Jesús dijo a la
multitud: "Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen
en seguida que va a llover, y así sucede. Y cuando sopla viento del sur, dicen
que hará calor, y así sucede.
¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿Cómo entonces no saben discernir el tiempo presente? ¿Por qué no juzgan ustedes
mismos lo que es justo? Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar
a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el
juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último
centavo." Palabra del señor.
Jesús nos invita a poner en práctica el buen discernimiento, es decir, la capacidad de poder comprender, juzgar y contemplar todos esos acontecimientos que nos van sucediendo en la vida y que tienen que ver con el paso de Dios entre nosotros y su acción salvadora.
Es necesario
preguntarnos con sinceridad si somos capaces de descubrir lo que Dios quiere
decirnos en todas estas cosas, para que de esta manera podamos encontrarnos con
su voluntad y hallar el verdadero camino hacia un proyecto de vida donde se
palpe la presencia del Reino.
Jesús se hace
presente en nuestra propia historia para invitarnos a la conversión a través de
una gran cantidad de signos: es importante clamar la presencia de su mismo
Espíritu para que nos conceda este don maravilloso que es el de la Sabiduría;
ese don nos ayudará a discernir.
Así deberíamos hacer nosotros con los acontecimientos de nuestra historia. Vos, ¿sabés distinguir cuáles son esos acontecimientos que hablan de la presencia de Dios en tu vida? Y a la vez, ¿cuáles son los que te apartan de su presencia? (donbosco.org.ar)
Ven Señor Jesús,
te necesito.
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