¡Feliz Navidad!
Hoy: “necesitamos tener sueños -más grandes o pequeños- que día a día nos mantengan en camino hacia una vida plena”
Nuestro sueño, el de Jesús, es el de compartir un mundo mejor, no es un más allá imaginario, situado en un futuro que nunca llega; Dios nos llenó de talentos, inteligencia, voluntad, capacidad de evolucionar y adaptarnos a los cambios y nuestro sueño empieza a hacerse presente allí donde lo ponemos en acción, a darle vida con los primeros logros, empezando a tomar conciencia de que es posible, ya no es simplemente, se puede, empieza a tomar forma el yo puedo” y los miedos y las desesperanzas se desvanecen y puedo empezar a compartir los frutos de Jesús que se expresan a través mío.
Y de esta forma lleno de gracia y con gozo, vamos a pedirle a Dios-con-nosotros, que esta Navidad no se marchite como una flor. Que su mensaje no muera cuando cese el bullicio.
Que su paz no sea tan efímera como el arbolito que adorna nuestro hogar.
Que la alegría de esta Navidad se prolongue durante todo el año, como el nacimiento hacia una vida que quiere crecer y madurar en la paz en el amor y en la justicia.
Que la alegría y el gozo de descubrir el nacimiento de Dios en nuestro corazón, nos permita soñar que otro mundo es posible, y nos una en un solo proyecto de vida, el de Jesús.
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