Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Vigésimo sexto domingo durante el año


Lecturas del 30-09-12
– Ciclo B –
“Jesús nos enseña a vivir con tolerancia y radicalidad”
 
Lectura del libro de los Números 11, 25-29
Entonces el Señor descendió en la nube y le habló a Moisés. Después tomó algo del espíritu que estaba sobre él y lo infundió a los setenta ancianos. Y apenas el espíritu se posó sobre ellos, comenzaron a hablar en éxtasis; pero después no volvieron a hacerlo.    
Dos hombres -uno llamado Eldad y el otro Medad- se habían quedado en el campamento; y como figuraban entre los inscritos, el espíritu se posó sobre ellos, a pesar de que no habían ido a la Carpa. Y también ellos se pusieron a hablar en éxtasis.
Un muchacho vino corriendo y comunicó la noticia a Moisés, con estas palabras: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento.»               
Josué, hijo de Nun, que desde su juventud era ayudante de Moisés, intervino diciendo: «Moisés, señor mío, no se lo permitas.»      
Pero Moisés le respondió: «¿Acaso estás celoso a causa de mí? ¡Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor, porque él les infunde su espíritu!»  Palabra de Dios.
 
Salmo  18
R. Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón.
 
La ley del Señor es perfecta,  reconforta el alma; el testimonio del Señor es verdadero,  da sabiduría al simple.  R.
La palabra del Señor es pura,  permanece para siempre; los juicios del Señor son la verdad,  enteramente justos.  R.
También a mí me instruyen: observarlos es muy provechoso.  Pero ¿quién advierte sus propios errores?  Purifícame de las faltas ocultas.  R.
Presérvame, además, del orgullo,  para que no me domine: entonces seré irreprochable  y me veré libre de ese gran pecado.  R.
  
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 1-6 
Ustedes, los ricos, lloren y giman por las desgracias que les van a sobrevenir. Porque sus riquezas se han echado a perder y sus vestidos están roídos por la polilla. Su oro y su plata se han herrumbrado, y esa herrumbre dará testimonio contra ustedes y devorará sus cuerpos como un fuego. ¡Ustedes han amontonado riquezas, ahora que es el tiempo final! Sepan que el salario que han retenido a los que trabajaron en sus campos está clamando, y el clamor de los cosechadores ha llegado a los oídos del Señor del universo.
Ustedes llevaron en este mundo una vida de lujo y de placer, y se han cebado a sí mismos para el día de la matanza. Han condenado y han matado al justo, sin que él les opusiera resistencia.
Palabra de Dios.
  
Evangelio según san Marcos 9, 38-43. 45. 47-50
Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros.»
Pero Jesús les dijo: «No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros.              
Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.                
Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.         
Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena.
Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.» 
Porque cada uno será salado por el fuego. La sal es una cosa excelente, pero si se vuelve insípida, ¿con qué la volverán a salar? Que haya sal en ustedes mismos y vivan en paz unos con otros». Palabra del Señor.
 
Reflexión   
 “No es de los nuestros”
Hacia una comunidad alternativa: tolerancia y radicalidad
 
Quizá en tiempos de Jesús, y bien seguro en los años posteriores, algunos de los muchos taumaturgos, exorcistas y curanderos del mundo judío o griego debió de usar su nombre en las prácticas de curación y expulsión de demonios.  Los discípulos –o las comunidades cristianas posteriores- se creen en la obligación de impedirlo como si se tratara de una usurpación.  Con la actitud intransigente y sectoría pretenden tener monopolio sobre Jesús.  Se consideran los dueños de su causa, e intentan parar a los que actúan fuera de su grupo, especialmente si triunfan.  Es la tentación del exclusivismo, del monopolio, del capitalismo.
 
En este episodio del exorcista sin credenciales, Jesús sale al encuentro de esos primeros gestos de intransigencia entre sus discípulos.  El relato nos descubre el egoísmo del grupo, del temor mezquino a la competencia de los otros, el creerse en posesión de la verdad, en fin, al discípulo ruin y cicatero, profundamente inseguro, que soporta con dificultad que el Espíritu sople donde quiera.
 
Pero la causa de Jesús, el reino de Dios, excede con mucho los límites de la comunidad y de la misma Iglesia.  Ni los discípulos entonces, ni las comunidades cristianas y la Iglesia hoy, tienen la exclusiva del proyecto de Dios en el mundo.  El Espíritu de Dios no se encierra en grupos o instituciones, sino que es soberanamente libre.
 
El sectarismo y la intolerancia no tienen sitio en la comunidad cristiana.  No puede haber envidias porque otros hagan el bien. ¡Lo que interesa es que el bien sea hecho!  Nuestros auténticos amigos y aliados son los que hacen el bien, los que expulsan demonios, aunque no sean de nuestro grupo. El discípulo de ayer y hoy, ha de saber valorar y trabajar codo a codo, con todo el que hace el bien y lucha por un mundo más justo, fraternal, aunque no esté adscrito  a su comunidad, ni tenga su credo, ni pertenezca a su iglesia, grupo o partido.  Y es que “el que no está contra nosotros, está a favor nuestro”.
 
Los cristianos deberíamos valorar con gozo los logros humanos, grandes o pequeños, y todos los triunfos de la justicia que se alcanzan en el campo político, económico o social, por efímeros que nos puedan parecer.  Lejos de creernos portadores únicos de salvación, debemos acoger con gozo esa corriente de salvación que se abre camino en la historia de la humanidad, no sólo en la Iglesia sino también junto a ella y más allá de sus muros e instituciones.
 
En la comunidad de Jesús nada es trivial: los hechos más pequeños e insignificantes, se han tenido en cuenta a las personas y han sido una ayuda para ellas, no quedarán sin recompensa. Poner dificultades a los débiles, escandalizar a los pequeños, hacerles perder la fe en las posibilidades del reino no encaja con la buena noticia.
 
Escándalo significa “la piedra con la que se puede tropezar”.  Tradicionalmente se ha visto el escándalo, sobre todo, en la corrupción de las costumbres, en las modas y espectáculos provocativos y en todo aquello que turbara los hábitos sociales en el campo del sexo.  Pero escandaliza todo aquel que con su actuación obstaculiza o hace más difícil la vida digna y humana de actuar al margen de la propia conciencia; escandaliza todo aquel que incita a una vida inmoral.  En este sentido, hoy vivimos en una sociedad “escandalosa” en la que se estimula hacia actuaciones poco humanas.
 
La desigualdad económica y social es hoy escandalosa, y está llevando al individualismo, a la insolidaridad y a la marginación de los débiles. Estrategias poco transparentes, enfrentamiento mezquino y manejos turbios al margen del bien común son un escándalo para muchos ciudadanos y están llevando al desaliento, la inhibición y la desconfianza en las instituciones públicas.  La agresividad, las descalificaciones destructivas, la violencia verbal de los políticos, la falta de libertades, las amenazas y actos de terror que algunos sufren son un escándalo para nuestra sociedad, que necesita urgentemente modelos públicos de diálogo, solidaridad y colaboración en el bien común. 
 
Una Iglesia que anuncia y proclama la buena noticia, el acercamiento a los excluidos, el respeto a los derechos humanos, pero que después no los respeta en su interior, y que aparece a los ojos de la sociedad con ostentación, poder y riqueza, también escandaliza.
 
Los cristianos hemos de tener muy presente la grave advertencia de Jesús que nos pone en guardia ante el escándalo.  El Reino (=la vida) es algo absoluto.  Cuando está en juego, hay que saber elegir, y elegir bien.
 
Por eso, no a las medias tintas, sí a la radicalidad.  En la comunidad de Jesús no se funciona a “medias tintas”.  Quien ha quedado fascinado por Dios y su Reino lo subordina todo a ellos.
El texto nos invita a ser radicales, a ir a la raíz cuando los que están en juego es entrar en la vida, y nos enseña que ante el don del Reino no valen las medias tintas.
 
La regla de la convivencia es que cada parte acepte la existencia de las otras y adopte la actitud del respeto y el servicio y, evite prepotencia, victimismos, escándalos y justificaciones.  Ser para los demás, servir, ésta es la cuestión, esto es a convivir en paz.
 
Ser gente con sal.  La sal tenía y tiene importancia en muchas culturas.  En Biblia se utiliza como símbolo de duración y valor, en cuanto sirve para purificar, condimentar y conservar; y precisamente por esto se pone en relación con Dios, mientras el hedor y corrupción llevan el pensamiento a los demonios, que en las costumbres orientales son arrojados con sal. Por eso la sal era usada abundantemente en celebraciones y ritos religiosos.
 
En la comunidad alternativa, cada uno ha de ser sal, y dar ese punto de sabor a las cosas que las hace deleitables y que la conserva impidiendo su putrefacción.  Cada uno ha de tener un cierto “salero” que haga agradable la vida comunitaria.  Sólo cuando seamos sal los unos para con los otros la comunidad podrá vivir en paz.
 
Padre Daniel Silva


Año de la Fe: Carta  Apostólica Pota Fidei del Sumo Pontífice Benedicto XVI
 
El Papa Benedicto XVI convoca al año de la fe que Comenzará el 11 de octubre de 2012, en el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el 24 de noviembre de 2013
 
Como se puede ver, el conocimiento de los contenidos de la fe es esencial para dar el propio asentimiento, es decir, para adherirse plenamente con la inteligencia y la voluntad a lo que propone la Iglesia. El conocimiento de la fe introduce en la totalidad del misterio salvífico revelado por Dios. El asentimiento que se presta implica por tanto que, cuando se cree, se acepta libremente todo el misterio de la fe, ya que quien garantiza su verdad es Dios mismo que se revela y da a conocer su misterio de amor.
Por otra parte, no podemos olvidar que muchas personas en nuestro contexto cultural, aún no reconociendo en ellos el don de la fe, buscan con sinceridad el sentido último y la verdad definitiva de su existencia y del mundo. Esta búsqueda es un auténtico «preámbulo» de la fe, porque lleva a las personas por el camino que conduce al misterio de Dios. La misma razón del hombre, en efecto, lleva inscrita la exigencia de «lo que vale y permanece siempre». Esta exigencia constituye una invitación permanente, inscrita indeleblemente en el corazón humano, a ponerse en camino para encontrar a Aquel que no buscaríamos si no hubiera ya venido. La fe nos invita y nos abre totalmente a este encuentro.
 
11. Para acceder a un conocimiento sistemático del contenido de la fe, todos pueden encontrar en el Catecismo de la Iglesia Católica un subsidio precioso e indispensable. Es uno de los frutos más importantes del Concilio Vaticano II. En la Constitución apostólica Fidei depositum, firmada precisamente al cumplirse el trigésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, el beato Juan Pablo II escribía: «Este Catecismo es una contribución importantísima a la obra de renovación de la vida eclesial... Lo declaro como regla segura para la enseñanza de la fe y como instrumento válido y legítimo al servicio de la comunión eclesial»
Precisamente en este horizonte, el Año de la fe deberá expresar un compromiso unánime para redescubrir y estudiar los contenidos fundamentales de la fe, sintetizados sistemática y orgánicamente en el Catecismo de la Iglesia CatólicaEn efecto, en él se pone de manifiesto la riqueza de la enseñanza que la Iglesia ha recibido, custodiado y ofrecido en sus dos mil años de historia. Desde la Sagrada Escritura a los Padres de la Iglesia, de los Maestros de teología a los Santos de todos los siglos, el Catecismo ofrece una memoria permanente de los diferentes modos en que la Iglesia ha meditado sobre la fe y ha progresado en la doctrina, para dar certeza a los creyentes en su vida de fe.
En su misma estructura, el Catecismo de la Iglesia Católica presenta el desarrollo de la fe hasta abordar los grandes temas de la vida cotidiana. A través de sus páginas se descubre que todo lo que se presenta no es una teoría, sino el encuentro con una Persona que vive en la Iglesia.
Continúa ….
 
 
Lunes 1 de Octubre: Acto de clausura presidido por Mons. Rubén Oscar Frassia: “El diálogo de la Iglesia con el mundo”, Con la participación de destacados conferencistas e invitación a autoridades civiles y de instituciones de nuestra Diócesis
Horario: de 19.30 a 22 hs, Teatro Roma Sarmiento 101 – Avellaneda. Entrada  libre y gratuita
 
 
Lecturas de la Semana
 
Lunes  1: Job.1, 6-22;  Sal 16; Lc. 9, 46-50.
Martes 2Ex. 23, 20-23;  Sal 90; Mt. 18, 1-5. 10.
Miércoles 3: Jb. 9, 1-12.14-16; Sal 87; Lc. 9, 57-62.
Jueves 4: Jb. 19, 21-27;  Sal 26; Lc. 10, 1-12.
Viernes 5: Jb.  38, 1.12-21;40. 3-5; Sal 138;  Lc. 10, 13-16.
Sábado 6: Jb. 42, 1-3.5-6.12-17; Sal 118; Lc. 10, 17-24.
 
