Lecturas del 28/09/08 – Ciclo A -
Domingo 26 Durante el año
Lectura profecía de Ezequiel 18, 25-28
Ustedes dirán: «El proceder del Señor no es correcto.» Escucha, casa de Israel: ¿Acaso no es el proceder de ustedes, y no el mío, el que no es correcto?Cuando el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, muere por el mal que ha cometido. Y cuando el malvado se aparta del mal que ha cometido, para practicar el derecho y la justicia, él mismo preserva su vida. El ha abierto los ojos y se ha convertido de todas las ofensas que había cometido: por eso, seguramente vivirá, y no morirá. Palabra de Dios.
Salmo 24
R. Acuérdate, Señor, de tu compasión.
Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos. Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador, y yo espero en ti todo el día. R.
Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor, porque son eternos. No recuerdes los pecados ni las rebeldías de mi juventud: por tu bondad, Señor, acuérdate de mi según tu fidelidad. R.
El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados; él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres. R.
Carta ap. S. Pablo cristianos de Filipos 2, 1-11
Hermanos: Si la exhortación en nombre de Cristo tiene algún valor, si algo vale el consuelo que brota del amor o la comunión en el Espíritu, o la ternura y la compasión, les ruego que hagan perfecta mi alegría, permaneciendo bien unidos. Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento. No hagan nada por espíritu de discordia o de vanidad, y que la humildad los lleve a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos. Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás. Tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús. El, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano, se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz. Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: «Jesucristo es el Señor.» Palabra de Dios.
Lectura S. Evangelio S. Mateo 21, 28-32
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: « ¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: "Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña.
"El respondió: "No quiero."Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: "Voy, Señor", pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?”“El primero», le respondieron. Jesús les dijo: «Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él.»
Palabra del Señor.
Reflexión:
Uno de los temas de fondo de este domingo que podemos meditar, es el de la conversión del alma a Dios, se trata de hacer o no hacer la voluntad de Dios, el Padre, que no solamente es el dueño de la viña, sino por sobre todo “Padre”.
La conversión de aquellos que el sistema religioso considera pecadores debería ser una señal profética con el poder de arrastrar a todos hacia el camino del bien. Sin embargo, esto no es lo que ocurre. Algunos organizan sus valores en función de escalas jerárquicas en las que cuenta más la posición que tienen que la propia conciencia. El profeta Ezequiel y el Evangelio se refieren a esta terrible realidad; los que se consideran a sí mismos salvados son incapaces de cambiar su manera de pensar para abrirse a la acción de Dios. Los más ilustres representantes de la religión (sacerdotes judíos, fariseos, escribas, etc.) incurren en el pecado de la falsa conciencia religiosa, es decir en la pretensión injustificada de considerarse salvados por sus propios méritos y no por la gracia de Dios.
El profeta Ezequiel le llama la atención a su pueblo, la situación era extremadamente precaria luego de la primera deportación en el año 597 aC. Los líderes del pueblo habían sido obligados a marchar a tierras extranjeras y vivían en condiciones difíciles. La situación en Jerusalén era muy volátil. La falta de discernimiento, la manipulación de los sentimientos patrióticos y el oportunismo de los nuevos líderes los dejaban a la merced de una nueva y devastadora intervención de Babilonia como efectivamente ocurrió en el año 587 aC. En medio de tanta tensión, caos y confusión el profeta hace un llamado a la cordura y al buen juicio. La falsa consciencia religiosa estaba inflando los planes de las autoridades del Templo y de los altos funcionarios de la corte. Se consideraban a sí mismos propietarios de la salvación y personas más allá del “bien y del mal”. Ezequiel los llama a la humildad y a la honestidad, al servicio al pueblo y a la justicia, a cumplir con el fundamento jurídico y ético de la alianza de Yahvé con su pueblo.
La parábola que hoy nos propone Jesús, denuncia igualmente la falsa conciencia religiosa. La viña es la realidad del mundo, en la que el trabajo siempre es arduo y urgente. A esa viña el Padre envía a sus dos hijos. La respuesta y el accionar de los dos son distintos. Un hermano dijo que sí, muy dispuesto, pero sus hechos desmintieron sus palabras; su palabra verdadera, su palabra práctica, fue un no. El otro hermano pareció estar desde el principio fuera del camino de la salvación, por sus palabras negativas e inaceptables; pero dejando aparte sus palabras, fue a la viña, e «hizo» la voluntad del Padre.
Sólo el compromiso del que inicialmente se había negado al trabajo nos permite descubrir quién actúo coherentemente. De este modo Jesús denuncia a aquellos dirigentes y a todo el pueblo que públicamente se compromete a servir al Señor, pero que es incapaz de obrar de acuerdo con sus palabras.
Esta parábola plantea un dilema que pone al descubierto la praxis de sus oyentes y que, leída a la luz de los acontecimientos de la época de Jesús nos muestra cómo los que eran considerados pecadores por el aparato religioso eran, en realidad, los únicos atentos a la voz del profeta. La conversión no es un asunto de solemnes proclamas o de prolongados ejercicios piadosos, sino un llamado impostergable a la justicia y al discernimiento.
Las palabras de Jesús herían la sensibilidad religiosa de sus contemporáneos que se consideraban auténticos seguidores de Yahvé e inigualables hombres de fe, porque colocaba delante de ellos el testimonio de aquellas personas que eran consideradas una lacra social: las prostitutas y los publicanos.
Jesús ridiculiza todas esas valoraciones lanzadas desde los pedestales del sistema religioso y muestra, con los hechos, que ni siquiera la presencia de un profeta tan grande como Juan Bautista es capaz de transformar las conciencias anquilosadas y estériles de aquellos que se consideran salvados únicamente por el alto cargo que ejercen en el aparato religioso.
En el evangelio se hace evidente la tragedia de los que se creen justos. Los sumos sacerdotes y los ancianos del templo no acogen el mensaje de penitencia. Creen que no tienen necesidad de él. Ellos observan la ley, se consideran justificados, practican las normas externas y se muestran seguros de su excelencia; los otros eran pobres ignorantes de la ley. ¡Cuán errados estaban! Al excluirse del grupo de los pecadores, se auto-excluían de la misericordia de Dios, de su perdón y su eterna bondad. Por ello, con sus palabras decían “sí” a la voluntad de Dios, pero sus obras no eran buenas, no practicaban la justicia y el derecho, eran hipócritas, sepulcros blanqueados, no amaban la verdad. En cambio, los pecadores públicos, aquellos que claramente habían dicho “no” a Dios y a su voluntad, al escuchar la predicación del Bautista, cambian, se arrepienten, se sienten interpelados en su conducta, se dan cuenta de su miseria moral delante del poder y la majestad de Dios, y se convierten.
Aquí, es importante recordar las palabras de la encíclica: “Todo hombre, por tanto, es invitado a convertirse y creer en el amor misericordioso predicado por El (por Cristo); el Reino crecerá en la medida en que cada hombre aprenda a dirigirse a Dios como a un Padre en la intimidad de la oración y se esfuerce en cumplir su voluntad” (Juan Pablo II, Redemptoris missio 13). En realidad se nos muestra que “todos estamos necesitados de conversión”. No hay quien pueda arrojar, sin pecado, la primera piedra.
Cada día debemos convertirnos un poco más al Padre de las misericordias. Es necesario entrar dentro de nosotros mismos para ver cuál es la “adecuación” entre nuestro ser, nuestra identidad como hombres y como cristianos, y nuestro obrar diario (examen de conciencia). La falta del sentido del pecado, que es uno de los grandes males de nuestra época, se debe, en parte, a esta incapacidad para entrar dentro de nuestro corazón y ver que, junto a cosas muy buenas, hay también desamor, infidelidad, menor correspondencia al amor de Dios.
Es importante que nuestra fe se exprese en obras. Ahora más que nunca, el mundo está necesitado de la manifestación de los hijos de Dios.
Como cristianos estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe.
El mundo está necesitado de que cada cristiano asuma su propia responsabilidad. A imitación de Cristo, nos corresponde emprender aquellas tareas que más dignifican al hombre, lo hacen más hombre, lo promueven en su dignidad.
Preguntas para la meditación ¿Qué me dice?
