos dirigimos a ti llenos de confianza.
Tú conoces nuestras
aspiraciones, nuestras angustias y nuestras esperanzas, recurrimos a ti, porque
sabemos que en ti encontramos un protector.
Tú también experimentaste la
prueba, la fatiga, el cansancio; pero tú espíritu, inundado de la paz más
profunda, exultó de alegría el vivir íntimamente unido al Hijo de Dios confiado
a tus cuidados, y a María, su bondadosa madre.
Ayúdanos a comprender que no
estamos solos en nuestro trabajo, a
saber descubrir a Jesús a nuestro lado, a acrecentarlo con la Gracia y a
custodiarlo fielmente, como tú lo hiciste.
Y concédenos que en nuestra
familia, todo sea santificado, en la
caridad, en la paciencia, en la justicia y en la búsqueda del bien.
Amén.
"… Jesús colmó el corazón de San
José con ternura de amor tal como jamás ningún padre creado la sintió ni sentirá, no sólo para que José lo pudiese amar
como Hijo, sino para que pudiese amar a todos los hombres como a sus hijos,
pues, del mismo modo que todos somos hijos de María, así lo somos también de
San José"
Oración por nuestras familias.
A San José, queremos poner bajo tu protección a
nuestra familia, para que cada uno de nosotros viva en la fidelidad al
Espíritu, en la escucha y cumplimiento de la Palabra de Dios. Sé para nosotros
el modelo del amor desinteresado, que busca en primer lugar la felicidad de mi
familia. Amén.
Salutación
¡Dios te salve, oh José, esposo de María, lleno de
gracia! Jesús y su Madre están contigo: bendito tú eres entre todos los hombres
y bendito es Jesús, el Hijo de María. San José, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
“Santo Espíritu de Dios, si me unges con tu
fuerza y tu poder al mundo nada tengo que temer, mora en mí, mora en mí, soy de ti...
«San José»
Reflexión sobre las tres lecciones que da San José a las familias del mundo entero, son:
v El descansar
en el Señor en la oración.
v crecer
con Jesús y Santa María.
v ser
una voz profética en la sociedad.
“Yo quiero mucho a San José porque es un hombre fuerte
de silencio. En mi escritorio tengo una imagen de San José...
“Cuando tengo un problema, una dificultad escribo un
papelito y lo pongo debajo
de San José para que lo sueñe. Esto significa para que rece por este problema”.
ACI prensa.
Aclaración: Se han utilizado para la preparación de esta hoja: El libro del Pueblo de Dios. Centro Bíblico del CELAM.
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