Lecturas del 19-9-10
Libro de Amós 8,4-7.
Escuchen esto, ustedes, los que pisotean al indigente para hacer desaparecer a los pobres del país. Ustedes dicen: "¿Cuándo pasará el novilunio para que podamos vender el grano, y el sábado, para dar salida al trigo? Disminuiremos la medida, aumentaremos el precio, falsearemos las balanzas para defraudar; compraremos a los débiles con dinero y al indigente por un par de sandalias, y venderemos hasta los desechos del trigo".
El Señor lo ha jurado por el orgullo de Jacob: Jamás olvidaré ninguna de sus acciones. Palabra de Dios
Salmo 112
R: Alaben al Señor, que alza al pobre.
¡Aleluya! Alaben, servidores del Señor, alaben el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor, desde ahora y para siempre. R
El Señor está sobre todas las naciones, su gloria se eleva sobre el cielo. ¿Quién es como el Señor, nuestro Dios, que tiene su morada en las alturas, y se inclina para contemplar el cielo y la tierra? R
El levanta del polvo al desvalido, alza al pobre de su miseria, para hacerlo sentar entre los nobles, entre los nobles de su pueblo. R
Primera Carta de San Pablo a Timoteo 2,1-8. Querido hermano: Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres,
por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna.
Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, porque él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, hombre él también,
que se entregó a sí mismo para rescatar a todos.
Este es el testimonio que él dio a su debido tiempo, y del cual fui constituido heraldo y Apóstol para enseñar a los paganos la verdadera fe. Digo la verdad, y no miento.
Por lo tanto, quiero que los hombres oren constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos ni discusiones.
Palabra de Dios
Evangelio según San Lucas 16,1-13
Decía también a los discípulos: "Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes.
Lo llamó y le dijo: '¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto'.
El administrador pensó entonces: '¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza.
¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!'.
Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: '¿Cuánto debes a mi señor?'.
'Veinte barriles de aceite', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez'. Después preguntó a otro: 'Y tú, ¿cuánto debes?'. 'Cuatrocientos quintales de trigo', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo y anota trescientos'.
Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.
Pero yo les digo: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas.
El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho.
Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien?
Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?
Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero".
Palabra del Señor.
Reflexión:
Esta parábola –no siempre bien interpretada- va dirigida a los que son amigos del dinero, su verdadero Dios. El personaje central es el administrador de un propietario de tierras, es como un drama en miniatura, lleno de movimiento y de cambios de escena.
La primera tiene como actores al administrador y a su señor y concluye con un despido tajante: «Ya no puedes ser administrador». Éste no esboza siquiera una autodefensa. Tiene la conciencia sucia y sabe perfectamente que de lo que se ha enterado el patrón es cierto.
La segunda escena es un soliloquio del administrador que se acaba de quedar solo. No se da por vencido; piensa enseguida en soluciones para garantizarse un futuro.
La tercera escena –el administrador y los campesinos— revela el fraude que ha ideado con ese fin: «“¿Tú cuánto debes?” Respondió: “Cien cargas de trigo”. Le dijo: “Toma tu recibo y escribe ochenta”».
Un caso clásico de corrupción y de falsa contabilidad que nos hace pensar en frecuentes episodios parecidos en nuestra sociedad, si bien a escala mucho mayor.
La conclusión es desconcertante: «El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente». ¿Es que Jesús aprueba o alienta la corrupción?
Representa, como tantas otras, un caso extremo: un hombre que está a punto de ser despedido de su trabajo y que necesita actuar urgentemente para garantizarse el futuro, antes de quedarse sin empleo. Para ello plantea una estrategia. Acusado de derrochar los bienes de su amo, causa por la que se va a quedar sin trabajo, decide rebajar la cantidad de la deuda de cada uno de los acreedores de su amo, renunciando a la comisión que le pertenece como administrador.
Es sabido que los administradores no recibían en Palestina un sueldo por su gestión, sino que vivían de la comisión que cobraban, poniendo con frecuencia intereses desorbitados a los acreedores.
La actuación de administrador debe entenderse así: el que debía cien barriles de aceite había recibido prestados cincuenta nada más, los otros cincuenta eran la comisión correspondiente a la que el administrador renuncia con tal de granjearse amigos para el futuro.
Renunciando a su comisión, el administrador no lesiona en nada los intereses de su amo. De ahí que el amo lo felicite por saber garantizarse el futuro dando el “injusto dinero” a sus acreedores.
El amo alaba la estrategia de aquel “administrador de lo injusto”, calificativo que se da en el evangelio de Lucas al dinero, pues, en cuanto acumulado, procede de injusticia o lleva a ella.
Para Lucas, todo dinero es injusto. Ahora bien: si uno lo usa –desprendiéndose de él- para "ganarse amigos", hace una buena inversión no en términos bursátiles, ni bancarios, sino en términos humanos cristianos. El injusto dinero, como encarnación de la escala de valores de la sociedad civil, sirve de piedra de toque para ensayar la disponibilidad del discípulo a poner al servicio de los demás lo que de hecho no es suyo, sino que se lo ha apropiado en detrimento de los desposeídos y marginados.
El “injusto dinero” es calificado en la conclusión de la parábola como "lo de nada" y "lo ajeno", en cuanto opuesto a "lo que vale de veras, lo importante, lo vuestro”. Y “lo que vale de veras” no es el don del dinero, sino el del Espíritu de Dios que comunica vida a los suyos (“cuánto más el Padre del cielo dará Espíritu Santo a los que se lo piden”, cf. Lc 11,13). Eso sí, para recibir el Espíritu (que es comunicación de la vida de Dios que potencia al hombre) se requiere el desprendimiento y la generosidad hacia los demás (11,34-36).
