” Ven Espíritu Santo”
Dios mío, envía ahora tu Espíritu sobre mí y que abra mis ojos y mis oídos a tu Palabra, que me guie y asista al meditar tus enseñanzas, para que pueda saborearla y comprenderla, para que tu Palabra penetre en mi corazón, y me conduzca a la Verdad completa. Amén
Lectura del
libro del Deuteronomio 18, 15-20
Moisés dijo al pueblo: “El Señor, tu Dios, te suscitará un profeta como yo; lo hará surgir de entre ustedes, de entre tus hermanos, y es a él a quien escucharán. Esto es precisamente lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: ‘No quiero seguir escuchando la voz del Señor, mi Dios, ni miraré más este gran fuego, porque de lo contrario moriré’. Entonces el Señor me dijo: ‘Lo que acaban de decir está muy bien. Por eso, suscitaré entre sus hermanos un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y él dirá todo lo que yo le ordene. Al que no escuche mis palabras, las que este profeta pronuncie en mi nombre, yo mismo le pediré cuenta. Y si un profeta se atreve a pronunciar en mi nombre una palabra que yo no le he ordenado decir, o si habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá’ Palabra de Dios
Salmo 94, R Ojalá hoy
escuchen la voz del Señor.
¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor, aclamemos a la Roca que nos
salva! ¡Lleguemos hasta él dándole gracias, aclamemos con música al Señor! R.
¡Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Doblemos la rodilla ante el
Señor que nos creó! Porque él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que él
apacienta, las ovejas conducidas por su mano. R.
Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: “No endurezcan su corazón como en Meribá, como en el día de Masá, en el desierto, cuando sus padres me tentaron y provocaron, aunque habían visto mis obras. R.
1° carta de
san Pablo a los corintios. 7, 32-35
Hermanos: Yo quiero que ustedes vivan sin inquietudes. El que no tiene mujer se preocupa de las cosas del Señor, buscando cómo agradar al Señor. En cambio, el que tiene mujer se preocupa de las cosas de este mundo, buscando cómo agradar a su mujer, y así su corazón está dividido. También la mujer soltera, lo mismo que la virgen, se preocupa de las cosas del Señor, tratando de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. La mujer casada, en cambio, se preocupa de las cosas de este mundo, buscando cómo agradar a su marido. Les he dicho estas cosas para el bien de ustedes, no para ponerles un obstáculo, sino para que ustedes hagan lo que es más conveniente y se entreguen totalmente al Señor. Palabra de Dios.
Santo Evangelio
según san Marcos. 1, 21-28
Jesús entró en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Y había en la sinagoga de ellos un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: El Santo de Dios”. Pero Jesús lo increpó, diciendo: “Cállate y sal de este hombre”. El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un alarido, salió de ese hombre. Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: “¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; ¡da órdenes a los espíritus impuros, y éstos le obedecen!”. Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de galilea. Palabra del Señor
Jesús no sólo anuncia la llegada del Reino de Dios, sus obras, sus milagros, sus signos, ratifican y confirman la llegada del Reino.
El Evangelio de este domingo nos presenta a Jesús, rodeado de sus discípulos, en la Sinagoga de Cafarnaún. Un pueblo y una Sinagoga muy frecuentada por Jesús. Era sábado, el día más importante de la semana para los judíos, y su actividad comenzaba orando y escuchando la Palabra de Dios, dando gracias. Por primera vez Jesús va a proclamar la Buena Noticia de Dios precisamente en el lugar donde se enseña oficialmente al pueblo las tradiciones religiosas de Israel. El evangelio dice que Jesús estaba enseñando y que la gente se quedaba asombrada de cómo hablaba. Decían que hablaba con autoridad, como nadie lo había hecho antes.
Un nuevo modo de enseñar con autoridad. Así es percibido Jesús por el pueblo. Y así
el pueblo lo ensalza en contraposición con los letrados. A Jesús se atribuye la
“autoridad”, y se niega a los letrados. Su enseñanza se califica
como «nueva»; esto implica que la de los letrados es vista como «antigua».
