Un día, Jesús
estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
"Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos".
El les dijo entonces: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu
Nombre, que venga tu Reino; danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona
nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos
ofenden; y no nos dejes caer en la tentación". Palabra del Señor
La oración que Jesús nos enseña me permite meditar de donde viene mi vida, por eso le doy gracias al Padre por dámela, le pido el mismo Espíritu que guio a Jesús, que hoy me acompañe en este peregrinar, para que pueda vivir de acuerdo con las enseñas que recibo, y poder experimentar en mi ser la alegría y Paz que experimentaron en Pascua los apóstoles.
Ven Señor Jesús, te necesito.
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