” Ven Espíritu Santo”
Dios mío, envía ahora tu Espíritu
sobre mí y que me ayude a abrir mis ojos y mis oídos a tu Palabra, que me guíe y asista al meditar tus enseñanzas, para que pueda saborearla y
comprenderla, para que tu Palabra penetre en mi corazón, y me conduzca a
la Verdad completa. Amén
Miércoles 22 de julio, san Juan 20, 1-2. 11-18
Los ángeles le preguntaron: “¿Por qué estás llorando,
mujer?” Ella les contestó: “Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo
habrán puesto”.
En María, muchos de nosotros podríamos exclamar «en mi
dolor te busqué y no te encontré, Señor Dios, no sé en dónde te han llevado, no
sé en dónde te habrán puesto».
No permitamos que el dolor, la confusión o la aflicción ciegue nuestra fe, nuestra esperanza, nuestro amor del Cristo Resucitado.
No permitamos que el dolor, la confusión o la aflicción ciegue nuestra fe, nuestra esperanza, nuestro amor del Cristo Resucitado.
María Magdalena, permaneció al pie de la cruz cara al
dolor y la muerte. No tenía un espíritu traidor ni un espíritu cobarde. Fue
incluso capaz de recorrer el lugar de los muertos para buscar a su Señor.
Tengamos presente que cuando nos hallamos en medio de
una gran confusión Él nos llama por nuestro nombre “¡María!” Ella se volvió
y exclamó: “¡Rabbuní!”.
Ven Señor Jesús, te necesito.
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