“Cristo
Vive”
Lecturas
12-5-19, Ciclo C
Ven, Espíritu Santo, a nuestros
corazones y enciende en ellos el fuego de tu amor, danos la gracia de leer y
reflexionar esta página del Evangelio para hacerlo memoria activa, amante y
operante en nuestra vida. Deseamos acercarnos al misterio de la persona de
Jesús. Por esto te pedimos, que abras los ojos de nuestra mente y de nuestro
corazón, para que podamos conocer la fuerza de su resurrección. Amén
“Ámense
los unos a los otros. Así como yo los he amado”.
Lectura Hechos
Apóstoles 14, 21b-27
Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía de Pisidia. Confortaron a sus discípulos y los exhortaron a perseverar en la fe, recordándoles que es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios. En cada comunidad establecieron presbíteros, y con oración y ayuno, los encomendaron al Señor en el que habían creído.
Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Luego anunciaron la Palabra en Perge y descendieron a Atalía. Allí se embarcaron para Antioquía, donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para realizar la misión que acababan de cumplir.
Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía de Pisidia. Confortaron a sus discípulos y los exhortaron a perseverar en la fe, recordándoles que es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios. En cada comunidad establecieron presbíteros, y con oración y ayuno, los encomendaron al Señor en el que habían creído.
Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Luego anunciaron la Palabra en Perge y descendieron a Atalía. Allí se embarcaron para Antioquía, donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para realizar la misión que acababan de cumplir.
A su llegada, convocaron a los miembros de la Iglesia y les contaron
todo lo que Dios había hecho con ellos y cómo había abierto la puerta de la fe
a los paganos. Palabra de Dios.
Salmo: 144
Salmo: 144
R. Bendeciré tu Nombre eternamente,
Dios mío, el
único Rey.
El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; el Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas. R.
Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder. R.
Así manifestarán a los hombres tu fuerza y el glorioso esplendor de tu reino: tu reino es un reino eterno, y tu dominio permanece para siempre. R.
Lectura libro del Apocalipsis 21, 1-5ª
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más. Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo. Y oí una voz potente que decía desde el trono: «Esta es la carpa de Dios entre los hombres: él habitará con ellos, ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será con ellos su propio Dios. El secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó.» Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Yo hago nuevas todas las cosas». Palabra de Dios.
Evangelio
según san Juan 13, 31-35
Durante la Última Cena, después que Judas salió del cenáculo, Jesús dijo: «Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto. Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes.
Durante la Última Cena, después que Judas salió del cenáculo, Jesús dijo: «Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto. Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes.
Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así
como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto
todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los
unos a los otros.» Palabra del Señor.
Reflexión
El testimonio del amor
El evangelio nos presenta unos versículos del gran discurso de
despedida de Jesús en la noche de la última Cena, donde el Maestro entrega su
testamento espiritual a los discípulos: el gran mandato del amor como signo
visible de la adhesión de sus discípulos a él y de la vivencia real y afectiva
de la fraternidad.
El mundo podrá identificar de qué comunidad se trata si los discípulos
guardan entre sí este mandato del amor. Jesús rescata la Ley, llevándola por
encima del cumplimiento al amor; quien ama demuestra que está cumpliendo con
los demás preceptos de la Ley. Es posible que en la comunidad primitiva se
hubiera discutido cuál debía ser su distintivo propio e inequívoco. Para eso
apelan a las palabras mismas de Jesús. En un mundo cargado de egoísmo, de envidias,
rencores y odios, la comunidad está llamada a dar testimonio de otra realidad
completamente nueva y distinta: el testimonio del amor.
Amistad dentro de la
Iglesia. “La
señal por la que los conocerán todos que son mis discípulos, será que se
amen unos a otros".
Este es el
testamento de Jesús. Nos habla de
un "mandamiento nuevo". ¿Dónde está la novedad? La consigna de amar
al prójimo está ya presente en la tradición bíblica. También filósofos
diversos hablan de filantropía y del amor a todo ser humano. La novedad está en
la forma de amar, propia de Jesús: "amensen como yo los he amado". Así se irá
difundiendo a través de sus seguidores su estilo de amar.
Lo primero que los discípulos han
experimentado es que Jesús los ha amado como a amigos: "No los llamo servidores
a ustedes, los he llamado amigos". En la Iglesia nos hemos de querer
sencillamente como amigos y amigas. Y entre amigos se cuida la igualdad,
la cercanía y el apoyo mutuo. Nadie está por encima de nadie. Ningún amigo es
señor de sus amigos.