Jesús, sin “autorización legal” para enseñar lo realiza y con autoridad, en
favor de los que sufren y los marginados; los que tienen autoridad legal para
enseñar sólo realizan, en cambio, una práctica ideológica y estéril para la
vida del pueblo.
En definitiva, lo que le llamaba la atención a la gente es que les hablaba de Dios de una manera muy cercana, tan cercana que hasta la gente más sencilla lo podía entender. Dios estaba al alcance de la mano. Dios estaba en la vida cotidiana, entre las personas, preocupado y ocupado de nuestras cosas, de nuestras alegrías y de nuestros problemas, y no allá en el cielo, distante y lejano, solo accesible para los que tenían estudios y podían leer y profundizar la Palabra de Dios. Jesús estaba acercando la Buena Noticia del evangelio a la gente más sencilla, a los más pobres. Y la gente lo entendía y lo acogía con alegría.
Tienen la impresión de que hasta ahora han estado escuchando noticias viejas, dichas sin autoridad. Jesús es diferente. No repite lo que ha oído a otros. Habla con autoridad. Anuncia con libertad y sin miedos a un Dios Bueno.
La fuerza Sanadora y liberadora de Jesús. De pronto un hombre «se pone a gritar: «¿Has
venido a destruirnos?». Al escuchar el mensaje de Jesús, se ha sentido
amenazado. Su mundo religioso se le derrumba. Se nos dice que está poseído por
un «espíritu inmundo», hostil a Dios. ¿Qué fuerzas extrañas le impiden seguir
escuchando a Jesús? ¿Qué experiencias dañinas y perversas le bloquean el camino
hacia el Dios Bueno que anuncia Jesús?
Jesús no se acobarda. Ve al pobre hombre oprimido por el mal, y grita: «¡Cállate y sal de este hombre!». Ordena que se callen esas voces malignas que no le dejan encontrarse con Dios ni consigo mismo. Que recupere el silencio que sana lo más profundo del ser humano.
En el texto se describe la sanación de manera dramática. En un último esfuerzo por destruirlo, el espíritu «lo retorció violentamente y, dando un grito fuerte, salió de él». Jesús ha logrado liberar al hombre de su violencia interior. Ha puesto fin a las tinieblas y al miedo a Dios. En adelante podrá escuchar la Buena Noticia de Jesús.
No pocas personas viven en su interior de imágenes falsas de Dios que les hacen vivir sin dignidad y sin verdad. Lo sienten, no como una presencia amistosa que invita a vivir de manera creativa, sino como una sombra amenazadora que controla su existencia. Jesús siempre empieza a sanar liberando de un Dios opresor.
Sus palabras despiertan la confianza y hacen
desaparecer los miedos. Sus parábolas atraen hacia el amor a Dios, no hacia el
sometimiento ciego a la ley. Su presencia hace crecer la libertad, no las
servidumbres; suscita el amor a la vida, no el resentimiento. Jesús cura porque
enseña a vivir sólo de la bondad, el perdón y el amor, que no excluye a nadie.
Sana porque libera del poder de las cosas, del autoengaño y de la egolatría.
Jesús quiere acercar a Dios a las personas sencillas. Por eso usa un lenguaje sencillo, usa parábolas, para que la gente más humilde le pueda entender y puedan reconocer que en Él, está Dios. Un Dios que viene a decirles que está de su parte, que ama a todas las personas, porque todos somos sus hijos, pero especialmente a los más pobres y desfavorecidos. Que no quiere más injusticias, ni más abusos hacia los pobres. Y que ha enviado a su hijo Jesús como el Mesías esperado, para que anuncie el Reino de Dios y la Buena Noticia. Jesús es esa Buena Noticia de parte de Dios.
