“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”
1 «No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. 2 En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. 3 Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. 4 Ya conocen el camino del lugar adonde voy». 5 Tomás le dijo: «Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?». 6 Jesús le respondió: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. 7 Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto». (Jn 14, 1-12).
Jesús, camino hacia el Padre. Al final de la última cena, los discípulos comienzan a intuir que Jesús ya no estará mucho tiempo con ellos. La salida precipitada de Judas, el anuncio de que Pedro lo negará muy pronto, las palabras de Jesús hablando de su próxima partida, han dejado a todos desconcertados y abatidos. ¿Qué va a ser de ellos?
Jesús capta su tristeza y su turbación. Su corazón se conmueve. Olvidándose de sí mismo y de lo que le espera, Jesús trata de animarlos:” Que no se turbe sus corazones; crean en Dios y crean también en mí”. Más tarde, en el curso de la conversación, Jesús les hace esta confesión: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí”. No lo han de olvidar nunca.
Camino: porque Él es el ejemplo para seguir. Él nos está mostrando qué caminos debemos recorrer: preocuparnos de los que sufren, defender la causa de los que no cuentan, estar al lado de los desvalidos, luchar por la dignidad de las personas, dar voz a los que no la tienen, ser creíbles por nuestras buenas obras ante los ojos de la sociedad…
Verdad: descubrir que la única verdad es el amor y descubrirlo acercándonos al ser concreto que sufre y es olvidado.
Vida: encontrar en Cristo la vida y encontrarnos con un Cristo vivo y capaz de hacernos vivir.
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