La parábola termina con esta frase lapidaria: “No pueden servir a Dios y al dinero”. La piedra de toque de nuestro amor a Dios es la renuncia al dinero. El amor al dinero es una idolatría. Hay que optar entre dos señores: no hay término medio. El campo de entrenamiento de esta opción es el mundo, la sociedad, donde los discípulos de Jesús tienen que compartir lo que poseen con los que no lo tienen, con los oprimidos y desposeídos, los desheredados de la tierra.
El afán de dinero es la frontera que divide el mundo en dos; es la barrera que nos separa de los otros y hace que el mundo esté organizado en clases antagónicas: ricos y pobres, opresores y oprimidos; el ansia de dinero es el enemigo número uno que imposibilita que el mundo sea una familia unida donde todos se sienten a la mesa de la vida. Por eso el discípulo, para garantizarse el futuro, debe estar dispuesto en el presente a renunciar al dinero que lleva a la injusticia y hace imposible la fraternidad.
«La vida –decía un filósofo antiguo— a nadie se le da en propiedad, sino a todos en administración» (Séneca).
Somos todos los «administradores»; por ello debemos hacer como el hombre de la parábola. Él no dejó las cosas para mañana, no se durmió. Está en juego algo más importante como para confiarlo al azar.
Meditación:
El mensaje de Jesús es claro: “no podemos servir a Dios y al dinero”. ¿De qué lado me coloco yo? ¿Cómo vivo personalmente mi relación con los bienes temporales? ¿Me esclavizan? ¿Trato de contemporizar y servir a los dos?
- En situaciones de pobreza y de exclusión, ¿somos una comunidad que está al servicio del Dios de la Vida?
Septiembre Mes de la Biblia
“TU PALABRA NOS DA VIDA”
La esperanza del Pueblo amado por Dios.
2. La predicación de Cristo continúa en la Iglesia
El autor de la epístola a los Hebreos escribía bastante tiempo después de la muerte de Jesús, por lo tanto mucho después de que Él hubiera dejado de hablar; sin embargo dice que Dios nos ha hablado por medio del Hijo «en estos últimos tiempos». Así que considera los días en que vive como parte de los «días de Jesús». Por eso, un poco más adelante, citando la palabra del Salmo «Si oís hoy su voz no endurezcáis vuestros corazones», la aplica a los cristianos diciendo: «¡Mirad hermanos! Que no haya en ninguno de vosotros un corazón maleado por la incredulidad que le haga apostatar de Dios vivo; antes bien exhortaos mutuamente cada día mientras dure este hoy» (Hb 3, 7s.).
Dios habla, por lo tanto, también hoy en la Iglesia, y habla «por medio del Hijo». «Dios -se lee en la Dei Verbum--, que habló en otro tiempo, habla sin intermisión con la Esposa de su amado Hijo; y el Espíritu Santo, por quien la voz del Evangelio resuena viva en la Iglesia, y por ella en el mundo, va induciendo a los creyentes en la verdad entera, y hace que la palabra de Cristo habite en ellos abundantemente».
¿Pero cómo y dónde podemos oír esta «voz suya»? La revelación divina está cerrada; en cierto sentido, ya no hay más palabras de Dios. Más he aquí que descubrimos otra afinidad entre Palabra y Eucaristía. La Eucaristía está presente en toda la historia de la salvación: en el Antiguo Testamento, como figura (el cordero pascual, el sacrificio de Melquisedec, el maná), en el Nuevo Testamento, como evento (la muerte y resurrección de Cristo), en la Iglesia, como sacramento (la Misa)….. (continuará)
Avisos parroquiales
Día de la Biblia
Con la idea de celebrar el Día de la Biblia, nos encontraremos el 26 de Septiembre a las 15:00 hs. , en la Parroquia San José, ubicada en la Calle Brandsen 4970 Villa Domnico. Allí trabajaremos el subsidio para la lectura orante de La Sagrada Escritura, que tiene como lema:
“TU PALABRA NOS DA VIDA”
La esperanza del Pueblo amado por Dios.
Lecturas de la semana:
LUNES 20: Proverbios 3, 27-34; Salmo 14; Lucas 8, 16-18.
MARTES 21: Éfeso 4, 1-7. 11-13, Salmo 18; Mateo 9, 9-13
MIERCOLES 22: Proverbios 30, 5-9; Salmo 118; Lucas 9, 1-6.
JUEVES 23: Eclesiastés 1, 2-11; Salmo 89; Lucas 9, 7-9.
VIERNES 24: Judit 15, 8-10; 16, 13-14; Salmo Lc. 1, 46-55; Juan 19, 25-27.
SABADO 25: Eclesiastés 11, 9—12, 8; Salmo 89; Lucas 9, 43b-45.
Aclaración: Se han utilizado para la preparación del presente: El libro del Pueblo de Dios. Lectionautas. Servicio Bíblico Latinoamericano. P Raniero Cantalamessa.
Impresión Librería “Del Rocío” Av. Mitre 6199 – Wilde – 4207-4785
Te esperamos los sábados 15:30 h.
Para Compartir la Palabra de Jesús,
en la Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Dominico.
Círculo Bíblico San José
http://miencuentroconjesus1.blogspot.com/
miencuentroconjesus@yahoo.com.ar
¡Con su Palabra, Jesús se nos revela y sale a nuestro encuentro, para que experimentemos al Dios de la vida!
Intención para la evangelización ‐
Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia
El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.
"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"
"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8.
No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía.
Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.
Del libro de la Sabiduría 6, 12-16
Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean.
El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes.
La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.
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