“Le dijo entonces al paralítico–: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Él se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la gente se llenó de temor y glorificó
a Dios…”
La palabra paralitico nos lleva a ver una persona que ha
perdido su capacidad de moverse, de vivir plenamente. Jesús está en camino,
llevando el reino de Dios a todos aquellos que lo necesiten. Personas con una
gran fe, que admira a Jesús le acercan al paralítico. El sentido comunitario de
este gesto es fuerte y abre el camino a la liberación y la sanación.
Jesucristo nos recuerda hoy que, para dejarle obrar en
nuestras vidas, es indispensable la fe. La fe es como el combustible del coche,
sin ella no podemos ir a ninguna parte, nos quedaríamos siempre en el mismo
sitio.
La compasión que libera y sana se acerca a la persona
y acoge toda la complejidad y el sufrimiento de su situación. Pone en marcha
procesos, las capacidades de cada uno, acompaña desde la comunidad y le integra
socialmente, trata con dignidad y respeto, ayuda a superar las limitaciones y
anima a tomar la propia vida en sus manos y proyectar, realizarse, sentirse
útil y capaz. “Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”.
Ven Señor Jesús, te necesito ayúdame a sanar de todas
aquellas cosas que me paralizan.
Paginas consultadas: Catholic.net y Dominicos.Org.
Paginas consultadas: Catholic.net y Dominicos.Org.
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