Por eso, Jesús corta de raíz las ambiciones de sus discípulos cuando los ve discutiendo por ser los primeros. La búsqueda de protagonismos interesados rompe la amistad y la comunión. Jesús les recuerda su estilo: "no he venido a ser servido sino a servir". Entre amigos nadie se ha de imponer. Todos han de estar dispuestos a servir y colaborar.
Esta amistad vivida por los seguidores de
Jesús no genera una comunidad cerrada. Al contrario, el clima cordial y amable que
se vive entre ellos los dispone a acoger a quienes necesitan acogida y amistad.
Jesús les ha enseñado a comer con pecadores y gentes excluidas y
despreciadas. Les ha reñido por apartar a los niños. En la comunidad de Jesús
no estorban los pequeños sino los grandes.
Un día, el mismo Jesús que señaló a Pedro
como "Roca" para construir su Iglesia, llamó a los Doce, puso a un
niño en medio de ellos, lo estrechó entre sus brazos y les dijo: "El
que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí".
En la Iglesia querida por Jesús, los más pequeños, frágiles y vulnerables han de estar en el centro de la atención y los cuidados de todo.
En la Iglesia querida por Jesús, los más pequeños, frágiles y vulnerables han de estar en el centro de la atención y los cuidados de todo.
En Cristo somos capaces de un amor sobrenatural, la plenitud de la vida
para la que fuimos creados:
¿Cuál es la medida del amor?
Amor: Dios es amor. Dios es la fuente infinita del amor. Dios creó
al hombre por amor. Lo creó a Su imagen, es decir, capaz de amar y ser amado.
Todo amor verdadero es compartir el amor de Dios según sus designios.
Amar es dar: Dios nos lo ha dado todo con la Creación.
Amar es comunicarse: Dios se nos ha comunicado con la
Revelación.
Amar es hacerse semejante al amado: Dios se ha hecho uno de nosotros en la Encarnación.
Amar es hacerse semejante al amado: Dios se ha hecho uno de nosotros en la Encarnación.
Amar es sacrificarse por el amado: Dios nos ha dado su vida en la
Redención.
Amar es obsequiar al amado: Dios nos da el supremo bien de la Salvación.
Amor y la Cruz. Dios es amor y su amor es el secreto de nuestra felicidad. Ahora bien, para entrar en este misterio de amor no hay otro camino que el de perdernos, entregarnos, el camino de la Cruz. «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame» (Marcos 8, 34)»
Amar es obsequiar al amado: Dios nos da el supremo bien de la Salvación.
Amor y la Cruz. Dios es amor y su amor es el secreto de nuestra felicidad. Ahora bien, para entrar en este misterio de amor no hay otro camino que el de perdernos, entregarnos, el camino de la Cruz. «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame» (Marcos 8, 34)»
Nada ni nadie nos puede apartar del amor de Dios
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la
angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la
espada? Romanos 8:35
El amor no es algo abstracto. Se demuestra en la práctica. Si alguno que
posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su
corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos de
palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad. I Juan 3,17-18
Jesús nos enseñó a amar a nuestros
enemigos.
«Habrán escuchado que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu
enemigo. Pues yo les digo: Amen a sus enemigos y rueguen por los que los
persigan, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol
sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si aman a los
que los aman, ¿qué recompensa van a tener? ¿No hacen eso mismo también los
publicanos? Y si no saludan más que a sus hermanos, ¿qué hacen de particular?
¿No hacen eso mismo también los gentiles? Ustedes, pues, sean perfectos como es
perfecto su Padre celestial. Mateo 5,43-48. Cf. Lc 6, 28. (3)
“Un cielo nuevo y una tierra nueva”. Juan, el vidente de Patmos, alienta nuestra
esperanza con su magnífica visión de “un cielo nuevo y una tierra nueva”, como
la gran meta de nuestros esfuerzos por transformar las realidades de muerte que
nos rodean y redimir al mundo con la fuerza vital arrolladora del Resucitado.
Una nueva realidad de justicia, paz y amor fraterno habrá de traer “la nueva
Jerusalén que descendía del cielo enviada por Dios y engalanada como una
novia”. Es la esperanza maravillosa que podemos enarbolar frente a los
catastrofistas que nos amenazan con una destrucción inexorable del mundo, sobre
la base de supuestas profecías que en nada se condicen con las promesas de la
Nueva Alianza que Cristo ha sellado con su pasión y su triunfo sobre la muerte.
“Esta es la morada de Dios con los hombres”
¡¡¡Jesús
misericordioso en vos confío!!!
¿Cómo amar?
Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo
amor, soy como una campana que resuena o platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía, y conociera todos los misterios y
toda la ciencia; aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas,
si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para
alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no
me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace
alarde, no se envanece; no procede con bajeza, no busca su propio interés, no
se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia; sino
que se regocija con la verdad.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el
don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia
es imperfecta y nuestras profecías, limitadas. Cuando llegue lo que es
perfecto, cesará lo que es imperfecto. Mientras yo era niño, hablaba como un
niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice
hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo,
confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente;
después conoceré como Dios me conoce a mí. En una palabra, ahora existen
tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el
amor.
(San Pablo, I Corintios 13,1-12)
Ama hoy, mañana puede ser muy tarde
¿Ayer?... ¡Eso hace tiempo!...
¿Mañana?... No, no sabemos...
Mañana, puede ser muy tarde para decir que amas, para decir que perdonas, para pedir disculpas, para decir que quieres intentarlo de nuevo.
Mañana puede ser muy tarde para pedir perdón, para decir: ¡Discúlpame, el error fue mío...!
Tu amor, mañana, puede ser inútil.
Tu perdón, mañana, puede no ser preciso. Tu regreso, mañana, puede que no sea esperado. Tu carta, mañana, puede no ser leída. Tu cariño, mañana, puede no ser necesario. Tu abrazo, mañana, puede no encontrar otros brazos...
¡Porque mañana, puede ser muy tarde! no dejes para mañana para decir: ¡Te amo! ¡Te extraño!, ¡Perdóname!, ¡Discúlpame! ¡Esta flor es para ti!, ¡Te encuentras muy bien!
No dejes para mañana Tu sonrisa, Tu abrazo, Tu cariño, Tu trabajo, Tu sueño, Tu ayuda...
No dejes para mañana para preguntar:
¿Puedo ayudarte? ¿Por qué estás triste? ¿Qué te pasa? ¡Oye!... ven aquí, vamos a conversar. ¿Dónde está tu sonrisa? ¿Aún me das la oportunidad? ¿Por qué no empezamos de nuevo? Estoy contigo. ¿Sabes que puedes contar conmigo? ¿Dónde están tus sueños?
Recuerda: ¡Mañana puede ser tarde...muy tarde! ¡Busca!, ¡Pide!, ¡Insiste!, ¡Intenta una vez más! ¡Solamente el "hoy" es definitivo! ¡Mañana puede ser tarde...muy tarde!
Busca a Cristo hoy. ¡Mañana pueda ser muy tarde! (de autor Desconocido)
¿Mañana?... No, no sabemos...
Mañana, puede ser muy tarde para decir que amas, para decir que perdonas, para pedir disculpas, para decir que quieres intentarlo de nuevo.
Mañana puede ser muy tarde para pedir perdón, para decir: ¡Discúlpame, el error fue mío...!
Tu amor, mañana, puede ser inútil.
Tu perdón, mañana, puede no ser preciso. Tu regreso, mañana, puede que no sea esperado. Tu carta, mañana, puede no ser leída. Tu cariño, mañana, puede no ser necesario. Tu abrazo, mañana, puede no encontrar otros brazos...
¡Porque mañana, puede ser muy tarde! no dejes para mañana para decir: ¡Te amo! ¡Te extraño!, ¡Perdóname!, ¡Discúlpame! ¡Esta flor es para ti!, ¡Te encuentras muy bien!
No dejes para mañana Tu sonrisa, Tu abrazo, Tu cariño, Tu trabajo, Tu sueño, Tu ayuda...
No dejes para mañana para preguntar:
¿Puedo ayudarte? ¿Por qué estás triste? ¿Qué te pasa? ¡Oye!... ven aquí, vamos a conversar. ¿Dónde está tu sonrisa? ¿Aún me das la oportunidad? ¿Por qué no empezamos de nuevo? Estoy contigo. ¿Sabes que puedes contar conmigo? ¿Dónde están tus sueños?
Recuerda: ¡Mañana puede ser tarde...muy tarde! ¡Busca!, ¡Pide!, ¡Insiste!, ¡Intenta una vez más! ¡Solamente el "hoy" es definitivo! ¡Mañana puede ser tarde...muy tarde!
Busca a Cristo hoy. ¡Mañana pueda ser muy tarde! (de autor Desconocido)
Aclaración: Se han utilizado para la preparación
de las reflexiones: J. A.
Pagola. P. Jordi Rivero.
Círculo Bíblico San José
“Tu palabra es una
lámpara a mis pies
y una luz en mi camino” Sal 119
y una luz en mi camino” Sal 119
Te esperamos todos los sábados a las 16 hs para compartir y reflexionar
el evangelio
de cada semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario