Mi encuentro con Jesús
Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento… Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás. Flp. 2,2-4
Lecturas del 3 / 02 / 13
Libro del profeta Jeremías 1, 4-5. 17-19
En tiempos del rey Josías, la palabra del Señor llegó a mí en estos términos: «Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno, yo te había consagrado, te había constituido profeta para las naciones. En cuanto a ti, cíñete la cintura, levántate y diles todo lo que yo te ordene. No te dejes intimidar por ellos, no sea que te intimide yo delante de ellos. Mira que hoy hago de ti una plaza fuerte, una columna de hierro, una muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes de Judá y a sus jefes, a sus sacerdotes y al pueblo del país. Ellos combatirán contra ti, pero no te derrotarán, porque yo estoy contigo para librarte -oráculo del Señor- .» Palabra de Dios.
En tiempos del rey Josías, la palabra del Señor llegó a mí en estos términos: «Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno, yo te había consagrado, te había constituido profeta para las naciones. En cuanto a ti, cíñete la cintura, levántate y diles todo lo que yo te ordene. No te dejes intimidar por ellos, no sea que te intimide yo delante de ellos. Mira que hoy hago de ti una plaza fuerte, una columna de hierro, una muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes de Judá y a sus jefes, a sus sacerdotes y al pueblo del país. Ellos combatirán contra ti, pero no te derrotarán, porque yo estoy contigo para librarte -oráculo del Señor- .» Palabra de Dios.
Salmo 70
R. Mi boca anunciará tu salvación, Señor.
Yo me refugio en ti, Señor, ¡que nunca tenga que avergonzarme! Por tu justicia, líbrame y rescátame, inclina tu oído hacia mí, y sálvame. R.
Sé para mí una roca protectora, tú que decidiste venir siempre en mi ayuda, porque tú eres mi Roca y mi fortaleza. ¡Líbrame, Dios mío, de las manos del impío! R.
Porque tú, Señor, eres mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud. En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre; desde el seno materno fuiste mi protector. R.
Mi boca anunciará incesantemente tus actos de justicia y salvación, Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud, y hasta hoy he narrado tus maravillas. R.
Carta de Pablo a los Corintios 12, 31-13, 13 Hermanos: por su parte, aspiren a los dones más perfectos. Y ahora voy a mostrarles un camino más perfecto todavía. Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Porque tú, Señor, eres mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud. En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre; desde el seno materno fuiste mi protector. R.
Mi boca anunciará incesantemente tus actos de justicia y salvación, Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud, y hasta hoy he narrado tus maravillas. R.
Carta de Pablo a los Corintios 12, 31-13, 13 Hermanos: por su parte, aspiren a los dones más perfectos. Y ahora voy a mostrarles un camino más perfecto todavía. Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas. Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto. Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor. Palabra de Dios.
Santo Evangelio según San Lucas 4, 21-30
Jesús, en la sinagoga, dijo: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír.» Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es este el hijo de José?»
Pero él les respondió: «Sin duda ustedes me citarán el refrán: "Médico, cúrate a ti mismo". Realiza también aquí, en tu patria, todo lo que hemos oído que sucedió en Cafarnaúm.» Después agregó: «Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país. Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón. También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio.»
Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino. Palabra del Señor.
Reflexión
Queridos hermanos: Este compartir todos los domingos nos muestra que la Palabra de Dios nos une como Pueblo, de distintas comunidades, con distintas características pero COMUNIDADES UNIDAS EN UN SOLO ESPIRITIJ.
La figura que nos presentan es la del PROFETA.
PROFETA: el que habla por boca de otro.
El Profeta en la Sagrada Escritura es el que habla por boca de ESE OTRO QUE ES DIOS.
No es un adivino, ni un futurólogo como tantos que vemos en los medios, todo lo contrario, es ALGUIEN QUE TIENE LOS PIES EN LA TIERRA Y EL CORAZON EN EL CIELO, es alguien que observa la realidad, la analiza desde el Proyecto de Dios y saca las consecuencias en cuanto al futuro.
