¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida!
[Juan 6, 52-58] En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?». Entonces Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre». Palabra del Señor.
“El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí”
Hoy la Palabra me lleva a reflexionar tu llamado a vivir en total unidad mi vida con la tuya, para entregar la vida por amor como vos lo hiciste, seguros de la plenitud de la vida que en el Hijo nos es dada.
Señor, te pido que me ayudes a vivir más profundamente cada eucaristía. Tú me convocas alrededor tuyo, para que también sea pan que se parte y se reparte, vino que se derrama para la vida del mundo. (ref. donboco.org.ar)
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