"Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí"
Hoy la Palabra, del evangelio de este domingo, me propone hacer un alto en mi camino y meditar como estoy en mi interior con las cosas que proceden de mi corazón:
«Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre.»
Me pregunto,cómo vivo el cristianismo: ¿Como una formalidad social que cumplir, un ritual más en las prácticas piadosas de una cultura o como una opción vital que requiere del compromiso íntegro de mi persona?
Siento que Jesús me invita a redescubrir la esencia del cristianismo, a sumarme en la construcción de la Utopía de Dios -lo que él llamaba «Malkuta Yavé», Reino de Dios- y desde mi libertad elegir vivir de acuerdo con los principios del evangelio, camino de Paz y Alegría.
Ven Señor Jesús, te necesitamos.
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