La primera lectura nos presenta la prédica del Profeta Jeremías, mal llamado "el profeta de la tristeza", le tocó, nada menos, que predecir la destrucción del Reino de Judá y la invasión de los asirios.
Ante el avance de Nabucodonosor, rey de los asirios, llama al pueblo a reconocer la supremacía de Nabucodonosor por considerarlo un instrumento de Dios para castigar los desvíos del pueblo judío. Por supuesto no solo no lo escucharon, sino que fue castigado de todas las formas por anunciar la caída de Jerusalén y, sobretodo echarles en caras sus pecados.
Y JERUSALEN CAE en el año 587 a.C. y, buena parte de la población fue al destierro.
Aparentemente fue un fracasado, solo después, cuando sufrieron el Exilio que les permitió reflexionar, se valoró su prédica y su persona.
Lo salvaron de morir repetidas veces hasta que sus discípulos se lo llevaron a Egipto, donde dice la tradición que murió.
El salmista expresa justamente la súplica confiada de aquel que sufre por su Fidelidad al Señor y que lo alienta porque esa Fidelidad no quedará defraudada, ya que el SEÑOR ES FIEL Y NO ABANDONARA A SU PUEBLO.
San Pablo, en continuidad con el domingo pasado donde exhortaba a los corintios a ser Solidarios entre sí, cierra esta prédica como "broche de oro" con este hermoso texto que conocemos como "El himno al Amor".
Claro que se refiere al AMOR DE DIOS que siempre está con el que lo busca, y formula lo que muchos siglos después la Iglesia proclamará como LAS VIRTUDES TEOLOGAS, FE, ESPERANZA Y CARIDAD.
En el Evangelio Lucas continúa con Jesús en la Sinagoga, cuando después de leer el pasaje de Isaías se identifica con el Mesías esperado.
Nos muestra la reacción de los que lo escuchaban: primero asombro: "¿no es el hijo de José?", "¿con qué autoridad habla?".
Jesús responde con otro texto de la Escritura donde se pone de manifiesto que el SEÑOR ELIGE A QUIEN QUIERE, porque no necesita un currículum sino un CORAZÓN PURO.
Por supuesto, lo echan de la Sinagoga con intenciones de matarlo, por eso, Jesús se identifica con Jeremías cuando dice ''Nadie es profeta en su tierra".
El Santo Padre Benedicto XVI nos llama, en este año de la Fe, a formarnos que, no necesariamente quiere decir que vayamos todos a la Facultad de Teología, pero sí que desarrollemos un SANO ESPIRITU CRITICO, no podemos permitir que nos quieran hacer creer que lo MALO ES BUENO.
Si no, tener una actitud profética, como Jeremías estar atentos a la realidad y analizarla desde el que
NUNCA SE EQUIVOCA Y QUE SOLO QUIERE QUE SEAMOS FELICES: DIOS, EN SUS TRES DIVINAS PERSONAS, claro, a lo mejor terminamos como Jeremías pero ES UNA OPCIÓN.
Meditamos:
a) ¿Recibimos en nuestras comunidades al hermano que, habiendo tenido las posibilidades de formarse y con el Espíritu de Dios nos quiere transmitir lo que ha recibido o le contestamos "aquí siempre se hizo así"?
b) ¿Cómo vivimos las Virtudes Teologales en nuestro tiempo?
Que María Sma. Esposa del Espíritu Santo nos alcance de Él un espíritu crítico.
San José, el Fiel Custodio nos proteja.
Santa Teresa de Jesús nos contagie su valentía.
Nos encontramos, Bendiciones para todos.
Prof. Martha Pereyra O.C.S.
Quédate conmigo, Señor.
Quédate conmigo, Señor, porque es necesario tenerte presente para que yo no te pueda olvidar. Tú sabes que tan fácilmente te abandono.
Quédate conmigo, Señor, porque yo soy débil y necesito de tu fortaleza, para que no caiga tan frecuentemente.
Quédate conmigo, Señor, porque Tú eres mi vida y sin Ti yo estoy sin fervor.
Quédate conmigo, Señor, porque Tú eres mi luz y sin ti yo estoy en la oscuridad. P. Pio
Tú y sólo tú
Sé firme en tus actitudes y perseverante en tu ideal. Pero sé paciente, no pretendiendo que todo te llegue de inmediato.