Círculo Peregrinoqueremos compartir con vos la Palabra del Señor, por eso podemos ir a tu casa a visitarte a vos o algún familiar enfermo.
Lectio Divina: También podes venir para compartirla  el primer y tercer sábado de cada mes a las 16 hs. en:       
 
Círculo Bíblico San José
Parroquia San José:
Brandsen 4970 Villa Domínico.
 

6 comentarios:

Eclesalia dijo...

NADIE TIENE LA EXCLUSIVA DE JESÚS
JOSÉ ANTONIO PAGOLA,
26/09/12.- La escena es sorprendente. Los discípulos se acercan a Jesús con un problema. Esta vez, el portador del grupo no es Pedro, sino Juan, uno de los dos hermanos que andan buscando los primeros puestos. Ahora pretende que el grupo de discípulos tenga la exclusiva de Jesús y el monopolio de su acción liberadora.

Vienen preocupados. Un exorcista, no integrado en el grupo, está echando demonios en nombre de Jesús. Los discípulos no se alegran de que la gente quede curada y pueda iniciar una vida más humana. Solo piensan en el prestigio de su propio grupo. Por eso, han tratado de cortar de raíz su actuación. Esta es su única razón: “no es de los nuestros”.

Los discípulos dan por supuesto que, para actuar en nombre de Jesús y con su fuerza curadora, es necesario ser miembro de su grupo. Nadie puede apelar a Jesús y trabajar por un mundo más humano, sin formar parte de la Iglesia. ¿Es realmente así? ¿Qué piensa Jesús?

Sus primeras palabras son rotundas: “No se lo impidáis”. El Nombre de Jesús y su fuerza humanizadora son más importantes que el pequeño grupo de sus discípulos. Es bueno que la salvación que trae Jesús se extienda más allá de la Iglesia establecida y ayude a las gentes a vivir de manera más humana. Nadie ha de verla como una competencia desleal.

Jesús rompe toda tentación sectaria en sus seguidores. No ha constituido su grupo para controlar su salvación mesiánica. No es rabino de una escuela cerrada sino Profeta de una salvación abierta a todos. Su Iglesia ha de apoyar su Nombre allí donde es invocado para hacer el bien.

No quiere Jesús que entre sus seguidores se hable de los que son nuestros y de los que no lo son, los de dentro y los de fuera, los que pueden actuar en su nombre y los que no pueden hacerlo. Su modo de ver las cosas es diferente: “El que no está contra nosotros está a favor nuestro”.

En la sociedad moderna hay muchos hombres y mujeres que trabajan por un mundo más justo y humano sin pertenecer a la Iglesia. Algunos ni son creyentes, pero están abriendo caminos al reino de Dios y su justicia. Son de los nuestros. Hemos de alegrarnos en vez de mirarlos con resentimiento. Los hemos de apoyar en vez de descalificar.

Es un error vivir en la Iglesia viendo en todas partes hostilidad y maldad, creyendo ingenuamente que solo nosotros somos portadores del Espíritu de Jesús. El no nos aprobaría. Nos invitaría a colaborar con alegría con todos los que viven de manera evangélica y se preocupan de los más pobres y necesitados.

Misioneros Oblatos dijo...

El conjunto de las instrucciones a los discípulos

Después de haber confrontado a sus discípulos por el tema que venían conversando por el camino (9,33-34), Jesús les explica que el verdadero camino hacia la grandeza es el de la pequeñez humilde en el servicio (9,35-37); luego les fija el comportamiento con relación a los que no son de la comunidad (9,38-41), los previene expresamente sobre el escándalo (9,42-49) y finalmente los exhorta a ser pacíficos (9,50).

La estructura de los dichos del Señor que leemos hoy

Al principio les pone como meta el ser servidores de todos: “Si alguno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos” (9,35). Las enseñanzas siguientes parecen depender esta regla de vida que el Señor establece para su comunidad.


La imagen del “servidor” que se desprende de este dicho de Jesús, es la del “diákono”, es decir, un servidor de la mesa (ver Mc 1,31), una persona que no come junto con las otras sino que está pendiente todo el tiempo para que todos tengan lo que necesitan. El “servidor” (a diferencia del “esclavo”) es una persona que trabaja con gusto y está siempre atenta al bien de los demás, ella percibe lo que les hace falta y se ocupa de conseguirlo. Lo suyo, entonces, es ayudar sin imponerse límites, la única preocupación es el bien de los demás.