En la sinagoga se interpreta con precisión y rigor la ley, pero el endemoniado sigue dominado por su enfermedad y aplastado por su misma sensación de desamparo y dependencia. Hasta que llega Jesús. Después de enseñar, toca actuar. Jesús pasa a la acción que es como mejor se aprende. Si Jesús ha dicho que Dios está cerca de los más desfavorecidos, allí hay una persona atrapada, esclavizada, impedida, atemorizada, marginada por su propia gente.
Su práctica revoluciona el ambiente. Los letrados callan, pero la gente sabe discernir. Jesús libera y sana, enseña con autoridad, no como los letrados. Esto es nuevo, una buena noticia, y causa asombro en el pueblo. Pero quienes se sienten desenmascarados y desposeídos de su poder por su práctica, callan o gritan, no disciernen, se evaden de la conversión. Y no aceptan los signos del Reino.
Para aquel hombre, el encuentro con Jesús fue una Buena Noticia, porque salió de allí como una persona nueva, libre, con posibilidad de hacer de nuevo una vida normal y reincorporarse a su familia, a la vida social y laboral, y también a la vida religiosa. Seguramente, no pasaría ni un día en adelante en que no diera testimonio a sus paisanos de lo que Jesús había hecho con él. Por eso dice también el evangelio que la fama de Jesús se extendió por toda la región.
Un día más busco hacer silencio interior para descubrir esa Palabra que Dios quiere dirigirme. Me recojo internamente y pacifico mi corazón para hacer espacio al espíritu de Dios que me acompaña en cada momento.
La Misión de Jesús: Mc 1, 35-39
Él les contestó: "Vámonos a los pueblecitos vecinos, para predicar también allí, pues para esto he salido". Y Jesús empezó a visitar las Casas de oración de aquella gente, recorriendo toda Galilea. Predicaba y expulsaba a los demonios.
Qué predicaba Jesús. «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia» El mensaje de Jesús es una Buena Noticia y hay que vivirla como tal. Que no tengamos miedo de acercarnos a su Palabra y dejarnos transformar por ella, como a aquel hombre poseído le pasó. Y que hagamos de nuestra vida un gran testimonio, un gran mensaje para todas las personas, de lo mucho y lo bueno que hace Dios con cada uno de nosotros. La fe es para vivirla con alegría, con esperanza y con gozo.
Expulsaba los demonios.
En el Reino de Dios no hay espacio para la opresión. Jesús
lo manifiesta liberando a ese hombre de aquello que lo ataba. Dios nos quiere
libres. El evangelio nos exhorta a que como sus seguidores, vivamos esa autoridad
en libertad, fruto de la coherencia entre las palabras y las acciones, siempre
buscando que todo ser humano viva dignamente. En este mundo se están
necesitando personas libres y con autoridad, de esas que buscan el bien de los
demás y que sus palabras estén en sintonía con lo que hacemos.
¿Vivís esta libertad que
Jesús nos invita? ¿Quién tiene autoridad en tu vida? ¿Por qué será que buscamos
y entregamos nuestra libertad en cosas que terminan atándonos, oprimiéndonos y
destruyéndonos?
Evangelios de los últimos domingos
Natividad de Señor
“Gloria a Dios en
las alturas y en la tierra, paz a los hombres amados por él”
La Sagrada Familia Jesús, María y José
“El niño iba creciendo y se llenaba de
sabiduría”
Segundo domingo después de Navidad
“Y la Palabra se hizo carne y
habitó
entre nosotros.”
Bautismo del Señor
“Apenas fue Bautizado Jesús, el Espíritu
de Dios descendió sobre Él”
Segundo domingo durante el año
“Hemos encontrado al Mesías,
vengan y lo verán”
Tercer domingo durante el año
«El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca.
Conviértanse y crean en la Buena Noticia.»
Aclaración: Se han consultado para la preparación
del siguiente texto: El libro del Pueblo de Dios y las reflexiones de, Centro
Bíblico del CELAM. Dominicos.org. Donbosco.org.ar. J. A. Pagola.
Círculo
Bíblico San José
“Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino” Sal 119
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