Haz tiempo para todo, y todo lo que es tuyo, vendrá a tus manos en el momento oportuno. Aprende a esperar el momento exacto para recibir los beneficios que reclamas. Espera con paciencia a que maduren los frutos para poder apreciar debidamente su dulzura.
No seas esclavo del pasado y los recuerdos tristes. No revuelvas una herida que está cicatrizada. No rememores dolores y sufrimientos antiguos. ¡Lo que pasó, pasó!
De ahora en adelante procura construir una vida nueva, dirigida hacia lo alto y camina hacia delante, sin mirar hacia atrás. Haz como el sol que nace cada día, sin acordarse de la noche que pasó. Sólo contempla la meta y no veas que tan difícil es alcanzarla.
No te detengas en lo malo que has hecho; camina en lo bueno que puedes hacer. No te culpes por lo que hiciste, más bien decídete a cambiar. No trates que otros cambien; sé tú el responsable de tu propia vida y trata de cambiar tú.
Deja que el amor te toque y no te defiendas de él. Vive cada día, aprovecha el pasado para bien y deja que el futuro llegue a su tiempo. No sufras por lo que viene, recuerda que “cada día tiene su propio afán”.
Busca a alguien con quien compartir tus luchas hacia la libertad; una persona que te entienda, te apoye y te acompañe en ella. Si tu felicidad y tu vida dependen de otra persona, despréndete de ella y ámala, sin pedirle nada a cambio.
Aprende a mirarte con amor y respeto, piensa en ti como en algo precioso. Desparrama en todas partes la alegría que hay dentro de ti. Que tu alegría sea contagiosa y viva para expulsar la tristeza de todos los que te rodean. La alegría es un rayo de luz que debe permanecer siempre encendido, iluminando todos nuestros actos y sirviendo de guía a todos los que se acercan a nosotros.
Si en tu interior hay luz y dejas abiertas las ventanas de tu alma, por medio de la alegría, todos los que pasan por la calle en tinieblas, serán iluminados por tu luz.
Si en tu interior hay luz y dejas abiertas las ventanas de tu alma, por medio de la alegría, todos los que pasan por la calle en tinieblas, serán iluminados por tu luz.
Trabajo es sinónimo de nobleza. No desprecies el trabajo que te toca realizar en la vida. El trabajo ennoblece a aquellos que lo realizan con entusiasmo y amor. No existen trabajos humildes. Sólo se distinguen por ser bien o mal realizados. Da valor a tu trabajo, cumpliéndolo con amor y cariño y así te valorarás a ti mismo.
Dios nos ha creado para realizar un sueño. Vivamos por él, intentemos alcanzarlo. Pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no podemos, quizás entonces necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas. Así, con otro aspecto, con otras posibilidades y con la gracia de Dios, lo haremos.
No te des por vencido, piensa que si Dios te ha dado la vida, es porque sabe que tú puedes con ella. El éxito en la vida no se mide por lo que has logrado, sino por los obstáculos que has tenido que enfrentar en el camino.
Tú y sólo tú escoges la manera en que vas a afectar el corazón de otros y esas decisiones son de lo que se trata la vida.
“Que este día sea el mejor de tu vida".
“Que este día sea el mejor de tu vida".
Mahatma Gandhi
Lecturas de la Semana
Lunes 4: Heb. 11, 32-40; Sal. 30; Mc. 5, 1-20.
Martes 5: Heb. 12, 1-4; Sal 21; Mc. 5,21-43.
Miércoles 6: Heb. 12,4-7.11-15; Sal 102; Mc.6, 1-6.
Jueves 7: Heb. 12, 18-19.21-24; Sal. 47; Mc. 6, 7-13.
Viernes 8: Heb. 13, 1-8; Sal 26; Mc. 6, 14-29.
Sábado 9: Heb. 13, 15-17.20-21; Sal. 22; Mc.6, 30-34.
Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las reflexiones: El libro del Pueblo de Dios. Unos momentos con Jesús y María.
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