La lectura orante de la Palabra, más que una reflexión, es una experiencia de encuentro personal e íntimo con Dios, que nos ama y sale a nuestro encuentro. Estos pasos nos van llevando al mismo interior de la Palabra. Cómo orar con la Palabra de Dios:
1. Invoco al Espíritu Santo. Le pido que me ilumine y abra a la comprensión de la Palabra y que me anime a la respuesta con mi vida.
2. Leo muy despacio el texto bíblico. Vuelvo a leerlo. Leo también comentarios y reflexiones que me ayuden a conocer mejor el sentido del texto. Le doy tiempo al Señor y escucho el mensaje que Él quiere darme en esta Palabra. ¿Qué dice la Palabra?
3. Medito qué me dice la Palabra que he leído lentamente. Una vez que haya captado el sentido del texto, entonces puedo hacerme esta pregunta: ¿Qué me dice esta Palabra? ¿Qué me dice a mí?
4. Oro, respondo al Señor que me ha dado su mensaje en la Palabra meditada. Que mi actitud sea la de la Virgen María: Hágase en mí según tu Palabra. ¿Qué le digo al señor?
5. Actúo haciendo un compromiso que brote de este encuentro con el Señor. Es el salto a la vida. Animado e invadido por la Palabra regreso a la vida con mi nuevo entendimiento.
Ven Señor Jesús, te necesitamos.
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