Pues bien, es a la luz de esta enseñanza fundamental, y a partir de la disposición interior que ella implica, que hay que resolver las tres situaciones y conflictos que se enumeran a continuación.

Misioneros Oblatos dijo...

El comportamiento con los de fuera de la comunidad (9,38-41)

Jesús le da un criterio a sus discípulos: donde se hace el bien en el nombre y con el nombre suyo, no hay que impedirlo.

Ahora bien, esto no quiere decir que una persona así esté siendo admitida automáticamente como discípula suya. Simplemente la corrección es puesta en horizonte más amplio:

(1) Es positivo el hecho de que esa persona se abstenga de hablar mal de él (9,39) y de agredirlo a él a y sus discípulos (9,40).

(2) Es positivo que una persona haga el bien, aún en lo más mínimo como es el dar un vaso de agua, con la conciencia de que los discípulos “son de Cristo” (9,41; ver Mateo 25,35), ya que tienen asegurada la recompensa.

Si es verdad, por una parte, que los discípulos están en estrecha relación con Dios (“son de Cristo”, 9,41a), también es verdad que Dios no sólo los bendice a ellos sino a todo el que hace el bien (“no perderá su recompensa”, 9,41b). Si este es un valor que Dios les reconoce a todos, entonces los discípulos deben hacer lo mismo.

De ahí que el gran parámetro del comportamiento de los discípulos también tenga vigencia en el campo conflictivo con los de fuera de la comunidad: “Ser el último de todos y el servidor de todos” (9,35).

Misioneros Oblatos dijo...

El comportamiento con los pequeños de la comunidad (9,42)

El campo de los conflictos ahora se amplía. Primero había sido por el tema de la autoridad dentro de la comunidad (9,34), luego por la intolerancia frente a las personas que no son discípulas de Jesús (9,38), de aquí en adelante será por los escándalos que eventualmente pueden surgir entre los cristianos (9,42-49).

En primer lugar se afronta el problema de los escándalos con los “pequeños que creen” en Jesús:

“Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar” (9,42).

Jesús cuida mucho a sus seguidores más “pequeños”: gente sencilla y vulnerable, los que tienen la fe más débil e insegura. Por eso muestra lo grave que el escandalizarlos (=poner piedra de tropieza), es decir, el apartarlos de la fe en Jesús (=sucumbe en su fe):


¿Cómo puede darse el “escándalo”? En dos textos de Marcos encontramos pistas:

- Según Mc 4,17, una persona puede perder la fe por causa de la tribulación y la persecución.

- Según Mc 14,27.29 se anuncia un “escándalo” que ocurre justamente en el momento de la captura de Jesús, cuando los Doce “sucumben” en su fe mediante la renuncia al seguimiento y el emprender la fuga (14,50).

El escándalo, entonces, se refiere a alejamiento de una persona de la persona de Jesús por causa de una palabra mal dicha o un comportamiento inadecuado por parte de un discípulo de Jesús.

La gravedad de la situación, Jesús la ilustra enseguida con imagen elocuente del castigo de una persona culpable: “Mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar” (9,42b). Sin duda que en las profundidades del mar una persona así estará lejos de afectar a alguien con su mal comportamiento.

Pero la cuestión va más a fondo todavía: las consecuencias, tanto para los victimarios como las víctimas, tanto para quien se equivoca como para quien hace equivocar, tienen que ver con la salvación o la perdición para siempre. Se dice drásticamente que es preferible estar muertos que cometer tales actos.

Tengamos en cuenta que Jesús en esta enseñanza no entra a describir los comportamientos que caben bajo el título “escándalo”, pero el contexto del pasaje deja entrever dos posibilidades:


(1) Las luchas por la autoridad (9,33-35): un discípulo puede pervertirse por su ambición de grandeza y arrastrar a otros por ese mismo camino. Evidentemente los más pequeños quedarán escandalizados.

(2) Los propios pecados (9,43-49): un discípulo puede involucrar a otros discípulos en sus mismas debilidades y caídas. ¡Esto es gravísimo!

También esta enseñanza está relacionada con la regla cristiana del servicio: un discípulo falta a este deber de manera ruin cuando escandaliza a los pequeños y los lleva a apartarse de Jesús y de su Palabra. El verdadero servicio siempre conduce a las demás personas a una relación más estrecha con Jesús.