Los “dos hermanos” tan contrapuestos de la parábola de Jesús se dan en cada una de nuestras vidas. A veces decimos que sí, pero es que no, y otras veces decimos no, pero resulta que sí…
Sólo Jesús fue, «sólo sí sin sombra de no»…
¿Pasan estas situaciones contrapuestas en mi vida?
¿Cuáles son las cosas en las que me cuesta más cumplir la voluntad de Dios?
¿Qué podría hacer para cambiar de actitud, para dar más coherencia a mi vida?
ORACION
Señor ayúdame a tener un corazón dispuesto a cambiar, a descubrir mis actitudes de encierro en mis debilidades y pecados.
No quiero ser falso y decir sí, cuando no hago lo que me pides, que no sea un cristiano de ritualismos, sino de corazón.
Enséñame Señor a cumplir tu voluntad, enséñame tus caminos, dame la gracia de poder convertirme a Ti.
SANTORAL: 30 de Setiembre “San Jerónimo”
Nació en Estridón, ciudad de Yugoslavia, en el año 332. El papa Liberio lo bautiza a los 20 años y allí comienza a viajar. De Roma se encamina a Tréveris donde descubre la vida monástica y la literatura cristiana. Pero él ansía la luz se hace hombre del desierto, su vida de ayuno, vigilias, oración y lágrimas. En el año 386, se halla en Belén, reza ayuna, lee y escribe. Por encargo del Papa san Damaso traduce la Biblia al latín. Se dice de él que fue el Padre de la Iglesia que más estudió Las Sagradas Escrituras y que las interpretó como nadie, murió el 30 de setiembre de 420 con casi noventa años.
Para recordar:
Este domingo celebramos el Día Bíblico Nacional, donde la Palabra de Dios debe presidir nuestra vida, nutrirnos, guiarnos, sostenernos y animarnos; ya que escuchando la Palabra de Dios y siendo buenos discípulos, podremos ser auténticos testigos y verdaderos misioneros. Pero para responder bien primero hay que escuchar bien. ¡Escuchemos con atención la Palabra de Dios! (Obispado Avellaneda-Lanús). Nos reunimos en la Casa Santa Teresa (Belgrano 658 – Avellaneda) a las 16 hs.
Lecturas de la semana:
LUNES 29: Daniel 7, 9-10- 13-14, Salmo 137, Juan 1, 47-51.
MARTES 30: Job, 1-3.11-17.20-23; Salmo 87; Lucas 9, 51-56.
MIERCOLES 1: Job 9, 1-12.14-16; Salmo 87, Lucas 9, 57-62.
JUEVES 2: Éxodo 23, 20-23; Salmo 90; Mateo 18, 1-5. 10.
VIERNES 3: Job 1. 12-21; 40, 3-5; Salmo 138, Lucas 10, 13-16.
SABADO 4: Job 42, 1-3.5-6.12-17.; Salmo 118; Lucas 10, 17-24.
Nota: Basado en Lectio divina del CEBIPAL. El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y Maria y Catholic.net, Servicio Bíblico Latinoamericano. Siervas de los Corazones de Jesús y Maria
Impresión Librería “Del Rocío” Av. Mitre 6199 – Wilde – 4207-4785
Te esperamos los sábados a las 17 h.
para leer la Biblia en la Parroquia San José: Brandsen 4970 Villa DominicoCírculo Bíblico San José
¡Con su Palabra, Jesús se nos revela y sale a nuestro encuentro, para que experimentemos al Dios de la vida!
Intención para la evangelización ‐
Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia
El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.
"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"
"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8.
No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía.
Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.
Del libro de la Sabiduría 6, 12-16
Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean.
El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes.
La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.
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1 comentario:
Ayer estando en la reunión que celebraba el día bíblico escuche decir que la misericordia de Dios limpia nuestro corazón.
Que importante que en este momento pueda reflexionar sobre que cosas digo que se que son buenas a los ojos del Señor y no las hago por mi debilidades, por mi distracciones, necesito borrar todo eso de mi conciencia, "limpiarlo bien a fondo" y darme la oportunidad de seguir peregrinando a la casa de Dios por el camino de Cristo lleno de gracia y gozo, por eso te doy gracias Dios mio por hacerte presente en mi vida y llenarme de yu misericordia. Agustín
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