Martes 30 de junio, Mt 8, 23 – 27
“¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”
Al navegar por la vida, nos
encontraremos con vientos y corriente contrarias. La pandemia es un ejemplo
actual; pero nos encontramos y encontraremos con más adversidades, en las que
la situación dura se nos impone: será enfermedad propia o ajena, será muerte de
alguien cercano. Será también experiencias de fracaso de diverso tipo en
nuestra vida. O experiencia de una incertidumbre que alberga un porvenir
oscuro.
Jesús en el texto evangélico
se nos muestra exigente: los apóstoles no tienen derecho en plena tempestad a
tener miedo, si él está con ellos. Les reprocha que no confíen en él. Esa es la
fe: la confianza en quien decimos que creemos. La confianza que supera
evidencias inmediatas de impotencia y miedo. No podemos desconfiar del Dios en
quien decimos creer. En medio de la
tempestad hay que buscarle, y contar con él, es el momento de tener conciencia
de que no vivimos solos, él está en nuestras vidas. Está para darnos valor y no
dejarnos acobardar; para darnos esperanza, no dejarnos aplastar por el temor.
(Dominicos.org)
No hay comentarios:
Publicar un comentario