Misioneros Oblatos dijo...

El comportamiento consigo mismo (9,43-48)

El conflicto ya no tiene que ver con los que no son cristianos, ni con los propios hermanos en la fe, sino consigo mismo: ¿Qué hacer cuando mi propio comportamiento me aleja del Señor?

Jesús expone tres ejemplos bien dicientes. En ellos se dice (1) qué es lo un órgano importante del cuerpo trata de hacer, (2) qué es lo que uno tiene quehacer y (3) qué es lo que está en juego si se continúa en la misma línea de comportamiento.


4.1.Tres órganos importantes relacionados con el pecado

Se trata de: mano, pies y ojo. Los tres están en pareja y cumplen una función importante para la persona entera.

El conflicto aparece cuando éstos quieren alejarlo a uno de Jesús y de su enseñanza mediante comportamientos negativos:

- El apego a la vida terrena (ver 8,34-35)

- El querer quedar siempre bien con los demás, aún sacrificando los valores del Reino (8,38)

- Las ganas de tener puestos y grandeza (9,34).

Estas tres actitudes, que son propias de la naturaleza humana, pueden terminar dominando todo el comportamiento de la persona, llevándolo a apartarse del camino de Jesús.

Por otra parte, está en juego la misión del discípulo, ya que en lugar de apartar a los “pequeños”, se le pide al discípulo que haga lo contrario. Él debe ofrecer:

- Una mano que los asegure,

- Una mirada que los ilumine,

- Un pie que apoye sus pasos vacilantes.

Cuando en vez de tender la mano, empuja; cuando el ojo guía hacia las tinieblas; cuando el pie arremete al hermano, ahí se da un escándalo.

4.2.Qué es lo que hay que hacer

Se debe tomar una decisión radical. No se puede aspirar a la connivencia entre el bien y el mal, no se puede pretender andar en los caminos de Jesús y al mismo tiempo con los antivalores. Puesto que el valor mayor para un discípulo es Jesús, es a él a quien buscará, aún a costa de grandes sacrificios. Lo que justifica el sacrificio es el hecho que hay un valor mayor; siendo así, este tipo de pérdida en la práctica es una ganancia: “Quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará” (8,35).

De ahí que un discípulo debe velar por su comportamiento, teniendo en cuenta la influencia que éste puede tener en el prójimo.

4.3.Lo que está en juego

Lo que está en juego, en última instancia, es la meta del camino: el “entrar en la vida” (=en el Reino) o el frustrar nuestra existencia (=lo que se llama infierno: el dolor insoportable, profundo y violento por no haber podido lograr la meta de la vida). Jesús usa la palabra “gehena” para designar el aspecto negativo: la “gehena” era un valle que quedaba al occidente de Jerusalén, que en otro tiempo sirvió para los sacrificios humanos en honra del dios Moloc; en los tiempos de Jesús era el local donde se quemaba la basura de la ciudad. Por eso la frase “arrojar a la gehena” es lo contrario del “entrar en la vida”, donde el término “vida” es en griego “zoé” y no “bios”, ya que se refiere ante todo a la vida de comunión con Dios.


Por lo tanto, el discipulado es un camino hacia la vida, una entrada en el Reino. Este es el sentido definitivo del “seguimiento” del camino de Jesús y si no era para llegar hasta la plenitud, entonces no tendría sentido.

Es aquí donde la enseñanza básica sobre el servicio a todos (8,35) se convierte también en un llamado de atención al necesario servicio a sí mismo: trabajar por la propia salvación velando hasta el final por la fidelidad al camino de Jesús.

Misioneros Oblatos dijo...

Releamos el Evangelio con un Padre de la Iglesia: San Agustín, Enarrat. in Ps., 127, 7)

“Allí no morirá su gusano y no se apagará el fuego que le devora” (Mc 9,48). Escuchando estas amenazas, que ciertamente impresionarán a los impíos, algunos, llenos de miedo, evitarán el pecado. Tienen miedo y por este miedo no cometen pecados. Son personas que temem (el castigo) pero todavía no aman la justicia. Sin embargo ese temor que los impulsa a abstenerse del pecado crea en ellos una inclinación constante por la justicia, y lo que antes era difícil comienza a gustar y se saborea la dulzura de Dios. A tal punto el hombre comienza a vivir en la justicia, no por temor de las penas sino por amor de la eternidad”.